Theo Urquiza Gal nació en Argentina, pero pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia en Miami, Estados Unidos. A los 17 años, su camino lo llevó a España para terminar el bachillerato y poco después aterrizó en Pamplona con una meta clara: estudiar medicina en la Universidad de Navarra. “La decisión fue rápida”, cuenta. “Recibimos buenas recomendaciones, y mis padres y yo sabíamos que la UNAV tenía prestigio. Una vez que me aceptaron, no lo dudamos”.
Desde pequeño le ha fascinado lo desconocido. Su pasión por la medicina nació de una inquietud genuina: entender qué ocurre dentro del cuerpo, descubrir las causas de las enfermedades y ayudar a los demás a encontrar respuestas. “Lo que me entusiasma es acompañar a cada paciente, a cada persona, en ese proceso de preguntarse ¿qué me está pasando? y poder ayudarle a encontrar una respuesta”, cuenta.
Vida en Larraona: comunidad y crecimiento
Theo lleva cinco años en la universidad, pero solo pasó cuatro de ellos como colegial de Larraona. Durante su penúltimo año decidió vivir solo, pero en el último regresó. “Eso ya dice mucho”, admite entre risas. “Aquí encontré una comunidad. Somos un grupo de personas que, a pesar de estudiar cosas distintas, nos apoyamos constantemente”. Resalta que la convivencia le ha permitido enriquecerse en lo académico, pero también en lo personal.
Para Theo tiene mucho valor la relación única que existe entre veteranos y novatos. “Entre nosotros nos explicamos bien lo que deberíamos aprender y cómo deberíamos aprender”, comenta. En medicina, por ejemplo, reconoce que le ha ayudado mucho poder intercambiar apuntes, discutir casos clínicos y repasar temario con otros colegiales que estudian la misma carrera.
Larraona también le ha abierto las puertas a una riqueza cultural que no esperaba. “Aprendí muchísimo de la cultura española”, explica. Llegó sabiendo poco sobre España y cómo se vive en cada región del país. Gracias a esas conversaciones en las comidas o en los pasillos logró descubrir esa diversidad que, para él, ha enriquecido su experiencia universitaria.
Retos que transforman
Aunque habla español con soltura, Theo confiesa que la adaptación al idioma fue su mayor reto. El inglés es su lengua materna e integrarse en una comunidad hispanohablante no fue nada fácil. Incluso se matriculó en academias para mejorar su español más rápido. “Fue duro, pero hablar con la gente, estar atento en clase y convivir con otros estudiantes me ayudó muchísimo, dice.
Gracias a su determinación, hoy se encuentra haciendo sus prácticas en Reino Unido, en el hospital universitario de Norfolk and Norwich. “Después de cinco años estudiando medicina en español, quería volver a mi idioma nativo y ver cómo se aplica la medicina aquí”, cuenta. Está en el departamento de neurología, rotando por subespecialidades como epilepsia, neurooncología o trastornos de sueño. Todavía está empezando, pero tiene muchas ganas de aprender.
Para los nuevos
A quienes están por comenzar su vida en Larraona, Theo les da un consejo claro: “Intentad crear vínculos desde el primer día. Sed abiertos, hablad con gente, involucraos”. Para él, la comunidad colegial puede marcar desde el principio la diferencia. Este compañerismo ha sido clave para su desarrollo personal, académico y social.
También recomienda aprovechar todo lo que ofrece el colegio Mayor: desde la comida, que disfruta mucho, hasta los clubes, talleres y actividades. Insta a los nuevos colegiales a que, aunque no sepan nada de baile o juegos de rol, se apunten en los clubes porque, según él, es una forma estupenda de conocer gente nueva. “Cuando llegan los exámenes, uno tiene que centrarse, pero al principio hay que disfrutar del ambiente”, explica.
Theo es una persona curiosa, algo tímida, pero que se transforma cuando habla de lo que le apasiona. La medicina es su motor, pero lo que realmente lo define es su voluntad de aprender de todos y de todo: experiencias, cultura y compañeros. Su paso por Larraona ha sido, según él mismo dice, una experiencia muy bonita. Clave en su vida. Y, aunque le queda camino por recorrer, tiene claro que crecer no es solo acumular conocimiento sino saber compartirlos.