Tres curas claretianos celebran misa el día de Claret.

Celebramos el día de San Antonio María Claret

El pasado jueves 24 de octubre fue una fecha especial en el Colegio Mayor Larraona. Como cada año, celebramos el día de San Antonio María Claret (1807-1870), fundador de los misioneros claretianos. Desde la celebración de su bicentenario es conocido por la frase “Nacido para evangelizar”. La misión de su vida fue ser misionero, llevando la buena noticia del evangelio y promoviendo la acción social y la solidaridad con las personas más necesitadas. Es recordado por su compasión y su vocación de servicio.

Su legado es, hasta el día de hoy, celebrado en el mundo entero, y en el Colegio Mayor Larraona todos los años le dedicamos un evento especial. La velada empezó a las ocho de la noche con una eucaristía, con palabras sobre sus enseñanzas y su obra. Nos acompañaron en el altar tres miembros de la comunidad claretiana: el Superior de la provincia de Sanctus Paulus Juan Martín Akaiturrieta Ezkurdia, el director Pastoral de Colegio Mayor Larraona Aitor Kamiruaga y Gustavo Pez, miembro de la Comunidad Claretiana de Colegio Mayor Larraona. Acompañaba la música en vivo, con la voz de Sara Campos y Pablo García en la guitarra.

 

 

Tras las lecturas del evangelio, especialmente escogidas, nuestro Capellán Aitor Kamiruaga nos habló del lema principal: “La caridad de Cristo” que va ligado a las cuatro palabras tras las cuales podemos hoy entender lo que fue la vida de San Antonio María Claret: conocer, amar, servir y alabar. “Que te conozca y que te haga conocer. Ese es el servicio del misionero”, nos comentó el padre Aitor.

Se leyeron las peticiones, y juntos, compartimos una oración especial en honor de San Antonio María Claret. Pedimos por la comunidad de claretianos y todos sus misioneros que ponen al servicio las palabras del fundador.

 

 

 

Al finalizar la eucaristía, pasamos al comedor para compartir una gran cena, en la que disfrutamos de algunos entrantes, carne asada y un postre especial. Fue una hermosa forma de compartir en honor a nuestro fundador. Es siempre inspirador recordar su vida y el carisma de la comunidad de la que formamos parte.

 

misionero claretiano da un discurso en el salón de actos del colegio mayor

“No se trata de ganarse la vida, sino de ganar la vida, de tener una vida con sentido”

El P. Juan Martín Askaiturrieta c.m.f, Superior Mayor de la Provincia Sanctus Paulus, fue homenajeado este curso al recibir una de las Becas de Honor de 2023. En el acto que se celebró el día 18 de marzo impartió una lección magistral, en la que habló a los colegiales e invitados sobre el buen caminar. Compartimos algunos extractos del discurso que pueden inspirarnos a todos en este recorrido de la vida.

 

peregrino recorre el camino de santiago

 

¡Buen camino!

“Lo queremos compartir con los colegiales es este deseo de buen camino, como se dice en el Camino de Santiago. Hay un camino que ya se ha hecho, no partimos de cero, pero todavía hay mucho por andar. Lo importante es que de vez en cuando, como en esta tarde de hoy, podamos pararnos un poco para tomar conciencia y para celebrar este camino que estamos viviendo”, comenzó explicando.

“A todos los que estamos aquí –sobre todo a los de los más jóvenes– os estamos invitando a caminar, a seguir adelante. Cuando uno sigue adelante es porque tiene fuerza y porque tiene ilusión. Lo contrario del camino es la parálisis, la desgana, el sentarse. Y cuando uno se sienta, parece que la vida va pasando por delante y no se entera demasiado. Para todos, porque la vida es caminar, pero sobre todo para los jóvenes: adelante con el camino. No hemos nacido para estar sentados y estar parados”.

Reconoció que el camino a veces puede ser duro, y es cuando se presenta la tentación de quedarse parado, pero “bueno camino” significa seguir adelante a pesar de las dificultades.

“En esta sociedad tan acelerada de vez en cuando necesitamos pararnos un poco para ser conscientes del camino que estamos recorriendo y esta tarde puede ser una oportunidad para ello. Lo contrario es la superficialidad: ir porque toca y de cualquier manera. Y la vida es demasiado interesante y bella como para vivirla de cualquier manera”.

En este sentido, recordó que hay que tener claro hacia dónde se dirige este camino (los estudios, las amistades, lo que cada uno plantea para su vida), porque es algo demasiado importante como para dejarlo a la improvisación.

“Hay que recordar hacia dónde caminamos. Todos los caminos no son un buen camino. Un buen camino será el que nos ayude a crecer, el que nos haga buenas personas y ciudadanos, y el que nos haga aportar algo en esta sociedad en que vivimos”.

 

estudiante colegial escucha atento

 

Crecimiento en la dimensión individual

 El misionero claretiano explicó que crecer es cuidar todas las necesidades y posibilidades que tenemos las personas y esto comprende las dimensiones individual, social y trascendente. La primera de ellas trata del crecimiento personal, de que cada uno saque su mejor versión.

“Estoy convencido de que todas las personas tenemos un potencial enorme, impresionante. Se trata de que ese potencial vaya aflorando. Para mí la mayor alegría siempre es ver cómo los jóvenes van creciendo”.

Para ello, habló de tres valores que contribuyen a este crecimiento: “El primero, la responsabilidad. Crecer personalmente también significa crecer en responsabilidad, hacernos cargo de nuestra vida. En segundo lugar, la superación y el esfuerzo. Nada importante en la vida se construye sobre la comodidad. Hoy eso de la comodidad y de evitar todo sufrimiento vende muy bien. Pero no se trata de buscar el sufrimiento, se trata de comprender que la vida tiene sus dificultades, pero que aunque a veces podamos pensar que son insalvables, con esfuerzo y superación, tantas veces la experiencia nos dice que somos capaces de llegar mucho más que donde en un inicio podíamos. Y el tercero es el agradecimiento. Nadie crece solo. Eso de que yo solo me basto es mentira. Crecemos porque hay personas que nos miran bien, que ven nuestras potencialidades, que nos levantan cuando caemos”.

 

dos estudiantes colegiales sonríen

 

Crecimiento en la dimensión social

“Crecer es aprender a convivir con los demás. Seguro que la convivencia en el Colegio Mayor no es fácil, al igual que a veces la convivencia en las familias no es fácil, o entre los pueblos. Ante la tentación de vivir aislado tenemos que recordar que no hay crecimiento al margen de los demás”.

El P. Askaiturrieta animó a crecer en una mayor calidad de relaciones con los demás, a ofrecer una escucha atenta a las personas y a estar dispuestos a dejarse interpelar por otros.

“En la vida a veces hace mucho ‘frío’ y hay dificultades, entonces tenemos la tentación de vivir en modo avión. ‘Bastante tengo con lo mío’, ‘Prefiero no complicarme’, ‘Que no me digan nada’… Pero crecer está muy relacionado con dejarse tocar por los demás, dejarse afectar por lo que otros están viviendo. Crecer significa pararse ante el que sufre, no ignorar la vida de los más débiles. Puede ser alguien de Ucrania, mi madre, mi vecino de habitación o el compañero de la carrera. Significa que el otro me importa, que yo no soy el centro del universo”.

Señaló a los colegiales que durante el tiempo de la carrera es compatible estudiar con estar atento a la gente que está pasándolo mal, que por encima de los estudios –aun siendo muy importantes– están siempre las personas.

 

personas del público escuchan discurso

 

Crecimiento en la dimensión trascendente

Además de cómo vivir, está el para qué vivir, o para qué caminar: “’¿Para qué estoy estudiando?’ ‘¿Qué sentido tiene todo este esfuerzo?’ Hay una estrecha relación entre sentido y felicidad. No es lo mismo una vida ocupada que una vida plena. La vocación, que es fundamental para todos, lo es más en una edad juvenil. No se trata de ganarse la vida, sino de ganar la vida, de tener una vida con sentido”.

“¿Cómo nos situamos ante la vida en este mundo? La sociedad apunta por aquí: dinero, éxito, placer, comodidad, vida fácil, aplauso… Cada uno tendremos que preguntarnos honestamente, ¿es esto? Cada vez hay una necesidad mayor de buscar valores que van en una línea distinta, propuestas de sentido que van en otra dirección: éxito es atender al que sufre, vale más la bondad que la inteligencia…”

El misionero claretiano puso un fragmento de La lista de Schindler para ilustrar lo que estaba contando. “Nuestra sociedad cree que con no hacer daño es suficiente. Con no hacer daño no es suficiente, hay mucho por hacer. Hay una frase del Talmud que dice: ‘Quien salva a una vida salva al mundo entero’. En este camino que vamos haciendo en nuestro proyecto de vida, si hay una persona que gracias a nuestra dedicación escucha, aporta, si hay una persona que en su vida tiene un poco más de oxígeno, de frescura, de ilusión… creo que eso hace que todos los esfuerzos que hacemos merezcan la pena”.

La vocación tiene que ver con ser para los demás. Recordó que no estamos en este mundo únicamente para pensar en lo nuestro, sino para aportar a otros. “Se puede vivir de muchas maneras, cada uno tiene que elegir la suya, pero ojalá podamos descubrir que cuanto más somos y nos vinculamos a los demás, viviendo la vocación en clave de entrega, más crecemos como personas”.

En la película también se habla sobre el arrepentimiento. “Dicen que uno de los mayores sufrimientos que un ser humano puede tener es cuando llegan los últimos minutos de su vida y mirando atrás dice: ‘He despilfarrado tanto ante unas oportunidades tan grandes que tenía. No he hecho lo suficiente’”.

 

tarjeta con el logo del colegio mayor claret larraona

 

El Colegio Mayor Larraona, parte de vuestro camino

“En 1870, antes de fallecer, San Antonio María Claret dijo algo que ojalá podamos decir todos: ‘He cumplido mi misión’. Lo que tenía que vivir, lo que tenía que hacer, está hecho. Lo que este hombre hizo puede inspirar a los jóvenes de hoy, y lo que vivió no se quedó sólo en él, sino que se tradujo en lo que los misioneros claretianos somos hoy. Actualmente somos unos 3.000 misioneros repartidos por todo el mundo, cinco de ellos aquí en el Colegio Mayor”.

“El Colegio Mayor Larraona se fundó en 1970 así que lleva más de 50 años de labor. Se dice pronto, pero creo que es bueno subrayarlo, significa un compromiso permanente por acompañar a los jóvenes en el buen camino que decimos. Ahora en 2023 tenemos retos y desafíos para seguir acompañando a los jóvenes que están y a los que vendrán”.

El P. Askaiturrieta concluyó su discurso exhortando nuevamente a caminar y deseando a todos un buen recorrido en la vida.

“No renunciéis a caminar. Las dificultades tienen que ser un estímulo para seguir caminando. Ojalá aquí en el Colegio Mayor encontréis ayuda y compañía para superar esos problemas. Ojalá vayáis intuyendo qué horizonte de vida queréis vivir y que sea exitoso de verdad. En todas las profesiones, en todos los ámbitos, necesitamos personas que reflejen ese querer construir en este mundo algo distinto, ‘humanizar la humanidad’, como se suele decir. Os deseo de corazón que sepáis elegir bien. Que podáis descubrir y desarrollar vuestra vocación en clave de servicio. Médicos, economistas, abogados… Hay muchísimas vidas que atender y que cuidar y desde vuestra profesión podéis acompañarlas. Ojalá en algún momento podáis intuir que lo que Dios quiere para cada persona es que saquemos a la vida el máximo brillo posible. Que seamos personas plenas. Ojalá durante toda vuestra vida, cuando miréis las fotos y paséis por Pamplona recordéis al Colegio Mayor no solo con agradecimiento y cariño, sino que sea también un estímulo permanente para ese crecimiento, para seguir en el camino en el que todos estamos. Buen camino”.

 

misionero claretiano con micrófono en la mano

imagen del cardenal larraona

¿Quién fue Arcadio María Larraona?

Nuestro colegio mayor y todo el complejo educativo claretiano ubicado en Pamplona, toma el nombre de Larraona por el cardenal navarro Arcadio María Larraona Saralegui (1877-1973). Misionero claretiano, que fue un destacado jurista y servidor fiel de la Iglesia.

cuadro del cardenal larraona

Infancia y juventud

Arcadio María Larraona Saralegui nació el 12 de noviembre de 1877, en Oteiza de la Solana. Hijo de Patricio Larraona y de Bartolina Saralegui, siendo el segundo de cuatro hermanos (Luis, Digna y Amparo). Fue a vivir con su tía, a Estella, donde estudió en el colegio de las Hermanas de Santa Ana y después, en los padres escolapios. Con 23 años, ingresó en la Congregación de los Misioneros Claretianos de Alagón, en Zaragoza, donde cursó estudios de humanidades que completó en Cervera, Lérida. Hizo el noviciado y la profesión religiosa en Vic, Barcelona, y el 10 de junio de 1911, a los 34 años, se ordenó sacerdote en Alagón.

 

Formación y docencia en Roma

Sus superiores, le destinaron a Roma para estudiar Derecho Canónico y Civil en el Instituto de Derecho Canónico de la Universidad Lateranense, doctorándose en ambas materias en 1913 y 1914, respectivamente. Durante cuarenta años (1919-1959) impartió Derecho Romano en esa misma facultad, hasta el año en que fue nombrado cardenal por el papa Juan XXIII. El papa Pablo VI solía recordarle como su profesor. De 1933 a 1950 enseñó, además, Derecho de Misiones en la Universidad de Propaganda Fide, la actual Pontificia Universidad Urbaniana. En 1920 fundó junto a los claretianos Felipe Maroto y Siervo Goyeneche la revista Comentarium pro religiosisy estuvo colaborando en otras (Apollinaris), que incluso llegó a dirigir por muchos años (Monitor Eclesiasticus, Studia y Documenta Historiae et Iuris).

 

Consultor y legislador

Además de su labor docente, el padre Larraona participó activamente en el campo jurídico, sobre todo en lo relacionado con el Derecho de los Religiosos. Fue nombrado subsecretario (1943) y secretario (1950) de la Congregación de Religiosos, en la que ayudó a elaborar distintos documentos como la Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesia (1947), la Instrucción complementaria (1948), la Sponsa Christi (1950), y la Sedes sapientiae (1956). Fue consultor de la Congregación Oriental, contribuyendo a codificar el Derecho Oriental. También ocupó diferentes en la Congregación claretiana y colaboró en la adaptación de las Constituciones al Código. ​Organizó e intervino en múltiples congresos a nivel nacional e internacional (Italia, España, Canadá, Estados Unidos, Argentina, Colombia).

 

padre larraona en la diputacion foral navarra

Recibimiento del cardenal Larraona en Pamplona por la corporación foral (1965). Imagen: Diputación Foral de Navarra

 

Cardenal y también presbítero

El 14 de diciembre de 1959 fue nombrado cardenal por el papa Juan XXIII y, en 1961, cardenal penitenciario mayor. Un año más tarde, fue nombrado prefecto de la Congregación de Ritos y recibió la ordenación episcopal, el 19 de abril de 1962. Participó en el Concilio Vaticano II y siguió sirviendo a la Santa Sede en distintos ámbitos (Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, Congregación de la Propagación de la Fe…). Recibió varios reconocimientos, como la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en 1961 o el nombramiento de Hijo Predilecto de Navarra en el año 1965.

En marzo de 1973 fue nombrado Camarlengo del Colegio Cardenalicio y unos meses más tarde, el 7 de mayo de 1973falleció a los 95 años en una residencia claretiana, en Roma. Fue enterrado en la capilla San José Obrero de la basílica del Sagrado Corazón Inmaculado de María, en Roma.

 

¿Sabías que…?

En su día, el escudo de nuestro colegio mayor fue el del cardenal Arcadio María Larraona. En la izquierda está el escudo de Oteiza de Solana: un árbol con dos lobos rampantes. En el cuartel de la derecha, se observan dos castillos, en alusión a Dicastillo, de donde procedía la Casa Larraona; y tres llaves, en referencia al apellido de Saralegui. En la parte inferior están los Corazones de Jesús y de María y el suyo propio. Junto a ellos las tres llamas simbolizan el amor de Dios manifestado en la Historia de la Salvación y la cadena es emblema de la misericordia de Dios. En el escusón central aparece la figura de San Miguel, patrón de Navarra (Ángel de Aralar), de su pueblo natal y también de la congregación claretiana.

 

escudo antiguo de larraona

 

 

 

 

folletos sobre claret en el colegio mayor larraona

Celebramos el Día Claret

Cada año vivimos con gran alegría el 24 de octubre, día en que se conmemora el aniversario del fallecimiento de San Antonio María Claret, fundador de los Misioneros Claretianos. Murió en la Abadía de Fontfroide, Francia, en 1870, dejando un inmenso legado: casi un centenar de obras escritas propias, una congregación actualmente presente en más de sesenta países, y sobre todo, una labor evangelizadora que acercó (y sigue acercando) a las personas a Dios. Por tanto, es una fecha especial para venerar su vida y su obra, para pedir su intercesión y para agradecer y festejar junto a la comunidad claretiana.

padre claret

Conociendo más al santo

Lo primero pasa por saber quién fue San Antonio María Claret. Desde el miércoles 18 hasta el domingo, quien entró en la capilla pudo visualizar un vídeo sobre la vida del padre Claret y el testimonio de diversos claretianos. También vimos un pequeño vídeo todos juntos antes de tener la comida conmemorativa.

Alrededor de la mesa

Y como todas las fiestas, había de celebrarse en torno a la mesa. Primero, la del altar, con la eucaristía dominical; y después, la de la mesa del comedor, reuniéndonos todos (colegiales y trabajadores) para compartir juntos una comida especial.

comida especial en el comedor del colegio mayor larraona

estudiantes comen en el comedor del colegio mayor larraona

Josu Jiménez Etxabe

34 años “acompañando personas” – Entrevista a Josu Jiménez Etxabe

Hablamos con Josu Jiménez Etxabe, capellán del Colegio Mayor, sobre los Misioneros Claretianos, la vocación, el acompañamiento espiritual, la responsabilidad individual y más.

 

Triple aniversario

El sábado 24 de octubre se celebró el 150º aniversario de la muerte de San Antonio María Claret, fundador de los Misioneros Claretianos. ¿Cómo se ha festejado en el Colegio Mayor?

A lo largo de toda la semana pasada proyectamos vídeos sobre la vida del Padre Claret y sobre testimonios de algunos claretianos. Normalmente celebrábamos una fiesta el mismo día del Santo, el 24 de octubre, pero como este año cayó en sábado y hubo colegiales que se marcharon a casa, decidimos hacerlo el lunes 26. A las 20:00 tuvimos una eucaristía y después, una cena especial con los colegiales.

También celebramos este curso los 50 años del Colegio de Enseñanza y Colegio Mayor Larraona, y no es el único aniversario. Este mes se cumplen 34 años de tu ordenación sacerdotal. ¡Enhorabuena!

 Muchas gracias.

¿Por qué claretiano? ¿Cómo surgió tu vocación?

De pequeño estudié en el Colegio Corazón de María, en Bilbao y a los 14 años me pasé al Colegio Claret Askartza, cuando abrieron en Leioa, así que mi vida siempre ha estado ligada a los claretianos.

A la edad de 4º de la ESO sentía cierta inquietud. Andaba en un proceso de búsqueda y empecé a fijarme y a mirar a los claretianos de otra manera, no sólo como mis profesores, sino como una posible opción de vida. Me llamaban la atención su talante misionero, su cercanía… Comencé a acercarme más a ellos y a conocer a otros compañeros que sentían esa misma inquietud. En 1º de Bachiller decidí parar un año mis estudios para realizar la experiencia del noviciado, que fue intensa porque es un tiempo para discernir la llamada de Dios. Cuando acabó el año marché a la comunidad formativa del barrio San Francisco para hacer el equivalente de 2º de Bachillerato.

Realicé mis estudios de Teología en la Universidad de Deusto y llegué a Pamplona en 1985, con 25 años, siendo un pipiolo, con muchas ganas de comenzar. Recibí la ordenación sacerdotal el 19 de octubre de 1986, hace 34 años. En distintas etapas he estado en el Colegio de Enseñanza, llevando la Pastoral, y este es mi cuarto año como capellán del Colegio Mayor.

Como un dato curioso, mi hermano Aitor también es misionero claretiano y Aitor Kamiruaga, misionero claretiano, director titular del colegio de enseñanza y representante de la entidad titular del complejo educativo de Larraona, tiene otro hermano que es claretiano también. Si ya es raro que salgan vocaciones… ¡imagínate de una misma familia!

Es extraordinario, sí. Llegaste a Pamplona con muchas ganas y las sigues conservando. ¿Qué es lo que destacarías de tus 34 años de sacerdote?

Me vienen a la mente muchas vivencias, rostros… Y, sobre todo, mucho agradecimiento. El lema del 50º aniversario del Colegio Mayor y de Enseñanza es “Acompañando personas” y esto es una realidad que en mí se ha dado. Una característica que define al Colegio Mayor es que no solo ofrece servicios, como podría hacer cualquier otra institución. Es acompañar a los jóvenes y ayudarles en esta etapa tan importante de sus vidas, en una ciudad e incluso en un país nuevo.

Hemos estado haciendo caminos, escuchando, compartiendo, proponiendo la persona de Jesucristo. Ya tengo 59 años, así que cuando miro atrás también siento cierta nostalgia y melancolía, que es normal según se va cumpliendo años. Pero tengo muchas ganas de seguir trabajando.

 

Acompañando personas

En concreto, ¿cuál es tu labor en el Colegio Mayor? ¿Cómo realizas el acompañamiento a los jóvenes?

Mantengo una cercanía especial con aquellos que por sintonía o búsqueda personal están interesados en este acompañamiento. Cada domingo a las 20h30 celebramos la eucaristía y todos los martes de 20h a 21h de la tarde me reúno con el grupo de Fe y Vida cristiana.

En el grupo tenemos dos ritmos. Primero tratamos una temática que yo preparo sobre alguna cuestión del conocimiento humano, profundización en la Biblia, la persona de Jesucristo o alguna duda que tengan los jóvenes. Son formatos sencillos porque la sesión solo dura una hora. Y la semana siguiente, la dedicamos a la celebración y la oración, a vivir la fe, por ejemplo, mediante la celebración de la eucaristía. Durante el curso organizamos dos encuentros de fin de semana fuera de Pamplona. Visitamos algún centro claretiano o algún lugar significativo en el plano religioso del País Vasco o de Navarra.

Capellán del colegio mayor en una presentación

Es una labor discreta, teniendo en cuenta que el que participa no es un número grande de colegiales, pero sería un error abandonarla por esto. Ha habido algún año en el que sólo estábamos cuatro en el grupo, pero hemos seguido reuniéndonos y celebrando la eucaristía, siempre poniendo esmero en lo que hacemos.

Por otra parte, junto con el director y subdirectores, realizo el programa de acompañamiento para los colegiales de primero. Tenemos una primera entrevista con ellos que sirve como toma de contacto y dejamos la puerta abierta para aquellos que quieran seguir reuniéndose con nosotros.

En cuanto a la búsqueda y al encuentro personal con Jesucristo, hace algunos años, en un vídeo-testimonio sobre la vocación, hablabas sobre el pasaje del Evangelio de Zaqueo. Jesús mira a este hombre y él se siente mirado por Él, que quiere decir que se siente amado y es capaz de dejar su dinero y seguirle. ¿Cómo puede una persona hoy en día predisponerse a sentir la mirada de Jesús, en vez de tener la vista permanentemente fijada en el móvil o en sí misma?

Existen varios caminos que pueden facilitar esto.

En primer lugar, la experiencia del voluntariado nos ayuda sanamente a descentrarnos de nosotros mismos, a poner la mirada en los necesitados, que son desconocidos y se salen de nuestro círculo habitual de trabajo o amigos.

Además, vivimos muy volcados hacia afuera y necesitamos tener más vida interior. Es bueno poner nombre a los fracasos, a las búsquedas, a los sentimientos… Esto nos ayuda a crecer como personas y permite que puedan aflorar las preguntas sobre la trascendencia, sobre el sentido último de la vida.

Por último, hay que seguir anunciando a Jesús de Nazaret, al igual que San Antonio María Claret hizo, proponiéndolo como modelo de vida. Tenemos que ayudar a releer los textos del evangelio en clave vital, ver la conexión que tienen con nuestras vidas.

El ambiente actual es autosuficiente, algo frío y receloso en el tema religioso, pero sigue habiendo personas que buscan, aunque sean una minoría. Siempre hay que acercarse a las personas desde el respeto y saber hacer las preguntas que puedan inquietarles y que propicien acercamientos o pequeños procesos de búsqueda que les puedan ayudar a abrirse en el plano espiritual.

 

Buscando el bien del otro

Las situaciones difíciles vividas en los últimos meses pueden haber suscitado estas preguntas. ¿Qué piensas al respecto? ¿Tienes alguna reflexión que compartir?

Vivo con preocupación la actitud irresponsable de ciertas personas. Parece que no sabemos aceptar el no o el límite a nuestros deseos. Muchos universitarios lo llevan bien, con cierta generosidad incluso, pero me preocupa ver actitudes egoístas por parte de otros.  Esta realidad exige una llamada muy seria a la responsabilidad individual, a aceptar las obligaciones por el bien de los demás, aunque esto conlleve modificar un poco nuestro estilo de vida. Pero no son solo algunos jóvenes, también hay adultos que van a su aire. No estamos acostumbrados al “no” como respuesta a mis deseos y, mientras no veamos el bien del otro, vamos a tener problemas.

Capellán con mascarilla

Precisamente de mirar por el bien de los demás habla el Papa Francisco en su última encíclica, “Fratelli Tutti”. ¿Has podido leerla?

Aún no. En Larraona somos cinco misioneros claretianos y hemos quedado para trabajarla juntos, leyendo un poco cada semana. Creo que merece la pena leerlo en profundidad para ver qué claves nos propone el Papa.

 

Foto blanco y negro colegiales Larraona

50 años de historia en los colegios de los Claretianos

FORMULARIO ALUMNI

Corría el año 1970 cuando los Misioneros Claretianos inauguraron en Pamplona dos colegios con un mismo proyecto educativo: el Colegio de enseñanza escolar y el Colegio Mayor para estudiantes universitarios. Una aventura que toma el nombre del claretiano y primer cardenal navarro Arcadio María Larraona Saralegui (1877–1973) y que alcanza ya los 50 años de andadura, fiel a su misión educativa y evangelizadora.

En concreto, fue el 1 de octubre cuando la residencia abrió sus puertas para acoger a los estudiantes que buscaban alojamiento para el curso académico 1970-1971. Unos años más tarde, el 15 de febrero de 1977, fue reconocida por orden ministerial con el título de Colegio Mayor adscrito a la Universidad de Navarra.

Desde entonces, se calcula que unos 5.000 estudiantes han pasado por las instalaciones del Colegio Mayor, viviendo una experiencia universitaria plena, acompañados por los Misioneros Claretianos. El 25 de octubre de 1992, Misioneros y colegiales fueron a Roma para asistir a la beatificación que realizó el papa Juan Pablo II a los mártires de Barbastro, un grupo de 51 religiosos y seminaristas claretianos que fueron fusilados en 1936. Tres años más tarde, en 1995 se celebraba el 25º aniversario de la fundación del Colegio, motivo de fiesta para toda la comunidad colegial.

Aunque la estructura del edificio no ha cambiado, las instalaciones se han ido modernizando, adaptándose a cada tiempo. En el curso académico 2003-2004 se estrenaba el polideportivo Larraona, lo que ampliaba la oferta deportiva a los estudiantes. En 2017 llevábamos a cabo la reforma del comedor y en 2018 se acondicionó la nueva cafetería y zona de ocio. En este mismo año acometimos una reforma de la entrada y otros espacios para la creación de nuevas y modernizadas salas de trabajo, que facilitan el estudio en equipo o el apoyo académico. Y desde el año pasado estamos realizando el plan de remodelación de las habitaciones.

A partir de 2016, y en sintonía con otras actividades de los Misioneros Claretianos, al título oficial del Colegio Mayor Larraona se le añadió el nombre de Claret, por ser el fundador de la Congregación y tronco común de todas nuestras plataformas educativas y evangelizadoras. Unido al nombre se adoptó un nuevo logotipo, que compartimos con todas nuestras obras misioneras de la región.

Durante esta cincuentena, el Colegio ha sabido conservar su esencia y su misión: la formación humana, cultural y científica de los colegiales, así como una convivencia grata y educativa, enmarcada bajo el lema “Libertad responsable”. Muestra de esta misión educativa y de convivencia son todas las actividades comunitarias que se han realizado: visita a los presos desde que se inauguró el Colegio; Trofeo Rector de la Universidad de Navarra y diversos  campeonatos deportivos externos e intracolegiales; talleres académicos y sociales; venta de comercio justo, visitas a la residencia de ancianos de la Misericordia, voluntariado con la asociación ANFAS, etc.

Larraona ha estado siempre pegado a la realidad de la sociedad, no solo a través del voluntariado, sino también mediante los encuentros que ha organizado con distintas personalidades del ámbito político, social, económico, cultural y deportivo. Por el Colegio han pasado todos los presidentes del Gobierno de Navarra desde el inicio de la Democracia y todos los alcaldes de Pamplona, además de numerosos políticos de distintos partidos. También han venido a visitarnos y conversar con nosotros filósofos o deportistas. El Colegio ha contado con innumerables visitas que han contribuido a ese debate constante y abierto a la sociedad, propio del espíritu universitario y de la vida en el Colegio.

Un Colegio Mayor, que en sus 50 años de vida ha generado un sentido de pertenencia que no entiende de edades. Es un vínculo que se ha ido transmitiendo de boca en boca, de padres a hijos ―e incluso, tras cinco décadas de existencia― de abuelos a nietos. Todos los excolegiales sabéis que tenéis las puertas de Larraona abiertas de par en par: y sois muchos los que aprovecháis cada vez que regresáis a Pamplona para saludar y recordar. Por eso, en este 50 aniversario queremos aprovechar para mirar al pasado y al futuro junto a todos vosotros, los Alumni del Colegio Mayor Larraona y festejar este gran acontecimiento mediante el formato que mejor se adapte a las circunstancias actuales, teniendo en cuenta que la salud y la seguridad son una preocupación primordial de todo el equipo directivo.

Por este motivo, la celebración que estaba prevista el fin de semana del 26 y 27 de septiembre de 2020 queda aplazada sine die. Os animamos a compartir con nosotros vuestros datos de contacto, a través del formulario que encontrarás bajo estas líneas, para que os podamos mantener al tanto de las actividades que realicemos y podamos celebrar juntos esta misión educativa y de convivencia que cumple con orgullo sus 50 años. Y también os agradeceríamos infinito que nos enviéis vuestros recuerdos y fotografías adjuntos en el mismo formulario. Así podremos escribir entre todos nuestra historia basándola en vuestras experiencias personales, académicas y profesionales. ¡No lo pienses más, estamos esperando tener noticias tuyas!

 

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