fachada del colegio mayor larraona rodeada de flores

Un curso para recordar

El curso académico ha llegado a su fin en el Colegio Mayor Larraona y es inevitable echar la vista atrás y recordar con cariño todos los momentos que hemos vivido con vosotros y vosotras este año. Sigue leyendo para rememorar con nosotros el curso 2023-2024 en el colegio mayor.

 

Construyendo una realidad educativa integradora

Nuestro Proyecto Educativo se basa en una educación integral de las tres dimensiones de la persona: individual, social y trascendente.

En el plano individual, hemos trabajado el desarrollo personal a través del acompañamiento, como pilar fundamental de nuestra labor, y de una multitud de iniciativas. Algunas ya tienen recorrido, como el taller de estudio, pero otras son novedosas, como el programa de formación afectivo-sexual tan enriquecedor, que hemos implantado este año.

En el plano social, el curso comenzó con fuerza, al ser el primer año en que hemos dado la bienvenida a nuestras colegialas. Este cambio de modelo a mixto, fruto de la actualización de nuestro Proyecto Educativo, ha traído un mejorado espíritu de convivencia y compañerismo al colegio mayor y nos ayuda a construir una realidad educativa integradora. Este aspecto de la convivencia lo seguiremos trabajando este año a través de la puesta en marcha, por parte de todo el equipo del colegio mayor, de Herramientas de Prácticas Restaurativas.

En el ámbito trascendente, muchas personas se han interesado por distintas opciones que hemos ofrecido, como el taller de psicología, los grupos de Fe y vida, las celebraciones litúrgicas o las charlas cuaresmales, además de todas las inquietudes tratadas en el día a día como parte de nuestro acompañamiento.

 

Un sinfín de actividades

Think&Beer, club de cocina, voluntariado, grupo de música, baile los domingos por la tarde, concurso de fotografía, concurso de relato, cenas temáticas, catas gastronómicas, charlas, talleres de Historia y de Ecología… Este año ha habido una multitud de actividades que han marcado la vida colegial. Por no hablar de las celebraciones anuales y de todo el programa deportivo desplegado a lo largo del año: torneos de bienvenida, interpasillos, interregiones, intercolegial Trofeo Rectora… ¡Imposible de resumir todo! Si quieres hacerte a la idea, te animamos a leer la revista Calle 45 que hemos preparado.

 

Gracias y hasta el año que viene

Queremos expresar nuestro agradecimiento, en primer lugar, a los colegiales y colegialas, pero también a sus familias y a todas las personas que han trabajado y colaborado con nuestro Proyecto Educativo: a quienes han hecho posible que este curso educativo haya sido intenso y bello para recordar.

 

colegial sentado en los escalones frontales del colegio mayor

Nos despedimos de Eduardo Díez: 5 años de vivencia colegial

Tras su graduación, Eduardo Díez, zaragozano, ha vivido sus últimos días como colegial en el Colegio Mayor Larraona. Hablamos con él para conocer su experiencia durante estos 5 años.

 

colegial de larraona frente al cartel de los 50 años

 

Eduardo se ha licenciado en Farmacia en la Universidad de Navarra. Al preguntarle por su carrera, cuenta entre risas: “A mí me gusta todo el tema de salud, pero lo de abrir cuerpos, mejor a distancia… Me gusta mucho la química también, así que Farmacia me encajaba muy bien.”

Eduardo vino al Colegio Mayor Larraona en el año 2019 y desde entonces este ha sido su hogar: “Conocía a gente que había venido aquí y tenía muy buenas referencias”, comenta. Destaca que le llamó la atención la buena ubicación del colegio mayor y el programa educativo: “Hay mucha más libertad que en otros colegios mayores, y con 20 años eso se agradece.”

Su primer año estuvo lleno de experiencias nuevas, ya que en el año 2020 comenzó la pandemia de la COVID 19. “Empecé en septiembre y en marzo nos tuvieron que mandar a todos a casa, fue un lío”, nos cuenta.

 

colegiales de traje frente al escudo de larraona

 

Durante los cursos de tercero y cuarto Eduardo estuvo compaginando los estudios con el deporte: jugaba en el equipo de Basket Navarra. El colegio mayor le hacía más fácil poder dedicarse a estudiar y a entrenar su afición: “Me coincidían muy bien los horarios de entrenamiento, y llegar y tener la comida hecha es un gusto”. Aunque el equipo se disolvió el año pasado, Eduardo no ha dejado su pasión por el baloncesto. Este curso ha creado y liderado el equipo de baloncesto de Larraona, con el que compitió en el Torneo Intercolegial en Madrid.

Esto ha sido posible gracias a una iniciativa suya, como colegial decano que ha sido este año junto a Alejandro Boned: “Veía que se podían hacer cosas por el colegio mayor, así que me organicé con Alejandro y nos apuntamos”, relata. Alejandro Boned también se despide este curso de Larraona tras 4 años como colegial. Juntos han creado la comisión de deportes, ayudando a organizar gran parte de las actividades deportivas de este curso, dándole una nueva vida al colegio mayor. “Creo que este año ha sido el mejor, cuando más me he implicado y más he disfrutado de todo”, expresa.

 

equipo de baloncesto posando en la cancha

 

Durante estos 5 años, Eduardo ha crecido con Larraona, y ha visto crecer al colegio mayor. “He visto todas las reformas de los pisos, la construcción de las pistas de pádel y, este año, el cambio a mixto”.

Eduardo opina que el colegio mayor es una gran parte de la vida universitaria, una experiencia enriquecedora que merece la pena disfrutar al máximo. “Hay muchos años para vivir en un piso, pero esta experiencia es única, son cosas que no vas a poder volver a hacer”, defiende.

decano

colegial becado dando un discurso en un tribuna

 

La nostalgia se presenta inevitablemente  cuando expresa su agradecimiento por estos años: “Me llevo un montón de gente que he conocido y un montón de experiencias, lo voy a echar de menos”.

Sin embargo, no se va sin antes dejar un consejo para los nuevos colegiales: “Aprovechad para conocer gente nueva a parte de vuestros amigos e intentad ayudar a los demás, como los veteranos os hemos intentado ayudar a vosotros.”

Gracias, Eduardo, ¡y hasta siempre!

patinadora en un salto acrobático sobre hielo

Nerea Grandoso: deportista nacional y estudiante universitaria

Nerea Grandoso es de Vitoria y acaba de terminar su primer año de Biología en la Universidad de Navarra, además definalizar una temporada de competición de patinaje artístico. ¿Quieres conocerla? Hablamos con ella para compartir su experiencia como universitaria y colegiala de Larraona.

 

Arte sobre hielo

Nerea empezó a patinar a los 3 años y desde entonces no lo ha dejado, fue amor a primera vista. Compite en la modalidad individual y a nivel nacional de forma regular: “El nivel es bastante alto, entreno 5 o 6 días a la semana”. Al venir a Pamplona Nerea cambió de club, y ahora entrena en el Palacio de Hielo del club Huarte. “He entrenado en Vitoria toda mi vida y vine a Pamplona porque tenía Biología y pista de hielo, es el mejor sitio para compaginar ambos”.

Mi reto este año ha sido compaginar los estudios con el deporte” afirma. Nerea nos cuenta que lo ha conseguido organizándose súper bien y teniendo muy claras las horas disponibles que tiene. “Llevo varios años entrenado mucho y con muchas horas de estudio, así que más o menos ya estaba acostumbrada, pero estar en Larraona me ha ayudado bastante”. Vivir en el colegio mayor y no preocuparse por cocinar o hacer largos trayectos a la universidad le ha permitido centrarse en estudiar y patinar. “Para mí eso ha sido clave para poder hacer las dos cosas, si no habría sido imposible”.

También le ha servido mucho la asesoría académica ofrecida en el colegio mayor: “Te ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y a organizarte más, y eso para mí es fundamental”.

 

patinadora de patinaje artístico sobre hielo en medio de una actuación

 

Amor por la naturaleza

Nerea está satisfecha con la carrera y así lo expresa: “Este año me ha ido súper bien, estoy encantada con la universidad. He acertado, esta es mi carrera”. Toda su vida ha sido una apasionada de los animales y, aunque de pequeña quería ser veterinaria, al ir creciendo descubrió que le interesaban todos los seres vivos: “La naturaleza en general me encanta”.

Su interés por aprender no se limita a las clases; Nerea ha pasado el mes de junio trabajando como alumna interna del Departamento de Biofísica en el laboratorio de la universidad. Junto a otras personas, colabora con el profesorado, participa en los experimentos y aprovecha la experiencia para aprender y coger práctica fuera del horario de clase. Está ilusionada por el proyecto en el que están trabajando actualmente y lo expresa con una sonrisa: “Estamos trabajando con materia activa y aprendiendo un poco de microbiología y física para aplicarla a nuestro proyecto”.

 

colegiala posando frente a la puerta del colegio mayor claret larraona

 

Un segundo hogar

Aunque su agenda ya está muy completa de por sí, Nerea saca tiempo para hacer vida en el colegio mayor; este año ha participado en el taller de bailes latinos, en algún Think and Beer y otras actividades al inicio del curso. “Me gusta que hay muchas actividades para hacer aquí, si fuese por mí me apuntaba a todas, pero no me da tiempo”, nos confiesa entre risas.

Comenta que lo que más disfruta es el ambiente colaborativo del colegio mayor: “Aquí conoces gente de otras carrerasy eso me gusta mucho, ayer tuve una conversación súper interesante con un chico que está estudiando filosofía”. También destaca la seguridad con la que disfruta de vivir fuera de casa: “Estoy muy tranquila, sé que si tengo cualquier problema en Larraona hay mucha gente a la que puedo pedir ayuda”.

 

colegiales en una sesión de think and beer en el colegio mayor

 

Nerea cierra el curso feliz y satisfecha, con la paz que proporciona el esfuerzo y el trabajo bien hecho: “No podía haber elegido mejor sitio para venir”.

Chica joven sonriendo en un colegio mayor

Paula Jiménez: médico en ciernes y deportista aficionada

Paula Jiménez es logroñesa y estudia primer año de Medicina en la Universidad de Navarra. Pertenece a la primera promoción de colegialas, tras el cambio al modelo mixto en el Colegio Mayor Larraona. Hablamos con ella para conocer su experiencia.

 

Aunque comenta que la carrera es muy exigente, Paula consigue compaginarla con otras actividades: juega al fútbol, al pádel, visita a su familia, sale con sus amigas…“Obviamente te metes a Medicina y sabes que es una carrera en la que tienes que estudiar, pero normalmente hay tiempo para todo”. Nos cuenta que para rendir bien necesita hacer más cosas: “Si está todo demasiado centrado en la uni, como que se me queda el mundo pequeño”.

 

equipo de fútbol femenino del colegio mayor larraona

 

Pasión por el deporte

Es muy deportista: juega como defensa en el equipo de fútbol sala femenino de nuestro colegio mayor. Las chicas entrenan todos los lunes por la noche, así que encuentra un rato para despejarse. Durante el curso han competido en la Liga Intercolegial, teniendo partidos casi todas las semanas, y también jugaron en el Torneo de la Copa de Primavera. El fútbol hace que tenga mucha relación con chicas de otras carreras. También es aficionada del pádel, y ahora que ha terminado la temporada de torneos, lo practica todavía más. “Solemos ir mucho a jugar a pádel aquí en las pistas de Larra, vamos dos veces a la semana o así”.

 

chicas sonriendo frente a unas pistas de pádel

 

La pasión por el deporte la lleva desde pequeñita. En el colegio Paula practicaba gimnasia rítmica y llegó a competir a nivel nacional. Una lesión de cadera le forzó a retirarse: “Pasé de entrenar todos los días a no poder ni andar”. Nos cuenta que ese cambio radical en su vida le abrió la puerta a su vocación: “Me trataron, pero nunca me dijeron qué me pasaba y se me quedó la espinita”. Por eso, desde entonces quiere ser traumatóloga.

 

gimnasta nacional infantil de gimnasia rítmica

 

Vocación y estudio

Aunque tiene bastante claro que el campo al que se quiere dedicar es la traumatología, Paula tiene los pies en la tierra y está abierta a un cambio de rumbo: “Una cosa es estudiar la materia, pero luego es en la práctica cuando tienes que verte. Tercero de carrera, con las rotaciones en el hospital, va a ser el año de decidir”.

El tener desde pequeña unas rutinas tan marcadas ha hecho que organizarse los horarios en la universidad no se le haga difícil.  Al preguntarle sobre su habilidad para compaginar el estudio con el deporte y la vida social nos confiesa que la clave es distribuir tu tiempo y exprimirlo al máximo. “Quiero jugar a pádel, tomar algo, salir con mis amigos y para eso tengo que estudiar este tiempo, así que lo tengo que aprovechar”. También comparte un consejo útil para los años universitarios: “Necesitamos ratitos que no sean de estudiar, porque si no nos volvemos locas”.

 

universitaria estudiando sonriente

 

Vivir en el colegio mayor

La vida en el Colegio Mayor Larraona le facilita esos descansos: “vamos a jugar al pádel, salimos a dar paseos, vamos a tomar un café… También prefiero estudiar en Larraona porque me gustan más las salas”. Nos cuenta que tiene más relación con los y las estudiantes de Medicina, ya que tienen diferentes horarios que el resto de carreras, una organización bimestral, diferentes fechas de exámenes… El tener un grupo de la misma carrera y por lo tanto las mismas rutinas, le facilita el estudio. Aún así, la vida común en el Colegio Mayor y el deporte hace que “haga piña” con el resto de chicas. Defiende que el ambiente es muy bueno y que está contenta sobre todo en relación con el cambio a modelo mixto. “Yo no he vivido otra cosa, pero es como si hubiese sido así toda la vida. Lo hemos hablado con los veteranos y se nota el cambio pero la gente está muy contenta”.

 

grupo de amigas posando en un balcón

 

Inicio del camino

Le preguntamos por qué decidió venir a Pamplona a estudiar. Nos explica que al terminar Bachiller sus opciones eran Madrid o Pamplona, pero Madrid se le hacía innecesariamente grande: “Yo necesito que todo esté aquí, salir de casa y llegar a los sitios”. Además, al estar tan cerca de Logroño hace que pueda ver a su familia y a sus amigas del colegio. “Mis padres a veces vienen a comer los domingos, es muy fácil vernos. Es como estar en casa sin estar en casa”.

Un año después de tomar la decisión de mudarse a Pamplona está convencida de que no podía haber elegido mejor: “No tengo ningún tipo de duda de que ha sido la decisión correcta, creo que no puedo estar mejor”.

estudiantes jugando al fútbol en una cancha al aire libre

Una tardía bienvenida a la Primavera: jornada de torneos y fiesta

El pasado sábado 13 de abril celebramos en el Colegio Mayor Larraona nuestra ya habitual Fiesta de Primavera. Deporte, música, concursos y celebración en un día para recordar.

 

Encuentro deportivo: Copa de Primavera

Comenzamos la mañana con el polideportivo y las canchas del patio llenos de actividad. En los partidos del torneo de la Copa de Primavera, nuestros colegiales se enfrentaron a los equipos de otros colegios mayores invitados y también de un equipo de 2º Bachiller del Colegio Larraona, en las modalidades de pádel, fútbol sala y baloncesto 3×3. El ambiente de encuentro deportivo y compañerismo colegial, acompañado del buen tiempo y la música, amenizaron la mañana.

 

grupo de colegiales en el interior de un polideportivo

 

Los primeros puestos estuvieron muy disputados, pero los resultados finales fueron los siguientes: En la categoría de fútbol sala masculino los ganadores fueron nuestros colegiales, seguidos de cerca por nuestros compañeros del colegio Claret Larraona, que fueron dignos finalistas. En fútbol sala femenino el primer puesto se lo llevó el equipo del Colegio Mayor Goimendi, aunque nuestras colegialas del Colegio Mayor Larraona quedaron en segundo puesto.

 

estudiantes posando en una cancha

 

En pádel masculino la pareja ganadora estuvo compuesta por nuestros colegiales Gonzalo Ovejero y Martín Díaz, y en pádel femenino el primer puesto fue para Ana y Beatriz, del Colegio Mayor Goimendi, aunque Jara y Cecilia nos representaron con un honorable segundo puesto. En la modalidad de baloncesto 3×3 el equipo “Larraona 2” bajo el mando de Edu Díez, se hizo con la copa.

 

cuatro chicas posando en una pista de pádel

 

Cultura y talento colegial

Estos no fueron los únicos ganadores del día, ya que se anunció la entrega de premios de varios concursos: David Vivas se llevó el primer puesto del concurso de fotografía con «Pádel», con un premio de 150 euros y 15 puntos colegiales. El segundo y tercer puesto fueron para Ibón Morales y María Casado, respectivamente. Estos también fueron recompensados con un premio económico y puntos colegiales.

 

pista de pádel claret larraona

 

“Jirón de corazón” de Noa Marcos, fue el microrrelato ganador del concurso de literatura, acompañado por “El apellido de tu padre” de Alberto Solano en segundo puesto y “Sic transit gloria mundo” de Eneko de Diego en tercer lugar. Los tres ganadores recibieron un premio en metálico y puntos de colegial.

También conocimos a los ganadores del campeonato interregional de fútbol sala; la victoria fue para el equipo Internacional/islas, formado por Alberto Solano, Álvaro González, Antonio Déniz, Bautista Riomayor, Clara Salorio, Elena Olazar, Felipe Pardo, Hugo Amela, León Von Ondarza, Lucas Myers, Luis Estévez, Nora Lalou, Santiago Estefan, Santiago Parra, Sofía Dragu y Zeni Thompson.

 

tres estudiantes en una cancha de baloncesto

 

Además, se celebró un sorteo en el que los colegiales pudieron ganar un Tortillón para 4 en el bar Hawai o una Experiencia Automovilística con Cohousing. Después de un día lleno de emociones y premios, era necesario recuperar fuerzas, así que la tarde culminó con una cena y una fiesta con música en directo, en la que nuestros colegiales lo dieron todo.

 

estudiantes dando un concierto en directo

 

Agradecemos de corazón a todos por participar en esta jornada de espíritu colegial y por hacer posible al ambiente familiar que respiramos aquí, en el Colegio Mayor Larraona.

grupo de universitarios que participan en una cata de morcilla

Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla

Este pasado jueves 11 de abril, los colegiales disfrutaron de una cata de morcilla. Charlas, risas, morcilla, vino, y sobre todo, buena compañía, en una tarde de encuentro y cultura gastronómica.

Esta es la cuarta cata organizada este curso, siguiendo a las de aceite, vino y pacharán, aunque esta ha sido la más inusual hasta la fecha. El éxito fue rotundo, ya que más de 50 colegiales se apuntaron a esta actividad.

 

estudiante con un plato de morcilla en cada mano

 

Fue propuesta por el colegial Gonzalo Ovejero, natural de Burgos, quien, además de sugerir la idea, se ocupó de traer la morcilla de su tierra para probar la experiencia auténtica. Junto al subdirector Manuel Sagüés, lideró una pequeña tertulia informativa sobre la morcilla y su origen antes de comenzar la cata.

Explicaron los ingredientes y las distintas variedades de morcilla que hay; prácticamente una por región, ya que la morcilla “es todo un mundo”. También compartieron algunas expresiones populares que tienen como protagonista este alimento, como “Anda y que te den morcilla” o “Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla”.

 

El subdirector del Colegio Mayor explica el origen de la morcilla

 

La morcilla es un embutido muy tradicional elaborado a base de sangre y grasa de cerdo, especias y, en ocasiones, otros ingredientes como arroz, cebolla, miga de pan, piñones, patata o calabaza. Está presente en diferentes cocinas regionales españolas, pero sin desmerecer a las demás, la más famosa sin duda es la morcilla de Burgos. Ésta se come frita, sobre una rebanada de pan, y puede ir acompañada de pimientos o huevo frito.

 

unas manos cortan morcilla en un plato

 

Los colegiales probaron tres tipos de morcilla diferente: dulce, picante y una morcilla navarra. Esto fue acompañado por unos vanguardistas “nachos de morcilla” que causaron sensación, y vino Crianza Pago de Cirsus con Denominación de Origen Navarra.

El mayor éxito lo tuvo la morcilla dulce (original de Cardeña, tiene el premio a la mejor morcilla de Burgos), aunque fue seguida de cerca por la morcilla picante.

 

un grupo de estudiantes alza una copa de vino para brindar

 

El encuentro finalizó con un brindis, en el que los colegiales alzaron sus copas: por los novatos y por los veteranos, por una buena temporada de exámenes y por Burgos. Manuel cerró este emotivo brindis con una ronda de aplausos “Y que el espíritu de Larraona se impregne en vuestros corazones”.

Daniel Sánchez Moreno

«Mi bisabuelo era de Pamplona, pero vine sin conocer a nadie» – La experiencia de Diego Sánchez

Diego Sánchez Moreno estudia tercero de ADE con Dirección de Estrategias. Hace tres años que su familia se mudó a Madrid y él tuvo que dejar Lima para venirse a estudiar a España. Así fue como terminó en la Universidad de Navarra y lleva desde entonces con nosotros. Te invitamos a leer su experiencia.

 

 

De Lima a Pamplona

Debido a la mudanza de su familia, Diego y su hermano tuvieron que solicitar un traslado de expediente para continuar con sus estudios aquí, en España. A través de la recomendación de una conocida de la familia, dieron con la Universidad de Navarra y con nosotros. La flexibilidad de horarios y la posibilidad de crear buenas relaciones con el resto de compañeros fue lo que le hizo decidirse por venir al Colegio Mayor Larraona.

Aunque su bisabuelo era pamplonés, Diego vino aquí sin conocer a nadie. Gracias a su estancia en el Colegio Mayor, formó su primer grupo de amistades, indispensable para su integración. “Terminas asociándote con gente que no es de tu misma carrera. En Lima yo solo me reunía con gente de mi misma facultad, no iba más allá”. Nos cuenta que lo que más destaca de la experiencia como colegial son las actividades de los primeros días que le hicieron conectar con sus compañeros. “Jugando al básquet conocí a un chico que hasta ahora sigue siendo mi amigo, y es de Hong Kong, en mi vida me imaginé eso”.

Pista de baloncesto vista a través de una valla

Una adaptación satisfactoria

Diego nos confiesa que echa de menos a su familia paterna, que sigue viviendo en Perú, pero acepta que es parte del proceso. “ se extraña a la gente, pero es parte de la experiencia del estudiante”. Además, suele aprovechar los fines de semana o los festivos para volver a Madrid y ver a su familia.

No todo ha sido fácil, adaptarse a un nuevo país y una nueva forma de vida no es para cualquiera. Nos cuenta que nunca había vivido la experiencia de compartir mesa con tantas personas. “Eso sí que es un shock, me sentía un bicho raro bajando a comer con doscientas personas”. Aunque al final a todo se acaba acostumbrando uno: “Poco a poco vas conociendo a las personas, ves que todos estáis en la misma situación.”

A Diego le ha debido de picar el gusanillo con eso de viajar, porque tiene la intención de seguir aprovechando al máximo todas las oportunidades que tenga de formarse, trabajar y vivir nuevas experiencias: “No sé si terminaré en Londres, trabajando en Madrid… aún no lo sé”.

 

Grupo de colegiales haciéndose una foto en un espejo

 

El colegio mayor, un hogar

“El deporte no es lo mío, pero en las actividades más tranquilas como cartas y juegos de mesa sí que participo”. Aunque a pádel y a fútbol juega de forma ocasional, por pasar el rato con sus amigos, Diego participa en otras actividades, como el grupo de voluntarios. También ha participado ayudando en el Acto de Becas, y en actividades externas.

Nos cuenta que este tipo de actividades vienen bien para obtener puntos de colegial: “Elegir las habitaciones se gana con méritos, bien por notas o bien por puntos. Puedes ganar puntos participando en los torneos, las actividades, los voluntariados…”

Pero con las actividades se gana algo aún más valioso que los puntos. Diego nos cuenta que lo más importante de estos años son las conexiones, el grupo de gente que se lleva para toda la vida. “Sonará estúpido, pero se crea como una segunda familia, eso es lo mejor del colegio mayor.”

Estudiantes universitarios procedentes de distintas partes de España en el comedor del Colegio Mayor

Diversidad regional, riqueza compartida

En el Colegio Mayor Larraona, tenemos la suerte de contar con colegiales de diversas procedencias geográficas, lo que enriquece, sin duda, la convivencia y la vida colegial. No solo hay estudiantes extranjeros (o con experiencia internacional), también tenemos universitarios de todas partes de España. De esta realidad, surgen interesantes actividades.

 

equipo de fútbol de estudiantes delante de una portería

 

 

Equipos por regiones

 

Además del torneo interpasillos, es tradición que se dispute un torneo interregional de fútbol sala.

Es una liguilla de todos contra todos”, explica Eduardo Díez, decano de colegiales y miembro de la comisión de Deporte del Consejo Colegial. “Como somos cuatro equipos, se tienen que celebrar seis partidos. Desde finales de febrero hemos estado jugando dos por semana: los martes y miércoles antes de la cena, de 19:30 a 20:30h”.

Los equipos que se han formado son: Aragón y Extremadura; Mediterráneo; Islas con Internacional; y Navarra y País Vasco. A falta de que se dispute un partido que ha quedado pendiente (Aragón-Extremadura vs Mediterráneo), el equipo que va ganando es Islas con Internacional.

Son muy buenos”, reconoce el barcelonés Ignacio Herrero (1º ADE + Derecho Bilingüe). “Jugamos contra ellos un partido y lo perdimos. Quedamos 8-6, pero lo pasé bien”.

“Está guay competir con los de tu región, es otra manera de dinamizar la vida colegial”, describe Eduardo.

Él es maño y acumula ya mucha experiencia como colegial: este año es su quinto y último curso de la carrera de Farmacia. “Es un torneo que solemos hacer después de Navidad. Se dan puntos colegiales por participar y en la fiesta de primavera probablemente se reparta algún premio. Este año será el último para mí y me da mucha pena”.

 

grupo de estudiantes de Canarias en el comedor

 

Cenas temáticas

 

Las comidas y cenas, y las sobremesas que se improvisan en el comedor, son una ocasión estupenda para compartir con los demás y conocer mejor a las personas. “Cada uno es de una parte de España y, al final, cuando estás en el comedor, surgen conversaciones del tipo: ¿Ahí cómo lo hacéis…?”, cuenta el decano.

Además, a lo largo del año organizamos diferentes cenas temáticas de los lugares de origen de los colegiales, para que se sientan un poco más en su hogar en Pamplona y para que el resto podamos descubrir su cultura.  Las últimas cenas que se han celebrado han sido la de Canarias (29 de febrero) y la de Cataluña (21 de marzo).

“Cenamos carne fiesta, mojo canario y papas arrugadas”, explica Enrique Esteban De Cáceres. Estudia 4º de Química y Bioquímica y es de La Laguna, en el norte de Tenerife. “Me gustó mucho. Me recordó a Canarias, al sabor de casa. Tengo ganas de volver ahora en Semana Santa”, confiesa.

La carne estaba muy buena, a la gente le gustó un montón”, señala Eduardo. “Creo que están pensando en incorporarla de vez en cuando en el menú”.

“Es una carne que lleva una mezcla típica de especias. Y el mojo canario y las papas arrugadas no pueden faltar en la comida de un canario”, afirma Enrique.

 

Sopa de galets y albóndigas

 

Me gusta poder conocer a gente de todas partes”, cuenta Ignacio. El colegial catalán disfrutó de la cena de su región: “Tomamos sopa de galets y albóndigas. La sopa llevaba también un trozo carne, una pilota. Estaba muy bueno”, asegura.

En los próximos eventos del mes (torneos, fiesta de primavera, acto de becas…) podremos seguir compartiendo y conociendo más sobre los colegiales y sus lugares de origen.

foto de un estudiante costarricense en el colegio mayor

La experiencia del colegial Alberto Solano

Alberto Alonso Solano Altamirano es costarricense. El año pasado dejó Cartago, su ciudad natal, para venir a estudiar el grado de Política, Filosofía y Economía en la Universidad de Navarra, gracias a una beca Alumni. Desde entonces está en el Colegio Mayor Larraona y así quiere que siga siendo: “Planeo quedarme toda la carrera aquí. Quiero ser decano”, afirma. Te invitamos a descubrir el testimonio de este colegial.

 

estudiantes en la jornada de puertas abiertas de la Universidad de Navarra

 

Una gran oportunidad de aprendizaje

El primer viaje que hizo Alberto fuera de Costa Rica fue para venir a la universidad. “Está siendo una experiencia bastante agradable. Pamplona es pequeña, no es tan caótica como Madrid, y en el colegio mayor me ayudaron a que me adaptara bastante rápido. A mi papá siempre le gustó la cultura española, crecí viendo ‘Aquí no hay quien viva’. Pero llegar aquí y empezar a mamar directamente de la cultura española es diferente. Aunque no es un cambio tan grande respecto a otros países, aprendo mucho”, asegura.

El aprendizaje es constante, en todos los sentidos: “Tengo una beca Alumni y trabajo para pagarme el resto de los estudios. Todos los días son una oportunidad para aprender algo, solo hay que saber administrar el tiempo. Trato de sacar espacio para cuidar de mí como persona, y por supuesto, para cuidar las notas. Aquí trato de ayudar en todas las actividades y me gusta ayudar a enseñar el colegio mayor cuando recibimos visitas. Participo activamente en el taller de cocina y en el taller de baile. Es muy divertido, me gusta mucho bailar”, confiesa.

 

estudiante con delantal y con ingredientes en el club de cocina

 

Alberto no pierde el tiempo: también le gusta practicar fútbol en el colegio mayor y en la universidad, y se interesa por los temas de actualidad y la cultura de nuestro país. Este curso ha participado en actividades como la organización del Think&Beer con Juan Manuel Fernández en torno al tema de la amnistía o el taller sobre Historia de Pamplona. Antes de venir aquí hizo dos años de estudios sociales en Costa Rica.

“Siempre he sido una persona muy inquieta. El problema en mi vida es el porqué de las cosas, necesito saber todo”, reconoce. “El grado que estudio me ayuda a descubrir muchos porqués. Al ser tan interdisciplinar, conozco mucho, aprendo mucho y me gusta. Eso es algo que me motiva a seguir luchando cada día”.

Explica que, dentro de la parte económica del grado, desea centrarse en administración deportiva. “En lo que me quiero especializar es una rama muy específica de la economía, pero la filosofía y la política también me dan muchas herramientas. Además, es un grado muy internacional: tengo compañeros de Estados Unidos, Alemania, Hungría, América Latina… Eso enriquece mucho, lo mismo que pasa en el Colegio Mayor, que es bastante internacional y se comparte mucho con la gente”.

 

estudiantes comen comida de Costa Rica

 

Amor por su tierra y su familia

A Alberto le encanta dar a conocer su cultura aquí en Larraona. El año pasado realizamos una cena temática en su honor y en el del colegial Sergio Contreras. Es “tico” de la cabeza a los pies: “Mi apodo en Pamplona es ‘mae’, que es como tío o amigo en mi país. Utilizo mucho ‘mae’, no he cambiado mi manera de hablar ni las palabras. Amo mucho mi país, creo que la gente aprende mucho de la cultura de Costa Rica por mí”.

Aun así, cuenta que no echa de menos su país hasta que va. “Cuando se aproxima el viaje empiezo a extrañar todo. Tengo tres hermanas mayores y cuatro sobrinos, que son como mis hermanos menores. Como mi mamá cuida de ellos mientras mis hermanas trabajan, me ven como un hermano mayor. El de 11 años me dice que quiere ser como yo. Tengo la responsabilidad de dar un buen ejemplo. Vengo de un hogar humilde, pero nunca me ha faltado el pan en la mesa, ni el amor de mi familia, que es lo que más me motiva. Ellos siempre han hecho todo y más por salir adelante y yo quiero hacer todo y más por devolvérselo. Darles un buen ejemplo a mis sobrinos puede ser una buena retribución”.

Alberto disfruta participando y liderando iniciativas, por eso cree que podría llegar a ser un buen decano de los colegiales: “Siempre se me ha dado muy bien dirigir. Supongo que es algo innato en mí. Quiero agarrar ese rol y hacer algo bueno con ello. Me gusta, se me da natural y puede ser una buena manera de devolver algo de todo lo que me ha dado el Colegio Mayor”, explica.

 

estudiante con la camiseta del club de fútbol Cartaginés

 

Pasión por el fútbol

Su gran pasión es el fútbol y, en concreto, el Club Sport Cartaginés. “Desde que llegué a España no me he perdido ningún partido, y eso que a veces juegan a las 3 o 4 de la mañana, hora española. Hoy juegan a las 2 am, por eso llevo la camisa, para apoyar los colores. Me acostaré un rato y luego lo veré, con mi café de Costa Rica”, apunta. Después, llamará a su padre para comentar los resultados.

“Una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida ha sido ver con mi papá cuando el Cartaginés ganó el campeonato nacional, tras 81 años sin hacerlo. Mi abuelo eso no lo vio. Recuerdo que cuando terminó el partido fuimos al centro a celebrarlo. La ciudad estaba abarrotada de gente, me marcó mucho”.

Alberto explica que el fútbol le une mucho a su padre. “Todos los domingos íbamos a misa a las 8 de la mañana y luego al estadio. Seguir viendo los partidos y comentarlos con mi papá es algo que me mantiene muy cerca suya”.

La gente tal vez no entiende lo que significa el fútbol. Creo que de todo lo que he aprendido en la vida, la gente que he conocido buena y mala, la he conocido en el fútbol. Si hay una cosa que me ha mantenido cuerdo en la vida es el fútbol. En el momento más oscuro de mi vida, practicar fútbol y ver fútbol, tener una disciplina, me salvó hasta cierto punto”, asegura.

“Hasta el que va hablando basura del fútbol normalmente, cuando juega la selección algo cambia y ese día es el más patriota de todos. El fútbol tiene la capacidad de unir a un país, a un territorio. Es algo que no distingue de cultura, sexo, raza, edad… En mí, es un medio de felicidad, un vínculo con mi papá y con algunos de mis amigos”.

 

 

 

ponentes del acto de apertura de las jornadas de los Colegios Mayores en Bilbao

Un encuentro muy enriquecedor – XLV Jornadas de Colegios Mayores

Del 15 al 17 de febrero se celebró en Bilbao la XLV edición de las Jornadas de Colegios Mayores organizadas por el Consejo de Colegios Mayores Universitarios.  Nuestro director Juan Gallego, la subdirectora Magaly Marrodán y los colegiales decanos Eduardo Díez y Alejandro Boned viajaron hasta allá para participar en este interesante encuentro que congregó a más 250 miembros de Colegios Mayores de toda España y de Italia.  Durante estos días, reflexionaron sobre el papel de los Colegios Mayores ante los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).

director y dos estudiantes en Bilbao

 

 

La aportación en educación, trabajo e igualdad

En concreto, las jornadas estuvieron centradas en 3 de los 18 ODS: el objetivo 4, Educación de Calidad, presentado por Xabier Murelaga Bereicua y Mikel Aranburu Barandiaran;  el objetivo 8, Trabajo decente y crecimiento económico, a cargo de María Rodríguez Díez; y el objetivo 10, Reducción de las desigualdades, presentado por Estíbaliz Sáez de Cámara. Se impartieron conferencias y se organizaron mesas de trabajo en distintos espacios de la Universidad de Deusto, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad de Mondragón, coorganizadoras y anfitrionas del evento.

“Primero un director de un Colegio Mayor exponía el tema y después nos reuníamos en distintos grupos para trabajar en torno a tres preguntas relacionadas con el tema”, explica Alejandro Boned. “Debatíamos entre nosotros y se redactaban las conclusiones de ese debate, para que la organización pueda estudiarlas”.

Los grupos para las sesiones de trabajo estaban compuestos por directivos y colegiales de diferentes centros. “Una de las cosas más interesantes fue la diversidad de colegios mayores. Vinieron desde uno de Valencia en el que eran una veintena de colegiales, hasta uno de Madrid en el que eran 360. Las formas de organizarse y de hacer las cosas son muy diferentes. Juntarse te permite salir un poco de la burbuja en la que vivimos cada uno, para poder ver otras visiones y otras formas de trabajar, de organizar las actividades, de fomentar la participación, etc. y pensar cómo podemos mejorar”.

 

asistentes a las jornadas de colegios mayores

 

Una experiencia cultural y social

Los momentos para la reflexión, el diálogo y el intercambio de ideas se alternaron con otros de aprendizaje cultural y socialización, como la visita al Museo Guggenheim Bilbao o la cena de gala de clausura de las jornadas.

El ambiente fue muy bueno. Entre comidas y cenas teníamos espacios para conocernos entre los colegiales. Normalmente éramos decanos o estudiantes que ya llevamos varios años dentro del mundo colegial y que podemos compartir un mismo ambiente: de camaradería, compañerismo, buen rollo…”, cuenta Alejandro. Señala que tuvieron la oportunidad de estrechar relaciones con otros colegios mayores claretianos, como el Colegio Mayor Jaime del Amo en Madrid.

Ahora el equipo directivo y los decanos van a llevar esta experiencia al Consejo Colegial, planteando ideas que han surgido a partir de este encuentro. Una de ellas es la creación de un torneo intercolegial de baloncesto y de pádel. “Queremos mantener la relación que hemos establecido con otros colegios mayores y fortalecerla a nivel institucional. Además, esto permitirá que otros colegiales de Larraona tengan la oportunidad de conocer a estudiantes de otros colegios mayores, como hemos podido hacer nosotros”, detalla Alejandro.

 

directores y estudiantes del colegio mayor en campus de Bilbao

 

Desde el Colegio Mayor Larraona mandamos un saludo a todas aquellas personas con las que hemos coincidido estos días y resaltamos nuestro agradecimiento al Consejo de Colegio Mayores de España por la organización de estas jornadas tan fructíferas. ¡Nos vemos en la siguiente edición!