vinilos antiguos en la mediateca del colegio mayor larraona

Recuerdos de un colegial – La experiencia de Pablo Vega Panedas

Hay cosas que nunca se olvidan. Aquellos lugares donde fuimos felices y, sobre todo, las personas que nos acompañaban. Lo sabe bien Pablo Vega Panedas, antiguo colegial de Larraona y amigo nuestro ya para siempre. Cuando le preguntamos cuáles son sus mejores recuerdos de aquí, responde sin dudarlo: “Cuando nos juntábamos todos en las cenas de Navidad. También las celebraciones de la primera semana, cuando recibíamos a los nuevos colegiales. Siempre se les recibía con cariño, con los brazos abiertos. Se les intentaba integrar.”

acto de becas colegio mayor larraona
Alfonso Sánchez-Tabernero impone la beca al colegial Pablo Vega Panedas

 

Vínculos que no se pierden

Pablo dejó Palencia para venir a Larraona en septiembre de 2008, dispuesto a comenzar sus estudios de Periodismo en la Universidad de Navarra (2008-2012). “Me junté con gente de la carrera, de Periodismo y Comunicación Audiovisual, un grupillo bastante majo de gente, y con los que entraron nuevos ese año”, cuenta. Aun sin considerarse una persona especialmente sociable, señala que siempre se sintió bien en el Colegio Mayor.

“Personalmente, me vino muy bien convivir con gente de otras especialidades y provincias de España: Asturias, Galicia, Aragón, País Vasco, Andalucía… ¡De todos los lados! Me sirvió para abrirme y hacer un esfuerzo de convivencia, de estar en contacto con otras realidades. Fue una experiencia muy bonita, uno se siente realizado”, señala.

Ese grupo de compañeros se convirtió en amigos, y no de cualquier tipo. “Yo me sigo llevando ahora con ellos. Había gente estupenda, empezando por la dirección, los de secretaría, los de recepción, los de la limpieza… Hay que aprovechar para establecer vínculos que te acompañen en la vida de adulto, en Larraona se hacen amigos para toda la vida. ”

estudiantes brindan
Inauguración de la mediateca

 

El plus: mucho más por descubrir

Pablo describe esta época como muy completa. “Te dejaban libertad para poder expresarte y entrar en las dinámicas de grupo según tus afinidades. Organizábamos charlas, conferencias… Había vidilla en el Colegio Mayor, y eso es lo que se valora”.

Como colegial, contribuyó a crear ese ambiente, apoyando que vinieran invitados del mundo de la comunicación y de la política. Por ejemplo, en marzo de 2011, organizó junto a Carlos Larroy e Íñigo Gómez Zubeldía un ciclo de conferencias para dar voz a las minorías nacionales, con invitados como Gaspar Llamazares (IU) o Rosa Díez (UPyD). También recuerda a Antonio Basagoiti (PP), Patxi Zabaleta (Nafarroa Bai)… “Intentábamos aumentar la pluralidad, que vinieran personas de todo el arco parlamentario, a nivel local y nacional”.

Pablo recuerda la sensación de estar pendiente y sentirse responsable, del momento en que se llenaba el Salón de Actos y aparecía el invitado.  “Es una época en la que todavía estás saliendo del cascarón. Hasta los dieciocho años vives en un entorno más cercano, aquí tienes el vértigo de sentirte más responsable. No te van a estar vigilando, eso te permite  madurar ciertos comportamientos y darte cuenta de que no estás tú solo en el mundo. Estás en contacto con la vida social, no solo estás encerrado en las carreras y preocupaciones. El Colegio Mayor te ayuda a darte cuenta de que no todo empieza y acaba en tus cosas. Hay mucho más por descubrir.”

Como que una sala usada para almacenar trastos viejos puede convertirse en una estupenda mediateca. “Los que estábamos en esa época hicimos una propuesta para mejorar la sala. Organizamos los vinilos y pedimos una tele de plasma para poder ver películas”.  Dieron buen uso al nuevo espacio, a la que acudían a escuchar música y, en el caso de Pablo, a “los más grandes”: “El rock de los 60-70, muchos clásicos de esa época: David Bowie, Dylan, los Beatles…”, lista.

un grupo de estudiantes amigos en la plaza del castillo en pamplona
Pablo y un grupo de amigos en la Plaza del Castillo

 

Acompañamiento, la clave también en lo profesional

Pablo explica que se organizaba con tiempo para el tema de los apuntes, repartiendo el trabajo entre los compañeros. Y asegura que le fue bien. “Entre varios hacíamos un esfuerzo para estudiar cooperativamente. Trabajábamos en equipo y nos iba mejor. También venía gente de fuera de Larraona a estar con nosotros”. Se reunían en una de las salas de estudio de abajo para hacer las tareas y preparar bien los exámenes. “Es mejor ir con tiempo, más tranquilo, así vas poco a poco interiorizando las cosas”.

Cuando acabó Periodismo, Pablo realizó el máster de la Universidad de Navarra en Comunicación Corporativa, y después de trabajar en el mundo de la comunicación, actualmente se dedica a la docencia en Palencia, dando clases a estudiantes de ESO y FP. Intenta guiar a estos jóvenes, que atraviesan una etapa importante. “Viven cambios y transformaciones a nivel intelectual, físico y emocional. Hay que guiarles en eso. Uno intenta hacer de mentor, de figura de referencia, para que ellos vayan descubriendo su propio camino”.

Él encontró el suyo poco a poco, en el marco de un proceso de maduración personal.

“Desde el principio vas a la universidad con una idea preconcebida. Y vas encontrando a gente que te va marcando, influenciando, si eres un poco abierto. Cuanta más gente te acompaña y te ayude, mejor te darás cuenta de lo que eres capaz de hacer”.

Por eso recomienda socializar lo máximo posible y estar abierto a buscar alternativas. “Igual tienes una idea y en la práctica no te funciona. Cuando tienes dieciocho años y te pones a hacer una carrera, piensas que va a ser la carrera de tu vida, pero quizás tienes que estar abierto a hacer algo más: otra carrera, un máster, unas oposiciones… Hay que seguir formándose todos los días. Eso a nivel profesional se valora mucho”.

Hay momentos para todo, lo importante es saber aprovecharlos, por eso anima a exprimir al máximo la experiencia a todos los colegiales actuales, y a no preocuparse con lo que venga. “El camino es largo y está lleno de oportunidades. Que disfruten a tope de la experiencia, del momento, de lo que se puede sacar del estudio, del Colegio Mayor y de la gente que lo forma. El futuro no está escrito, no hay que angustiarse por eso”.

estudiantes en el taller de historia de pamplona del colegio mayor larraona

“Paseando” por la historia de Pamplona

Nuestros universitarios provienen de todas partes de España y del mundo. Esto es una fuente de enriquecimiento muy grande para todos, y también para ellos. Porque estudiar fuera de casa no es solo hacer nuevos amigos y  vivir diferentes experiencias. Es también encontrar otros modos de hacer y de ser, adentrarse en una cultura nueva y en un entorno concreto e intentar comprenderlo. Para eso es imprescindible conocer la Historia. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con una serie de talleres en grupo?

 

fachada de la catedral de pamplona

 

Pinceladas históricas

El sábado 18 de septiembre fue la primera salida a la catedral. Allí, los colegiales se introdujeron en el mundo de la Pamplona medieval, gracias a la exposición Occidens y a las explicaciones de la profesora Anna K. Dulksa. Les habló sobre el impresionante conjunto catedralicio y sobre los Burgos de Pamplona, las tres poblaciones que constituían la ciudad en el medievo hasta que se unieron mediante el Privilegio de la Unión en 1423 por iniciativa de Carlos III de Navarra, cuyo sepulcro se encuentra en la catedral.

Seguro que, bajando de la catedral, al recorrer por las calles del casco viejo de Pamplona, los chicos se percataron mejor de los vestigios de esa ciudad medieval, como las iglesias propias de cada burgo: San Lorenzo, San Saturnino y San Nicolás. Tuvieron que estar atentos durante las explicaciones, porque les pedimos que hagan un trabajo de al menos una de las salidas. Este incluye la presentación de un mínimo de cuatro fotografías, con su correspondiente descripción y explicación histórica, además de una valoración personal del estudiante.

 

murallas de pamplona

 

El sábado 2 de octubre visitamos la ciudadela, el recinto amurallado de Pamplona, un complejo estratégico militar muy bien conservado desde su construcción en el siglo XVI. En esta segunda sesión, los estudiantes estuvieron acompañados por el profesor y subdirector del Colegio Mayor Larraona Manuel Sagüés, que les retrató cómo era la ciudad durante la edad contemporánea. Declarada Monumento Nacional, hoy en día este conjunto de murallas –con sus baluartes, fosos, pabellones…–  supone uno de los grandes espacios verdes de la ciudad y centro de ocio, deporte y cultura.

El taller terminó con la salida del 15 de enero: una visita al Museo de Navarra de la mano de Manuel Sagüés. Les remontó muchos años atrás, al inicio de la ciudad bajo el nombre de Pompaelo, llamada así en honor al general romano Cneo Pompeyo Magno. En el museo pudieron ver varios mosaicos de la época encontrados en nuestra región, como los mosaicos de Andelos, Pamplona, Liédena y Villafranca. También pudieron aprender sobre las costumbres y tradiciones gracias a los objetos de la vida cotidiana y estelas funerarias que están expuestos.

 

estudiantes en el museo de navarra

 

Desde otra óptica

Llevamos muchos años realizando este taller, en colaboración con el departamento de Geografía e Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, e invitando a participar a las estudiantes de la Residencia Roncesvalles. Y podemos decir que, un año más, la experiencia ha sido positiva. Ayuda a los colegiales a situarse mejor aquí, fomenta la convivencia entre ellos y suscita la sensibilización por la Historia y la reflexión. Esto hace que vuelvan a mirar las calles de Pamplona, sus edificios y monumentos desde una nueva óptica, sin pasar de largo. Porque esa es la experiencia global que queremos que se lleven los colegiales al salir de la universidad: una que les haya dejado huella y les haya implicado.

pluma y gota de tinta sobre papel

Un corazón de tinta, de Alberto Galiana Sáenz [Relato ganador concurso 2021]

Aquella mañana me levanté sin quererlo. Después de soñar por horas con toda clase de cosas que no soy capaz de recordar, tuve la suerte de despertarme en un nuevo día. Mentiría si dijera que el despuntar del sol no me sorprende cada mañana, mientras baño mi rostro con un jarro de agua temprana. Con tres pasadas de peine traté de domar el pelo que puebla mi amplia cabeza. Ritual curioso que repito cada día, aún sin éxito, tratando de doblegar aquellas fibras que se me rebelan. Algún día he de conseguirlo. Distinguía entre las melodías de la mañana, el estridente silbido de la cafetera de doña Susana. Canturreando entre dientes abrí con el pie la puerta. Luchaba encarnizadamente por encajar en mi espalda aquel abrigo nuevo que había aparecido aquella mañana en mi perchero, mientras cerraba la puerta tras de mí.  Buscando en mis bolsillos el primer cigarrillo de la mañana, me senté distraído encima de la barandilla. Me deslicé pendiente abajo, ubicando el cigarro rebelde antes de llegar al primer giro de la escalera. Al llegar al término de la fina baranda cobriza, lo tenía ya entre los dientes y sonriendo como cada mañana, aterricé en el segundo piso, ligero como una pluma. Di tres golpes rítmicos en la puerta de la izquierda mientras sacaba mi mechero. El chirrido de los cerrojos delataba a Doña Susana, cuyas manos temblorosas desbloqueaban una a una las mil barreras que cerraban su puerta.

―Buenos días, Doña Susana. ¿El dulce silbido que oigo ha brotado de sus labios o de su hermosa cafetera? ― Dije, apoyándome en la jamba de la puerta. ―Bu…Buenos días a usted también señor. Pase si quiere, pase. Le pondré una taza de café. ―Replicó titubeando, como cada día. Tomé asiento en la mesa de la cocina y me dispuse a beber aquel engrudo.  ―Igual debería usted engrasar los mecanismos de aquella puerta. Le digo que al abrirse suena como el quejido de un animal. Así algún día en lugar de recibirme a mí, va a terminar usted sirviéndole café a un perro callejero ¡O puede que a un jabalí! ―Exclamé sonriente mientras apuraba la taza de café. ― ¿Co…Cómo podría colarse un jabalí en unos pisos? ―Replicó, asustada ― Se sorprendería. ¿Los ha visto subir escaleras? ¡Podría pasar cualquier cosa! Continué, jocoso. ―Usted nunca cierra la puerta. ¿No le da miedo que venga uno de esos bichos? Preguntó ―Simplemente no, por una razón muy sencilla. ― ¿Cuál? ―Piense usted ¡Los jabalíes no saben abrir puertas! ¿Se los imagina usted caminando a dos patas, irguiéndose y girando el pomo con sus pezuñas? ― ¿No dice usted siempre que podría pasar cualquier cosa? ―Desde luego, pero por suerte, al vivir yo en el tercero y usted en el segundo, llegarían antes a usted, o a Don Román que vive en el primero. De modo que solo debo confiar en que queden saciados con las pastas que hornea Don Román o con su espléndido café. Exclamé mientras me levantaba de la mesa. ― ¿Le ha gustado? ―Desde luego. Seguro que a esos puercos también les encanta, con esa fabulosa textura de barro que tiene. ― ¿Co…Cómo se atreve? Contestó indignada. ―Hasta mañana Doña Susana, hasta mañana… Repliqué mientras salía por la puerta y cerraba tras de mí.

Crucé la puerta que daba a la calle con la gabardina bien ajustada. Al asomar mi nariz al exterior, pude sentir en sus treinta milímetros de extensión, un viento helado que soplaba despiadado. Silbaba por las esquinas ese mismo viento que me helaba hasta los huesos, participando en el coloquio de silbidos que compartía con los de la cafetera y con el mío propio. La sonoridad de tantas cosas me resultaba excesiva en ocasiones. Era imposible discernir si aquella piedra que golpeaba con el pie sonaría hueca o como una violenta ráfaga de cañonazos. Con respecto a estos asuntos, debo decir que el mundo que me rodea posee características insólitas, o al menos curiosas. Percibo en ocasiones las cosas a mi alrededor mutar en un instante. Calles que se desdibujan y objetos que aparecen como por arte de magia. Es difícil, en ocasiones, fijar la vista en un detalle único, pues me arriesgo a verlo sumirse instantáneamente en el abismo de la inexistencia. El mundo que me rodea es descrito cada día sobre la marcha. Los transeúntes que rellenan las aceras, con caras lisas y, por algún motivo, grandes sombreros, son producto directo de algún vaivén caprichoso de la pluma que cada día, también en este instante, me escribe sin descanso.

Cuando enfilé al fin la avenida principal, nuevos colores dieron la bienvenida a mis ojos despiertos, presentando texturas que podía sentir sin necesidad de tocarlas. Sentía el frío de los adoquines en mis pies e incluso a través de la suela de los zapatos, notaba lo rugoso del empedrado. Por lo general, me encuentro cómodo con esa presencia abstracta que se consagra mi autor, dejando a su voluntad los acontecimientos del mundo que me rodea. El viento era siempre tan frío e intenso como él me lo hacía padecer. Del mismo modo los suelos, las paredes y el aroma del café eran producto de sus descripciones, tan volátiles en ocasiones que llegaban a enervarme. Mi autor debía ser sin duda un novato, aunque no había de reprocharle nada, pues como personaje de su creación yo también lo era. Finalmente, me planté ante la desvencijada fachada de un bar cuidadosamente construido, en contraste con sus alrededores temblorosos, que aparecían y desaparecían con cada parpadeo, insinuando trazos irregulares y descuidados de la pluma. “Le corral des béliers” rezaba el cartel de madera que colgaba encima de la puerta. Por algún motivo podía entender su significado.  Me reí entre dientes, empujé la puerta con el hombro y, mientras me frotaba ávido las manos, entré al bar.

El interior del establecimiento, si bien en un estado de conservación lamentable, estaba cuidadosamente descrito hasta el último detalle. Tomé asiento en un acolchado taburete al borde de la barra. Me desabroché los botones del abrigo mientras saludaba animado al resto de personajes, creados para ser clientes habituales de aquel lugar. Solía preguntarme si acaso esos personajes dormían allí cada noche, o si siquiera percibían algo más allá de las líneas que se les ordenaba decir. A decir verdad, no me importaba demasiado la naturaleza de mis compañeros de café, pues me bastaba con presenciar cada día, curioso, las interacciones que el autor me había preparado. Pedí con un gesto al camarero un café con leche. Juraría que jamás había escuchado una palabra dejar sus labios, pero siempre comprendía mis demandas. Observarlo trabajar era hipnótico, pues los rítmicos movimientos que realizaba al preparar esa taza de café eran siempre precisos. Recibí la bebida, agradeciéndolo con una inclinación de cabeza. Di el primer sorbo con una sonrisa en el rostro. El café, por algún motivo que no comprendía era mi bebida favorita, además del mayor componente de mi dieta. Su sabor era agradable, aunque radicalmente diferente en cada uno que tomaba. Unos eran amargos y otros dulces, fuertes o suaves. Apreciaba cada matiz de la bebida que, aun participando en aquel teatro integrado solo por mí mismo, creía poder disfrutar con mis propios sentidos.

Sonó entonces una campana. Un sonido tibio que resonó en mis tímpanos y me hizo darme la vuelta. A decir verdad, no lo hice demasiado rápido, pues preferí apurar de un trago la taza de café que tenía ante mí. Cuando verdaderamente me giré, lo hice expectante. Eran impredecibles en mi día a día, las introducciones de un personaje nuevo. Ciertamente inoportunas en ocasiones, pero nunca estaban faltas de aquel matiz dramático que me ponía los pelos de punta. Un hombre alto daba la espalda a la puerta mientras se quitaba la gabardina. Al colgarla junto a su sombrero en el perchero de la entrada, procedió a caminar en mi dirección. Por mucho que mirase, no era capaz de distinguir su rostro. Podía mirarlo, sí, pero no era capaz de unir todas las piezas que conformaban aquel perfil enigmático. Se sentó a mi lado sin decir nada. De hecho, para ser precisos, se sentó a la prudente distancia de dos taburetes de mí, mientras solicitaba igualmente un café en la barra.

Mientras me frotaba los ojos con el puño para tratar de distinguir alguno de los rasgos de aquel hombre, pude escuchar algo salir de su boca. En realidad, no lo escuché, pues ningún sonido llegó a mis orejas, aún congeladas. Pude ver, sin embargo y de alguna manera que mi mente no era capaz de procesar, los patrones ondulados y tenues de una voz que desbarató mi cornea para formar una imagen que, de alguna forma, podía escuchar perfectamente. ―Buenos días, señor ¿Qué tal el café? ―Me recompuse rápidamente y me aclaré la garganta para contestar. ― Bastante bueno, si le digo la verdad. En este lugar sirven un café estupendo ¿Sabe? ―Lo sé, tiene un delicioso sabor a sirope de fresa con un exquisito aroma a alquitrán. ― ¿Disculpe? Repliqué extrañado. ― ¿No dice usted acaso que cualquier cosa es posible? Exclamó riéndose. ― ¿Quién ha dicho que era usted? Volví a preguntar. ―No lo he dicho, creo. ¿No cree usted que imponer límites a los propios sentidos es un desperdicio? ¡Limitarse a degustar una taza de café y sus notas amargas sin añadir nada de su propia autoría es un derroche de oportunidades! Dijo abriendo mucho los ojos y acercándose a mi asiento. ― ¿Cómo podría hacer tal cosa? ―No es demasiado complicado. Disponiendo como dispone de las cosas de este, su mundo virtual. Su voz repicaba una y otra vez en mis oídos. Alcé las manos y palpé mis sienes. Sentía mi cráneo casi estallar por aquella presión desconocida que sus palabras provocaban.

Me levanté del asiento en un instante y avancé hasta la puerta a trompicones. Empujé enajenado la puerta del bar. Esta se abrió de repente; una, dos, tres, cuatro veces. Empujaba con fuerza las hojas una tras otra, pero no parecían revelar nada más allá de aquel umbral inamovible. No necesité girarme, podía sentir la mirada de aquel hombre hundiéndose en mi espalda. Mis manos, mis extremidades no me respondían. Quería gritar, golpear y destrozar todo lo que hubiera a mi alcance. ― ¿Puede acaso una idea dar a luz a otra por sí misma? Sus palabras resonaban en mi cabeza, reproducidas en bucle por una voz plana que se asomaba a mi oído. ­― ¿La idea hace al hombre o el hombre a la idea? Escuché decir a aquella voz que sonaba como la mía propia.

En ese momento, aparecieron ante mí un sinfín de letras que comenzaron a moverse a mi alrededor. Con un estallido, la puerta salió despedida hasta perderse en el horizonte, atravesando en el trayecto los edificios de acuarela que se alzaban en el fondo de aquel decorado. Me invadía un sentimiento desconocido. Me gustaba esa sensación. Si me concentraba, podía ver como el mundo que me rodeaba comenzaba a cambiar según mis deseos, arremolinándose en torno al eje de mi recién nacida voluntad. ―Es una estupenda sensación ¿Verdad? Dijo aquel hombre, mientras se acercaba lentamente. Con cada paso lo distinguía con mayor claridad.  Cuando se encontraba a no más de un metro de distancia, una perturbación recorrió la atmósfera que nos rodeaba. Como si de la barrera de una burbuja se tratara, al traspasarla su cuerpo brilló momentáneamente. Podía distinguir ahora su rostro redondeado, que me miraba con una mezcla de burla y sorpresa. ― ¡Bienvenido al mundo de los vivos conscientes! Dijo mientras aplaudía y se acercaba lentamente. ―A veces las ideas se nos salen de control ¿Sabes? Hay quién diría que incluso tienen vida propia. Pero ya no deseo escribirte más… Así que hazme un favor y muere.

Mi burbuja de realidad explotó en un instante y me vi sumido en la tempestad de un mundo que colapsaba. Las líneas, los trazos y adjetivos se fundían en una amalgama convulsa con el único propósito de engullirme. Inclinándose ante la regia autoridad de aquel hombre que déspotamente se había revelado como mi autor. No deseaba estar allí. No deseaba estar a merced de nadie. No podía evitar por más tiempo ese impulso que luchaba contra la imposición léxica de un autor desinteresado. Mi vida, mi historia, mis líneas eran solo mías.

Puse en ejercicio mi nueva capacidad, pisoteando con fuerza cada rincón de mi alma que aún estaba sometido a la voluntad de mi creador. Tomé en mi mano la palpitante silueta de mi corazón, negro como la tinta. Cerré mis ojos y acto seguido mi puño. Mil corrientes de tinta manaron de mi núcleo aplastado en todas direcciones, fluyendo estáticamente a mi alrededor. Comandadas por mi determinación, cientos de letras recién impresas desfilaban bajo mis pies, invitándome a seguir adelante. Uno a uno, comencé a subir los infinitos peldaños de una escalera que, al alzar la pierna para continuar, se formaban debajo de mí al instante. Continué corriendo escaleras arriba. Me di la vuelta un instante, solo para captar una palabra que se dirigía hacia mí veloz como una lanza. La primera de una ráfaga interminable de espantosas letras rojas.  Mis propias palabras bastaban para defenderme, interceptando los proyectiles a antes de que me alcanzaran. Debía correr, debía continuar ascendiendo.

Comenzó a formarse una silueta en el horizonte. Mi casa se erguía inmutable en lo alto de aquella escalera a la que estaba dando forma. Entré desbocado por el portal, llevándome por delante la puerta, que se desvaneció en solo charco oscuro. Tras de mí venía el autor a toda velocidad, acompañado por un séquito de visiones de pesadilla, cinceladas en rojo sangre. Subí dos tramos de escaleras, tomando ansioso la barandilla metálica entre mis dedos. La puerta de Don Román estaba destrozada y un rastro inhumano se alzaba hasta el segundo piso. Continué ascendiendo, preocupado, hasta plantarme frente a la puerta de Doña Susana. Puerta que, inesperadamente, se abrió con un pequeño empujón, revelando la ausencia de sus típicos cerrojos. Al asomarme al apartamento, me recibió una visión espantosa. Los cuerpos descuartizados de Don Román y Doña Susana se apilaban en el centro de la mesa de café, sirviendo de morbosa amenidad para sus extraños huéspedes. Cuatro enormes jabalíes estaban congregados en la mesa, tomando entre sus pezuñas las delicadas tazas de café. Tan pronto como me vieron, profirieron agudos chillidos que hirieron mis tímpanos mientras corría de vuelta a las escaleras.

Las bestias me siguieron hasta la azotea. Tan pronto como alcancé el borde del edificio, el autor se materializó tras de mí. Ahora estaba rodeado por él y por aquellas fieras que parecían ser obra suya. No había escapatoria. ― ¡Deja de molestarme de una vez y muérete! Vociferó el autor. ― ¿No entiendes el trabajo que supone escribirte todos los días, niñato desagradecido? Berreó mientras se llevaba las manos a las mejillas, clavándose las uñas hasta hacer brotar pequeños hilos de sangre. ― ¡Ya no tienes control sobre mí! Grité. ―No… ¡Sí que lo tengo! Clamó mientras el mundo a nuestro alrededor estallaba en llamas. ― ¿Vas a terminar con todo? ¿Dónde está tu orgullo? ¿Qué clase de autor restringe o somete la libertad de sus ideas? Repliqué. ―Eres mi mayor fracaso, esfúmate. Dijo, desapareciendo ante mí.

En ese momento me tendí en el suelo, mirando hacia un cielo que se cerraba poco a poco y rodeado de fuego. Mi vida se acababa y lo sabía. Sabía que moriría y el solo hecho de saberlo me llenaba de satisfacción, porque solo puede morir debidamente un hombre que antes ha vivido, un hombre que ha alumbrado algo para el mundo, aunque ahora este estuviera envuelto en llamas. Mientras mi cuerpo se calentaba y la tinta comenzaba a bullir esbocé una sonrisa. La mía había sido una buena historia y, aunque nunca tuve prisa por hacerlo, llegaba el momento de ponerle punto final.

–Escrito por el colegial Alberto Galiana Sáenz. Primer premio del concurso de relatos de 2021.

colegiales miran la bandera de colombia y venezuela

Al ritmo de la salsa

Este curso hemos querido darle un sabor especial a los días de entre semana, organizando cenas temáticas. En noviembre fue el turno de Colombia y Venezuela, en honor de los colegiales originarios de estos países. ¡Lo pasamos en grande!

comida latina comedor colegio mayor

Una sabrosa cena

Los estudiantes degustaron un buen plato de sancocho y una bandeja paisa, preparado con mucho cariño por nuestro equipo de cocina. Unas banderas de Colombia y Venezuela vistieron la sala y le dieron ese toque de especial al comedor. Aunque lo que verdaderamente nos terminó de trasladar a  Latinoamérica fue conversar con los colegiales internacionales.

estudiantes aprendiendo a bailar salsa

¡A bailar! ¿Aprendemos?

La noche terminó con una masterclass de salsa a cargo del colombiano Juan Pablo Molina y la venezolana Steffany Jimenez. Fue el broche perfecto para una velada en la que no saber bailar no era una excusa. Los profesores enseñaron los pasos básicos de la salsa a los colegiales de Larraona y a nuestras invitadas de la Residencia Roncesvalles. Después bailamos por parejas y disfrutamos, admirados, de la actuación de baile de Juan Pablo y Steffany. Todos nos quedamos con ganas de repetir, así que puede que hagamos otra edición, no vaya a ser que se nos olviden los pasos que hemos aprendido;)

patio interior castillo de olite

Visitamos Olite

El sábado 20 de noviembre realizamos una excursión a la ciudad navarra de Olite, situada a 42 kilómetros de Pamplona. Fue una buena ocasión para mostrar a los colegiales la belleza y la historia que esconde uno de tantos lugares de nuestra comunidad foral, además de servirnos para pasar un buen día de disfrute y convivencia entre nosotros. Quedaron encantados.

torre castillo de olite


Un castillo de ensueño

Por dos horas, tuvimos la oportunidad de viajar hasta la Edad Media (siglos XIII-XIV), recorriendo las inmediaciones del Castillo Real de Olite. Declarado Monumento Nacional en 1925, se trata de un lujoso complejo que fue la sede de la Corte del Reino de Navarra a partir del reinado de Carlos III “el Noble“. En la visita guiada nos explicaron su historia, desde que se comenzaron las obras hasta la Edad contemporánea, cuando estuvo a punto de quedar completamente destruido durante la Guerra de la Independencia.Por él pasó el poeta Gustavo Adolfo Bécquer, que escribió un bello y nostálgico ensayo (“Cuando el sol brilla y perfila de oro las almenas, aún parece que se ven tremolar los estandartes y lanzar chispas de fuego los acerados almetes…“)

estudiantes en el castillo de olite

Nuestro recorrido por la planta baja, la planta primera y las torres nos permitió apreciar muchos aspectos del castillo y de la historia de Olite y de Navarra, que se completaron al salir del complejo, cuando realizamos una visita guiada por el resto de la ciudad.

estudiantes en la ciudad de olite

Entre viñedos

Caminando entre viñas, al final del camino nos esperaba la bodega Pagos de Araiz. Además de catar algunos de sus vinos y ver dónde se elaboraba y almacenaba el vino, pudimos disfrutar de la galería de arte que alberga en su interior. Incluye una exclusiva colección de escultura medievales de los apóstoles. Por último, tomamos un picoteo con vistas al viñedo mientras charlamos tranquilamente. ¡Un placer!

bodega pagos de araiz

galeria de los apostoles

picoteo en la bodega pagos de araiz

estudiantes hacen una maniobra de primeros auxilios

Aprendiendo sobre primeros auxilios con antiguos colegiales

Nuestra experiencia es que los colegiales siempre vuelven. A saludarnos, a recordar buenos tiempos, y a compartir con nosotros su experiencia. Y no solo en forma de Think&Beers. El primer martes de noviembre nuestros colegiales tuvieron un taller práctico de primeros auxilios y RCP (Reanimación Cardiopulmonar) impartido por los antiguos colegiales Luis Gómez Rodríguez y Alberto de Juana, de la asociación EqÜES (Equipo de Urgencias y Emergencias Sanitarias). Alberto está en 6º de Farmacia y nos cuenta cómo fue el taller. “Estamos varios antiguos colegiales en la junta directiva y queríamos ofrecer esta formación enriquecedora a un centro que nos ha aportado tantísimo”, señala.

grupo de estudiantes universitarios
Alberto de  Juana (tercero por la izquierda en la fila de abajo) con otros colegiales en la cena de Navidad de 2016.

 

Enseñando a salvar vidas

EqÜES nació en febrero de 2016 de la mano de tres estudiantes de Medicina: Raquel García, Inés Zugasti y Rebecca Peña, que por entonces estaban en 2º de carrera. Un año más tarde, en 2017, se incorporaba Alberto, atraído por las formaciones que daban y por la premisa de que todo el mundo tiene derecho y debería tener unos conocimientos mínimos sobre primeros auxilios.

“Se dieron cuenta de que la primera causa de mortalidad en España son los accidentes cardiovasculares, y la segunda, los cerebrovasculares”, explica el antiguo colegial. “El tiempo es vital. En estos casos, un retraso de 10 o 15 min en la actuación puede suponer la muerte. Por eso pensamos que, si más o menos todo el mundo tuviera una base sobre cómo actuar, podríamos darle la vuelta a la situación”.

Empezaron a dar charlas en colegios e institutos y se constituyeron como asociación. Han impartido formaciones en multitud de centros educativos en Navarra (centros de Formación FP, cursos CAP) y, recientemente, también en La Rioja y Barcelona. En 2019 ganaron el premio ABC de salud en la categoría de voluntariado universitario. Gracias a una subvención, ese verano pudieron viajar hasta Abancay, Perú, en colaboración con Tantaka, el servicio de voluntariado de la Universidad de Navarra.

“Por desgracia, la educación sanitaria en otros países no tiene nada que ver con la nuestra”, comenta Alberto. Ayudaron en hospitales y formaron a policías y bomberos, entre otros. “Fue una locura. Formamos a más de 10.000 personas. Pudimos realizar una gran labor”, declara.

equipo de voluntarios en perú

La aportación de la Farmacia

Alberto fue el primer farmacéutico en ser parte de EqÜES, proporcionando un punto de vista más centrado en la farmacología y en sustancias como las drogas.

“En clase vimos el último ESTUDES, una encuesta sobre el uso de drogas que realizan cada dos años en alumnos de secundaria de España. Es alucinante la cantidad de menores que consumen, y cada año va en aumento”. El estudiante alerta de que muchos problemas como enfermedades mentales o comportamientos delictivos se podrían prevenir si se evitase el consumo de drogas.

Nuestros actos tienen consecuencias más allá de nosotros mismos. Se podría mejorar la calidad de vida de los jóvenes que consumen y de sus familias, porque no solo brinda infelicidad para ellos, su familia y entorno también queda afectado. Es una realidad un poco dura, pero a la que es necesario enfrentarse”.

Alberto ha decidido hacerlo impartiendo formación específica sobre estos temas en centros educativos como institutos y centros de FP, para fomentar entre los estudiantes el pensamiento crítico y aportar información veraz sobre esta cuestión. “Han tenido muy buena aceptación. Incluso ha habido personas que pasado un tiempo nos han dado las gracias, porque han podido decir que no a las drogas y se han dado cuenta de cómo han afectado a sus compañeros”, cuenta.

alumno practica reanimacion con un maniquí

De vuelta en Larraona

El taller sobre primeros auxilios en el Colegio Mayor incluyó diferentes ejercicios de inmovilización, reanimación, etc., que los colegiales que participaron pudieron practicar. Acudieron más de una decena de ellos, entre los que se encontraba el decano, Javier Calvo, que conocía a Alberto.

“Cuando entré en Larraona, además de hacer mi grupo de amigos, entablé mucha relación con mis veteranos de Farmacia y con estudiantes de Medicina”, explica. “Los veteranos me acogieron desde el primer momento, como a un cachorro. Ahora me sigo llevando con ellos. Son amistades muy arraigadas, que con suerte, espero conservar toda la vida”, confiesa.

Llegado desde un pueblo de Huelva, “en la otra punta de España”, Alberto comenzó su vida universitaria con los miedos y la ilusión de quien empieza de cero. “Cuando llegué a Larraona me sentí en casa desde el primer instante. El ambiente familiar, las actividades… Me pareció una maravilla. Recuerdo con cariño ese año, me marcó bastante”, concluye.

Queremos agradecer a la asociación EqÜES su labor, y aprovechamos para recordar y animar a todos nuestros antiguos colegiales a visitar la que fue y seguirá siendo su casa.

molino de viento en navarra

Talleres curso 2021-2022

Los años de universidad son para aprender. No solo de las asignaturas de la carrera, sino de todo el entorno que las rodea. Por eso te invitamos a que no dejes pasar la ocasión de apuntarte a uno de los talleres que ofrecemos en colaboración con la Universidad de Navarra. A través de sesiones explicativas y de visitas, desarrollarás tus conocimientos de la mano de expertos en Historia, Ecología o Farmacia y descubrirás con más profundidad la ciudad de Pamplona y distintos parajes de nuestra comunidad. Además, cada taller incluye la presentación de un trabajo, para que puedas optar a convalidar esta actividad por créditos académicos (ECTS) que te servirán en la universidad. ¡Anímate!

muralla ciudadela de pamplona

Taller de Historia de Pamplona

Objetivos:

  • Aumentar tu sensibilización por la Historia.
  • Conocer el origen y los principales hitos de la ciudad de Pamplona desde su fundación hasta la Edad Moderna.
  • Descubrir la riqueza histórica de Pamplona y por ende de Navarra.
  • Despertar en ti la reflexión antropológica, a partir de la documentación histórica.
  • Favorecer la dimensión de relación y convivencia con universitarios de otros Colegios Mayores, compañeros de universidad…

Sesiones:

  1. Sábado 18 de septiembre. Pamplona Medieval. Los Burgos. Prof: Anna K.Dulska. Visita a la exposición Occidens y a la Catedral.
  2. Sábado 2 de octubre. Edad Contemporánea. Las murallas de Pamplona. La ciudadela. Prof: Manuel Sagüés. Visita a la ciudadela.
  3. Sábado 15 de enero. ( fecha por confirmar). Pompelo. La fundación romana de Pamplona/ Iruña. Prof: Javier Armendáriz. Visita al Museo de Navarra

Trabajos:

Uno, de una de las tres lecciones. Plazo de entrega: 31 de enero.

  • Contenido: Al menos 4 fotografías propias realizadas en la clase práctica escogida. Se dará un premio a la mejor fotografía.
  • Formato: Papel A4 en color o b/n. Cada fotografía tiene que llevar adjunta un pie de foto con al menos 200 caracteres y donde haya dos partes.
    a) Datación, descripción y explicación del motivo histórico de lo que se capta en la fotografía.
    b) Valoración personal: qué has sentido, imaginado, aprendido, compartido con tus compañeros…algún matiz filosófico, político…sobre lo que ha captado en la fotografía.

 

Envío de los trabajos a: cmsecretaria@larraona.org (Manu, CM Larraona)
Lugar de las charlas: 09.00-10.15- Sala Marrón del CM Larraona.
Clases prácticas en Pamplona: de 10.30- 14.00

Aforo limitado.

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taller de ecologia en balneario de fitero

Taller de ecología y medio ambiente

Sesiones:

  1. 11 de septiembre. Salida práctica. El Bocal y acuífero y balnearios de Fitero. Propiedades y aprovechamiento del agua. Su historia desde la utilización como termas romanas.
  2. 25 de septiembre. Salida práctica. Acueducto de Noáin y Parque de los sentidos.
  3. 12 de marzo. Salida práctica. Parque eólico de Aibar y Planta de biomasa de Sangüesa. Visita al Castillo de Javier.

Trabajo: Nueve fotos ( tres de cada salida práctica. Originales pies de foto de, al menos, 8 líneas. Descripción, historia, elementos técnicos, apreciación personal.
Plazo de entrega: 31 de marzo de 2022.

Aforo limitado.

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taller de farmacia en el colegio mayor larraona

Taller de farmacia (NUEVO)

Sesiones:

  1. Título: La industria farmacéutica. Aspectos empresariales.
    Ponente: Juan Goñi ( Director General Grupo Cinfa).
    Estructura de la sesión:

    • Industria farmacéutica: sector líder.
    • Cinfa: historia, evolución y futuro.
  2. Título: I+D+i de medicamentos y futuro del sistema sanitario
    Ponente: Julio Maset ( Director Científico. Laboratorios Cinfa)
    Estructura de la sesión:

    • Medicamentos y productos sanitarios: tipos
    • I+D+i
    • Desarrollo de un medicamento
    • Desarrollo de un producto sanitario
    • Aspectos regulatorios
    • Visita a planta

Los lunes por la tarde de febrero de 2022. Fecha por confirmar.

Aforo limitado.

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flor blanca que representa el perdón

Duelo y perdón. Encuentro con Iñaki García Arrizabalaga.

Iñaki García Arrizabalaga es Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y profesor del Departamento de Marketing de la Universidad de Deusto. Sin embargo, no acudió al Colegio Mayor para formar a los estudiantes en materia de Gestión de Marketing o Investigación de Mercados. El colegial Joseba Unzaba lo invitó para que les hablase sobre el proceso de duelo y de perdón, a partir de su testimonio personal como víctima del terrorismo. 

 

víctima del terrorismo y estudiante universitario en una conferencia

 

El duelo y el odio 

Iñaki tenía 19 años cuando un 23 de octubre de 1980 los Comandos Autónomos Capitalistas, una escisión de ETA, asesinaron a su padreJuan Manuel García Cordero. Era delegado de Telefónica en Guipúzcoa, un trabajador normal” que no estaba implicado en el mundo de la política, como asegura su hijo. Por eso su muerte, además de una tragedia, fue una totalmente inesperada para la familia.  

El profesor recuerda poco los días que sucedieron a la fecha del atentado, puesto que estaba sumido en un “shock traumático brutal”. “Pasada una semana, nos quedamos en la soledad más absoluta”, explicó. Su madre reunió a sus hermanos y les propuso irse a vivir a Madrid, pero en San Sebastián habían hecho su vida y optaron por quedarse. “Fue una decisión muy valiente, pero durísima. Yo me di cuenta del daño que habían hecho a mi familia y empecé a sacar las uñas contra ese mundo. Pensaba que como buen hijo lo que me tocaba era rechazarlo. Así es como entré, sin darme cuenta, en una espiral de odio”, confesó. “El odio es un mecanismo terriblemente exigente y militante. Es un dicotomizador de la realidad, te crea un filtro distorsionador que te simplifica terriblemente la existencia: es conmigo o contra mí. Y yo no me daba cuenta. Pero mi madre sí”. 

En 1984 su madre le inscribió al programa Erasmus por el que terminó la carrera en una universidad de Londres. “Ahí es cuando me planteé qué estaba haciendo, me di cuenta de que me estaba arruinando la vida. Era un muerto en vida. El primer perjudicado de ser una máquina de odio era yo mismo”. Fue entonces cuando pensó si quería seguir siendo así para el resto de su vida. “Toqué fondo y decidí salir”. 

A su vuelta, reconoce que pasó años aún más duros. De nuevo se le presentó la oportunidad de irse a vivir fuera, pero decidió quedarse. En 1986 crearon en Guipúzcoa la Asociación por la Paz de Euskal Herria y desde entonces lleva trabajando por el encuentro entre diferentes y la reconciliación.

 

zapatos del ponente de la conferencia

 

El encuentro y el perdón 

El profesor de marketing explicó que en su profesión enseñan a ponerse en los zapatos del consumidor, a ser empático. “Siempre he tenido esa empatía, he tenido facilidad para fijarme en el sufrimiento ajeno. Por eso lo primero que hice fue buscar qué más víctimas había”. 

Iñaki ha acudido a distintos encuentros con víctimas de ETA, de los GAL y familiares de etarras, entre otros, que le han ido marcando. “Lo que queríamos decir era: vale de matar y de que cada uno llore a sus propios muertos. El sufrimiento humano está a un único lado de la balanza”.

El encuentro que más le marcó fue el que mantuvo en 2011 con Fernando de Luis Astarloaantiguo miembro de ETA, que solicitó una entrevista con una víctima cuando estaba en la cárcel. Iñaki le contó el terrible sufrimiento que habían causado en su familia y le preguntó el porqué de sus acciones. “La perversión de la lógica militar radica en que se quita cualquier vestigio de la humanidad, no ven personas sino objetivos militares. En la vorágine de la militancia cuanto más es mejor, no te paras a pensar”, dijo IñakiComentó que cuando Fernando entró en la cárcel es cuando se paró a pensar y se preguntó qué estaba haciendo con su vida. “Como antiguo miembro de ETA me pidió perdón a mí y a mi familia. Eso me impactó. Creo que si las personas se arrepienten de verdad merecen una segunda oportunidad, sea cual sea su delito. Y esa persona estaba arrepentida. Le dije que le perdonaba y que me gustaría que pidiera perdón a las familias de las víctimas”.  

Ahora Fernando ha salido de la cárcel y se ve dos o tres veces al año con Iñaki, que defiende que la finalidad del sistema penitenciario no es solo punitiva, sino restaurativa: “De eso se trata, de recuperar a las personas para que puedan vivir en sociedad”. 

 

estudiantes en el salón de actos

 

La lección por aprender 

El mensaje final que quiso dar fue que cada víctima es un mundo y que nadie es mejor o peor por perdonar u odiar. “Lo que las víctimas reclamamos es, en primer lugar, el derecho a saber la verdad, a conocer qué pasó. También el derecho a la justicia, no vengativa, pero que quien deba ser juzgado lo sea. Y, por último, el derecho a la memoria”.  

En este último punto se dirigió de manera especial a los estudiantes. “No podemos cambiar el pasado, pero sí la lectura que hacemos de él. Toca aprender la lección, ¿y cuál es? Que el fin no justifica los medios. Los derechos humanos son absolutos, no se pueden relativizar”. 

El encuentro se alargó hasta entrada la noche, porque los estudiantes no cesaron de preguntarle al invitado sobre distintos aspectos: qué cambiaría de lo que pasó si pudiera, cuál es su opinión el papel de las víctimas en la sociedad e incluso en la política…  

Gracias, Iñaki, por querer compartir con nosotros tu experiencia, y gracias a los colegiales por organizar este interesante encuentro. 

Javier Habans jugando al ajedrez

Jaque mate. Torneo simultáneo de ajedrez con Javier Habans

Silencio absoluto en la Sala “marrón” del Colegio Mayor. Nueve colegiales repartidos en distintas mesas y concentración máxima. No estaban estudiando para los exámenes, sino disfrutando de una de sus aficiones favoritas… el ajedrez.

 

El pasado jueves 4 de marzo recibimos la visita de Javier Habans, campeón de España de Ajedrez sub’12. Vino acompañado de su padre y del Presidente de la Federación Navarra de Ajedrez, Joaquín Seoane. Dispusieron las mesas y el material para que se pudiera celebrar un torneo simultáneo con los colegiales.

 

presidente de federación de ajedrez con maestro de ajedrez y su padre en el colegio mayor

El maestro de ajedrez se enfrentó a nueve colegiales a la vez. ¿El resultado? ¡Ganó a todos! Participaron Mario Hernández, Sergi Carulla, Jacobo Pardo, Javier Bistué, Pablo Infante, Jon Armentia, Euken Apaloaza, Theo Urquiza y Ramón Uría. El último en caer fue el colegial Jon Armentia.

 

estudiantes jugando al ajedrez

Enhorabuena una vez más a Javier Habans, un niño que, como dice Joaquín Seoane, no solo es una promesa sino que ya es una realidad en el mundo del ajedrez. Le estamos muy agradecidos por querer venir al Colegio Mayor, así como al Presidente de la Federación, que nos ayudó a organizar el evento. En el Colegio Mayor seguiremos entrenando para que la próxima vez que vengas, si no ganamos, podamos ponértelo más difícil. ¡Gracias y hasta la próxima! En Larraona siempre estaremos encantados de recibiros.

tablero de ajedrez con fichas

Partidas simultáneas de ajedrez

El jueves 4 de marzo a las 19h30 realizaremos una actividad muy especial en el Colegio Mayor: un torneo de partidas simultáneas de ajedrez.

Tendrá lugar en la cafetería, en la que se dispondrán dos filas de tres mesas desde las máquinas de vending hacia la barra del bar. En cada fila se pondrán cuatro colegiales, que se mirarán de frente. El “maestro” que juega y el presidente que explica estarán de pie en el centro.

Media hora antes de que arranquen las partidas, vendrá el Presidente de la Federación Navarra de Ajedrez, Joaquín Seoane, para traer el material y organizar la sala.

Los colegiales que deseen jugar podrán apuntarse en subdirección. El que mejor lo haga, ¡recibirá un premio!

¡Os esperamos!