Miriam Botella junto a futuras colegialas del Colegio Mayor Larraona

“La convivencia en el Colegio Mayor Larraona enriquecerá mi experiencia como estudiante de Medicina”- Entrevista a Miriam Botella

En una reciente entrevista, Miriam Botella Palomino (19), estudiante de Medicina en la Universidad de Navarra procedente de Madrid, nos habla sobre su decisión de alojarse en nuestro Colegio Mayor Larraona. Miriam se muestra entusiasmada y segura de que esta nueva etapa en el colegio mayor será una experiencia enriquecedora.

 

¿Qué te motivó a elegir el Colegio Mayor Larraona para este nuevo curso?

 La principal motivación para elegir el colegio mayor este año, especialmente ahora que hay chicos y chicas, fue su excelente ubicación. Larraona se encuentra muy cerca de mi facultad y del centro de Pamplona. Además, el hecho de que tres de mis amigas de clase también se mudaran al colegio mayor Larraona influyó en mi decisión.

Las referencias positivas de compañeros de clase que vivieron su primer año allí también me animaron a elegirlo. Saber que están encantados con su experiencia en el colegio mayor fue un factor clave.

Otro aspecto que me atrajo fue la libertad que ofrece Larraona. Aquí puedo descansar, disfrutar de momentos de ocio y estudiar de manera responsable, todo con una gran sensación de libertad y autonomía.

 

 Como estudiante de Medicina, ¿mo planeas equilibrar tus responsabilidades académicas con la vida en el colegio mayor?

Mi plan para equilibrar mis responsabilidades académicas con la vida en el colegio mayor se basa en una buena organización. Entiendo que puede ser un desafío, y muchos futuros estudiantes de medicina se preocupan por si tendrán tiempo para socializar y divertirse mientras estudian. Sin embargo, estoy convencida de que, con una planificación adecuada, es posible lograr un equilibrio entre ambas cosas.

Vivir en un colegio mayor me brinda una ventaja significativa, ya que estudiaré rodeada de más compañeros que pueden ofrecer apoyo mutuo y servir de ejemplo en nuestros hábitos de estudio. Creo que esta interacción con otros estudiantes me ayudará a mantenerme motivada y a compartir estrategias para afrontar los retos académicos.

Además, como futura profesional de la Medicina, considero que mi experiencia en un entorno como el de Larraona me aportará habilidades adicionales y valiosas para mi carrera. Convivir tanto con chicas como con chicos es enriquecedor, ya en que la vida cotidiana también convivimos.

Por lo tanto, estoy segura de que, con una organización efectiva y el apoyo de mis compañeros en el colegio mayor, podré cumplir con mis responsabilidades académicas y, al mismo tiempo, disfrutar de una rica vida social durante mi tiempo en la universidad.

 

 ¿Qué tipo de actividades extracurriculares o eventos te gustaría ver en el colegio mayor para fomentar la integración y participación de todos los estudiantes?

En primer lugar, considero que el deporte es fundamental, especialmente en una carrera como Medicina, donde es importante mantenerse bien tanto mental como físicamente. Me atrae que el colegio mayor cuente con un gimnasio cercano y pistas de pádel, proporciona excelentes oportunidades para practicar deportes y mantenernos activos.

Además, como toco el piano, me gustaría ver actividades relacionadas con la música. Sería fantástico tener eventos musicales o incluso espacios para ensayar e interpretar música con otros colegiales interesados.

En general, creo que la diversidad de actividades que se ofrezcan en el colegio mayor será clave para fomentar la integración y participación de todos los estudiantes.

 

¿Cuáles son tus metas personales y académicas para este año, y cómo crees que el colegio mayor puede contribuir a su logro?

Este año, mis metas personales y académicas se centran en varios aspectos. En primer lugar, quiero conocer a gente nueva y disfrutar de momentos agradables y enriquecedores en el colegio mayor. Creo que la convivencia mixta y las diversas actividades que se ofrecen pueden brindarme buenas oportunidades.

Además, mi objetivo académico principal es aprender y progresar en mis estudios de medicina. Dedicaré tiempo y esfuerzo para conseguir el mejor rendimiento.

En cuanto a cómo el colegio mayor puede contribuir a alcanzar estas metas, tengo grandes expectativas. He escuchado de otros compañeros de mi clase que en Larraona se ofrecen charlas y talleres muy interesantes, lo que me atrae mucho. Estas actividades complementarán mi formación académica y me permitirán profundizar en temas relacionados con la medicina y otros campos. Además, el ambiente de estudio colaborativo y el apoyo de mis compañeros en el colegio mayor pueden ser clave para mantenerme motivada y centrada en mis objetivos académicos. El hecho de estar rodeada de personas con metas similares y con una mentalidad positiva me ayudará a enfrentar los desafíos que puedan surgir.

 

Finalmente, ¿mo te gustaría que el colegio mayor apoyara a sus estudiantes en su día a día? 

Para asegurar una experiencia positiva y enriquecedora para todos los estudiantes, me gustaría que el colegio mayor brindara un sólido apoyo en diferentes aspectos. En primer lugar, sería genial que se facilitara la convivencia entre los colegiales, con actividades sociales, eventos que promuevan la interacción y espacios comunes donde podamos reunirnos y conocernos mejor. La convivencia amigable y respetuosa me parece muy importante.

Además, un aspecto fundamental es contar con el respaldo de alguien dispuesto a ayudarnos con nuestros problemas.Al vivir lejos de casa y de la familia, es natural que nos enfrentemos a momentos difíciles y nos sintamos solos en ocasiones. Tener un mentor o alguien de confianza en quien podamos confiar y obtener apoyo sería de gran ayuda para superar esos desafíos.

Estoy realmente emocionada por mi próxima experiencia en Larraona y me mudo a finales de agosto con muchas ganas de aprovechar todas las oportunidades que el colegio mayor ofrece para crecer académica y personalmente.

 

 

 

 

 

 

fin de curso universitario en larraona

10 grandes momentos universitarios en el Colegio Mayor Larraona

Llegó el momento de cerrar el curso académico 2022-2023. Una vez más, un año ‘mítico’ en que llegaron los nuevos de primero y estrenaron su vida universitaria eligiendo El Colegio Mayor Larraona como base de operaciones. Ese año en que otros marcharon de vuelta a casa, tras acabar sus estudios de grado, y graduados también en las lides de la vida. Un año especial, marcado por muchos momentos álgidos, otros difíciles, y otros cotidianos, pero siempre bien resueltos en el entorno de la familia colegial, que tanto envuelve y acoge.

 

Echamos la vista atrás y hacemos memoria: 10 hitos de 2022-23

1 Tiempo de Bienvenida Nuestros colegiales llegaron entre el 28 y 29 de agosto para empezar el nuevo curso. Lo preparamos con mucho cariño: sesiones para ellos y sus familias, excursiones por Pamplona, juegos y actividades de equipo para fomentar las presentaciones y comenzar a hacer nuevas amistades.

 

 

2 Consejo colegial El martes 27 de septiembre se constituyó oficialmente el Consejo Colegial, órgano encargado de representar a los colegiales y organizar las actividades junto al equipo directivo. Es un grupo formado por colegiales y con vocación de estar a su servicio.

 

estudiantes miembros del consejo colegial y equipo directivo del colegio mayor larraona

 

3 Magia para el estudio Para el seguimiento académico, implantábamos oficialmente el plan ‘Magia para el Estudio’, que había comenzado el curso anterior como proyecto piloto, en colaboración con el departamento de Psicología y Educación de la Universidad de Navarra.

4 Acompañamiento Recientemente habíamos puesto al día el plan estratégico y proyecto educativo del Colegio Mayor, y en entrevista para la web, Juan Gallego, director del Colegio Mayor, nos recordaba algunos de sus fundamentos, entre ellos cómo se realiza el seguimiento académico, una de nuestras señas de identidad.

 

colegiales en la entrada del colegio mayor larraona en pamplona

 

5 50+2 aniversario ¡Por fin llegó el gran momento! Tras tener que posponerlo debido a la pandemia, celebramos el aniversario del Colegio Mayor, que había sido fundado en 1970. Generaciones de antiguos colegiales se acercaron a Pío XII para volver a verse en esta su casa donde vivieron durante sus años universitarios. Los abrazos, la tuna, la fotografía, la misa, la música, las risas y la charla animada fueron los protagonistas del día. (Puedes visitar otras noticias:  lazos de por vida y experiencia entre generaciones)

 

integrantes de la tuna del colegio mayor larraona

 

6 Navidad y testimonio de fe En Navidad, participábamos en la Operación Kilo de Cáritas, nuestro grupo de fe tuvo un día de encuentro en la hospedería de las Hermanas Clarisas de Valtierra, y todos los colegiales disfrutamos de momentos de encuentro y celebración.

 

grupo de estudiantes y de monjas clarisas

 

7 El club de rol entraba en acción Los domingos por la noche, al menos media docena de colegiales se reunía para adentrarse en caminos insospechados y aventuras insólitas. Jugaban a la última edición de Dragones y Mazmorras, el mítico juego de los años 80 que sigue enganchando a miles de personas hoy en día. Magos, monstruos, amistades, misterios, metarol…

 

estudiantes sentados en una mesa con tablero y juego de rol Dragones y Mazmorras

 

8 Teatro en el colegio mayor El domingo 26 de febrero, el grupo universitario de teatro Atrezzo interpretó la obra “Hey Boy, Hey girl” en el salón de actos del Colegio Mayor Larraona. Dirigida por Paula Sánchez, se trata de la adaptación de un remix de Romeo y Julieta traído al siglo XXI. En la obra, cuya entrada fue gratuita, participó nuestro colegial Gonzalo Gimeno, en su debut como actor.

 

estudiantes del grupo de teatro

 

9 Día de becas Otro acto insignia de nuestro año universitario. El 18 de marzo celebramos nuestro tradicional Acto Académico de Imposición de Becas, un alto en nuestro camino para reconocer a los estudiantes que llevan tres años en el Colegio Mayor y a los que finalizan sus estudios siendo colegiales, y para agradecer a aquellas personas e instituciones que nos ayudan con nuestra labor. (Te lo contamos también en Lección magistral día de becas)

 

estudiantes sentados en el salón de actos

 

10 Decimos hasta siempre a nuestro decano Javier Calvo Seis años colegial mientras estudiaba la carrera de Medicina, y colegial decano durante varios años, relataba en primera persona, en una entrevista para nuestra web, algunas historias que han jalonado su experiencia. Javier, ¡esto es un hasta siempre!

 

 

 

 

pistas-padel-larraona

Nuevas pistas de pádel en el Colegio Mayor Larraona

Inauguración de las pistas

El viernes 19 de mayo, durante una agradable tarde soleada de mayo, inauguramos nuestras nuevas pistas de pádel del Colegio Mayor Claret Larraona. En la confluencia de Pío XII y la Avenida de Navarra, espacio emblemático para el deporte colegial, estrenamos dos pistas destinadas a este trepidante juego de pelota 🎾. Un nuevo lugar para el deporte, la convivencia y la competición sana.

 

 

En la inauguración, dirigida por Juan Gallego –nuestro director–, participaron dos parejas representando al Colegio Mayor y otras dos a la Federación Navarra de Pádel, acompañados estos últimos de su gestor Enrique Chiquirrin. Les estamos muy agradecidos por su participación y por el magnífico espectáculo ofrecido.

 

 

¿Cómo quedó el torneo? 🏅Diego Alzu y Javier Sainz fueron los campeones. Aimar Goñi y Juan Pablo Pereyra fueron los segundos clasificados. Así que se impuso la extraordinaria calidad de juego de los de la Federación. ¡Enhorabuena! ¡Qué honor teneros en nuestras pistas! Hay que añadir, además, que los de Claret mantuvieron un magnífico nivel de juego. Diego Arana y Pablo Losa, nuestros actuales campeones de pádel del Trofeo Rectora de la Universidad de Navarra, se impusieron en la final de consolación a Íñigo Pérez y Gonzalo Aguiriano.

¿Cómo usarlas? Es muy fácil

Para darse de alta y poder hacer una reserva de pistas, solo hay que acceder a la página web del Colegio Mayor Larraona, pulsar en el ítem ‘pádel’ del menú secundario y pulsar el botón: GESTIONA TU RESERVA. Una vez que accedes, podrás darte de alta, y a continuación podrás seleccionar pista, día y hora. Ten en cuenta que las reservas se hacen por franjas de media hora, un sistema flexible que se adapta a distintas duraciones, según preveas entrenar o jugar un partido. Las pistas, que también están abiertas al público general, tienen un precio joven para nuestros colegiales. Una oportunidad única: pistas de pádel a pie de calle y a pie de casa, al lado de la universidad.

cena veteranos oberena

Seis historias de seis años inolvidables

1. Amigos y conversaciones de medianoche

El primer curso fue el año de ser novato y hacer amigos. Así nació mi grupo de amigos, que hemos seguido bastantes años: Alejandro Ángel, Cristóbal Barrabés, Sergio Cámara, Carlos San Pedro… Recuerdo también a uno de los decanos de ese año: Juan Añón, que me ayudó muchísimo, me inspiró bastante. Porque llegas sin conocer a nadie a una ciudad completamente nueva. Vas encontrando gente con la que poder hacer planes, quedarte por las noches hablando y tomando algo con total naturalidad, con confianza, eso fue lo que marcó el primer año.

Me acuerdo una noche en la que estábamos contando cómo habíamos llegado a Pamplona y al colegio mayor, era bastante tarde y desembocamos en una conversación que podía resultar ‘un poco densa’, estaba yo hablando sobre unos vaivenes que tuve y, en el momento cumbre, se hace el silencio… y se escuchan unos ronquidos… ¡Qué risas!  Ha sido tema recurrente a lo largo de los años. ¡Nuestro Carlos que se había dormido!

 

taller de ecología

 

2. Voluntariado

Después de estar año y medio de voluntario en ASPACE, asociación Navarra que trabaja con personas con parálisis cerebral, Josu, claretiano al frente de pastoral en el Colegio Mayor, me preguntó si conocía alguien interesado en dar catequesis en el colegio de enseñanza. ‘Pues venga, pues me meto yo’, le dije. Estuve muy a gusto y lo recuerdo con cariño el año que estuve de catequista. Viendo que me gustaba, Josu también me invitó a unirme como monitor en una convivencia de final de curso en Zaragoza, con alumnos de 4º de ESO a 1º Bachiller. ‘Pues vale, allá que voy’. Recuerdo con cariño esa convivencia. Por la tónica que tuvo, el buen ambiente, nos alojamos en una casa de las Hermanas de la Caridad, que fueron muy acogedoras, y tuvimos actividades de acercarnos al pobre, en un comedor social, y varios talleres con chavales.

 

convivencias

 

Y en 3º, a raíz del voluntariado con ASPACE de los años anteriores, estuvimos moviendo el hacer un Belén conjunto. Una iniciativa que salió adelante. Los residentes de allá venían una vez por semana, y estábamos una hora y media montando figuras con ellos. Todos nos llevamos muy buen recuerdo. Los residentes de ASPACE se sintieron muy acogidos a la hora de compartir esa horita a la semana, era imposible que los ‘Xavis’ no salieran con una sonrisa después de estar mano a mano con Mamen o Isabel…  Pero lo mejor es que nosotros recibíamos mucho de la sencillez, y de la alegría que tenían. Y la experiencia, además, tuvo buen colofón: presentamos el nacimiento al concurso de belenes de la universidad y ganamos un accésit.

 

nacimiento aspace

 

3. Las jornadas de colegios mayores

Un poco antes de la pandemia, del confinamiento, se celebraron en Pamplona unas jornadas de colegios mayores. Fue bastante chulo encontrarse con gente de toda España que estaba en colegios mayores, llevaban ya 3-4 años como colegiales, tenían un bagaje, inquietudes, acudió gente muy interesante. Recuerdo haber estado charlando con el decano del Jaime del Amo, colegio mayor de los claretianos en Madrid. La suerte es que estas jornadas fueron aquí, por lo que podía ir entre clases y acudir a los talleres. De aquella experiencia me quedo sobre todo con lo que hablamos. El poder compartir inquietudes: somos pocos los que nos quedamos hasta final de la carrera, y recuerdo que estuvimos charlando sobre cómo transmitir todo lo bueno que tiene quedarse durante más años en el colegio mayor.

 

jornadas colegios mayores

 

4. Pandemia, sobremesas virtuales y trufas

El cuarto año fue bastante movidito, fue el año de la pandemia, y teníamos muchas restricciones. Sin embargo, fue un buen curso, porque uno de mis amigos, Cristóbal, volvió al colegio mayor, y con Jaime Mur, Pau Duato, Javier Segovia, Pablo Fernández Dueñas, Saúl Palomo, Pablo Nieto… hicimos bastante piña varios de medicina de casi todos los cursos. Que hubiese tanto diálogo intergeneracional fue chulo.

Recuerdo también que cuando nos confinaron 10 días fue durillo. Lo llevamos como pudimos. Con el grupo de amigos de siempre –Sergio Cámara, Alfonso Bonet, Ander Aristondo…– hacíamos videollamadas para comer juntos, y reproduciendo las sobremesas del comedor en las habitaciones se nos hacía más llevadero.

Hay que agradecer mucho a los trabajadores del Colegio Mayor cómo se portaron con nosotros, tanto en este momento como durante todos estos años. Estábamos encerrados en las habitaciones, la gente de cocina venía a traernos la comida a la puerta y si había suerte coincidíamos, es el único contacto que teníamos con el exterior. Recuerdo que Lilia, una trabajadora, en una de estas que fue a traerme comida me dejó una caja de trufas de chocolate. Todavía me emociono cuando lo pienso.

 

5. Quinto año: las becas y las prácticas

Desde 2020 no había habido becas y ese año las recibimos todos a la vez. Fue un momento súper chulo, gente que ya estaba fuera vino expresamente para el acto, que fue bastante emotivo, y luego después del tentempié nos fuimos a tomar una caña al Paddys, un bar irlandés de la plaza de Yamaguchi, para rememorar las noches de conversaciones que teníamos antes.

La beca amarilla está en una de las cajas que me he llevado a Oviedo, adonde me voy ya mismo para preparar el MIR, para tenerla presente. A ver cómo va todo. Me gustaría hacer alguna especialidad de cirugía, aunque tardé mucho en darme cuenta. Cuando llegué a tercero, pensé, ‘voy a coger prácticas de cirugía para descartarlo y ¡pasó justo lo contrario!’. Miguel Mesa, cirujano torácico de la clínica, me acogió muy bien, me explicaba las cosas con mucha calma, con interés, animándome a que le ayudase… Recuerdo su destreza en las operaciones y, por otro lado, la delicadeza y cariño al hablar con los pacientes y sus familias.”

 

becas colegio mayor larraona

 

6. Sexto: el año de las despedidas

‘Ha sabido mucho a despedida. He intentado volcarme más en el Colegio Mayor. Disfrutar más de la gente, juntarme con más gente. Ha sabido a despedida.’

De este año me quedo con la riquísima experiencia del grupo de fe, al que se nos han ido uniendo grandes personas de distintas procedencias. Por ejemplo, Leire Álvarez, ahora en 2º de Medicina, y cuyos padres habían estado en Larraona y Roncesvalles hace años. O Candela, a quien conocí en una peregrinación a Covadonga. También mi novia Cristina que se ha unido este año y ha sido una maravilla para el grupo y para nosotros como pareja. Es una de las cosas que más he aprovechado y más me han ayudado a crecer como persona en el colegio mayor a lo largo de estos seis años. Ha ido cambiando, el compartir las mismas preguntas que teníamos, nuestras batallitas, cómo vivir la fe convencidos, cada día, ayuda mucho. Ojalá que los futuros colegiales aprovechen esta oportunidad.

Y luego la piña que hemos hecho los veteranos del colegio mayor. Nos sentábamos casi todos juntos para comer y cenar. Borja Rodríguez de ADE, Gonzalo Molina de Derecho y ADE, Eduardo Díaz de Farmacia, Alejandro Bonet que está en Audiovisuales y hermano del grande Alfonso Boned… Uno de los últimos días, el director Juan, que está en la peña gastronómica Oberena nos invitó a los veteranos a una última cena de despedida. Qué gran momento.

Y no olvidaré la noche de becas, nos fuimos a tomar unas cañas, y al final nos quedamos Borja y yo solos. ‘Yo no tengo ganas de volver todavía al CM. Pues vamos a buscar una fiesta para salir. Y dijimos, oye que me han dicho que está El Paso de Ecuador de los de 3º de medicina. ¿Pero te ha invitado alguien? No, pero allí fuimos, en el bus de invitados que salía del Blanca de Navarra al Castillo de Gorraiz. ¡Inolvidable!’.

 

grupos de fe

 

Nunca dejaré de repetirlo. Estoy profundamente agradecido al Colegio Mayor Larraona por todo lo que me han ido ayudando a construirme y a tantas personas que me han aportado tanto, acompañándome para que fuera protagonista de mi historia. Colegiales, aprovechad, oportunidades como estas no vuelven.

estudiantes del colegio mayor larraona en el patio del colegio

Celebramos la fiesta de la primavera

El pasado sábado 22 de abril tuvimos una jornada de celebración para despedir el curso, antes de la llegada de los exámenes finales. Fue un bonito día en el que disfrutamos de la música, de la comida y, sobre todo, de la compañía de los colegiales y trabajadores del Colegio Mayor.

 

cocinero cocina chistorra y paellas

 

Un aperitivo animado

El encuentro tuvo lugar en el patio del Colegio Larraona, en el que nuestro cocinero, Nacho, nos preparó un estupendo aperitivo: una chistorrada que estuvo amenizada por una batucada. A continuación, preparó unas paellas que comimos en el mismo porche del patio.

 

grupo de música de batucada

 

Ganadores

En la sobremesa, aprovechamos para anunciar los ganadores del concurso de fotografía (David Vivas, 1er premio del jurado; Manuel Esteban, 2º premio del jurado; Juan Mihail Moragues, premio del público) y de relato (Alejandro Boned, 1er premio del jurado; Eneko de Diego, 2º premio del jurado). También organizamos un bingo con distintos premios para los colegiales.

 

estudiante premiado y subdirectora sonríen

 

La fiesta continúa

Por la tarde, la música volvió de la mano de un DJ para todos aquellos que quisieron continuar la fiesta un poco más, hasta la hora de la cena.

 

dj en el patio del colegio larraona

 

Parece mentira, pero este curso académico ya va llegando a su fin. Estamos muy contentos por todos estos momentos junto a nuestros colegiales, a los que agradecemos haber asistido a este encuentro y haber participado este año en los distintos ámbitos de la vida colegial. Ahora toca concentrarse en los exámenes para poder disfrutar más tarde de lo que depare el verano y el próximo nuevo curso.

 

estudiantes y trabajadores del colegio mayor larraona en la comida

grupo de amigos colegiales en una portería vestidos para jugar a fútbol

“Esto sí que son amigos para toda la vida”

Una de las experiencias más bonitas que viven nuestros colegiales en su etapa universitaria es la de la amistad. Pablo Chivite, Roberto Paraja e Íñigo Álvarez solo llevan con nosotros medio año, pero ya han formado un buen grupo de amigos, junto a una decena de colegiales que describen como muy diferentes y especiales para ellos.

 

un grupo de amigos universitarios del Colegio Mayor Larraona

 

Llegados desde Austria, Madrid o China

Íñigo (ADE + Finance) es mexicano, pero ha estado viviendo los dos últimos años en Shanghái, China, con su familia. Aunque su adaptación fue fácil por la similitud del idioma y la cultura hispana, lo ayudó estar en un colegio mayor. “Para conocer a gente está muy bien. A pesar de estar lejos de la familia, convives con los amigos, la mayor parte del día la haces con ellos”.

Aquí encontró a Roberto (ADE + Innovation and Entrepreneurship) que también comparte su situación. Es madrileño, pero lleva 12 años viviendo en Austria, donde se encuentran sus padres y hermanos. “Mis padres estudiaron aquí. Elegí el colegio mayor por la libertad que nos daban, y por ahora estoy encantado, estoy muy bien con mi grupo de amigos”.

Dentro del grupo está Pablo (ADE + Data Analytics), que también viene de Madrid. “Al principio me costó un poco, pasaba bastante tiempo en mi habitación, pero luego no tardé mucho en hacerme, empecé a hacer más vida en Larraona como la que hacía en Madrid, y me hice amigos en clase y aquí”.

“La mayoría del grupo estudiamos ADE”, aclara Roberto, “pero también hay amigos de otras carreras (ISSA, Farmacia…). Nos conocimos todos en Larraona, lo de la carrera fue una casualidad”.

 

Del colegio a la universidad

El paso del colegio a la universidad no siempre es fácil, hay que adaptarse a un nuevo ritmo de estudio y a la manera de trabajar de la facultad.

“Los estudios me han costado un poco, es un salto”, reconoce Pablo. “Te tienes que poner las pilas. Se me hizo un poco complicado asimilar eso, pero es coger el hábito”.

“A mí lo que más me ha costado ha sido la asignatura de matemáticas”, cuenta Roberto. “No dejan usar calculadora, que es algo a lo que estaba acostumbrado. Tendré que adaptarme a la manera de hacer de la universidad”.

“La exigencia de momento está más o menos a la par de lo que hacía allá en Preparatoria (Bachiller), pero el sistema es diferente y hay que adaptarse”, dice Íñigo. “Antes de Shanghái estuve en Alemania. Haber vivido en distintos lugares hace que cambiar sea más fácil. Aprendes nuevas formas de estudiar y de socializar”.

Roberto coincide con él: “Conocer otra cultura, un ambiente distinto, hace que tengas la mente mucho más abierta. Eso es muy bueno para la capacidad de adaptación, y también haber aprendido otro idioma. Saber alemán me va a servir mucho”.

 

dos estudiantes se conocen y charlan

 

Ambiente universitario

Cuando llegan aquí, los estudiantes se adaptan al entorno universitario y, también, a la ciudad.

“Es importante salir de casa. Estudiar fuera hace que la experiencia universitaria sea muy completa”, explica Pablo.  “Pamplona me gusta porque es una ciudad pequeña”.

“No es ni grande ni chica, como ciudad universitaria está genial”, opina Íñigo. “Cuando sales, el ambiente está muy bien”.

“No es una gran ciudad, quizá después de los estudios me gustaría estar en algún sitio como Viena o en Madrid, pero durante la carrera pienso que es una de las mejores ciudades para vivir, te lo pasas genial”, asegura Roberto. “Al salir conoces a la mayoría de gente, porque somos todos jóvenes y hay muy buen ambiente universitario. También viene bien cuando toca centrarse en los estudios. En Madrid siempre hay algo que hacer, alguien dispuesto a salir. Aquí, cuando llegan los exámenes todo el mundo se encierra, y eso te obliga a ponerte a estudiar; es bastante bueno”.

 

Amigos deportistas

Además de su pasión por el mundo de la empresa, los tres comparten su afición por los deportes. Todos los amigos están participando en el equipo de fútbol del Trofeo Rector de la Universidad de Navarra.

“Me gusta mucho el fútbol, hubo una temporada en la que jugaba todos los días”, explica Íñigo.

“Yo me apunté el semestre pasado al equipo de baloncesto de la Universidad de Navarra”, dice Roberto. “También suelo jugar en las canchas de pádel de la universidad, y a partir de ahora, en las que van a poner aquí. Lo agradezco mucho, así no tendremos que caminar hasta la universidad”.

Pablo cuenta que cambió el pádel por el boxeo, que practica en el Polideportivo Larraona, pero tiene le gustaría retomarlo cuando estén construidas las nuevas pistas de pádel: “Me parece una buena oportunidad, son muy convenientes”.

 

grupo de estudiantes va a realizar deporte en el exterior del Colegio Mayor Larraona

 

Como en una familia

Cuando llegó al colegio mayor, los primeros días, Pablo nos contó que sus expectativas para estos años eran “por supuesto, aprender mucho”, pero también: “hacer amigos y disfrutar de la experiencia y de la compañía”.

En lo que llevan de curso, los estudiantes ya han empezado a vivir todo esto.

“Al hablar con Juan, el director del colegio mayor, en la entrevista, vi que era una persona muy abierta y muy empática, y eso reflejó lo que es el colegio mayor. Los primeros días los colegiales fueron muy abiertos, ha habido una buena conexión”, señala Íñigo. “Cuando estás en la escuela y terminan las clases, te vas a casa con la familia. Aquí, para bien o para mal –y ha sido para bien– en clase estás con tus amigos y fuera también, y así se arma muchísima confianza”.

“No te vas solo al piso a comer, vas y vuelves a clase con todos los de Larraona”, añade Roberto. “En el colegio es diferente, tus amigos son los de tu clase, pero aquí puedes elegir. Y aunque somos todos muy distintos, somos también muy parecidos en nuestros valores. Por eso somos tan buenos amigos. No me podría haber imaginado un grupo mejor, somos muchos y es muy divertido. Cada uno es muy especial, no hay nadie que si faltara nos daría igual, cada uno es importante. Agradezco haber venido aquí y haber conocido a esta gente. Esto sí que son amigos para toda la vida”.

“Tengo un grupazo de amigos, es gente muy simpática y son todos muy únicos, con vidas muy interesantes. Vienen de todos los lados (España, México, Portugal…) y son todos súper majos”, conviene Pablo.

“Cada uno somos totalmente distintos, pero cuando nos juntamos todos en las comidas o las cenas es como si estuviéramos en una comida o cena familiar. Eso lo agradezco mucho”, concluye Íñigo.

 

grupo de amigos comiendo en el Colegio Mayor Larraona

 

 

Escenario salón de actos del colegio mayor

Tarde de teatro en el Colegio Mayor

Este domingo 26 de febrero a las 19h el grupo universitario de teatro Atrezzo interpretará la obra “Hey Boy, Hey girl” en el salón de actos del Colegio Mayor Larraona. Dirigida por Paula Sánchez, se trata de la adaptación de un remix de Romeo y Julieta traído al siglo XXI. En la obra, cuya entrada es gratuita, participa nuestro colegial Gonzalo Gimeno, en su debut como actor.

 

un estudiante colegial de Larraona

 

“Estoy haciendo lo que me gusta”

Gonzalo es de la Rioja y vino en septiembre a Pamplona para estudiar Comunicación Audiovisual con la mención en Artes escénicas, siguiendo los pasos de sus dos hermanos mayores, que también han estudiado aquí. Estos meses ha estado empapándose de la cultura escénica acudiendo a distintos espectáculos (teatros, óperas…), y se ha estrenado como actor, ensayando con el grupo Atrezzo. “Me cogieron en el casting, y estoy muy a gusto”, cuenta. “En la compañía estamos repartidos en dos obras, y en la mía estamos unas quince personas”.

Cuando le preguntamos, no duda. Lo primero que se lleva de hacer teatro son las amistades. “Hay un ambiente muy bueno, congeniamos bien. Tanto en la universidad como en el Colegio Mayor he hecho unos amigos espectaculares. Era lo que más miedo me daba al llegar a una ciudad nueva, pero comprendí que todos veníamos igual”.

Gonzalo compagina la carga de la carrera con los ensayos de teatro, algo que a veces no es fácil, pero que le da mucho más de lo que le quita: “Es una alegría, estoy haciendo lo que me gusta. Me aporta concentración y la experiencia de estudiar un guion. Lo estoy disfrutando mucho”.

Hasta ahora no se había animado a subir a un escenario, pero es algo que le llamaba la atención desde hacía tiempo. Afronta muy ilusionado su interpretación de Mikel, uno de los mejores amigos de Julieta en la obra. “Tengo ganas de hacerlo y que la gente lo vea. Aunque también tengo nervios de ver cómo va a salir. A mis amigos no paro de hablarles de la obra. Me hace ilusión que sea en Larraona, en el fondo, es mi casa”.

 

estudiantes del grupo de teatro

 

Una versión moderna del clásico

La obra también tendrá una segunda representación en Civivox el 1 de marzo, que costará 1€ para sufragar los gastos de alquiler de la sala. La dirección corre a cuenta de Paula Sánchez, estudiante que participó en la representación de esta obra, de Jordi Casanova, hace un par de años, y que ahora ha adaptado para este reparto.

En esta versión, Romeo y Julieta se conocen en una discoteca, y viven una especie de reality de televisión entre dos casas de jóvenes rivales, enfrentadas por una relación que mantuvo la hermana de Julieta con el primo de Romeo.

Es una obra divertida, le va a gustar a todo el mundo. Los jóvenes van a pillar las bromas y los padres también”, asegura Gonzalo.

El papel de su personaje en la trama es ayudar a que Romeo y Julieta estén juntos. Además, es el único que tiene una canción, que cantará junto a Julieta.

Esperamos que vaya muy bien la función e invitamos a acudir a ella a todo el que lo desee. Para nosotros es un placer colaborar con el grupo Atrezzo y ver cómo nuestros colegiales desarrollan su faceta artística y sus inquietudes profesionales. ¡Mucha suerte!

un estudiante de medicina sentado en el hall del colegio mayor larraona

JOICE, Medicina, deporte y más – Hablamos con Pablo Nieto

El antiguo colegial Pablo Nieto Pérez es estudiante de 5º de Medicina en la Universidad de Navarra y miembro del comité organizador del congreso JOICE (Jornadas Interactivas de Cirugía de Estudiantes). Con motivo de estas jornadas, que se celebrarán el 9, 10 y 11 de marzo, el pasado 25 de noviembre tuvo lugar un primer encuentro en el Salón de Actos del Colegio Mayor Larraona. Consistió en una charla con sorteo benéfico impartida por el Dr. Juan José López Martínez. Hemos entrevistado a Pablo para saber cómo fue el evento y de qué trata el congreso. También hablamos sobre deporte, medicina preventiva, habilidades de un universitario, sus recuerdos como colegial…

 

cartel congreso de cirugía

 

Pablo, ¿en qué consiste el congreso JOICE?

Son unas jornadas para estudiantes de Medicina en las que se organizan multitud de ponencias, charlas y talleres prácticos para acercar la cirugía a los futuros médicos. En la carrera se estudia mucho la parte académica, pero la práctica de cirugía tal vez no se hace tanto. El primer objetivo es que los participantes disfruten con la cirugía, y el segundo, que les ayude de cara a elegir una especialidad, que puedan descubrir si esa es su vocación.

 

¿Y qué tipo de actividades pueden encontrar los alumnos en estas jornadas?

En otras ediciones ha habido una simulación de un accidente, talleres de sutura, el seguimiento de una cirugía en directo, un taller de cómo hacer una traqueotomía con un bolígrafo… Queremos que los estudiantes toquen. Y, por supuesto, hay muchas charlas con especialistas de renombre. El punto base es la cirugía, ya sea general, oftalmológica, cardiaca, etc.

 

Seguir el programa requerirá unos mínimos conocimientos médicos.

Sí, el congreso es para estudiantes a partir del tercer año del grado de Medicina, porque las ponencias pueden ser muy técnicas. Pero la primera charla que ha servido como adelanto al congreso ha sido diferente, porque estaba abierta al público general. Queríamos dar a conocer el congreso y lo que puede aportar. Acudieron unas doscientas personas al Salón de Actos del Colegio Mayor Larraona para escuchar al Dr. Juan José López Martínez. Fue muy ameno, había mucha gente que no era de Medicina y se fue a casa con las ideas claras.

 

un doctor y el director del colegio mayor larraona

 

El Dr. López Martínez es especialista en traumatología infantil, miembro de la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica y de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, y es conocido por el público, sobre todo, por ser el médico del tenista Carlos Alcaraz. 

El tenis es un deporte muy sacrificado y muy físico, con muchas lesiones. Al final él como médico ha tenido que estar muy pendiente de asegurar que Alcaraz pudiera seguir en ciertos momentos. El doctor sacaba matrículas en la universidad y ha sido siempre un apasionado del deporte.

 

¿Qué destacarías de la charla que impartió?

Fue una muy buena ponencia. Nos dio su punto de vista de médico a nivel de élite del mundo deportivo. Esto nos inspira a los estudiantes a ver qué podemos alcanzar como médicos y como profesionales, porque nos dio consejos para todos los que asistimos. Sobre todo, formuló las preguntas para que pensásemos qué es importante para nosotros y cómo dedicarle el tiempo necesario. Él es padre de tres hijos y nos contó cómo lo compagina con su vida profesional. Empezó explicando su trayectoria, cómo ha llegado hasta donde está ahora. Dibujó un diagrama en el que explicaba cómo distribuía el tiempo al principio de su carrera y ahora. Al principio era todo para el trabajo y menos para la familia y los amigos, pero ahora dedica más tiempo a la vida personal. Lo que nos transmitió es que cada uno debe encontrar el equilibrio entre todos los segmentos.

 

Este equilibrio puede ayudar a llevar una vida más saludable.

Dijo que hay que tener una medicina mucho más preventiva, que lo mejor es no ponerse malo. Vivimos en un mundo muy tecnológico y sedentario, en el que necesitamos hacer deporte con regularidad y prestar atención a uno mismo: la alimentación, el ejercicio, el cuidado mental, la relación social… son la mejor medicina preventiva. Esto es importante sobre todo para los estudiantes de Medicina, ya que puede haber mucho estrés y competitividad en la carrera. Yo, por ejemplo, en exámenes suelo dejar el deporte a un lado, y creo que es importante mantener la vida deportiva.

 

¿Qué deporte practicas?

Me gusta mucho el pádel y he jugado toda la vida al baloncesto. También he hecho natación y voy al gimnasio. En el Colegio Mayor iba al Polideportivo Larraona y jugaba muchas pachangas con los colegiales; se potencia mucho el deporte, también con la competición interpasillos, incluso organizamos una competición de pádel. Cuando estaba en el consejo colegial intentamos formar un club de running para salir a correr, pero al final con la pandemia no pudimos hacerlo. Las instalaciones deportivas del Colegio Mayor y de la universidad facilitan la actividad deportiva.

 

un doctor da una charla a estudiantes universitarios en el Colegio Mayor Larraona en Pamplona

 

Además del deporte, en la etapa universitaria también se ‘entrenan’ otros valores. La mitad de lo recaudado con las entradas de la charla se destinó al proyecto Vencer Leucemia, de la Fundación Jiménez Díaz, que investiga para curar la leucemia mieloide aguda.

Somos estudiantes y en la Universidad de Navarra y en el Colegio Mayor Larraona lo de ayudar a los demás está muy presente. Al final de la charla se realizó un sorteo para financiar la organización del propio congreso y para contribuir con este instituto de investigación.

 

¿Qué habilidades necesita un estudiante para realizar estas labores de organización del evento? 

Sobre todo, hay que ser valiente y no tener miedo a mandar correos para hablar con invitados y patrocinadores, hay que tener la mente abierta. Del Dr. López Martínez teníamos el contacto de una compañera, y fue muy amable y cercano. Estas habilidades se pueden aprender. Yo soy sociable, no tengo problemas en hablar o mandar un correo, pero también lo he entrenado. En el colegio hacía teatro, lo que me quitó el miedo a estar solo delante del público y en primero de universidad hice un curso de cómo hablar en público con eficacia. Dentro de Larraona también lo trabajé mucho, con el tema de los Think&Beer y las charlas, siendo miembro del consejo colegial primero y, después, decano de colegiales.  Ahora estoy en muchos voluntariados, lo que me ayuda a cambiar de ambientes y a salir de mi zona de confort.

 

¿Y cómo se puede trasladar esto a la Medicina?

El médico también tiene que ser un buen comunicador, tiene que saber adaptarse a las circunstancias de cada paciente y también, saber dar malas noticias. En la universidad trabajamos mucho eso. Por eso me gusta la consulta, porque requiere tratar con el paciente, aunque también me atrae el quirófano.

 

Entonces, ¿por qué especialidad médica te inclinas?

Me llaman la atención otorrino y urología porque son muy polifacéticas, tocan diferentes ámbitos, y son médico-quirúrgicas: puedes tanto ver al paciente como operarle. También me gusta pediatría, por el cuidado de los niños. Quizá podría ser otorrino especializado en niños… Aún estoy en quinto curso así que tengo tiempo para pensar.

 

estudiantes con médico en el salón de actos del Colegio Mayor Larraona

 

La mitad de la carrera, los tres primeros años, los has pasado como colegial de Larraona. ¿Qué sientes cuando vuelves aquí?

Me vienen a la mente muy buenos recuerdos, que guardo con mucho cariño. Por desgracia el segundo año solo duró medio, por el confinamiento general de marzo de 2020, y el tercer año fue un año un poco duro, con las secuelas del covid y algún confinamiento en las habitaciones. Pero tuve suerte de vivir el primer tiempo con normalidad y puedo decir que viví plenamente todo.

 

Llegaste desde Santander sin conocer a nadie y te encontraste con doscientos chicos como tú. ¿Qué te llevas de tus compañeros de aquí?

Mis amigos de Larraona son casi como mi familia. Los médicos tendemos a juntarnos con otros médicos, pero aquí no, hay doscientas personas de muchas carreras. Me ha permitido conocer a gente de otras especialidades. Además, la cercanía del equipo directivo y del resto del personal era espectacular. Y la figura de los veteranos es una pieza fundamental, lo mejor que puedes tener, porque son personas que han pasado por lo mismo que tú. En mi familia había cosas con las que no me podían ayudar, porque no son médicos, pero aquí los veteranos de la carrera te podían aconsejar sobre qué optativa escoger, dónde hacer las prácticas…Y también sobre la vida en general. Ahora me sigo llevando con ellos, a pesar de que nos encontremos en sitios distintos. Siempre he estado muy bien aquí, y la verdad es que estoy muy contento de haberlo vivido y de recordarlo cada vez que vuelvo.

 

Muchas gracias, Pablo, ¡siempre tendrás nuestras puertas abiertas! Te deseamos mucho éxito en tus estudios y en la celebración de este congreso.

tres estudiantes del club de juego de rol de dragones y mazmorras

“Pensaba que el rol era de frikis” – Entrevista a tres integrantes del club de rol

Los domingos por la noche, al menos media docena de colegiales se reúne para adentrarse en caminos insospechados y aventuras insólitas. Juegan a la última edición de Dragones y Mazmorras, el mítico juego de los años 80 que sigue enganchando a miles de personas hoy en día. Magos, monstruos, amistades, misterios, metarolAdrián Torres (3º de Bioquímica con Negocios y Bioinformática), Enrique Cáceres (3º de Química y Bioquímica) y Jesús del Moral (2º de Medicina), tres participantes y fundadores del club de rol, nos introducen en este fantástico mundo.

 

cartas y material de juego de Dragones y Mazmorras

 

En primer lugar, ¿de qué trata el rol?

 

Enrique (E). Consiste en la utilización de un sistema para organizar el juego; luego viene la historia, dónde se ambienta y con qué personajes. Dragones y Mazmorras ha evolucionado a lo largo del tiempo, ahora está en la quinta edición, y permite que las aventuras sean serias, divertidas, que se desarrollen en el espacio exterior… quien dirige el juego elige. Hay otros juegos como Star Wars que tienen sistemas más sencillos o realistas. Por ejemplo, Pendragón es artúrico, de la mesa redonda. También está Warhammer, Ratas en las paredes (que es de miedo) y muchos más.

Adrián (A). Nosotros hemos escogido Dragones y Mazmorras porque es más fácil de aprender, y tenemos a gente de 1º y de 2º curso. Hay muchos manuales. Personalmente, no me he leído ninguno, pero he jugado mucho. En rol, el sistema tiene unas normas predefinidas, pero la última palabra la tiene el máster, que es la persona que prepara la historia y dirige el trascurso de la partida acorde al mundo que ha creado y a los personajes. La gracia está en la aleatoriedad y variabilidad. En general, en el rol se utilizan los dados y se sabe cómo empieza la partida, pero no cómo va a terminar.

Jesús (J). Ni siquiera los que dirigimos sabemos qué va a pasar. El máster puede decidir montar la historia en base a una ya escrita en el manual o inventarla. A mí me gusta la segunda opción, crear mis propios mundos.

 

ilustración fantástica de dragones y mazmorras y fichas del juego

 

¿Cómo es un mundo de Dragones y Mazmorras? ¿Podéis poner algún ejemplo?

 

A. Dragones y Mazmorras es un juego de fantasía, pero se adapta muy bien a toda historia que alguien quiera crear. Puedes ser un mago y lanzar hechizos, o un guerrero y defender princesas y reinos. O también puedes crear una temática Steampunk con un futuro distópico, que el mundo sea medieval, o que la historia se desarrolle en el mundo real, todo se puede adaptar fácilmente.

E. Para jugar, lo único que se necesita es un manual y unos dados. Y ni siquiera. El manual del jugador lo puedes encontrar en Internet, y los dados se pueden tirar con una aplicación del móvil. Luego hay muchos libros extra: guía para los narradores, guía para crear monstruos, aventuras oficiales ya escritas, libros que describen mundos o continentes ya creados y cómo funciona la magia, las ciudades o los personajes en ellos…

J. El mundo donde se va a desarrollar la historia lo elige el máster, pero el personaje lo crea cada jugador. Esto es para que se sienta identificado, dueño de él. Para crear un personaje primero se elige la raza, luego el trasfondo (de dónde viene) y después la clase: paladín, bardo, clérigo o mago; y las subclases.

 

Con lo cual, existen muchas posibilidades y diferencias entre los personajes.

 

E. Los personajes en las ediciones antiguas tenían los roles establecidos según la clase (ej. mago, paladín). En la más nueva, la historia es aparte y los personajes se definen por los conjuntos de habilidades y no por su clase.

A. Sí, cada elección de atributos te da una serie de capacidades. Además, mediante la actuación, cada uno puede darle un toque personal. Esa es la gracia y la riqueza del rol, que no hay nada definido. Por ejemplo, puedes ser un gran inquisidor que trabaja para un imperio corrupto y puedes ser un pícaro o un paladín o un guerrero; puedes elegir ser malo o jugarlo como una persona que no tiene más remedio que hacer su trabajo.

 

En el Colegio Mayor hay precedentes la organización de partidas de rol, pero ¿cómo surgió la iniciativa de fundar un club?

 

E. Venía de jugar en Canarias y cuando llegué aquí, hace dos años, vi que no tenía forma. Organicé alguna partida, pero vinieron pocas personas. El año pasado Adrián y yo dijimos: “Vamos a hacer un club, a ver si funciona y enganchamos a la gente”. Dimos con todo el grupo de 1º de Medicina. Hasta diciembre lo dirigí yo y el segundo cuatrimestre lo dirigió Adrián. Ese año se incorporó Jesús y estuvo aprendiendo. Y este curso hay dos grupos de rol oficiales, uno dirigido por él y otro por mí. En mi grupo empezamos 7 y ahora hay 4-5 jugadores. Hay que tener en cuenta que lo recomendable suele ser entre 4-6 personas más el máster.

 

estudiantes sentados en una mesa con tablero y juego de rol Dragones y Mazmorras

 

¿Y actualmente cómo os organizáis?

 

J. Yo tengo a 9 jugadores, entre ellos a Adrián y Enrique, así que somos bastantes. Todos están jugando en el mismo mundo, pero unos han cogido el camino del mal y el otro el del bien. No estoy siguiendo ningún manual, es mi mundo y me he inventado todo, los monstruos también. Creo que está bien innovar lo que ya hay en el juego, porque los veteranos han visto mucho. Los monstruos los crea y maneja el narrador, pero no en todas las campañas tiene que haber monstruos o peleas.

A. Enrique y Jesús se alternan para jugar una semana uno y otra otro, y cuando ninguno de los dos puede organizar una partida, monto yo un one shot, que es una aventura que empieza y acaba ese día. El otro día, por ejemplo, robamos un banco. Yo, en general, soy más de misterio que de monstruos. El año pasado hice que los jugadores tuvieran que resolver un asesinato en un barco volador. El final planeado era que salvaran a la población el barco, pero al final los jugadores se acabaron transformando en los malos.

E. Yo juego muy al manual, con las situaciones que podrían pasar y soy bastante fan de todo el material: las aventuras oficiales, las normas básicas, etc. En mi grupo estamos jugando una aventura ya escrita que tiene dos libros, el primero es “El tesoro de la Reina Dragón”. Una secta invoca a una diosa-dragón malvada y los jugadores deben descubrir el culto y ver cómo pueden pararlo; tienen que reunir a aliados e ir a la batalla contra este grupo malvado y un séquito de dragones.

 

¿Qué habilidades o valores se ponen en práctica durante el juego?

 

J. Lo primero, la creatividad. Tienes que tener ideas para resolver retos, para saber cómo actuar ante ciertas situaciones y tomar decisiones complicadas. Además, existe algo que es el metarol, que es cuando como jugador sabes algo que el personaje no debería saber y tienes que actuar como si no lo supieras. Por ejemplo, si sabes que detrás de una puerta hay una trampa, pero tu personaje no lo podría saber, tienes que abrirla, que es lo que haría él. Hay que interpretar el papel. Además, también está el trabajo en equipo. Un buen máster plantea desafíos, puzles, retos, que requieran la participación de todos.

E. Hay algunas normas no escritas en el rol, y una de ellas es que todos somos compañeros. Si una persona quiere ser personaje protagonista y anda todo el rato interrumpiendo a los otros y siendo el centro de atención… Esa actitud no es bienvenida. Tampoco la gente que va al manual y discute cualquier cosa que sea saltarse un poco las normas. O que se va por su cuenta. O la justificación de actos grotescos. Hay límites. Tu libertad termina donde empieza la de los demás. Al final es importante que se divierta todo el mundo, incluido el narrador. Es una forma de evasión de los exámenes y del estrés para mucha gente. Estamos aquí para divertirnos, no para acabar una aventura. Es ver hasta dónde llegamos y ayudar a otros a iniciarse en el juego.

A. El rol tiene que ser un sitio seguro donde nos lo pasemos todos bien. Es importante que todo el mundo esté cómodo. Si alguien no sabe se le enseña a jugar, sobre todo el máster es quien le guía para interpretar su personaje y entrar a actuar. Y el grupo también ayuda. La comunidad de juego de Larraona es un poco caótica, pero muy buena. La gente es muy natural y acoge muy bien. Después de las partidas solemos preguntar a cada uno qué le ha parecido, si le ha gustado, qué le gustaría para próximas ocasiones, etc. También te ayuda a ejercitar muchas habilidades como el manejo de recursos y la paciencia. Tienes unas cosas y se van a gastar. En general, muchas habilidades (por ejemplo, lanzar un hechizo) se recargan después de que el personaje haya dormido en la partida.

 

dos estudiantes jugando a un juego de rol

 

Las partidas suelen durar entre 2h y 4h, siendo 4h lo más habitual. Un buen tiempo de convivencia. ¿Qué destacaríais al respecto?

 

A. Sin duda nos ayuda a conocer a personas nuevas. La pausa para cenar juntos, las charlas y risas, cuando hacemos palomitas, las valoraciones finales… Son muchos momentos, y detrás del personaje siempre se ve a la persona. Cada personaje lleva inevitablemente algo de ese jugador. Y que sea presencial ayuda muchísimo. Yo juego otras partidas online y tengo muchas más ganas cada vez que juego una presencial. La interacción, los gestos… es mucho más real. Además, en nuestro caso es muy cómodo participar, solo tienes que bajar las escaleras. Invito a los demás a que lo prueben, yo creo que el rol es para todo el mundo, si vienes con la disposición adecuada.

J. Yo el año pasado decía: “No me voy a apuntar a esto”. Pensaba que era algo de frikis, de gente que iba disfrazada. Pero no es una frikada, la aventura puede tomar la forma que tú quieras. Un amigo mío era de la misma opinión, se apuntó al club solo por ganar puntos colegiales y ahora pide incluso que organicemos más sesiones, tenía una idea errónea del rol.

 

colegiales de larraona

La experiencia compartida entre generaciones

La experiencia colegial de Larraona lleva más de cinco décadas perviviendo entre las generaciones de estudiantes a las que vamos acompañando. El 22 de octubre de 2022, en la celebración de nuestro cincuentenario, pudimos comprobarlo gracias a los testimonios que dieron cinco colegiales en la mesa redonda que organizamos. A pesar de las diferencias de edad, relatan vivencias que tienen en común nuestros valores y nuestra identidad.

 

cinco hombres de diferentes edades en una mesa redonda para dar su experiencia

 

“Disfrutábamos de un privilegio enorme”

La mesa redonda comenzó con el más veterano de los antiguos colegiales, “Nano”, el primer decano que tuvo Larraona. Fernando Martínez López estrenó el Colegio Mayor en su inauguración, ya que es uno de los estudiantes de la promoción de 1970. Jubilado, pero muy activo, es de Logroño y estudió Farmacia en la Universidad de Navarra. Además de experiencia en la vida, acumula toda una serie de recuerdos y vivencias del Colegio Mayor, incluso antes de que estuviera abierto:

“Vi la primera maqueta del edificio hacia el año 1966-67, antes de empezar la carrera, en la iglesia de San Fermín de Aldapa. La vi y pensé: ‘Algún día estudiaré ahí’. Ahora cuando he entrado por la puerta se han agolpado un montón de recuerdos de mi primer día”.

Fernando venía de hacer el servicio militar. Estudió 1º de carrera en Zaragoza y a partir del segundo año continuó en Pamplona. Recalca el enorme impacto que tuvo para estos alumnos entrar en el Colegio Mayor, entonces Residencia Universitaria Larraona.

 

hombre con un micrófono dando su experiencia

 

“Entre todos sabíamos que disfrutábamos de un privilegio enorme. En Larraona encontramos los medios con los que soñábamos para vivir nuestra vida. Fundamentalmente, compañeros y libertad, algo difícil en aquellos tiempos. Esa capacidad de autoorganización como no habíamos tenido nunca. Y recursos como la biblioteca que aquí encontré, yo nunca había tenido una”.

El veterano cuenta que fue una época difícil, en la que Franco vivía. Recuerda que en Carlos III los chicos caminaban por una acera y las chicas por otra. En esta etapa compleja y en sus años de juventud, señala que la labor del primer director, José Luis Ortiz de Guinea marcó a esta generación: “José Luis nos obligó a ser nosotros mismos”.

 

hombre señala una foto antigua en la que aparece

 

Así lo explica en un comentario que publicó en las redes sociales antes de la celebración del cincuentenario:

“Fuimos toda una generación que nos hicimos juntos (…) Descubrimos la necesidad de la libertad para vivir, y la responsabilidad para compartir la vida. Aprendimos de la experiencia ajena, y sobre todo de la propia, en forma de errores. Descubrimos y forzamos nuestra adaptabilidad a cualquier situación y circunstancia por distinta que fuese. Nos esforzamos en encontrar los problemas del entorno, a veces en sus más nimios detalles, y recorrimos el aprendizaje para resolverlos y desarrollar la capacidad para hacerlo. Empezamos por conocernos a nosotros mismos con honestidad y en profundidad y, entre todos, nos cambiamos lo suficiente para ser hombres sociales con una visión igualitaria proyectada de cada uno al compañero. Dimos los primeros pasos de lo que hoy se llama inteligencia emocional y empatía porque, de alguna forma, en contra de los autoritarismos que impregnaban el país, necesitábamos complicidad para vivir. (…) Al final, de aquel origen, creo que lo más inteligente que hicimos fue descubrir que no lo éramos más que el resto, y arrancar otra sociedad con la misma gente que en silencio esperaba, aquella generación que cambió el país cuando pudo hablar. La lealtad, la generosidad, la honestidad y la solidaridad nos nacieron de forma tan natural como asumimos la responsabilidad que la sociedad nos pidió.

Fue un lujo para toda la comunidad educativa el poder contar con testimonios como el suyo, y también para él, volver al sitio que supuso un antes y un después en el camino de su vida. “Tenía muchas ganas de volver. Es una enorme satisfacción”.

 

hombre dando su experiencia

 

“Aprender a convivir fue el germen de lo que luego llamamos democracia”

Fernando coincidió en el tiempo con el también logroñés Ignacio Granado Hijelmo, que entró un año más tarde que él, en 1971. Estudió y se doctoró en Derecho y Derecho Canónico y aunque está jubilado, también permanece muy activo. Ha ocupado distintos cargos jurídicos en su comunidad autónoma, entre ellos, presidente del Consejo Consultivo de la Rioja.

“Las experiencias son siempre personales”, empezó aclarando. “Yo entré en 1º y por aquel entonces estaba muy influido por el existencialismo, había sido el mayo francés y entre mis lecturas estaba Sartre y otros autores, era lo que se llevaba. Recuerdo que estaba problematizado mentalmente, haciéndome las preguntas de quién soy, de dónde vengo y a dónde voy. Entonces, cuando llegué aquí, José Luis me abrazó y me dio la bienvenida. Qué naturalidad, pensé. Aquí hay sencillez. Empezaron a desvanecerse esas cuestiones problemáticas con cosas tan naturales como el sentido de la amistad. Necesitaba paz interior y aquí la encontré, dentro del follón que había. Era un ambiente natural”, insiste.

 

director y estudiantes de las primeras promociones del colegio mayor

 

También comenta que empezó a acudir diariamente a la eucaristía: “José Luis no imponía nada, pero proponía, fundamental para el verdadero cristianismo. Iba casi todos los días porque no era obligatorio, era como muy natural”.

Recuerda un ciclo de teología que lo impresionó y, en general, la diversidad de puntos de vista. “Es apasionante ver que hay diferentes formas de ver el mismo fenómeno. Aprender a convivir fue el germen de lo que luego llamamos democracia. Es ese ambiente de libertad, lo de la responsabilidad era algo que solo decía José Luis”, comenta entre risas.

Ignacio era aplicado en los estudios, y se acuerda también de los ratos en la biblioteca, de cuando compartían apuntes y se ayudaban unos a otros. “La relación intergeneracional entre alumnos de distintos cursos era muy rica”. Estos lazos se formaban a través del encuentro informal, pero también en actividades organizadas.

El claretiano Oroz les mandó apuntarse a alguna iniciativa y él eligió el club de música. Descubrió grandes autores y discos que aún conservamos y que los chicos disfrutaban a todo volumen, ya que la sala está insonorizada. “El tocadiscos era magnífico”.

 

periodista sonriendo en el salón de actos del colegio mayor

 

“Voy con orgullo diciendo que pertenezco a Larraona”

Aunque el periodista aragonés Carlos Larroy era el encargado de moderar el debate, aprovechó para compartir brevemente su experiencia, por petición del público. Entró en 2009 y durante su estancia con nosotros, hasta 2012, se encargó de rescatar aquel magnífico tocadiscos del que hablaba Fernando.

“Hubo una época en la que los vinilos estaban desapareciendo. Ahora han vuelto por el rollo vintage, pero entonces esa sala de la mediateca estaba abandonada. Con mi grupo de amigos, nos encargamos de restaurarla”.

 

colegiales y dirección del colegio mayor larraona

 

Aparte de la música, Carlos no olvida la iniciación profesional que el Colegio Mayor supuso para él: “Montamos charlas con políticos. Han pasado diez años, pero ¡cómo pasa el tiempo! Entonces no existían Podemos, invitamos a Rosa Díez cuando estaba UPyD… Me acuerdo de estar en este mismo lugar con diecinueve años, muerto de miedo, con mi compañero Pablo Vega. Mismas luces, mismas cortinas, no han cambiado. Después de cada encuentro subía a mi habitación y escribía corriendo el artículo para mandarlo al día siguiente a Diario de Noticias. Esto era lo máximo”.

Sin duda, la experiencia colegial ha quedado grabada en él: “Aparecí aquí y mi vida cambió completamente. Me acuerdo entrar y decir: ‘¿Qué es esto? ¡Qué maravilla!’. Encontré una pluralidad y un compañerismo brutal. Voy con orgullo diciendo que pertenezco a Larraona.

 

hombre contento explicando su experiencia en el salón de actos del colegio mayor larraona

 

“Vine aquí y lo que vi fue libertad”

Al contrario que Carlos, Jorge García-Marina del Olmo, dice que no empezó con tan buen pie en nuestro Colegio Mayor. “Yo quería ser entrenador de baloncesto y cuando entré, en 1991, en mi primer encuentro con el director Patxi Muguerza me dijo claramente: ‘No, tú has venido aquí a estudiar’.

Se licenció en Ciencias de la Información y esto no le impidió disfrutar de la experiencia colegial. Tanto es así, que incluso revela que ahora cada cierto tiempo, su sueño recurrente es que vive aquí, en Larraona, con su mujer y sus hijos.

“He estado en muchas ciudades y países, pero los cinco años que permanecí aquí han marcado mi vida. Entonces yo no había salido de casa, y aquí conocí a una España diversa, plural.”

Natural de Valladolid, confiesa que su “gran descubrimiento” fueron los gallegos, “una gente extraordinaria”.

 

dos hombres se saludan alegres

 

Lo hemos pasado muy bien y hemos aprendido mucho. Recuerdo con mucho cariño a Javi, que nos enseñó muchísimo. Cuando volvíamos por la noche nos quedábamos hablando con él hasta las tantas. También me acuerdo de las charlas del Dr. Madoz, las pelis, los encuentros con políticos…”

Fueron muchas vivencias buenas, no exentas de momentos complicados. Mencionó que vivieron el secuestro del padre de un colegial. “Eran los años 90 y fueron convulsos en Pamplona”.

A modo de resumen, Jorge destaca la libertad que encontró y el aprendizaje que supuso para él:

“Me parece muy interesante el concepto de libertad. Vine aquí y lo que vi fue libertad. En cuanto a la responsabilidad, veía a los de 6º de Medicina y me parecían mis padres, unos señores responsables que estaban esperando en la puerta antes de que empezara el turno de la comida. Eso me impresionaba”

Maravillado” y “encantado”, por estar aquí, al final de su exposición le recuerdan que sí llegó a ser entrenador de baloncesto aquí, y que ganaron a los colegiales de Belagua en una final.

 

estudiante de medicina dando su experiencia

 

“Aprender de la gente nueva enriquece”

Javier Calvo Serrano es el actual decano de colegiales. Sevillano, estudia 6º de Medicina y lleva aquí desde 2017.

“Yo también cuando estaba en 4º curso había un grupo de colegiales de último año a los que llamábamos los padres de la Medicina. Espero que a quien me vea el día de hoy yo no le imponga tanto”, ríe.

Está agradecido por estos años, aunque reconoce que también se han vivido momentos complicados por la pandemia.

“Ha sido una época difícil. El Colegio Mayor es plural, y había quien quería salir de fiesta o estudiar y con las restricciones y el toque de queda estábamos más limitados. Ha tenido sus más y sus menos, pero al final nos hemos esforzado por mantener el espíritu de compañerismo y amistad, y hemos aprendido a no tirarnos los trastos a la cabeza”.

 

estudiante proclamando una lectura en la misa

 

De esta etapa, destaca todo lo que se lleva a nivel personal:

Enriquece tanto el hecho de estar con gente tan diferente… Te levantas por la mañana con otros doscientos chicos y puedes hablar con cualquiera. Mis padres habían estado en un colegio mayor y por eso yo vine lanzado. Siempre me habían dicho que esos años fueron los mejores de sus vidas y yo puedo decir lo mismo. Incluso los compañeros que se han ido ya, cuando voy a verles me dicen: ‘Qué tiempos en Larra’.”

 

público riéndose