Dr Jesus San Miguel en Larraona

El Dr. San Miguel inspira a los estudiantes de medicina a vivir su vocación con plenitud

El 22 de octubre, un grupo de estudiantes del Colegio Mayor Larraona se reúne con el doctor Jesús San Miguel, referente internacional en hematología y hemoterapia, especialmente en el campo del mieloma múltiple. Esta edición de ‘Think and Beer tiene lugar en la sala marrón, donde los futuros médicos y médicas —junto a estudiantes de farmacia y bioquímica—se sientan en círculo alrededor del doctor. Desde el primer momento se respira curiosidad, admiración y un profundo deseo de aprender.

El encuentro gira en torno a la vocación médica y al sentido de la vida profesional. San Miguel habla sin prisas, con cercanía, hilando anécdotas personales y reflexiones que invitan a pensar. “No hemos nacido para curar a los demás”, dice, “sino para hacer equipo, porque eso nos hace más fuertes para cumplir la misión de cuidar”.

Estudiantes de medicina

La conversación es viva y sincera. El alumnado plantea sus inquietudes más humanas: el miedo a equivocarse, el reto de seguir aprendiendo siempre, la búsqueda de plenitud en una profesión exigente. El doctor responde con la serenidad que dan los años de experiencia y la pasión intacta por su trabajo.

Recuerda cómo las casualidades pueden convertirse en oportunidades: él mismo descubrió su especialidad, la hematología, casi por azar. Aconseja aprender a descartar aquello para lo que uno no vale: “Si te tiemblan las manos, no seas cirujano”, escapa entre risas mientras sube los hombros. Y exhorta a los estudiantes a elegir su camino con honestidad. “La actitud y el lugar son clave”, insiste. También subraya la importancia de tener un buen mentor: “Si vuestro tutor o tutora no os guía, pedid otro”, afirma. “Buscad a alguien que os abra la cabeza”.

Anima a la juventud a salir y a no esperar que las oportunidades lleguen solas. A través de sus anécdotas en Londres, donde investigó en un centro de referencia mundial, y de su regreso a España, insiste en que quien persevera, incluso cuando no recibe respuesta ni apoyo, es quien finalmente llega lejos. “Todo es posible”, asegura. “Pero hay que hacerlo desde el sentido del servicio. El cristianismo nos recuerda que para servir hay que ser buenos y exigentes con uno mismo”.

Charla para futuros médicos

San Miguel defiende una ética profesional que no se limite a las normas, sino que se fundamente en el respeto y la empatía. “No podéis cuidar a la gente por sus ideologías políticas. Hay que querer mucho a las personas. A todas las personas. Y ponerse en su piel”, explica.

También habla del error y del aprendizaje. Recuerda con emoción uno de los momentos más duros de su carrera: la pérdida de un amigo tras un trasplante de médula. “Debí prever una complicación. Esa experiencia me marcó profundamente”.

Colegiales escuchando una charla

Entre historias personales, consejos y sonrisas, los estudiantes descubren a un médico apasionado, feliz de su camino y comprometido con los demás. “La vida no va de hacer lo que uno quiere, sino de querer lo que uno hace”, concluye.

La sesión termina con un aplauso sincero. Queda la sensación de haber participado en algo más que una charla: un encuentro que recuerda a todos y a todas que la vocación médica, cuando se vive con sentido, se convierte en una forma de amar.

 

Rafting por rio Irati

Rafting en el Irati: una experiencia para conectar y convivir

Comenzar una nueva etapa universitaria puede ser emocionante, pero también supone enfrentarse a un entorno desconocido. Por eso, en el Colegio Mayor Larraona se organizan actividades que ayudan a los colegiales y las colegialas a conocerse y a crear vínculos desde el primer momento. Una de las más esperadas es la salida de rafting por el río Irati, que este año reunió a veteranos y veteranas y estudiantes de primer curso en una jornada llena de diversión, convivencia y trabajo en equipo.

Entre los veteranos que vinieron a acompañar estuvo Francisco Pla, nuestro colegial de Puerto Rico. Un apasionado de las actividades al aire libre, que lidera el club de senderismo de Larraona. Francisco recuerda con entusiasmo la experiencia: “Fue un día precioso. Nos montamos en la balsa, los guías nos explicaron las normas de seguridad y después recorrimos unos seis kilómetros del río”, cuenta. “Hubo risas, cantos, bailes y hasta nos refrescamos en el agua. Una experiencia diez de diez”, dice. Para él, estar juntos y juntas en un espacio tan pequeño como una balsa, te obliga a tener que socializar y, definitivamente, divertirte.

Así, el rafting no es solo una aventura, sino también una oportunidad para estrechar lazos. En un contexto en el que los participantes se ven obligados a colaborar y a conversar se desarrolla una experiencia única. Y Francisco lo tiene claro: “Es un entorno que facilita la conexión. Entre remar, contar chistes y mojar a los demás con el remo, se crea un ambiente natural para conocerse”, explica. “Creo que el colegio eligió una actividad perfecta para romper el hielo”.

Rafting Larraona

El año pasado, Francisco participó en esta actividad como alumno de primer curso. Fue una experiencia que, según cuenta, le ayudó a integrarse rápidamente y a conocer a compañeros y compañeras con los que hoy convive en el colegio. Por eso, cuando surgió la oportunidad de volver este año como veterano, no lo dudó. “Me encanta estar en la naturaleza y conocer gente nueva”, afirma. “Además, como soy el encargado del club de senderismo del colegio, lo vi como una ocasión ideal para dar la bienvenida a los nuevos colegiales”. Esta actividad une las pasiones de Francisco: la amistad y estar en la naturaleza.

Para él, esta actividad tiene un valor añadido: descubrir el entorno natural de Navarra y España, algo que no había podido experimentar en su país de origen. “En Puerto Rico no hay ríos tan grandes para hacer rafting”, cuenta. “Cuando llegué aquí y me llevaron a esta actividad en mi primera semana, me quedé superentusiasmado”.

La salida de rafting refleja el espíritu de Larraona: un lugar donde los colegiales y las colegialas conviven, se acompañan y se apoyan mutuamente. Más que una simple excursión, es un símbolo de lo que significa formar parte de esta comunidad: aprender juntos, compartir experiencias y construir amistades que duran toda la vida.

Colegial veterano

Desde Larraona hasta Inglaterra: el recorrido de un médico en formación

Theo Urquiza Gal nació en Argentina, pero pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia en Miami, Estados Unidos. A los 17 años, su camino lo llevó a España para terminar el bachillerato y poco después aterrizó en Pamplona con una meta clara: estudiar medicina en la Universidad de Navarra. “La decisión fue rápida”, cuenta. “Recibimos buenas recomendaciones, y mis padres y yo sabíamos que la UNAV tenía prestigio. Una vez que me aceptaron, no lo dudamos”.

 

Desde pequeño le ha fascinado lo desconocido. Su pasión por la medicina nació de una inquietud genuina: entender qué ocurre dentro del cuerpo, descubrir las causas de las enfermedades y ayudar a los demás a encontrar respuestas. “Lo que me entusiasma es acompañar a cada paciente, a cada persona, en ese proceso de preguntarse ¿qué me está pasando? y poder ayudarle a encontrar una respuesta”, cuenta.

 

Vida en Larraona: comunidad y crecimiento

Theo lleva cinco años en la universidad, pero solo pasó cuatro de ellos como colegial de Larraona. Durante su penúltimo año decidió vivir solo, pero en el último regresó. “Eso ya dice mucho”, admite entre risas. “Aquí encontré una comunidad. Somos un grupo de personas que, a pesar de estudiar cosas distintas, nos apoyamos constantemente”. Resalta que la convivencia le ha permitido enriquecerse en lo académico, pero también en lo personal.

 

Para Theo tiene mucho valor la relación única que existe entre veteranos y novatos. “Entre nosotros nos explicamos bien lo que deberíamos aprender y cómo deberíamos aprender”, comenta. En medicina, por ejemplo, reconoce que le ha ayudado mucho poder intercambiar apuntes, discutir casos clínicos y repasar temario con otros colegiales que estudian la misma carrera.

 

Larraona también le ha abierto las puertas a una riqueza cultural que no esperaba. “Aprendí muchísimo de la cultura española”, explica. Llegó sabiendo poco sobre España y cómo se vive en cada región del país. Gracias a esas conversaciones en las comidas o en los pasillos logró descubrir esa diversidad que, para él, ha enriquecido su experiencia universitaria.

 

 Retos que transforman

Aunque habla español con soltura, Theo confiesa que la adaptación al idioma fue su mayor reto. El inglés es su lengua materna e integrarse en una comunidad hispanohablante no fue nada fácil. Incluso se matriculó en academias para mejorar su español más rápido. “Fue duro, pero hablar con la gente, estar atento en clase y convivir con otros estudiantes me ayudó muchísimo, dice.

 

Gracias a su determinación, hoy se encuentra haciendo sus prácticas en Reino Unido, en el hospital universitario de Norfolk and Norwich. “Después de cinco años estudiando medicina en español, quería volver a mi idioma nativo y ver cómo se aplica la medicina aquí”, cuenta. Está en el departamento de neurología, rotando por subespecialidades como epilepsia, neurooncología o trastornos de sueño. Todavía está empezando, pero tiene muchas ganas de aprender.

 

estudiante veterano medicina

 

Para los nuevos

A quienes están por comenzar su vida en Larraona, Theo les da un consejo claro: “Intentad crear vínculos desde el primer día. Sed abiertos, hablad con gente, involucraos”. Para él, la comunidad colegial puede marcar desde el principio la diferencia. Este compañerismo ha sido clave para su desarrollo personal, académico y social.

 

También recomienda aprovechar todo lo que ofrece el colegio Mayor: desde la comida, que disfruta mucho, hasta los clubes, talleres y actividades. Insta a los nuevos colegiales a que, aunque no sepan nada de baile o juegos de rol, se apunten en los clubes porque, según él, es una forma estupenda de conocer gente nueva. “Cuando llegan los exámenes, uno tiene que centrarse, pero al principio hay que disfrutar del ambiente”, explica.

 

Theo es una persona curiosa, algo tímida, pero que se transforma cuando habla de lo que le apasiona. La medicina es su motor, pero lo que realmente lo define es su voluntad de aprender de todos y de todo: experiencias, cultura y compañeros. Su paso por Larraona ha sido, según él mismo dice, una experiencia muy bonita. Clave en su vida. Y, aunque le queda camino por recorrer, tiene claro que crecer no es solo acumular conocimiento sino saber compartirlos.

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Un paso en la vida de la fe: El Sacramento de la Confirmación

El pasado 10 de mayo, 80 jóvenes de la Universidad de Navarra y la Universidad Pública de Navarra recibieron el sacramento de la Confirmación en la Catedral de Pamplona, Santa María la Real. La Confirmación, que habitualmente es administrada por el obispo o un sacerdote autorizado, en este caso, el Deán Don Carlos Ayerra Sola, es el sacramento mediante el cual los cristianos reciben de forma plena el don del Espíritu Santo. Entre todos esos jóvenes universitarios, se encontraban once colegiales y colegialas del Colegio Mayor Larraona que tomaron la decisión de recibir este sacramento. Para ello, este curso recibieron la preparación impartida por el padre Gustavo Pez, c.m.f., y el padre Roberto Cillero, c.m.f. En la ceremonia les acompañó el padre Enrique Martínez, c.m.f. El Deán agradeció la presencia de Don Enrique y la labor pastoral que hay en el Colegio Mayor Larraona con los jóvenes universitarios. La ceremonia comenzó a las 17.30h y finalizó sobre las 19.00h. Los colegiales y colegialas que decidieron recibir el sacramento fueron Aitana Rodríguez, Martín Carreras, Josefina Recabarran, Mario Hinojosa, Martí Viñolas, Paula Jiménez, Sara Campos, Ane Alba, Rosa Casado, Inés Duque y Jimena Santos. 

 


Una jornada para celebrar

La Catedral de Santa María la Mayor se llenó en su totalidad para acoger a los familiares y personas allegadas de los confirmandos y confirmandas. En representación del equipo directivo del Colegio Mayor Larraona estuvieron presentes la subdirectora Magaly Marrodán y el subdirector Manuel Sagüés. Fue una eucaristía solemne y cercana celebrada por Don Carlos Ayerra Sola. En palabras del propio Manuel: “Nos sentimos muy agradecidos desde Larraona con el grupo por la renovación de su fe católica a través de la confirmación. En la larga historia del Colegio Mayor, ha sido el grupo más numeroso, prueba de la labor pastoral de los claretianos”. Aunque fue un día de lluvias intensas acompañadas de truenos y rayos, nada empañó la alegría compartida por las personas confirmadas, sus padrinos y madrinas y todos los seres queridos que acudieron a acompañarlos.

 

 

El padre Roberto: jóvenes inquietos 

El claretiano Roberto Cillero, quien acompañó al grupo durante los últimos meses de formación, destaca la esperanza que le transmiten estos jóvenes que deciden libremente acercarse más a Jesús y conectarse con la vida cristiana: “Es esperanzador ver cómo gente joven de 20, 21 o 22 años tiene ese deseo de conocer más a Jesús, de reconectar un poco con Él y de descubrir cosas nuevas. Ese interés y ese deseo que han tenido ha sido un motivo para seguir trabajando y esforzándome por hacerlo lo mejor posible, y para que disfrutasen del proceso”.

Señala que su objetivo al impartir la catequesis no era tanto transmitir conocimientos, sino suscitar y despertar la fe en ellos. Les recordó que “después de la Confirmación es cuando verdaderamente empieza todo”, y los animó a cuidar su fe y alimentarla día a día.

 

Razones para no tener miedo

Entre los confirmados se encuentran Martín Carreras, estudiante de primer curso de Economía y natural de Quito, y Rosa Casado, sevillana y estudiante de primer curso de Enfermería. Ambos cursan sus estudios en la Universidad de Navarra y han querido compartir su experiencia durante de estos últimos meses, desde la formación recibida en la catequesis hasta las razones personales que los llevaron a dar este paso.

Martín y Rosa coinciden en que ha sido una decisión muy acertada. Se sienten con más serenidad, más felices, y ambos destacan que el proceso les ha ayudado a madurar en su fe y a vivirla con mayor plenitud. Ambos animan a quienes estén considerando recibir este sacramento a retomar el camino de la fe o incluso a dar el primer paso, e insisten en no tener miedo. “Si alguien tiene dudas, que pregunte sin miedo ni vergüenza”, comenta Martín. Rosa destaca que esa decisión es algo muy personal: “Es algo entre tú y Dios. Los cambios dan miedo, lo que pueda pensar la gente da miedo, pero Dios es amor y siempre te espera con los brazos abiertos. Y la Iglesia también”. 

El padre Roberto anima a lo mismo: a no tener miedo a preguntar y a preguntarse, y comparte su testimonio personal: “Cuando entré en el seminario claretiano y empecé a formarme para ser sacerdote, también fui con mucho miedo e incertidumbre. Pero pensé que, si esto era de Dios, iba a salir adelante; y que si no lo era, saldría y, sencillamente, no pasaba nada. Dios me quiere, y eso es lo importante, la razón más profunda para no tener miedo”.

 

 

Un paso de fe: el testimonio de Rosa

Rosa no solo hizo la confirmación este pasado 10 de mayo, sino que el 22 de marzo hizo también la Comunión en el Colegio Mayor Larraona. Cuenta que desde pequeña es cristiana e iba a misa con su abuela de vez en cuando, pero conforme crecía se fue distanciando, hasta no tener ningún contacto con la religión. Antes de empezar la Universidad, conoció a su novio y a un grupo de amigos que son practicantes, y a partir de ese momento, poco a poco volvió a acercarse a la religión. Cuando vio que tenía la oportunidad de recibir formación en el Colegio Mayor no dudó en hablar con el personal administrativo del Colegio Mayor y con el capellán de ese momento: Don Gustavo Pez. Rosa comenzó las catequesis junto con un grupo de jóvenes que también estaban interesados en recibir también el sacramento. 

Un día en su tierra natal, Sevilla, se dio cuenta de que esa paz que le transmitían sus amigos era lo que ella estaba buscando: “Me di cuenta que eso era lo que había estado buscando desde hace mucho tiempo. Gracias a esas personas yo me abrí y encontré lo que hoy en día es un pilar muy importante en mi vida. Las cosas que antes eran un tormento para mí, ahora son esperanza. He encontrado un consuelo muy grande: Dios”.  

Rosa comparte cómo ha sido el proceso de catequesis y el acompañamiento de los padres claretianos con ella y con el grupo: “Hemos formado un grupo muy bonito. Yo me he sentido muy cómoda”, cuenta. “Al principio, cuando empecé con don Gustavo, todo esto era bastante nuevo y extraño para mí. Pero él, súper comprensivo y simpático, me acogió desde el primer momento”. También destaca la llegada del padre Roberto: “Con don Roberto igual, me lo paso muy bien con él, es muy gracioso y también muy bueno. Creo que los dos nos han ayudado mucho a despertar el interés por aprender más sobre la fe y la vida de Cristo. Es un tema muy amplio y creo que todos estamos aprendiendo muchísimo”.

 

 

El Colegio Mayor: un pilar para Martín

Martín destaca la importancia que ha tenido para él vivir este proceso dentro del Colegio Mayor: “Durante la catequesis he hecho muy buenos amigos. Si no hubiese tenido esta oportunidad en Larraona, no sé si habría recibido el sacramento en otro momento”, explica. “Conocí al padre Gustavo y me facilitó el proceso. Fue muy llevadero y sencillo. Me regaló una Biblia y me la leí entera. Cuando tenía alguna duda, le preguntaba y siempre tenía tiempo para mí”. 

El acompañamiento de los padres claretianos ha sido clave para muchos colegiales y colegialas que han decidido dar este paso. Así lo afirma el padre Roberto: “Estamos, por supuesto, a disposición de ellos y de lo que necesiten: si quieren confesarse, simplemente hablar de lo que sea o pedir algún consejo”. 

 

 

Jóvenes cristianos en el mundo de hoy

Rosa reflexiona sobre lo que significa creer en un contexto tan marcado por lo inmediato y lo material: “Hoy en día todo tiene que tener una explicación científica, algo que podamos ver con nuestros propios ojos para creerlo. Vivimos en una sociedad muy impaciente”, comenta. “Pero la fe implica una dimensión diferente, es algo especial que ayuda a tener esperanza”. Por otro lado, el padre Roberto reflexiona sobre el contexto actual, marcado por el consumo, la compra-venta de productos, el disfrute y las experiencias efímeras que prometen una felicidad que, una vez alcanzada, tiende a desvanecerse. Considera que vivimos en una sociedad líquida, donde todo parece relativo, provisional y condicionado por el gusto o el momento. Frente a esa inestabilidad, subraya la firmeza de la fe: “Dios es sólido, Dios permanece y siempre está presente”.

Las confirmaciones del 10 de mayo fueron más que una ceremonia: un camino de amistad, de formación y de reafirmar la fe. ¡Enhorabuena a todos aquellos que la recibisteis! En esta etapa final del curso, con los exámenes a punto de acabar y el sol del verano asomándose, recordemos las palabras del padre Roberto: “Actuemos con autenticidad y verdad, y estemos muy tranquilos porque Dios siempre está con nosotros de nuestra mano”. 

 

 

Foto grupal de los participantes.

Participamos en las Jornadas de Colegios Mayores 2025

“Si la universidad es el ámbito del pensamiento y de la educación, un Colegio Mayor es la universidad adensada”, así definía esta institución Federico Morán –catedrático de Bioquímica y Biología Molecular– en el arranque de su lección magistral en las XLVI Jornadas de Colegios Mayores Universitarias, celebradas en torno al lema: “Los Colegios Mayores como escuela de ciudadanía y participación.”

Jornadas de Colegios Mayores Universitarias

Un año más, el Colegio Mayor Larraona ha participado en estas jornadas, de la mano de Juan Gallego y Magaly Marrodán –en representación de nuestro equipo directivo– y de nuestros alumnos decanos Eneko de Diego y Alberto Alonso Solano. El evento, celebrado entre los días 13 y 15 de febrero, tuvo como sede el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid. “Una de las riquezas de este encuentro es que vamos equipos directivos y colegiales, y trabajamos de igual a igual, lo que hace que en el congreso se produzca un diálogo y una combinación de visiones importante y enriquecedora”, afirma Juan Gallego, nuestro director. Y añade: “es una satisfacción ver a los colegiales participantes cómo se involucran y lo mucho que les motivan estas jornadas de convivencia. Enseguida están pensando en aplicar las cosas que han visto y escuchado”.

Equipo del colegio mayor Larraona que asistió a las Jornadas de Colegios Mayores Universitarias.

Tras la apertura, la tarde del jueves se llevó a cabo un taller para identificar barreras y resistencias a la participación en los colegios mayores universitarios. “Se hizo con una dinámica muy novedosa: cada grupo trabajábamos unos temas y teníamos que plasmarlo en un cortometraje de un minuto. Y a partir de ese resultado, al día siguiente se proyectaron las piezas de vídeo en una especie de gala de oscars”, relata Gallego. “Fue una fórmula muy efectiva para conseguir bajar la reflexión al terreno de juego y la experiencia práctica. Si algo me gusta de estos encuentros es que hablas con personas que viven las mismas circunstancias y retos, y nos podemos aportar muchas soluciones prácticas.”

Participante charlando durante el evento.

El viernes, después de la presentación de los vídeos y la entrega de premios, tuvo lugar una nueva dinámica de grupos, titulada “Círculos de palabra”, para crear un decálogo sobre ciudadanía activa y participación en los colegios mayores.

Participantes de la Jornadas de Colegios Mayores Universitarias

Sobre esta responsabilidad ciudadana y el desafío de los colegios mayores en el mundo cambiante en el que vivimos, Morán, en su discurso de apertura, ya había trazado unas líneas maestras que guiaron el debate: “Vivimos en una mutación tan espectacular que nos sentimos prehistóricos de una era nueva. Lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir. Son tiempos críticos. (…) Esta incertidumbre abre una brecha generacional (…) Formarse en la versatilidad es la condición necesaria, aunque no suficiente, para responder en tiempo real a los desafíos de un mundo tan plástico, tan cambiante, tan líquido. (…)  Los colegios mayores desempeñan un rol crucial en la formación de ciudadanos responsables y activos (…) en varias áreas: fomento del pensamiento crítico (…), desarrollo de valores democráticos (…), compromiso social y voluntariado (…) y formación en habilidades interpersonales. (…) No basta con esperar que los gobiernos del mundo lo arreglen todo. Algo tenemos que poner cada uno de nuestra parte y un Colegio Mayor es de los mejores sitios que conozco para comprometerse con los demás. Si no existiesen los Colegios Mayores, habría que inventarlos”.

Participantes durante la jornada.

El reto, a la vuelta de las jornadas, está en implementar estos aprendizajes en la vida cotidiana, en nuestro día a día. “Esta es la tarea que tenemos encomendada y en la que trabajamos habitualmente, aprovechando todo lo que aprendemos al hablar con otros directores de colegios mayores cada año. Para mí las Jornadas de Colegios Mayores se han convertido en una cita imprescindible”, concluye nuestro director.

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Un momento de diálogo, ¿cómo lidiar con el estrés y la ansiedad?

Las vivencias del día a día son las que forman a cada estudiante. Y el aprendizaje del universitario va más allá de las aulas. Es por eso que los miércoles a las 19h se abre un espacio de diálogo para los colegiales y colegialas liderado por el profesor Fernando Ventura Basterrica, profesor de filosofía y psicología. El miércoles 13 de noviembre, la sesión inició con la siguiente pregunta: “¿Sobre qué les interesa más hablar hoy?” La respuesta, unánime, coincide en dos palabras: el estrés y la ansiedad. 

 

 

A estas alturas del curso, el ritmo de vida se acelera aún más, y es común el sentimiento de falta de tiempo, de constante movimiento. Muchos lo comparan con la idea de estar corriendo cada vez más rápido sin poder detenerse a un descanso. Esta impaciencia se puede traducir a un modo de vida liderado por el estrés. “Si el estrés se vuelve persistente en el tiempo, se convierte en ansiedad”, explica el profesor ante las declaraciones de los colegiales y colegialas.

 

 

¿Cómo lidiar con estas situaciones antes de que se conviertan en algo más? El profesor empieza por indicar que lo principal es aprender a identificar qué tipo de situaciones nos ponen en incertidumbre. Los estudiantes suelen volcar todo el peso de ello a la carga universitaria, sin embargo, ante una reflexión mayor, nos damos cuenta de que hay muchas más cosas en la vida cotidiana que afectan nuestro estado emocional. Por ejemplo, las relaciones interpersonales, el hacer las cosas apresurados u olvidar los momentos de calma.

Para combatir estos momentos de inquietud, el profesor resalta la importancia de mantener un balance en la rutina y advierte de un gran problema: “Hoy vemos que las personas ya no tienen las técnicas necesarias”.  Debido a la costumbre de vivir en un estado acelerado, nos olvidamos de los momentos de descanso, de tranquilidad y contemplación del presente. Esta ha sido siempre una práctica del día a día que nos permite disfrutar de cada momento y evitar sentir que “el tiempo se nos escapa”.

 

 

Ante esta situación, surge la pregunta, ¿qué técnicas podemos usar para superar todo esto y evitar que el estrés se convierta en ansiedad? A lo que el profesor responde: “Aprender a conocerse a uno mismo”. Así como debemos identificar situaciones que nos afectan, debemos encontrar aún más fuerza para buscar aquellas cosas que nos ayudan. Un colegial interviene contando lo siguiente: “En la universidad aprendimos que el estrés te pone en un estado de alerta, que también te afecta físicamente, y que una de las mejores maneras de manejarlo es hacer deporte, meditar, andar”.

 

¡Cada día nos movemos menos! El profesor afirma que estas actividades de ponerse en marcha son realmente importantes. Existen sustancias químicas naturales llamadas endorfinas que el cuerpo libera al estar en movimiento, aliviando momentos de ansiedad. Rutinas que incluyen el deporte ayudan con el estado anímico. Además, debemos prestarle la debida atención a la manera en la que hacemos las cosas. Solemos estar apresurados para todo, lo cual, nos deja con una insatisfacción de no disfrutar de nuestro día.

 

Pongámosle atención a aquello que nos hace bien, recomienda el profesor, y no olvidemos la importancia este tipo de espacios de diálogo en calma.

 

 

 

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Nuestro día solidario: Un granito de arena por Valencia

Ante la difícil situación de Valencia por la DANA, el pasado sábado 23 de noviembre, organizamos un día solidario lleno de actividades con el fin de colaborar con una recaudación económica. Hemos logrado conseguir un total de 1.904,88 euros. El dinero, junto con el libro de firmas, irá a la Fundación Altius en Valencia en los próximos días.

 

Solidaridad y unión en la adversidad

 

María Villaplana y Celia Pérez son dos de las muchas colegialas y colegiales detrás de la organización de este gran evento. En un inicio surgió como una iniciativa para recaudar dinero y darle una segunda vida a las prendas sin uso organizando un mercadillo de ropa.

 

 

Luego, ante lo ocurrido en Valencia, con el apoyo y solidaridad de los demás compañeros y compañeras y del equipo directivo, esta idea se convirtió en algo aún más grande: un día solidario, abierto a cualquiera que quisiera venir a disfrutar un día lleno de diversas actividades y poder ayudar al mismo tiempo. María afirma: “Estoy contenta de que esto se haya convertido en un día entero para ser solidario, ahora la idea tiene más alcance, más trasfondo».

 

Contactamos con Valencia

 

La colegiala Amelia Wefer viene desde Valencia. Al no poder estar allá presencialmente, buscó otras formas de apoyar desde la distancia. Contactó con la Fundación Altius, con la que ella ya ha colaborado antes. Esta organización se encarga de ayudar a personas en un estado de exclusión social. Con lo ocurrido tras la DANA, se movilizaron para llevar recursos a la zona cero de la tragedia. Amelia cuenta que tras conversar con la fundación y escuchar sus necesidades lo más apropiado era hacer una donación económica. La organización, abastecida de recursos alimenticios e higiénicos, en este momento busca restaurar a las familias los aparatos electrónicos que perdieron.

En su familia, ella es la única que se encuentra fuera de Valencia en este momento de adversidad. Por suerte, sus familiares se encuentran a salvo ya que no viven cerca de la zona afectada. “Mi hermano y mi madre organizan los recursos y comida que van llegando de apoyo. Mi padre, que es veterinario, viaja a la zona cero a ofrecer sus servicios”, relata Amelia.

Además de una recaudación económica a través del precio de las entradas a las actividades, se organizó un libro de firmas y palabras de apoyo, que la misma colegiala llevará consigo a Valencia una vez esté terminado.

 

Un día solidario

La jornada empezó a mediodía con una cata de vinos. Contamos con el apoyo de Bodegas Valdemar para el evento, quienes donaron todos los vinos que se probaron en la cata. Completamos más del número de plazas existentes, ¡más de 35 personas! La cata la realizó Ana, al frente de la bodega, junto con su hermano. Su hijo Marcos es colegial del Colegio Mayor.

 

 

A partir de las cinco de la tarde, dimos inicio al resto de actividades: juegos de mesa, consolas de videojuego y deportes en las pistas de pádel, básquet, futsal, etc. Pudimos jugar al bingo, con camisetas y sudaderas de premios, donados por la marca de ropa Blue Banana.

 

 

Mientras tanto, en la cafetería empezó el mercadillo de ropa. Todas las prendas las recibimos de generosas donaciones de nuestros colegiales, colegialas y personas trabajadoras del Colegio Mayor. ¡El mercadillo también fue un éxito! El dinero de las prendas vendidas fue parte de la recaudación.

 

 

Gracias a nuestros participantes del club de cocina, alrededor de las seis pudimos ofrecer una merienda con cafés, bizcochos y pastas de té, ¡no quedó nada! Acompañamos la tarde con dos grupos de música en vivo formados por nuestros mismos colegiales y colegialas, que cantaron clásicos desde Amy Winehouse hasta Bob Dylan.

 

 

Agradecimientos

 Queremos agradecer a todas las personas, del Colegio Mayor Larraona y de fuera, que nos han echado una mano en la organización y que han participado en el evento solidario. ¡Sin vuestra ayuda no habría sido posible! Gracias especialmente a los muchos veteranos y veteranas que habéis colaborado.

También queremos agradecer su apoyo a las marcas involucradas que se ofrecieron a colaborar con el evento: Bodegas Valdemar, Blue Banana, Doven, la cocina del Colegio Mayor y Fotografía María Cantero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nora Lalou

Nora Lalou, estudiante de 1º de Medicina: “soy francesa, he vivido siempre en Londres y ahora estudio en Pamplona”

En el Colegio Mayor Larraona nos gusta conocer a colegiales con diferentes perfiles e inquietudes.  Esta vez hemos hablado con Nora Lalou (18), una estudiante de primer año de Medicina en la Universidad de Navarra. Nora, quien llegó a Pamplona desde Londres, hace apenas un mes, nos cuenta su experiencia en el Colegio Mayor y sus aspiraciones en el campo de la medicina. 

 

Influencia de diversidad cultural

Nora Lalou es un ejemplo de diversidad. A pesar de haber nacido en Burdeos, Francia, y tener familia en París y Marsella, Nora ha pasado toda su vida en Londres debido al trabajo de sus padres, algo que la convierte en una ciudadana del mundo. Esta mezcla de influencias culturales ha dado forma a su perspectiva sobre la vida y la medicina. 

 Aunque está aprendiendo castellano mientras cursa su carrera en inglés, la multiculturalidad que le caracteriza le ha ayudado a adaptarse a su nuevo entorno en el Colegio Mayor Larraona. La diversidad lingüística no es un obstáculo para Nora, ya que muchos de sus compañeros son bilingües y siempre están dispuestos a ayudarla. 

 “Todos los compañeros me ayudan con el idioma, me hablan en inglés si lo necesito. Además, vivo muy cerca de mi amiga Clara Salorio, que también es de Londres y va a mi clase de Medicina, es un gran apoyo para mí”, señala. 

 

 

Un sueño impulsado por la superación personal

Nora es una joven valiente que ha lidiado con diabetes tipo 1 desde los 13 años. Su experiencia personal con esta condición le ha inspirado a seguir una carrera en Medicina, con el sueño de convertirse en pediatra y brindar apoyo a niños que enfrentan desafíos de salud similares. 

 

Pasión por el deporte

Nora no solo es una prometedora estudiante de medicina, sino también una apasionada deportista. Desde el primer día en el Colegio Mayor, se apuntó al gimnasio del Polideportivo Larraona y ha encontrado un equilibrio entre sus clases y su amor por el deporte. Además, disfruta de jugar al pádel con sus amigos y tiene la intención de unirse al equipo de esgrima de la universidad, ya que practicó este deporte durante dos años en Londres. Su energía y dedicación son contagiosas. 

“Me encanta todo el deporte, he practicado baile, triatlón, natación, esgrima, esquí… un poco de todo. Me gusta practicar deportes nuevos y pasármelo bien. Estoy apuntada al gimnasio de Larraona y me encanta, además, en mis ratos libres quiero empezar a jugar pádel en las pistas del Colegio Mayor y también me quiero apuntar al equipo de esgrima de la Universidad, ya que estuve dos semanas en un campamento deportivo cerca de Madrid y esgrima fue uno de mis favoritos. 

 

 

 

Además, Nora nos cuenta que sus primeros días en Pamplona están siendo muy divertidos e intensos. “Me encanta la cultura española, la gente es abierta y simpática. Quiero aprender bien castellano para comunicarme mejor, y quizá en un futuro, trabajar de pediatra aquí”, comenta. 

 

Un futuro sin fronteras

 Cuando le preguntamos sobre sus planes futuros, Nora nos revela su deseo de aprovechar al máximo su experiencia en el Colegio Mayor y en Pamplona. Aunque actualmente está centrada en sus estudios y en disfrutar de su tiempo en España, aún no ha decidido si su futuro estará aquí, en Francia o en Suiza. Tiene tiempo para reflexionar y aprender antes de tomar una decisión.  

Nora Lalou es una estudiante internacional en el Colegio Mayor Larraona que personifica la diversidad cultural y la pasión por la medicina. Su dedicación, tanto a sus estudios como al deporte, es admirable. Estamos expectantes por seguir su historia entre nosotros de acompañarle en este viaje desde dentro del Colegio Mayor y acogerle en esta etapa llena de oportunidades. 

 

 

 

Aitor Kamiruaga

Aitor Kamiruaga, capellán del centro: «nuestro objetivo es que la experiencia en el Colegio Mayor les sirva para crecer”

Aitor Kamiruaga, el actual capellán de nuestro Colegio Mayor es un hombre de profundos valores cristianos y una inspiradora trayectoria personal. Originario de un pueblo de Vizcaya, ha dedicado su vida a la enseñanza y la música, sus dos pasiones. 

Kamiruaga inició su formación en el Colegio Claret  Askartza y luego continuó sus estudios de Teología en la Universidad de Deusto. Más tarde obtuvo una Licenciatura en Teología Moral en la Universidad de Comillas. Además de su formación teológica, también es un músico talentoso,  título superior de música cursado en el Conservatorio Superior de Música de San Sebastián.  

En 1992, recibió la ordenación sacerdotal como misionero claretiano en la parroquia Corazón de María de San Sebastián. A lo largo de su carrera, Aitor ha desempeñado roles de profesor y director general en tres centros educativos claretianos en Navarra y el País Vasco. Su pasión por la música lo ha llevado a recibir varios premios y a formar parte del Coro de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera-AGAO de Pamplona.  

 Como capellán del Colegio Mayor Larraona, Aitor tiene la misión de transmitir los valores cristianos a todos los estudiantes, siguiendo el lema de la institución: «acompañar personas». En esta entrevista, nos brinda una visión más profunda de su vida, su compromiso y su enfoque en la educación cristiana. 

 

Trayectoria profesional y educación  

Aitor Kamiruaga comenta que su camino hacia el Colegio Mayor comenzó en 2012 cuando fue designado como director general y representante de la titularidad por el Superior provincial del Colegio Cardenal Larraona. En 2014, asumió también la dirección de otros colegios claretianos en el País Vasco. Desde entonces, su compromiso con la educación cristiana se ha convertido en el motor de su vida diaria.  

A pesar de haber estudiado Teología Moral, Aitor no ejerció directamente en ese campo, pero su formación le ha permitido enseñar religión, filosofía y ética, así como dirigir grupos de oratorio y catequesis.  

 Su pasión por la música es igualmente notable, “estudié canto para interpretar repertorio religioso, colaborando en varios coros y participando en diversas interpretaciones religiosas”, señala. Su formación teológica le ha dado un enfoque especial al interpretar textos religiosos, permitiéndole expresarlos de manera más significativa. 

 

Valores cristianos en la educación 

El papel de los valores cristianos en la educación impartida en el Colegio Mayor Larraona es, según Aitor, como una melodía de fondo que está presente en todo momento. Estos valores son esenciales para el Colegio Mayor y forman parte de la experiencia educativa, aunque a veces puedan pasar desapercibidos. La enseñanza se basa en los valores de Jesús de Nazaret, y se trata de ofrecerlos a los estudiantes sin forzar su decisión.  

 Como representante de la titularidad y capellán, Aitor se esfuerza por vivir y ejemplificar estos valores en su vida diaria: “busco ser una persona coherente en mi fe y acciones, intentando vivir aquello que predico”. 

 

 

Experiencia en misiones y proyectos actuales 

Aitor también ha tenido experiencias significativas en misiones en países subdesarrollados. “Trabajé en la Misión del Norte de Potosí en Sacaca, donde me encargué del hogar campesino y la parroquia. También viajé a India para apoyar proyectos de desarrollo y visité proyectos en Guatemala, Honduras, El Salvador y Ecuador como presidente de Proclade Yanapay. Han sido experiencias muy gratificantes, comenta. 

 En la actualidad, Aitor está involucrado en proyectos con el Coro de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera en Pamplona, lo que le permite combinar su amor por la música con sus valores y creencias personales. 

 

Función La verbena de la PalomaZarzuelas, AGAO.  M Legaristi 

 

Fomentando valores cristianos en el Colegio Mayor Larraona 

En el Colegio Mayor Larraona, se fomentan los valores cristianos a través de iniciativas como el grupo Fe y Vida, donde los estudiantes pueden reflexionar y orar juntos, explorando su fe y crecimiento personal. Además, se ofrecen oportunidades de voluntariado para que los estudiantes se involucren en proyectos de educación social y trabajen con organizaciones como Anfas y el comedor social Paris 365. 

Inspiración y reflexión  

Aitor encuentra inspiración en muchas personas, incluyendo a sus padres, quienes le educaron en la fe y en valores cristianos desde una perspectiva cotidiana. También menciona a formadores de la congregación y personas anónimas que han demostrado fortaleza en medio de las adversidades. 

 

 

Mensaje a la comunidad  

Para la comunidad del Colegio Mayor Larraona y aquellos interesados en conocer más sobre su enfoque educativo y valores, Aitor Kamiruaga enfatiza la apertura y disposición del colegio para acoger a todos. Los claretianos se identifican como «hijos del corazón de María». “Buscamos ofrecer una comunidad abierta y cordial para ayudar a quienes se acercan”, comenta. 

Consejo para los colegiales 

 Finalmente, Aitor ofrece un consejo valioso a los estudiantes que están buscando su propio camino en la vida: «Dejar de pensarse es dejar de vivirse». Les alienta a reflexionar sobre su vida, seguir sus propios sueños y no dejarse llevar por las modas o expectativas externas. “Animo a los colegiales a que sean los protagonistas de su propia vida y a encontrar su plenitud personal”, concluye Aitor. 

fiesta principal

Encuentros con veteranos y gala de bienvenida

Ya estamos a mediados de septiembre, el tiempo pasa volando. En el Colegio Mayor hemos seguido esta semana con iniciativas para dar la bienvenida y acoger a todos los colegiales, tanto nuevos como veteranos.

El lunes 11 y martes 12 de septiembre tuvimos reuniones de apoyo académico por carreras, donde los colegiales veteranos compartieron con los recién llegados sus valiosas experiencias y consejos sobre su trayectoria académica. Farmacia, Ciencias, Economía, ISSA, ADE y Derecho y Periodismo fueron algunas de las carreras que nos convocaron.

“Me gustaron mucho los consejos que nos dieron los veteranos de Medicina, al final tener a alguien de referente en el Colegio Mayor es muy reconfortante para los que somos nuevos”, comenta Josefina Recabarren, estudiante de 1º de Medicina procedente de Chile.

Estas reuniones son una oportunidad para aprender sobre la vida universitaria, los profesores, los exámenes y los recursos disponibles en la Universidad. En muchas ocasiones, estas charlas han dado lugar a grupos de apoyo continuo, una mentoría en la que los veteranos guían a los jóvenes.

 

 

Y ayer, jueves 14 de septiembre fue un día muy especial en el Colegio Mayor. Como cada año, celebramos la fiesta de bienvenida para nuevos colegiales. Los estudiantes se vistieron de etiqueta y primero acudimos a una eucaristía. Después, vivimos un momento muy emocionante: el homenaje de veteranos a nuevos colegiales con el famoso pasillo. Allí los veteranos aplauden y acogen la bajada de los nuevos.

 

 

“El homenaje de los veteranos fue una sorpresa, nadie nos lo esperábamos. Fue una gesto muy bonito y emocionante, nos sentimos acogidos e integrados. Al principio estábamos un poco nerviosos, pero en el Colegio Mayor enseguida te das cuenta de que todos somos un grupo unido”, señala Sara Campos, estudiante de 1º Medicina procedente de Alicante.

A las 9 tuvimos una cena muy especial en el comedor, con un aperitivo variado donde los colegiales pudieron pasar un buen rato cenando y conversando. Y después llegó la guinda del pastel, el momento más divertido, el baile con DJ.

 

 

Cada colegial pudo invitar a un amigo a esta fiesta, y fueron dos horas de baile y risas sin parar. Es una bonita manera de soltarse y coger fuerzas para el inicio de curso. Queremos que los colegiales sientan que el Colegio Mayor es su hogar, un espacio seguro.

“Como veterano, llevo varios años asistiendo a esta fiesta y cada año me sorprende. Es muy gratificante ver que los nuevos colegiales se sienten acogidos por los que llevamos más tiempo. Al final en el Colegio Mayor da igual de donde vengas o la carrera que estudies, todos formamos de alguna manera una bonita familia. Además, la fiesta de bienvenida es un encuentro muy divertido, todos lo vamos a recordar con los años”, añade Borja Rodríguez, estudiante de 4º de ADE procedente de San Sebastián.

 

 

Dentro de este conjunto de actos, la mañana del viernes 15 se ha celebrado el Acto de Apertura de curso en la Universidad de Navarra. Por motivo de esta celebración ninguna carrera ha tenido clases en el día de hoy. Todo sirve para que las nuevas promociones entrantes vayan conociendo el entorno en el que van a vivir los próximos años y forjen esas primeras amistades, tan importantes en la vida universitaria. Después de este proceso, llega la vida más cotidiana. Vamos a ello.