Entrevista familia Cano

“La incertidumbre pasa, hay que estar confiado y probar cosas nuevas” – Entrevista a la familia Cano

Santiago Cano empieza este año 2º de Medicina. Y llega confiado. Sabe que la incertidumbre del principio es inevitable pero también que pasa rápido. Las actividades de los primeros días, las conversaciones con el equipo directivo o los ratos que pasa con la banda de música han sido fundamentales para cimentar esa confianza con la que aborda el nuevo curso. Sabiendo además que, aunque 2º de Medicina es duro, cuenta con el apoyo de los que le preceden: “los veteranos me han ayudado mucho, con dudas que tenía sobre prácticas, métodos, aprendes cosas nuevas y contar con ellos te ahorra algunos errores.”

 

un estudiante de medicina frente al portátil en su habitación individual

 

La llegada a Pamplona de los alumnos de 1º está llena de incertidumbre, que poco a poco se va despejando. ¿Cómo lo vivisteis vosotros?

 

Fernando, padre de Santiago. Cuando estudié en Valladolid, mi ciudad de origen, pensaba que un colegio mayor era simple alojamiento. Pero con esta experiencia en Larraona veo que es algo más, que hay muchas más cosas. Ha cambiado claramente la percepción que tenía.

María José, madre de Santiago. Para mí, la diferencia entre un colegio mayor y una residencia es grande, el acompañamiento, el estar más presentes, la formación cristiana que para mí es importante. Los estudiantes llegan y después de esa llegada hay mucho más, no se desentienden. En el caso de Santiago, era la primera vez que  salía de casa, era complicado para él y para nosotros, porque tu previsión es que vas a llegar solo sin conocer a nadie, pero luego ves que llegas a un entorno que te acoge enseguida y en una semana ya estaba integrado. Enseguida lo vi de otra manera. Porque además hay opciones para cualquier tipo de perfil. En el caso de Santiago, con aficiones distintas del deporte, que normalmente te dan un tramo hecho a la hora de conocer a gente, tuvo enseguida actividades que le facilitaron esa primera entrada.

Santiago Cano. Sí, fue así. La principal preocupación al principio es encontrar gente afín con la que hablar y compartir. Y desde el principio está organizado para que ese momento sea fácil, con las jornadas, la barbacoa, la banda de música… me han ayudado mucho.

Los primeros días coincidí casi por azar con amigos que han perdurado porque la manera en que pensamos tenemos mucho en común. Aunque no estudien medicina, se forma un vínculo muy especial con gente que no conocías de nada. Con estos amigos que he hecho en Larraona casi hablo más con otros con los que he estado 15 años de colegio. Me siento muy próximo a ellos.

 

una madre y un padre hablan con su hijo que está sentado en su cama

 

¿Qué les diríais a los que llegan nuevos este curso académico?

 

M. Que estén tranquilos, que van a estar muy bien, también con el equipo directivo, que los que llevan años aquí van a estar pendientes de ellos.

F. Les diría que están en una ciudad acogedora. Tiene un tamaño muy amable, Con gente muy abierta. Y llegas a un sitio en el que tienes todo a mano. Además, ves que la gente trabaja con mucha ilusión, desde la primera entrevista, incluidas las personas de recepción, no es una fachada para captar clientes, ves que ese trato perdura, que con los meses sigue habiendo conversaciones con el equipo directivo, hay una implicación muy grande.

S. Como consejo a los recién llegados les diría que no tengan miedo de abrirse y de probar cosas nuevas. Que tengan confianza con el equipo directivo, porque no son personas burocráticas, son personas fenomenales que te van a guiar, que tendrás con ellos conversaciones muy ricas, que hay muchos equipos deportivos y actividades diversas… que prueben.

En mi caso, cuando surgió la oportunidad de crear un grupo de música, bajé el primer día que se ofertó. Y eso me ha dado mucho juego. De esta manera, conoces a personas de otras plantas, de otras carreras y te vas abriendo. No hay que tener miedo.

F. Y aún me gustaría matizar algo más. Que hay mucha libertad, pero dentro de esa libertad se preocupan por las necesidades de la gente, no solo necesidades materiales de comer o vestir, sino sociales, personales o espirituales.

M. Y con este trato que reciben y la información que recibimos de los chavales, en redes, Facebook, Instagram, en la web y la newsletter, me he encontrado casi como en casa, hemos estado tranquilos. No hace falta mucho más.

 

estudiante toca la batería en una banda musical joven

 

¿Cómo ha sido esa experiencia con la banda?

 

S. He estado encantado. Buscaban gente que tocara un instrumento. Nos reunimos un grupo interesante. La actividad está guiada por un profesional que nos trae partituras. Y el objetivo es empezar con los ensayos cuanto antes. Además, ha dado la casualidad de que muchos de los que participamos en esta actividad estudiamos medicina. Así que animo a todo el que toque algún instrumento que se una. O a los que canten, la vocal que canta con nosotros lo hace muy bien.

F. Una anécdota muy significativa es que al principio la batería, que es el instrumento que toca Santiago, estaba rota. Enseguida le preguntaron qué necesitaba y a la semana estaba arreglada. Ha habido mucho interés.

S. Sí, es una actividad que han fomentado mucho. En Navidades y en la Fiesta de Primavera hemos tocado. Nos han proporcionado todos los medios, la ubicación, incluso un técnico de sonido.

 

¿Y qué otras actividades te han gustado?

 

S. El taller de Historia, por ejemplo. Aunque no te dan créditos, son tres sábados por la mañana que se pasan muy agradablemente. El Camino de Santiago, que hicimos los primeros días. Casi hay una actividad para cada persona… deportes, cultura, de música y cocina…

F. También te gustó mucho esa charla con el magistrado del Tribunal Supremo. Santiago no estudia Derecho y sin embargo le encantó.

S. Sí, el Think and Beer es muy buena actividad. Son expertos y se nota.

 

 

colegiala voluntaria en el estadio de la torre eiffel en parís 2024

Un voluntariado olímpico: la experiencia de María Navarro

Nuestra colegiala María Navarro, a punto de empezar segundo de carrera, está cursando el doble grado de Relaciones Internacionales e Historia en la Universidad de Navarra. Es de Salamanca, aunque a sus 19 años ya ha visto mucho mundo: este mes, sin ir más lejos, ha estado dos semanas viviendo en París, mientras trabajaba como voluntaria en los Juegos Olímpicos. Hablamos con ella para conocer su experiencia.

 

Una larga preparación para llegar a París

Todo comenzó en 2022, cuando se abrieron las inscripciones para apuntarse al voluntariado. María se enteró a través de unos amigos de su clase, que ya se habían inscrito y decidió probar suerte: “Me pareció una muy buena oportunidad y quise apuntarme por si tenía la oportunidad de ir”. El proceso fue más largo de lo que parecía y tuvo que pasar varias etapas, comenzando por rellenar varios formularios dando sus datos, cuántos idiomas sabía, si practicaba algún deporte… María hace ballet y además de español, habla inglés, francés y japonés: “He hablado algo de japonés durante el voluntariado”, nos cuenta.

Además, tuvo que enviar una carta de presentación, explicando por qué era una buena candidata. María admite que a esta parte le dedicó mucho tiempo, y entregó una excelente carta en inglés y en francés: “Creo que por eso me eligieron”.

Al tiempo, recibió una llamada informándole de que estaba seleccionada por uno de los dos organismos que se encargaban de la organización de los juegos: el Ayuntamiento de París. Tras una entrevista, todo quedó cerrado y María comenzó a prepararse para el gran evento. El alojamiento no fue un problema, ya que podía quedarse en casa de un familiar. La mayoría de cursos formativos ofrecidos para la preparación del evento eran presenciales en París: “A los que obviamente no podía ir”, dice María entre risas. Aún así, pudo realizar algunos cursos online, en los que, además de protocolo, aprendió acerca de la historia de la ciudad, la situación de las diferentes zonas, los barrios, etc. María nos lo explica: “Algo que han hecho muy bien en los Juegos de París ha sido implicar los Juegos en la vida de la ciudad, por eso para ellos era importante que la gente que íbamos a trabajar allí conociéramos bien la ciudad y pudiésemos mostrarla a los visitantes”.

 

estadio de la torre eiffel en los juegos olímpicos de parís 2024

 

Où est la Tour Eiffel?

María fue asignada al Estadio de la Torre Eiffel en el departamento de “Servicio hacia la gente”. Su trabajo ha consistido en ayudar en las entradas y salidas de los estadios, dirigir a la gente hacia sus asientos, explicar los servicios del estadio, dar indicaciones sobre las líneas de metro o sobre los monumentos famosos, entre otras cosas: “La pregunta que más me han hecho es dónde está la Torre Eiffel”. Al estar en el estadio, María pudo ver casi todos los partidos de vóley, y como el Ayuntamiento de París daba a cada persona voluntaria una entrada con asiento para un deporte, también vio una de las competiciones de atletismo.

Además, el Ayuntamiento de París creó la “Terrasse des Jeux” o Terrazas de los Juegos: unos espacios cerrados exclusivamente para quienes residen en la ciudad y las personas voluntarias. De esta forma, los habitantes de París podían entrar de forma gratuita a ver cualquier competición en las pantallas, además de comer o participar en diferentes actividades. Así es como María vio la ceremonia de apertura: “Fui yo sola, pero conocí a unos holandeses con los que me lo pasé súper bien”.

 

grupo de voluntarios durante los juegos olímpicos posando frente al estadio

 

Amistades y recuerdos únicos

Aunque se apuntó sola, no tardó en hacer amistades: “Hice muchísimos amigos en cuanto llegué y no me he sentido sola en ningún momento”. El resto del equipo de voluntariado era de Francia, pero eso no ha supuesto ningún problema para María: “Me han incluido súper bien, la gente ha sido un 10 y me llevo muchos amigos”.

No sólo conoció a nuevas personas, si no que tuvo la oportunidad de hablar con diferentes atletas: “Me hice una foto con los dos españoles de vóley, fueron majísimos”. Algo que incentivó mucho las relaciones sociales fueron los famosos Pines Olímpicos. Cada delegación expedía los suyos propios, y uno de los principales pasatiempos durante los Juegos fue intercambiarlos para intentar conseguir todos: “Al principio nos los daban los atletas, pero luego ya todo el mundo los regalaba, los cambiaba o te paraban por la calle para darte uno.” Sin duda, un bonito souvenir que conservará de esta experiencia.

 

universitaria acompañada de dos jugadores de voley de la selección española

 

Esta no ha sido la única aventura internacional de María este año, ya que en mayo estuvo en Washington con sus compañeros y compañeras de carrera: “Visitamos todas las instituciones importantes: bancos, embajadas… Fue muy enriquecedor”.  Eso sí, sin desmerecer a Washington, nos cuenta que París ha sido una experiencia muy especial: “Es una ciudad súper bonita y especial, y aún más con todo esto. He vivido un ambiente que sólo ha existido en esta ocasión y todos a mi alrededor eran conscientes de ello y lo vivían de la misma forma”.

 

De París a Salamanca, y de Salamanca al Colegio Mayor Larraona… ¡Nos vemos en unas semanas en Pamplona!

Mariano Plana en los estudios de Aragón Radio

Un vistazo colegial dentro de Aragón Radio

Nuestro colegial Mariano Plana Blanco tiene 20 años y es estudiante de Periodismo en la Universidad de Navarra. A pesar de estar en primero de carrera, no le falta entusiasmo por incorporarse al mundo laboral: ha pasado el verano haciendo prácticas en Aragón Radio, en la delegación de Huesca. A continuación, hablamos con él para conocer su experiencia.

Mariano se describe a sí mismo como “un ciudadano del mundo”: “Nací en Barcelona, en mi DNI pone que soy de Benasque, he vivido casi toda mi vida en Binéfar y ahora estoy trabajando en Huesca y estudio en Pamplona.” Activo y emprendedor, siguió la recomendación de varios de sus profesores y decidió conseguir unas prácticas para el verano: “El ‘no’ pocas veces lo tengo en la boca, a mí me interesaba lo de las prácticas así que fui a por ello”.

 

Proceso de selección

“Al ser de primero sabía que las oportunidades eran más limitadas. Yo hice mi currículum y lo envié a Radio Aragón”. Dentro del ámbito periodístico Mariano no tenía ninguna preferencia específica: “A mí me daba igual hacer radio que tele, lo que quería era meter la cabeza”.

Tras escribir a Radio Aragón le mandaron una oferta con la vacante de becario. En dicha oferta tenía que adjuntar su currículum y escoger la delegación en la que estaba interesado. Mariano escogió Huesca por ser una localidad más pequeña y cerca de su casa, lo que le facilitaba el alojamiento. Tras la primera fase del proceso, Mariano estuvo entre los seleccionados para la fase dos: una entrevista. Después sólo faltaba la esperada llamada. Efectivamente a los días su móvil sonó con buenas noticias: si lo quería el puesto era suyo.

 

Un día con Mariano

Las prácticas duran todo el verano, desde el 1 de julio hasta el 30 de agosto. “Termino el 30 de agosto y el 2 de septiembre ya tengo clase, pero dicen que sarna con gusto no pica”, admite Mariano entre risas.

Tiene un horario de 7:00 a 14:00h. “Aunque nunca me voy a las 14:00 porque siempre me quedo hasta las 15:00 o 15:15. Hay que dejar preparadas las desconexiones del día siguiente”, comenta. Mariano se levanta todos los días a las 5:30 de la mañana, ya que le gusta ir con algún tema preparado al estudio para las desconexiones. A las 7:25 y 7:55 se producen las desconexiones locales del programa principal, son como pequeños informativos provinciales. A las 13:30 es el informativo principal y a las 14:00 se repite el informativo, en lo que suele ser una reescritura del principal. “Para cuando salgo, llego a casa y como, es tarde. Luego suelo pasar la tarde leyendo o descansando porque madrugando tanto no queremos que el cuerpo explote.”

 

Colegial posando en las instalaciones de Aragón Radio

 

Un trabajo muy variado

Mariano se ha adaptado rápidamente: “Yo soy pluriempleado: locuto, redacto, edito sonidos, voy a ruedas de prensa, hago calle… Menos técnico de sonido hago de todo”.

Aunque la pieza final que se escucha en la radio pueda ser un corte breve, la realidad es que lleva mucho trabajo. Hay que coordinar el enfoque que se le va a dar, escribirlo, grabarlo, seleccionar las partes más importantes…: “El trabajo no se ve, hay mucha pre y post que en un informativo de 4 minutos no se nota.”

En la delegación de Huesca sólo hay una persona en la radio, por lo que es complicado que ella sola se haga cargo de toda la provincia. Mariano ayuda a sacar adelante los informativos: “Vamos corriendo de una rueda de prensa a otra, luego al ordenador a volcar los sonidos para hacer los cortes, escribir la pieza, grabarlo…”.

“Me dicen que soy el perfil de becario ideal. Le pongo interés, voluntad, no me quejo, me quedo hasta la hora que haga falta…”, reconoce.

 

colegial frente a un micrófono en el estudio de radio de Aragón Radio

 

Aprendizaje de las prácticas

Aunque con la asignatura de Comunicación Radiofónica en la universidad había aprendido varias cosas que le han servido, como editar cortes, Mariano nos confiesa que trabajar en una emisora de verdad es muy diferente: “De lo que te enseñan en la carrera a lo que ves en la vida real hay un cambio muy grande en el ritmo de trabajo. No tiene nada que ver el agobio, el sacarte las noticias de debajo de las piedras si no hay temas, llamar y que nadie te coja el teléfono… Hay que ser resolutivo, tener algo de cara y muy poca vergüenza. Si no sabes desenvolverte, te comen.”

Aún así, Mariano está más que satisfecho con la experiencia: “Estoy encantado de la vida, porque me estoy curtiendo. Repetiría el verano que viene con los ojos cerrados, y en el mismo sitio.” Recomienda la experiencia al 100%, sobre todo en un lugar pequeño para empezar: “En los lugares pequeños te prestan más atención y se esfuerzan en enseñarte. Tengo muy buena relación con los compañeros de la tele, hay mucho trabajo en equipo. Además, desde el segundo día que llegué me dejaron libertad. Soy como un miembro más del equipo, participo en las reuniones, aporto mis ideas, voy solo a las ruedas de prensa…”.

Al preguntarle qué aprendizajes se lleva para su futuro profesional Mariano lo tiene claro: ha aprendido a trabajar a contrarreloj y con pocos medios personales, poniendo en valor la importancia del trabajo en equipo: “el individualismo para este tipo de trabajo no vale. Cuando hay más medios puedes permitirte ir más relajado, pero si no hay que trabajar y colaborar entre todos para que salgan adelante las noticias.”

 

Colegial entrevistando a un misionero claretiano

 

Continuación en Larraona

Tras este verano, Mariano vuelve al Colegio Mayor Larraona: “Y si Dios quiere, hasta 4º aquí me voy a quedar, no me pienso mover, estoy súper contento.” Lo que más destaca es la variedad de actividades y el acompañamiento: “Te sientes muy arropado, muy bien acompañado. Al empezar una nueva etapa –y más si vienes de un pueblo pequeño– eso se agradece mucho.”

Mariano también ha dejado su granito de arena profesional con nosotros. En el último número de la revista Calle 45 se puede encontrar una entrevista que realizó a Gustavo Pez, misionero Claretiano.

 

En el Colegio Mayor Larraona estamos muy contentos de poder acoger a colegiales con talento e iniciativa como Mariano. ¡Nos vemos en septiembre!

fachada del colegio mayor larraona rodeada de flores

Un curso para recordar

El curso académico ha llegado a su fin en el Colegio Mayor Larraona y es inevitable echar la vista atrás y recordar con cariño todos los momentos que hemos vivido con vosotros y vosotras este año. Sigue leyendo para rememorar con nosotros el curso 2023-2024 en el colegio mayor.

 

Construyendo una realidad educativa integradora

Nuestro Proyecto Educativo se basa en una educación integral de las tres dimensiones de la persona: individual, social y trascendente.

En el plano individual, hemos trabajado el desarrollo personal a través del acompañamiento, como pilar fundamental de nuestra labor, y de una multitud de iniciativas. Algunas ya tienen recorrido, como el taller de estudio, pero otras son novedosas, como el programa de formación afectivo-sexual tan enriquecedor, que hemos implantado este año.

En el plano social, el curso comenzó con fuerza, al ser el primer año en que hemos dado la bienvenida a nuestras colegialas. Este cambio de modelo a mixto, fruto de la actualización de nuestro Proyecto Educativo, ha traído un mejorado espíritu de convivencia y compañerismo al colegio mayor y nos ayuda a construir una realidad educativa integradora. Este aspecto de la convivencia lo seguiremos trabajando este año a través de la puesta en marcha, por parte de todo el equipo del colegio mayor, de Herramientas de Prácticas Restaurativas.

En el ámbito trascendente, muchas personas se han interesado por distintas opciones que hemos ofrecido, como el taller de psicología, los grupos de Fe y vida, las celebraciones litúrgicas o las charlas cuaresmales, además de todas las inquietudes tratadas en el día a día como parte de nuestro acompañamiento.

 

Un sinfín de actividades

Think&Beer, club de cocina, voluntariado, grupo de música, baile los domingos por la tarde, concurso de fotografía, concurso de relato, cenas temáticas, catas gastronómicas, charlas, talleres de Historia y de Ecología… Este año ha habido una multitud de actividades que han marcado la vida colegial. Por no hablar de las celebraciones anuales y de todo el programa deportivo desplegado a lo largo del año: torneos de bienvenida, interpasillos, interregiones, intercolegial Trofeo Rectora… ¡Imposible de resumir todo! Si quieres hacerte a la idea, te animamos a leer la revista Calle 45 que hemos preparado.

 

Gracias y hasta el año que viene

Queremos expresar nuestro agradecimiento, en primer lugar, a los colegiales y colegialas, pero también a sus familias y a todas las personas que han trabajado y colaborado con nuestro Proyecto Educativo: a quienes han hecho posible que este curso educativo haya sido intenso y bello para recordar.

 

colegial sentado en los escalones frontales del colegio mayor

Nos despedimos de Eduardo Díez: 5 años de vivencia colegial

Tras su graduación, Eduardo Díez, zaragozano, ha vivido sus últimos días como colegial en el Colegio Mayor Larraona. Hablamos con él para conocer su experiencia durante estos 5 años.

 

colegial de larraona frente al cartel de los 50 años

 

Eduardo se ha licenciado en Farmacia en la Universidad de Navarra. Al preguntarle por su carrera, cuenta entre risas: “A mí me gusta todo el tema de salud, pero lo de abrir cuerpos, mejor a distancia… Me gusta mucho la química también, así que Farmacia me encajaba muy bien.”

Eduardo vino al Colegio Mayor Larraona en el año 2019 y desde entonces este ha sido su hogar: “Conocía a gente que había venido aquí y tenía muy buenas referencias”, comenta. Destaca que le llamó la atención la buena ubicación del colegio mayor y el programa educativo: “Hay mucha más libertad que en otros colegios mayores, y con 20 años eso se agradece.”

Su primer año estuvo lleno de experiencias nuevas, ya que en el año 2020 comenzó la pandemia de la COVID 19. “Empecé en septiembre y en marzo nos tuvieron que mandar a todos a casa, fue un lío”, nos cuenta.

 

colegiales de traje frente al escudo de larraona

 

Durante los cursos de tercero y cuarto Eduardo estuvo compaginando los estudios con el deporte: jugaba en el equipo de Basket Navarra. El colegio mayor le hacía más fácil poder dedicarse a estudiar y a entrenar su afición: “Me coincidían muy bien los horarios de entrenamiento, y llegar y tener la comida hecha es un gusto”. Aunque el equipo se disolvió el año pasado, Eduardo no ha dejado su pasión por el baloncesto. Este curso ha creado y liderado el equipo de baloncesto de Larraona, con el que compitió en el Torneo Intercolegial en Madrid.

Esto ha sido posible gracias a una iniciativa suya, como colegial decano que ha sido este año junto a Alejandro Boned: “Veía que se podían hacer cosas por el colegio mayor, así que me organicé con Alejandro y nos apuntamos”, relata. Alejandro Boned también se despide este curso de Larraona tras 4 años como colegial. Juntos han creado la comisión de deportes, ayudando a organizar gran parte de las actividades deportivas de este curso, dándole una nueva vida al colegio mayor. “Creo que este año ha sido el mejor, cuando más me he implicado y más he disfrutado de todo”, expresa.

 

equipo de baloncesto posando en la cancha

 

Durante estos 5 años, Eduardo ha crecido con Larraona, y ha visto crecer al colegio mayor. “He visto todas las reformas de los pisos, la construcción de las pistas de pádel y, este año, el cambio a mixto”.

Eduardo opina que el colegio mayor es una gran parte de la vida universitaria, una experiencia enriquecedora que merece la pena disfrutar al máximo. “Hay muchos años para vivir en un piso, pero esta experiencia es única, son cosas que no vas a poder volver a hacer”, defiende.

decano

colegial becado dando un discurso en un tribuna

 

La nostalgia se presenta inevitablemente  cuando expresa su agradecimiento por estos años: “Me llevo un montón de gente que he conocido y un montón de experiencias, lo voy a echar de menos”.

Sin embargo, no se va sin antes dejar un consejo para los nuevos colegiales: “Aprovechad para conocer gente nueva a parte de vuestros amigos e intentad ayudar a los demás, como los veteranos os hemos intentado ayudar a vosotros.”

Gracias, Eduardo, ¡y hasta siempre!

patinadora en un salto acrobático sobre hielo

Nerea Grandoso: deportista nacional y estudiante universitaria

Nerea Grandoso es de Vitoria y acaba de terminar su primer año de Biología en la Universidad de Navarra, además definalizar una temporada de competición de patinaje artístico. ¿Quieres conocerla? Hablamos con ella para compartir su experiencia como universitaria y colegiala de Larraona.

 

Arte sobre hielo

Nerea empezó a patinar a los 3 años y desde entonces no lo ha dejado, fue amor a primera vista. Compite en la modalidad individual y a nivel nacional de forma regular: “El nivel es bastante alto, entreno 5 o 6 días a la semana”. Al venir a Pamplona Nerea cambió de club, y ahora entrena en el Palacio de Hielo del club Huarte. “He entrenado en Vitoria toda mi vida y vine a Pamplona porque tenía Biología y pista de hielo, es el mejor sitio para compaginar ambos”.

Mi reto este año ha sido compaginar los estudios con el deporte” afirma. Nerea nos cuenta que lo ha conseguido organizándose súper bien y teniendo muy claras las horas disponibles que tiene. “Llevo varios años entrenado mucho y con muchas horas de estudio, así que más o menos ya estaba acostumbrada, pero estar en Larraona me ha ayudado bastante”. Vivir en el colegio mayor y no preocuparse por cocinar o hacer largos trayectos a la universidad le ha permitido centrarse en estudiar y patinar. “Para mí eso ha sido clave para poder hacer las dos cosas, si no habría sido imposible”.

También le ha servido mucho la asesoría académica ofrecida en el colegio mayor: “Te ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y a organizarte más, y eso para mí es fundamental”.

 

patinadora de patinaje artístico sobre hielo en medio de una actuación

 

Amor por la naturaleza

Nerea está satisfecha con la carrera y así lo expresa: “Este año me ha ido súper bien, estoy encantada con la universidad. He acertado, esta es mi carrera”. Toda su vida ha sido una apasionada de los animales y, aunque de pequeña quería ser veterinaria, al ir creciendo descubrió que le interesaban todos los seres vivos: “La naturaleza en general me encanta”.

Su interés por aprender no se limita a las clases; Nerea ha pasado el mes de junio trabajando como alumna interna del Departamento de Biofísica en el laboratorio de la universidad. Junto a otras personas, colabora con el profesorado, participa en los experimentos y aprovecha la experiencia para aprender y coger práctica fuera del horario de clase. Está ilusionada por el proyecto en el que están trabajando actualmente y lo expresa con una sonrisa: “Estamos trabajando con materia activa y aprendiendo un poco de microbiología y física para aplicarla a nuestro proyecto”.

 

colegiala posando frente a la puerta del colegio mayor claret larraona

 

Un segundo hogar

Aunque su agenda ya está muy completa de por sí, Nerea saca tiempo para hacer vida en el colegio mayor; este año ha participado en el taller de bailes latinos, en algún Think and Beer y otras actividades al inicio del curso. “Me gusta que hay muchas actividades para hacer aquí, si fuese por mí me apuntaba a todas, pero no me da tiempo”, nos confiesa entre risas.

Comenta que lo que más disfruta es el ambiente colaborativo del colegio mayor: “Aquí conoces gente de otras carrerasy eso me gusta mucho, ayer tuve una conversación súper interesante con un chico que está estudiando filosofía”. También destaca la seguridad con la que disfruta de vivir fuera de casa: “Estoy muy tranquila, sé que si tengo cualquier problema en Larraona hay mucha gente a la que puedo pedir ayuda”.

 

colegiales en una sesión de think and beer en el colegio mayor

 

Nerea cierra el curso feliz y satisfecha, con la paz que proporciona el esfuerzo y el trabajo bien hecho: “No podía haber elegido mejor sitio para venir”.

Chica joven sonriendo en un colegio mayor

Paula Jiménez: médico en ciernes y deportista aficionada

Paula Jiménez es logroñesa y estudia primer año de Medicina en la Universidad de Navarra. Pertenece a la primera promoción de colegialas, tras el cambio al modelo mixto en el Colegio Mayor Larraona. Hablamos con ella para conocer su experiencia.

 

Aunque comenta que la carrera es muy exigente, Paula consigue compaginarla con otras actividades: juega al fútbol, al pádel, visita a su familia, sale con sus amigas…“Obviamente te metes a Medicina y sabes que es una carrera en la que tienes que estudiar, pero normalmente hay tiempo para todo”. Nos cuenta que para rendir bien necesita hacer más cosas: “Si está todo demasiado centrado en la uni, como que se me queda el mundo pequeño”.

 

equipo de fútbol femenino del colegio mayor larraona

 

Pasión por el deporte

Es muy deportista: juega como defensa en el equipo de fútbol sala femenino de nuestro colegio mayor. Las chicas entrenan todos los lunes por la noche, así que encuentra un rato para despejarse. Durante el curso han competido en la Liga Intercolegial, teniendo partidos casi todas las semanas, y también jugaron en el Torneo de la Copa de Primavera. El fútbol hace que tenga mucha relación con chicas de otras carreras. También es aficionada del pádel, y ahora que ha terminado la temporada de torneos, lo practica todavía más. “Solemos ir mucho a jugar a pádel aquí en las pistas de Larra, vamos dos veces a la semana o así”.

 

chicas sonriendo frente a unas pistas de pádel

 

La pasión por el deporte la lleva desde pequeñita. En el colegio Paula practicaba gimnasia rítmica y llegó a competir a nivel nacional. Una lesión de cadera le forzó a retirarse: “Pasé de entrenar todos los días a no poder ni andar”. Nos cuenta que ese cambio radical en su vida le abrió la puerta a su vocación: “Me trataron, pero nunca me dijeron qué me pasaba y se me quedó la espinita”. Por eso, desde entonces quiere ser traumatóloga.

 

gimnasta nacional infantil de gimnasia rítmica

 

Vocación y estudio

Aunque tiene bastante claro que el campo al que se quiere dedicar es la traumatología, Paula tiene los pies en la tierra y está abierta a un cambio de rumbo: “Una cosa es estudiar la materia, pero luego es en la práctica cuando tienes que verte. Tercero de carrera, con las rotaciones en el hospital, va a ser el año de decidir”.

El tener desde pequeña unas rutinas tan marcadas ha hecho que organizarse los horarios en la universidad no se le haga difícil.  Al preguntarle sobre su habilidad para compaginar el estudio con el deporte y la vida social nos confiesa que la clave es distribuir tu tiempo y exprimirlo al máximo. “Quiero jugar a pádel, tomar algo, salir con mis amigos y para eso tengo que estudiar este tiempo, así que lo tengo que aprovechar”. También comparte un consejo útil para los años universitarios: “Necesitamos ratitos que no sean de estudiar, porque si no nos volvemos locas”.

 

universitaria estudiando sonriente

 

Vivir en el colegio mayor

La vida en el Colegio Mayor Larraona le facilita esos descansos: “vamos a jugar al pádel, salimos a dar paseos, vamos a tomar un café… También prefiero estudiar en Larraona porque me gustan más las salas”. Nos cuenta que tiene más relación con los y las estudiantes de Medicina, ya que tienen diferentes horarios que el resto de carreras, una organización bimestral, diferentes fechas de exámenes… El tener un grupo de la misma carrera y por lo tanto las mismas rutinas, le facilita el estudio. Aún así, la vida común en el Colegio Mayor y el deporte hace que “haga piña” con el resto de chicas. Defiende que el ambiente es muy bueno y que está contenta sobre todo en relación con el cambio a modelo mixto. “Yo no he vivido otra cosa, pero es como si hubiese sido así toda la vida. Lo hemos hablado con los veteranos y se nota el cambio pero la gente está muy contenta”.

 

grupo de amigas posando en un balcón

 

Inicio del camino

Le preguntamos por qué decidió venir a Pamplona a estudiar. Nos explica que al terminar Bachiller sus opciones eran Madrid o Pamplona, pero Madrid se le hacía innecesariamente grande: “Yo necesito que todo esté aquí, salir de casa y llegar a los sitios”. Además, al estar tan cerca de Logroño hace que pueda ver a su familia y a sus amigas del colegio. “Mis padres a veces vienen a comer los domingos, es muy fácil vernos. Es como estar en casa sin estar en casa”.

Un año después de tomar la decisión de mudarse a Pamplona está convencida de que no podía haber elegido mejor: “No tengo ningún tipo de duda de que ha sido la decisión correcta, creo que no puedo estar mejor”.

estudiantes jugando al fútbol en una cancha al aire libre

Una tardía bienvenida a la Primavera: jornada de torneos y fiesta

El pasado sábado 13 de abril celebramos en el Colegio Mayor Larraona nuestra ya habitual Fiesta de Primavera. Deporte, música, concursos y celebración en un día para recordar.

 

Encuentro deportivo: Copa de Primavera

Comenzamos la mañana con el polideportivo y las canchas del patio llenos de actividad. En los partidos del torneo de la Copa de Primavera, nuestros colegiales se enfrentaron a los equipos de otros colegios mayores invitados y también de un equipo de 2º Bachiller del Colegio Larraona, en las modalidades de pádel, fútbol sala y baloncesto 3×3. El ambiente de encuentro deportivo y compañerismo colegial, acompañado del buen tiempo y la música, amenizaron la mañana.

 

grupo de colegiales en el interior de un polideportivo

 

Los primeros puestos estuvieron muy disputados, pero los resultados finales fueron los siguientes: En la categoría de fútbol sala masculino los ganadores fueron nuestros colegiales, seguidos de cerca por nuestros compañeros del colegio Claret Larraona, que fueron dignos finalistas. En fútbol sala femenino el primer puesto se lo llevó el equipo del Colegio Mayor Goimendi, aunque nuestras colegialas del Colegio Mayor Larraona quedaron en segundo puesto.

 

estudiantes posando en una cancha

 

En pádel masculino la pareja ganadora estuvo compuesta por nuestros colegiales Gonzalo Ovejero y Martín Díaz, y en pádel femenino el primer puesto fue para Ana y Beatriz, del Colegio Mayor Goimendi, aunque Jara y Cecilia nos representaron con un honorable segundo puesto. En la modalidad de baloncesto 3×3 el equipo “Larraona 2” bajo el mando de Edu Díez, se hizo con la copa.

 

cuatro chicas posando en una pista de pádel

 

Cultura y talento colegial

Estos no fueron los únicos ganadores del día, ya que se anunció la entrega de premios de varios concursos: David Vivas se llevó el primer puesto del concurso de fotografía con “Pádel”, con un premio de 150 euros y 15 puntos colegiales. El segundo y tercer puesto fueron para Ibón Morales y María Casado, respectivamente. Estos también fueron recompensados con un premio económico y puntos colegiales.

 

pista de pádel claret larraona

 

“Jirón de corazón” de Noa Marcos, fue el microrrelato ganador del concurso de literatura, acompañado por “El apellido de tu padre” de Alberto Solano en segundo puesto y “Sic transit gloria mundo” de Eneko de Diego en tercer lugar. Los tres ganadores recibieron un premio en metálico y puntos de colegial.

También conocimos a los ganadores del campeonato interregional de fútbol sala; la victoria fue para el equipo Internacional/islas, formado por Alberto Solano, Álvaro González, Antonio Déniz, Bautista Riomayor, Clara Salorio, Elena Olazar, Felipe Pardo, Hugo Amela, León Von Ondarza, Lucas Myers, Luis Estévez, Nora Lalou, Santiago Estefan, Santiago Parra, Sofía Dragu y Zeni Thompson.

 

tres estudiantes en una cancha de baloncesto

 

Además, se celebró un sorteo en el que los colegiales pudieron ganar un Tortillón para 4 en el bar Hawai o una Experiencia Automovilística con Cohousing. Después de un día lleno de emociones y premios, era necesario recuperar fuerzas, así que la tarde culminó con una cena y una fiesta con música en directo, en la que nuestros colegiales lo dieron todo.

 

estudiantes dando un concierto en directo

 

Agradecemos de corazón a todos por participar en esta jornada de espíritu colegial y por hacer posible al ambiente familiar que respiramos aquí, en el Colegio Mayor Larraona.

grupo de universitarios que participan en una cata de morcilla

Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla

Este pasado jueves 11 de abril, los colegiales disfrutaron de una cata de morcilla. Charlas, risas, morcilla, vino, y sobre todo, buena compañía, en una tarde de encuentro y cultura gastronómica.

Esta es la cuarta cata organizada este curso, siguiendo a las de aceite, vino y pacharán, aunque esta ha sido la más inusual hasta la fecha. El éxito fue rotundo, ya que más de 50 colegiales se apuntaron a esta actividad.

 

estudiante con un plato de morcilla en cada mano

 

Fue propuesta por el colegial Gonzalo Ovejero, natural de Burgos, quien, además de sugerir la idea, se ocupó de traer la morcilla de su tierra para probar la experiencia auténtica. Junto al subdirector Manuel Sagüés, lideró una pequeña tertulia informativa sobre la morcilla y su origen antes de comenzar la cata.

Explicaron los ingredientes y las distintas variedades de morcilla que hay; prácticamente una por región, ya que la morcilla “es todo un mundo”. También compartieron algunas expresiones populares que tienen como protagonista este alimento, como “Anda y que te den morcilla” o “Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla”.

 

El subdirector del Colegio Mayor explica el origen de la morcilla

 

La morcilla es un embutido muy tradicional elaborado a base de sangre y grasa de cerdo, especias y, en ocasiones, otros ingredientes como arroz, cebolla, miga de pan, piñones, patata o calabaza. Está presente en diferentes cocinas regionales españolas, pero sin desmerecer a las demás, la más famosa sin duda es la morcilla de Burgos. Ésta se come frita, sobre una rebanada de pan, y puede ir acompañada de pimientos o huevo frito.

 

unas manos cortan morcilla en un plato

 

Los colegiales probaron tres tipos de morcilla diferente: dulce, picante y una morcilla navarra. Esto fue acompañado por unos vanguardistas “nachos de morcilla” que causaron sensación, y vino Crianza Pago de Cirsus con Denominación de Origen Navarra.

El mayor éxito lo tuvo la morcilla dulce (original de Cardeña, tiene el premio a la mejor morcilla de Burgos), aunque fue seguida de cerca por la morcilla picante.

 

un grupo de estudiantes alza una copa de vino para brindar

 

El encuentro finalizó con un brindis, en el que los colegiales alzaron sus copas: por los novatos y por los veteranos, por una buena temporada de exámenes y por Burgos. Manuel cerró este emotivo brindis con una ronda de aplausos “Y que el espíritu de Larraona se impregne en vuestros corazones”.

Daniel Sánchez Moreno

“Mi bisabuelo era de Pamplona, pero vine sin conocer a nadie” – La experiencia de Diego Sánchez

Diego Sánchez Moreno estudia tercero de ADE con Dirección de Estrategias. Hace tres años que su familia se mudó a Madrid y él tuvo que dejar Lima para venirse a estudiar a España. Así fue como terminó en la Universidad de Navarra y lleva desde entonces con nosotros. Te invitamos a leer su experiencia.

 

 

De Lima a Pamplona

Debido a la mudanza de su familia, Diego y su hermano tuvieron que solicitar un traslado de expediente para continuar con sus estudios aquí, en España. A través de la recomendación de una conocida de la familia, dieron con la Universidad de Navarra y con nosotros. La flexibilidad de horarios y la posibilidad de crear buenas relaciones con el resto de compañeros fue lo que le hizo decidirse por venir al Colegio Mayor Larraona.

Aunque su bisabuelo era pamplonés, Diego vino aquí sin conocer a nadie. Gracias a su estancia en el Colegio Mayor, formó su primer grupo de amistades, indispensable para su integración. “Terminas asociándote con gente que no es de tu misma carrera. En Lima yo solo me reunía con gente de mi misma facultad, no iba más allá”. Nos cuenta que lo que más destaca de la experiencia como colegial son las actividades de los primeros días que le hicieron conectar con sus compañeros. “Jugando al básquet conocí a un chico que hasta ahora sigue siendo mi amigo, y es de Hong Kong, en mi vida me imaginé eso”.

Pista de baloncesto vista a través de una valla

Una adaptación satisfactoria

Diego nos confiesa que echa de menos a su familia paterna, que sigue viviendo en Perú, pero acepta que es parte del proceso. “ se extraña a la gente, pero es parte de la experiencia del estudiante”. Además, suele aprovechar los fines de semana o los festivos para volver a Madrid y ver a su familia.

No todo ha sido fácil, adaptarse a un nuevo país y una nueva forma de vida no es para cualquiera. Nos cuenta que nunca había vivido la experiencia de compartir mesa con tantas personas. “Eso sí que es un shock, me sentía un bicho raro bajando a comer con doscientas personas”. Aunque al final a todo se acaba acostumbrando uno: “Poco a poco vas conociendo a las personas, ves que todos estáis en la misma situación.”

A Diego le ha debido de picar el gusanillo con eso de viajar, porque tiene la intención de seguir aprovechando al máximo todas las oportunidades que tenga de formarse, trabajar y vivir nuevas experiencias: “No sé si terminaré en Londres, trabajando en Madrid… aún no lo sé”.

 

Grupo de colegiales haciéndose una foto en un espejo

 

El colegio mayor, un hogar

“El deporte no es lo mío, pero en las actividades más tranquilas como cartas y juegos de mesa sí que participo”. Aunque a pádel y a fútbol juega de forma ocasional, por pasar el rato con sus amigos, Diego participa en otras actividades, como el grupo de voluntarios. También ha participado ayudando en el Acto de Becas, y en actividades externas.

Nos cuenta que este tipo de actividades vienen bien para obtener puntos de colegial: “Elegir las habitaciones se gana con méritos, bien por notas o bien por puntos. Puedes ganar puntos participando en los torneos, las actividades, los voluntariados…”

Pero con las actividades se gana algo aún más valioso que los puntos. Diego nos cuenta que lo más importante de estos años son las conexiones, el grupo de gente que se lleva para toda la vida. “Sonará estúpido, pero se crea como una segunda familia, eso es lo mejor del colegio mayor.”