Chica joven sonriendo en un colegio mayor

Paula Jiménez: médico en ciernes y deportista aficionada

Paula Jiménez es logroñesa y estudia primer año de Medicina en la Universidad de Navarra. Pertenece a la primera promoción de colegialas, tras el cambio al modelo mixto en el Colegio Mayor Larraona. Hablamos con ella para conocer su experiencia.

 

Aunque comenta que la carrera es muy exigente, Paula consigue compaginarla con otras actividades: juega al fútbol, al pádel, visita a su familia, sale con sus amigas…“Obviamente te metes a Medicina y sabes que es una carrera en la que tienes que estudiar, pero normalmente hay tiempo para todo”. Nos cuenta que para rendir bien necesita hacer más cosas: “Si está todo demasiado centrado en la uni, como que se me queda el mundo pequeño”.

 

equipo de fútbol femenino del colegio mayor larraona

 

Pasión por el deporte

Es muy deportista: juega como defensa en el equipo de fútbol sala femenino de nuestro colegio mayor. Las chicas entrenan todos los lunes por la noche, así que encuentra un rato para despejarse. Durante el curso han competido en la Liga Intercolegial, teniendo partidos casi todas las semanas, y también jugaron en el Torneo de la Copa de Primavera. El fútbol hace que tenga mucha relación con chicas de otras carreras. También es aficionada del pádel, y ahora que ha terminado la temporada de torneos, lo practica todavía más. “Solemos ir mucho a jugar a pádel aquí en las pistas de Larra, vamos dos veces a la semana o así”.

 

chicas sonriendo frente a unas pistas de pádel

 

La pasión por el deporte la lleva desde pequeñita. En el colegio Paula practicaba gimnasia rítmica y llegó a competir a nivel nacional. Una lesión de cadera le forzó a retirarse: “Pasé de entrenar todos los días a no poder ni andar”. Nos cuenta que ese cambio radical en su vida le abrió la puerta a su vocación: “Me trataron, pero nunca me dijeron qué me pasaba y se me quedó la espinita”. Por eso, desde entonces quiere ser traumatóloga.

 

gimnasta nacional infantil de gimnasia rítmica

 

Vocación y estudio

Aunque tiene bastante claro que el campo al que se quiere dedicar es la traumatología, Paula tiene los pies en la tierra y está abierta a un cambio de rumbo: “Una cosa es estudiar la materia, pero luego es en la práctica cuando tienes que verte. Tercero de carrera, con las rotaciones en el hospital, va a ser el año de decidir”.

El tener desde pequeña unas rutinas tan marcadas ha hecho que organizarse los horarios en la universidad no se le haga difícil.  Al preguntarle sobre su habilidad para compaginar el estudio con el deporte y la vida social nos confiesa que la clave es distribuir tu tiempo y exprimirlo al máximo. “Quiero jugar a pádel, tomar algo, salir con mis amigos y para eso tengo que estudiar este tiempo, así que lo tengo que aprovechar”. También comparte un consejo útil para los años universitarios: “Necesitamos ratitos que no sean de estudiar, porque si no nos volvemos locas”.

 

universitaria estudiando sonriente

 

Vivir en el colegio mayor

La vida en el Colegio Mayor Larraona le facilita esos descansos: “vamos a jugar al pádel, salimos a dar paseos, vamos a tomar un café… También prefiero estudiar en Larraona porque me gustan más las salas”. Nos cuenta que tiene más relación con los y las estudiantes de Medicina, ya que tienen diferentes horarios que el resto de carreras, una organización bimestral, diferentes fechas de exámenes… El tener un grupo de la misma carrera y por lo tanto las mismas rutinas, le facilita el estudio. Aún así, la vida común en el Colegio Mayor y el deporte hace que “haga piña” con el resto de chicas. Defiende que el ambiente es muy bueno y que está contenta sobre todo en relación con el cambio a modelo mixto. “Yo no he vivido otra cosa, pero es como si hubiese sido así toda la vida. Lo hemos hablado con los veteranos y se nota el cambio pero la gente está muy contenta”.

 

grupo de amigas posando en un balcón

 

Inicio del camino

Le preguntamos por qué decidió venir a Pamplona a estudiar. Nos explica que al terminar Bachiller sus opciones eran Madrid o Pamplona, pero Madrid se le hacía innecesariamente grande: “Yo necesito que todo esté aquí, salir de casa y llegar a los sitios”. Además, al estar tan cerca de Logroño hace que pueda ver a su familia y a sus amigas del colegio. “Mis padres a veces vienen a comer los domingos, es muy fácil vernos. Es como estar en casa sin estar en casa”.

Un año después de tomar la decisión de mudarse a Pamplona está convencida de que no podía haber elegido mejor: “No tengo ningún tipo de duda de que ha sido la decisión correcta, creo que no puedo estar mejor”.

estudiantes jugando al fútbol en una cancha al aire libre

Una tardía bienvenida a la Primavera: jornada de torneos y fiesta

El pasado sábado 13 de abril celebramos en el Colegio Mayor Larraona nuestra ya habitual Fiesta de Primavera. Deporte, música, concursos y celebración en un día para recordar.

 

Encuentro deportivo: Copa de Primavera

Comenzamos la mañana con el polideportivo y las canchas del patio llenos de actividad. En los partidos del torneo de la Copa de Primavera, nuestros colegiales se enfrentaron a los equipos de otros colegios mayores invitados y también de un equipo de 2º Bachiller del Colegio Larraona, en las modalidades de pádel, fútbol sala y baloncesto 3×3. El ambiente de encuentro deportivo y compañerismo colegial, acompañado del buen tiempo y la música, amenizaron la mañana.

 

grupo de colegiales en el interior de un polideportivo

 

Los primeros puestos estuvieron muy disputados, pero los resultados finales fueron los siguientes: En la categoría de fútbol sala masculino los ganadores fueron nuestros colegiales, seguidos de cerca por nuestros compañeros del colegio Claret Larraona, que fueron dignos finalistas. En fútbol sala femenino el primer puesto se lo llevó el equipo del Colegio Mayor Goimendi, aunque nuestras colegialas del Colegio Mayor Larraona quedaron en segundo puesto.

 

estudiantes posando en una cancha

 

En pádel masculino la pareja ganadora estuvo compuesta por nuestros colegiales Gonzalo Ovejero y Martín Díaz, y en pádel femenino el primer puesto fue para Ana y Beatriz, del Colegio Mayor Goimendi, aunque Jara y Cecilia nos representaron con un honorable segundo puesto. En la modalidad de baloncesto 3×3 el equipo “Larraona 2” bajo el mando de Edu Díez, se hizo con la copa.

 

cuatro chicas posando en una pista de pádel

 

Cultura y talento colegial

Estos no fueron los únicos ganadores del día, ya que se anunció la entrega de premios de varios concursos: David Vivas se llevó el primer puesto del concurso de fotografía con «Pádel», con un premio de 150 euros y 15 puntos colegiales. El segundo y tercer puesto fueron para Ibón Morales y María Casado, respectivamente. Estos también fueron recompensados con un premio económico y puntos colegiales.

 

pista de pádel claret larraona

 

“Jirón de corazón” de Noa Marcos, fue el microrrelato ganador del concurso de literatura, acompañado por “El apellido de tu padre” de Alberto Solano en segundo puesto y “Sic transit gloria mundo” de Eneko de Diego en tercer lugar. Los tres ganadores recibieron un premio en metálico y puntos de colegial.

También conocimos a los ganadores del campeonato interregional de fútbol sala; la victoria fue para el equipo Internacional/islas, formado por Alberto Solano, Álvaro González, Antonio Déniz, Bautista Riomayor, Clara Salorio, Elena Olazar, Felipe Pardo, Hugo Amela, León Von Ondarza, Lucas Myers, Luis Estévez, Nora Lalou, Santiago Estefan, Santiago Parra, Sofía Dragu y Zeni Thompson.

 

tres estudiantes en una cancha de baloncesto

 

Además, se celebró un sorteo en el que los colegiales pudieron ganar un Tortillón para 4 en el bar Hawai o una Experiencia Automovilística con Cohousing. Después de un día lleno de emociones y premios, era necesario recuperar fuerzas, así que la tarde culminó con una cena y una fiesta con música en directo, en la que nuestros colegiales lo dieron todo.

 

estudiantes dando un concierto en directo

 

Agradecemos de corazón a todos por participar en esta jornada de espíritu colegial y por hacer posible al ambiente familiar que respiramos aquí, en el Colegio Mayor Larraona.

grupo de universitarios que participan en una cata de morcilla

Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla

Este pasado jueves 11 de abril, los colegiales disfrutaron de una cata de morcilla. Charlas, risas, morcilla, vino, y sobre todo, buena compañía, en una tarde de encuentro y cultura gastronómica.

Esta es la cuarta cata organizada este curso, siguiendo a las de aceite, vino y pacharán, aunque esta ha sido la más inusual hasta la fecha. El éxito fue rotundo, ya que más de 50 colegiales se apuntaron a esta actividad.

 

estudiante con un plato de morcilla en cada mano

 

Fue propuesta por el colegial Gonzalo Ovejero, natural de Burgos, quien, además de sugerir la idea, se ocupó de traer la morcilla de su tierra para probar la experiencia auténtica. Junto al subdirector Manuel Sagüés, lideró una pequeña tertulia informativa sobre la morcilla y su origen antes de comenzar la cata.

Explicaron los ingredientes y las distintas variedades de morcilla que hay; prácticamente una por región, ya que la morcilla “es todo un mundo”. También compartieron algunas expresiones populares que tienen como protagonista este alimento, como “Anda y que te den morcilla” o “Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla”.

 

El subdirector del Colegio Mayor explica el origen de la morcilla

 

La morcilla es un embutido muy tradicional elaborado a base de sangre y grasa de cerdo, especias y, en ocasiones, otros ingredientes como arroz, cebolla, miga de pan, piñones, patata o calabaza. Está presente en diferentes cocinas regionales españolas, pero sin desmerecer a las demás, la más famosa sin duda es la morcilla de Burgos. Ésta se come frita, sobre una rebanada de pan, y puede ir acompañada de pimientos o huevo frito.

 

unas manos cortan morcilla en un plato

 

Los colegiales probaron tres tipos de morcilla diferente: dulce, picante y una morcilla navarra. Esto fue acompañado por unos vanguardistas “nachos de morcilla” que causaron sensación, y vino Crianza Pago de Cirsus con Denominación de Origen Navarra.

El mayor éxito lo tuvo la morcilla dulce (original de Cardeña, tiene el premio a la mejor morcilla de Burgos), aunque fue seguida de cerca por la morcilla picante.

 

un grupo de estudiantes alza una copa de vino para brindar

 

El encuentro finalizó con un brindis, en el que los colegiales alzaron sus copas: por los novatos y por los veteranos, por una buena temporada de exámenes y por Burgos. Manuel cerró este emotivo brindis con una ronda de aplausos “Y que el espíritu de Larraona se impregne en vuestros corazones”.

Daniel Sánchez Moreno

«Mi bisabuelo era de Pamplona, pero vine sin conocer a nadie» – La experiencia de Diego Sánchez

Diego Sánchez Moreno estudia tercero de ADE con Dirección de Estrategias. Hace tres años que su familia se mudó a Madrid y él tuvo que dejar Lima para venirse a estudiar a España. Así fue como terminó en la Universidad de Navarra y lleva desde entonces con nosotros. Te invitamos a leer su experiencia.

 

 

De Lima a Pamplona

Debido a la mudanza de su familia, Diego y su hermano tuvieron que solicitar un traslado de expediente para continuar con sus estudios aquí, en España. A través de la recomendación de una conocida de la familia, dieron con la Universidad de Navarra y con nosotros. La flexibilidad de horarios y la posibilidad de crear buenas relaciones con el resto de compañeros fue lo que le hizo decidirse por venir al Colegio Mayor Larraona.

Aunque su bisabuelo era pamplonés, Diego vino aquí sin conocer a nadie. Gracias a su estancia en el Colegio Mayor, formó su primer grupo de amistades, indispensable para su integración. “Terminas asociándote con gente que no es de tu misma carrera. En Lima yo solo me reunía con gente de mi misma facultad, no iba más allá”. Nos cuenta que lo que más destaca de la experiencia como colegial son las actividades de los primeros días que le hicieron conectar con sus compañeros. “Jugando al básquet conocí a un chico que hasta ahora sigue siendo mi amigo, y es de Hong Kong, en mi vida me imaginé eso”.

Pista de baloncesto vista a través de una valla

Una adaptación satisfactoria

Diego nos confiesa que echa de menos a su familia paterna, que sigue viviendo en Perú, pero acepta que es parte del proceso. “ se extraña a la gente, pero es parte de la experiencia del estudiante”. Además, suele aprovechar los fines de semana o los festivos para volver a Madrid y ver a su familia.

No todo ha sido fácil, adaptarse a un nuevo país y una nueva forma de vida no es para cualquiera. Nos cuenta que nunca había vivido la experiencia de compartir mesa con tantas personas. “Eso sí que es un shock, me sentía un bicho raro bajando a comer con doscientas personas”. Aunque al final a todo se acaba acostumbrando uno: “Poco a poco vas conociendo a las personas, ves que todos estáis en la misma situación.”

A Diego le ha debido de picar el gusanillo con eso de viajar, porque tiene la intención de seguir aprovechando al máximo todas las oportunidades que tenga de formarse, trabajar y vivir nuevas experiencias: “No sé si terminaré en Londres, trabajando en Madrid… aún no lo sé”.

 

Grupo de colegiales haciéndose una foto en un espejo

 

El colegio mayor, un hogar

“El deporte no es lo mío, pero en las actividades más tranquilas como cartas y juegos de mesa sí que participo”. Aunque a pádel y a fútbol juega de forma ocasional, por pasar el rato con sus amigos, Diego participa en otras actividades, como el grupo de voluntarios. También ha participado ayudando en el Acto de Becas, y en actividades externas.

Nos cuenta que este tipo de actividades vienen bien para obtener puntos de colegial: “Elegir las habitaciones se gana con méritos, bien por notas o bien por puntos. Puedes ganar puntos participando en los torneos, las actividades, los voluntariados…”

Pero con las actividades se gana algo aún más valioso que los puntos. Diego nos cuenta que lo más importante de estos años son las conexiones, el grupo de gente que se lleva para toda la vida. “Sonará estúpido, pero se crea como una segunda familia, eso es lo mejor del colegio mayor.”

Estudiantes universitarios procedentes de distintas partes de España en el comedor del Colegio Mayor

Diversidad regional, riqueza compartida

En el Colegio Mayor Larraona, tenemos la suerte de contar con colegiales de diversas procedencias geográficas, lo que enriquece, sin duda, la convivencia y la vida colegial. No solo hay estudiantes extranjeros (o con experiencia internacional), también tenemos universitarios de todas partes de España. De esta realidad, surgen interesantes actividades.

 

equipo de fútbol de estudiantes delante de una portería

 

 

Equipos por regiones

 

Además del torneo interpasillos, es tradición que se dispute un torneo interregional de fútbol sala.

Es una liguilla de todos contra todos”, explica Eduardo Díez, decano de colegiales y miembro de la comisión de Deporte del Consejo Colegial. “Como somos cuatro equipos, se tienen que celebrar seis partidos. Desde finales de febrero hemos estado jugando dos por semana: los martes y miércoles antes de la cena, de 19:30 a 20:30h”.

Los equipos que se han formado son: Aragón y Extremadura; Mediterráneo; Islas con Internacional; y Navarra y País Vasco. A falta de que se dispute un partido que ha quedado pendiente (Aragón-Extremadura vs Mediterráneo), el equipo que va ganando es Islas con Internacional.

Son muy buenos”, reconoce el barcelonés Ignacio Herrero (1º ADE + Derecho Bilingüe). “Jugamos contra ellos un partido y lo perdimos. Quedamos 8-6, pero lo pasé bien”.

“Está guay competir con los de tu región, es otra manera de dinamizar la vida colegial”, describe Eduardo.

Él es maño y acumula ya mucha experiencia como colegial: este año es su quinto y último curso de la carrera de Farmacia. “Es un torneo que solemos hacer después de Navidad. Se dan puntos colegiales por participar y en la fiesta de primavera probablemente se reparta algún premio. Este año será el último para mí y me da mucha pena”.

 

grupo de estudiantes de Canarias en el comedor

 

Cenas temáticas

 

Las comidas y cenas, y las sobremesas que se improvisan en el comedor, son una ocasión estupenda para compartir con los demás y conocer mejor a las personas. “Cada uno es de una parte de España y, al final, cuando estás en el comedor, surgen conversaciones del tipo: ¿Ahí cómo lo hacéis…?”, cuenta el decano.

Además, a lo largo del año organizamos diferentes cenas temáticas de los lugares de origen de los colegiales, para que se sientan un poco más en su hogar en Pamplona y para que el resto podamos descubrir su cultura.  Las últimas cenas que se han celebrado han sido la de Canarias (29 de febrero) y la de Cataluña (21 de marzo).

“Cenamos carne fiesta, mojo canario y papas arrugadas”, explica Enrique Esteban De Cáceres. Estudia 4º de Química y Bioquímica y es de La Laguna, en el norte de Tenerife. “Me gustó mucho. Me recordó a Canarias, al sabor de casa. Tengo ganas de volver ahora en Semana Santa”, confiesa.

La carne estaba muy buena, a la gente le gustó un montón”, señala Eduardo. “Creo que están pensando en incorporarla de vez en cuando en el menú”.

“Es una carne que lleva una mezcla típica de especias. Y el mojo canario y las papas arrugadas no pueden faltar en la comida de un canario”, afirma Enrique.

 

Sopa de galets y albóndigas

 

Me gusta poder conocer a gente de todas partes”, cuenta Ignacio. El colegial catalán disfrutó de la cena de su región: “Tomamos sopa de galets y albóndigas. La sopa llevaba también un trozo carne, una pilota. Estaba muy bueno”, asegura.

En los próximos eventos del mes (torneos, fiesta de primavera, acto de becas…) podremos seguir compartiendo y conociendo más sobre los colegiales y sus lugares de origen.

foto de un estudiante costarricense en el colegio mayor

La experiencia del colegial Alberto Solano

Alberto Alonso Solano Altamirano es costarricense. El año pasado dejó Cartago, su ciudad natal, para venir a estudiar el grado de Política, Filosofía y Economía en la Universidad de Navarra, gracias a una beca Alumni. Desde entonces está en el Colegio Mayor Larraona y así quiere que siga siendo: “Planeo quedarme toda la carrera aquí. Quiero ser decano”, afirma. Te invitamos a descubrir el testimonio de este colegial.

 

estudiantes en la jornada de puertas abiertas de la Universidad de Navarra

 

Una gran oportunidad de aprendizaje

El primer viaje que hizo Alberto fuera de Costa Rica fue para venir a la universidad. “Está siendo una experiencia bastante agradable. Pamplona es pequeña, no es tan caótica como Madrid, y en el colegio mayor me ayudaron a que me adaptara bastante rápido. A mi papá siempre le gustó la cultura española, crecí viendo ‘Aquí no hay quien viva’. Pero llegar aquí y empezar a mamar directamente de la cultura española es diferente. Aunque no es un cambio tan grande respecto a otros países, aprendo mucho”, asegura.

El aprendizaje es constante, en todos los sentidos: “Tengo una beca Alumni y trabajo para pagarme el resto de los estudios. Todos los días son una oportunidad para aprender algo, solo hay que saber administrar el tiempo. Trato de sacar espacio para cuidar de mí como persona, y por supuesto, para cuidar las notas. Aquí trato de ayudar en todas las actividades y me gusta ayudar a enseñar el colegio mayor cuando recibimos visitas. Participo activamente en el taller de cocina y en el taller de baile. Es muy divertido, me gusta mucho bailar”, confiesa.

 

estudiante con delantal y con ingredientes en el club de cocina

 

Alberto no pierde el tiempo: también le gusta practicar fútbol en el colegio mayor y en la universidad, y se interesa por los temas de actualidad y la cultura de nuestro país. Este curso ha participado en actividades como la organización del Think&Beer con Juan Manuel Fernández en torno al tema de la amnistía o el taller sobre Historia de Pamplona. Antes de venir aquí hizo dos años de estudios sociales en Costa Rica.

“Siempre he sido una persona muy inquieta. El problema en mi vida es el porqué de las cosas, necesito saber todo”, reconoce. “El grado que estudio me ayuda a descubrir muchos porqués. Al ser tan interdisciplinar, conozco mucho, aprendo mucho y me gusta. Eso es algo que me motiva a seguir luchando cada día”.

Explica que, dentro de la parte económica del grado, desea centrarse en administración deportiva. “En lo que me quiero especializar es una rama muy específica de la economía, pero la filosofía y la política también me dan muchas herramientas. Además, es un grado muy internacional: tengo compañeros de Estados Unidos, Alemania, Hungría, América Latina… Eso enriquece mucho, lo mismo que pasa en el Colegio Mayor, que es bastante internacional y se comparte mucho con la gente”.

 

estudiantes comen comida de Costa Rica

 

Amor por su tierra y su familia

A Alberto le encanta dar a conocer su cultura aquí en Larraona. El año pasado realizamos una cena temática en su honor y en el del colegial Sergio Contreras. Es “tico” de la cabeza a los pies: “Mi apodo en Pamplona es ‘mae’, que es como tío o amigo en mi país. Utilizo mucho ‘mae’, no he cambiado mi manera de hablar ni las palabras. Amo mucho mi país, creo que la gente aprende mucho de la cultura de Costa Rica por mí”.

Aun así, cuenta que no echa de menos su país hasta que va. “Cuando se aproxima el viaje empiezo a extrañar todo. Tengo tres hermanas mayores y cuatro sobrinos, que son como mis hermanos menores. Como mi mamá cuida de ellos mientras mis hermanas trabajan, me ven como un hermano mayor. El de 11 años me dice que quiere ser como yo. Tengo la responsabilidad de dar un buen ejemplo. Vengo de un hogar humilde, pero nunca me ha faltado el pan en la mesa, ni el amor de mi familia, que es lo que más me motiva. Ellos siempre han hecho todo y más por salir adelante y yo quiero hacer todo y más por devolvérselo. Darles un buen ejemplo a mis sobrinos puede ser una buena retribución”.

Alberto disfruta participando y liderando iniciativas, por eso cree que podría llegar a ser un buen decano de los colegiales: “Siempre se me ha dado muy bien dirigir. Supongo que es algo innato en mí. Quiero agarrar ese rol y hacer algo bueno con ello. Me gusta, se me da natural y puede ser una buena manera de devolver algo de todo lo que me ha dado el Colegio Mayor”, explica.

 

estudiante con la camiseta del club de fútbol Cartaginés

 

Pasión por el fútbol

Su gran pasión es el fútbol y, en concreto, el Club Sport Cartaginés. “Desde que llegué a España no me he perdido ningún partido, y eso que a veces juegan a las 3 o 4 de la mañana, hora española. Hoy juegan a las 2 am, por eso llevo la camisa, para apoyar los colores. Me acostaré un rato y luego lo veré, con mi café de Costa Rica”, apunta. Después, llamará a su padre para comentar los resultados.

“Una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida ha sido ver con mi papá cuando el Cartaginés ganó el campeonato nacional, tras 81 años sin hacerlo. Mi abuelo eso no lo vio. Recuerdo que cuando terminó el partido fuimos al centro a celebrarlo. La ciudad estaba abarrotada de gente, me marcó mucho”.

Alberto explica que el fútbol le une mucho a su padre. “Todos los domingos íbamos a misa a las 8 de la mañana y luego al estadio. Seguir viendo los partidos y comentarlos con mi papá es algo que me mantiene muy cerca suya”.

La gente tal vez no entiende lo que significa el fútbol. Creo que de todo lo que he aprendido en la vida, la gente que he conocido buena y mala, la he conocido en el fútbol. Si hay una cosa que me ha mantenido cuerdo en la vida es el fútbol. En el momento más oscuro de mi vida, practicar fútbol y ver fútbol, tener una disciplina, me salvó hasta cierto punto”, asegura.

“Hasta el que va hablando basura del fútbol normalmente, cuando juega la selección algo cambia y ese día es el más patriota de todos. El fútbol tiene la capacidad de unir a un país, a un territorio. Es algo que no distingue de cultura, sexo, raza, edad… En mí, es un medio de felicidad, un vínculo con mi papá y con algunos de mis amigos”.

 

 

 

ponentes del acto de apertura de las jornadas de los Colegios Mayores en Bilbao

Un encuentro muy enriquecedor – XLV Jornadas de Colegios Mayores

Del 15 al 17 de febrero se celebró en Bilbao la XLV edición de las Jornadas de Colegios Mayores organizadas por el Consejo de Colegios Mayores Universitarios.  Nuestro director Juan Gallego, la subdirectora Magaly Marrodán y los colegiales decanos Eduardo Díez y Alejandro Boned viajaron hasta allá para participar en este interesante encuentro que congregó a más 250 miembros de Colegios Mayores de toda España y de Italia.  Durante estos días, reflexionaron sobre el papel de los Colegios Mayores ante los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).

director y dos estudiantes en Bilbao

 

 

La aportación en educación, trabajo e igualdad

En concreto, las jornadas estuvieron centradas en 3 de los 18 ODS: el objetivo 4, Educación de Calidad, presentado por Xabier Murelaga Bereicua y Mikel Aranburu Barandiaran;  el objetivo 8, Trabajo decente y crecimiento económico, a cargo de María Rodríguez Díez; y el objetivo 10, Reducción de las desigualdades, presentado por Estíbaliz Sáez de Cámara. Se impartieron conferencias y se organizaron mesas de trabajo en distintos espacios de la Universidad de Deusto, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad de Mondragón, coorganizadoras y anfitrionas del evento.

“Primero un director de un Colegio Mayor exponía el tema y después nos reuníamos en distintos grupos para trabajar en torno a tres preguntas relacionadas con el tema”, explica Alejandro Boned. “Debatíamos entre nosotros y se redactaban las conclusiones de ese debate, para que la organización pueda estudiarlas”.

Los grupos para las sesiones de trabajo estaban compuestos por directivos y colegiales de diferentes centros. “Una de las cosas más interesantes fue la diversidad de colegios mayores. Vinieron desde uno de Valencia en el que eran una veintena de colegiales, hasta uno de Madrid en el que eran 360. Las formas de organizarse y de hacer las cosas son muy diferentes. Juntarse te permite salir un poco de la burbuja en la que vivimos cada uno, para poder ver otras visiones y otras formas de trabajar, de organizar las actividades, de fomentar la participación, etc. y pensar cómo podemos mejorar”.

 

asistentes a las jornadas de colegios mayores

 

Una experiencia cultural y social

Los momentos para la reflexión, el diálogo y el intercambio de ideas se alternaron con otros de aprendizaje cultural y socialización, como la visita al Museo Guggenheim Bilbao o la cena de gala de clausura de las jornadas.

El ambiente fue muy bueno. Entre comidas y cenas teníamos espacios para conocernos entre los colegiales. Normalmente éramos decanos o estudiantes que ya llevamos varios años dentro del mundo colegial y que podemos compartir un mismo ambiente: de camaradería, compañerismo, buen rollo…”, cuenta Alejandro. Señala que tuvieron la oportunidad de estrechar relaciones con otros colegios mayores claretianos, como el Colegio Mayor Jaime del Amo en Madrid.

Ahora el equipo directivo y los decanos van a llevar esta experiencia al Consejo Colegial, planteando ideas que han surgido a partir de este encuentro. Una de ellas es la creación de un torneo intercolegial de baloncesto y de pádel. “Queremos mantener la relación que hemos establecido con otros colegios mayores y fortalecerla a nivel institucional. Además, esto permitirá que otros colegiales de Larraona tengan la oportunidad de conocer a estudiantes de otros colegios mayores, como hemos podido hacer nosotros”, detalla Alejandro.

 

directores y estudiantes del colegio mayor en campus de Bilbao

 

Desde el Colegio Mayor Larraona mandamos un saludo a todas aquellas personas con las que hemos coincidido estos días y resaltamos nuestro agradecimiento al Consejo de Colegio Mayores de España por la organización de estas jornadas tan fructíferas. ¡Nos vemos en la siguiente edición!

estudiantes del club de cocina con ingredientes preparados

El nuevo club de cocina

A lo largo del año solemos tener varios talleres de cocina y, este curso en especial, esta dinámica está cogiendo ritmo gracias a la iniciativa de dos de nuestras colegialas, Elena Olazar y Zeni Thompson. Han creado un club de cocina para aprender a preparar principalmente postres y también aperitivos y otro tipo de comida salada. ¿Quieres unirte?

 

dos chicas estudiantes del colegio mayor larraona sonríen

 

Ambiente internacional

Elena viene de Florida, pero su padre es de Vitoria, así que ella tiene la doble nacionalidad. Ahora mismo está haciendo un GAP year en la Universidad de Navarra, y está aprovechando para estudiar español y cursar distintas clases. El año que viene quiere empezar el grado de ISSA. Tiene dos hermanas, una en Alaska y otra en Florida, con su padre. Aunque se encuentra lejos de ellas, ahora puede ver más a su familia en Vitoria.

Zeni es hondureña, pero ha vivido en Estados Unidos, Tailandia y Costa Rica. Estudia Relaciones Internacionales en la Universidad de Navarra, ya que en un futuro se plantea trabajar en Europa y quería volver a vivir en un país de habla hispana. Tiene un hermano mayor en Portugal y un hermano mellizo en Barcelona.

Ambas aseguran estar disfrutando mucho del ambiente del Colegio Mayor Larraona: “Me encanta. En Pamplona se puede caminar por todas partes. Y estar en el Colegio Mayor es como tener otra casa”, explica Elena. “El equipo directivo está formado por adultos que nos quieren. Como estamos lejos de la familia nos viene muy bien este ambiente familiar”. “Además tiene programa de voluntariado, equipo de fútbol sala… Hay tantas actividades para hacer aquí…”, añade Zeni. “Siempre estamos en las salas de estudio, es un ambiente muy bueno”.

Elena y Zeni participan en el taller de Ecología y Medio Ambiente y forman parte del equipo de fútbol. “Me encanta el fútbol, en Florida jugaba en un equipo”, dice Elena. “Yo no soy futbolista, pero me gusta el ambiente del equipo, nos animamos todas”, confiesa Zeni.

 

bagels preparados por el club de cocina

 

El club: cocina rica y divertida

“La comida aquí está rica. Es muy conveniente tener las tres comidas al día”, cuenta Elena. “Aun así, nos gusta cocinar, hornear de vez en cuando”, sigue Zeni. “Como se estaba poniendo el clima frío, pensamos que sería una buena idea hacer galletas y le preguntamos al equipo directivo si podíamos hacerlo”.

Cada mes, Elena y Zeni envían tres propuestas al grupo de WhatsApp que han creado para que los colegiales voten lo que quieren hacer en el taller. Se trata de un grupo reducido, de entre 6 y 10 personas, para que puedan cocinar con comodidad en el aula preparada para ello.

Lo primero que hicieron, en diciembre, fue galletas de canela. “Nos salieron un poco feas, pero ricas”, reconocen. Se las dieron a probar a los trabajadores del Colegio Mayor.

En enero prepararon unos deliciosos bagels salados, pensados para una comida tipo brunch. Y en febrero volverán a la repostería con una receta con temática de San Valentín. “Nos encantan los postres”, apunta Elena. Pero dicen que no descartan volver a proponer algo salado para otras sesiones, como la tortilla de patata.

“El objetivo es que la gente pueda aprender y que pasen un buen rato, que sirva para relajarse y desestresarse de los exámenes”, señala Zeni.

 

¿Quieres participar en el club? ¡Contacta con Elena o con Zeni y ven a pasar un buen momento!

estudiante finaliza estudios en colegio mayor

“He sido muy feliz aquí” – El testimonio de Borja Rodríguez

Se me hace duro. Sé que llega el momento de despedirse, pero me va a costar. No quiero pensar en el momento de subir las escaleras del Colegio Mayor por última vez”. Así expresaba Borja Rodríguez Manzano sus emociones los días previos a marcharse definitivamente del Colegio Mayor, tras finalizar el grado de ADE en la Universidad de Navarra. Desde que llegó a Pamplona en septiembre de 2019, el estudiante donostiarra ha permanecido todos los años de estudio con nosotros. Ahora siente una mezcla de pena al despedirse; de orgullo, alegría y agradecimiento por todo lo vivido; y de vértigo ante una nueva etapa que comienza. Compartimos su testimonio.

 

colegial estudia en el colegio mayor

 

Un camino de crecimiento

Borja reconoce la gran evolución que ha experimentado desde que entró aquí. A nivel académico y a nivel personal: “La carrera no ha sido fácil, he tenido un montón de altibajos, pero estoy orgulloso del trabajo y el esfuerzo que le he dedicado. Agradezco mucho todo el apoyo que me ha prestado el equipo directivo del Colegio Mayor. El cambio del colegio a la universidad es un salto importante que se me hizo cuesta arriba, y desde el primer momento aquí me han estado ayudando y orientando”.

Afirma que es una etapa que ha vivido plenamente, aunque le habría gustado disfrutarla aún más y haberse agobiado menos con los exámenes y las notas, porque “no todo es la universidad”: “Antes cuando suspendía me llevaba un disgusto enorme. Pero me di cuenta de que no merecía la pena: me lo tenía que tomar como una señal para mejorar. En mí ha habido un gran progreso en madurez y aprendizaje”.

Además del acompañamiento personal y académico, el colegial agradece la orientación que ha recibido en este último tiempo. “Después de cenar me reunía con Magaly en el despacho para pensar. Ella me hacía preguntas y yo tenía que reflexionar y ponerlo en común al día siguiente. Me ha ayudado mucho a saber hacia dónde quiero encaminarme profesionalmente, y también a preparar el currículum y la carta de presentación”.

A Borja le interesa el mundo del marketing, la publicidad y las redes sociales, y también el de la innovación. El año pasado su equipo llegó a la final del concurso Innovation Fast Track de la Universidad de Navarra con un proyecto de economía circular: la elaboración de ropa a partir de leche caducada.

Durante estos cuatro años, el estudiante ha participado en nuestro Taller de Ecología y Medioambiente y en un sinfín de actividades más, como charlas o excursiones, además de haber formado parte del Consejo Colegial desde 2º curso. Ha sido el encargado de presentar el Acto de Becas los dos últimos años, algo que siempre recordará y que le ha ayudado a desarrollar sus habilidades comunicativas. “Estaba tan nervioso que escuchaba la pisada de mis zapatos y el ruido del traje al moverme, pero lo disfruté. ¡Si queréis puedo hacerlo una vez más!”.

 

presentador del acto de becas

 

Bien acompañado

Durante estos cuatro años Borja cuenta que ha vivido mejores y peores momentos, pero en todos ha estado bien acompañado.

“El equipo de cocina, de limpieza, el equipo directivo… me han estado apoyando desde el primer momento. Han sido los mejores años gracias a las personas. El coronavirus me pilló al principio de la carrera. En marzo de 2020 tuvimos que volvernos a casa. Como pensábamos que el confinamiento era algo temporal, me dejé las cosas en la habitación de Larraona y Manu tuvo que mandarme los apuntes por correos exprés. Yo me pongo en la piel de los trabajadores: hicieron una labor tremenda”.

Cuando le preguntamos a Borja cuál es su rincón favorito del Colegio Mayor no tiene dudas: la recepción. “Me he pasado horas y horas hablando con Miriam, Eva, Noemí… ¿Ahora quién va a aguantar mis charlas?”, bromea.

Su padre y su hermano mayor también han sido colegiales de Larraona, así que hemos tenido la suerte de ver a casi toda la familia. “Angelita, del servicio de limpieza, le tuvo también a mi padre. Aunque ahora está jubilada, mantengo el contacto con ella. Le tengo un cariño muy especial”, confiesa.

“No sé si la gente valora lo suficiente la suerte que es estar aquí. Todas las actividades, la oportunidad de conocer a gente… Sigo hablando prácticamente a diario con los amigos que he hecho aquí, ahora que estamos en distintas ciudades”.

 

estudiante con escudo de Larraona

 

Segunda familia y segundo hogar

Siempre que Borja habla de Larraona se refiere al Colegio Mayor como su “segundo hogar”. “He sido muy feliz aquí, por eso me da tanta pena irme”, concluye.

¡Mucha suerte en esta nueva etapa, Borja! Estamos seguros de que la seguiremos de cerca; mantendremos el contacto. Las puertas de nuestro Colegio Mayor están siempre abiertas para todos nuestros antiguos colegiales, para que visiten el que siempre será su hogar en Pamplona.

manos tocando el piano

Una nueva agrupación musical

La música es una parte esencial de la vida y, por supuesto, de la vida universitaria. A lo largo de nuestros más de 50 años de historia, hemos visto cómo los colegiales fundaban bandas de música, grupos informales… e incluso una tuna propia del colegio mayor. Este curso, tenemos la suerte de contar con una nueva agrupación musical formada por distintos estudiantes y dirigida por el profesor Javier Aramendia.

 

El grupo cuenta –por ahora– con violines, piano, guitarra acústica, batería, bajo y cantante, aunque está abierto a acoger a más instrumentos. “No somos un conjunto de cuerda ni de viento, de hecho, no tenemos ningún instrumento de viento”, comenta Javier Albiac, uno de los colegiales que ayudó a impulsar la iniciativa. “Somos una agrupación curiosa”.

 

estudiante universitario toca el violín

 

Javier toca el violín y estudia Medicina en la Universidad de Navarra. Este es su tercer año en el Colegio Mayor y el primero en el que se ha organizado algo así. “Hablé con Juan, el director. Al principio hubo un popurrí tremendo, porque se dijo: ‘Quien toque un instrumento que baje a la sala de música’, y había mucha gente. Pero luego se quedaron los más interesados y los que podían por los horarios”, comenta.

 

dos estudiantes universitarias cantan con un micrófono

 

El grupo se junta los lunes a las 20:00h y al ensayo suelen acudir unas seis o siete personas, dependiendo del día. Los colegiales que están participando son Faustino Buschittari, Sara Campos, Miriam Botella, Santiago Cano, Amelia Wefer, Javier Albiac, Mario Ramos, Salvador Roig, Rodrigo Grasa y Lucía Méndez.

 

un estudiante toca el bajo

 

Hay gente de todos los niveles”, explica Javier. “Algunos han estado en el conservatorio y otros han aprendido por su cuenta”. El estudiante hizo 10 años en el Conservatorio Profesional de Música de Alcañiz (Teruel), de donde proviene.

“Ahí tocaba temas más académicos. Aquí disfruto mucho, puedo versionar y tocar cosas de un estilo de música más actual. Hacemos cosas más o menos sencillas, pero que son resultonas y agradables”, reconoce.

 

profesor de musica lee una partitura

 

De seleccionar las partituras y hacer los arreglos se encarga el profesor de música, tocayo de Javier. Aramendia les propone canciones que pueden encajar con los instrumentos y con los gustos de los estudiantes, y hace los arreglos necesarios. Por ejemplo, están ensayando la canción You Know I’m No Good de Amy Winehouse, sustituyendo las trompetas por violines.

 

estudiante universitario toca la batería

 

También están tocando temas como Clocks (Coldplay), Bitter Sweet Symphony (The Verve) o Just My Imagination (The Cranberries). Ahora están ensayando la canción Last Christmas (Wham!) para tocarla en la cena especial de Navidad del Colegio Mayor.

 

 

Nos alegramos de que haya salido adelante esta iniciativa tan enriquecedora, para los participantes y para el resto de los estudiantes. Porque más allá de las competencias que se puedan desarrollar, lo importante es que cada lunes, entre las paredes insonorizadas de la sala de música, un grupo informal de jóvenes disfruta, comparte, aprende, sueña, recuerda, viaja, falla, imagina y crece canción a canción. Aunque no sean conscientes ahora, sabemos que es una experiencia que no van a olvidar.

una cantante y una pianista sonríen