Tres curas claretianos celebran misa el día de Claret.

Celebramos el día de San Antonio María Claret

El pasado jueves 24 de octubre fue una fecha especial en el Colegio Mayor Larraona. Como cada año, celebramos el día de San Antonio María Claret (1807-1870), fundador de los misioneros claretianos. Desde la celebración de su bicentenario es conocido por la frase “Nacido para evangelizar”. La misión de su vida fue ser misionero, llevando la buena noticia del evangelio y promoviendo la acción social y la solidaridad con las personas más necesitadas. Es recordado por su compasión y su vocación de servicio.

Su legado es, hasta el día de hoy, celebrado en el mundo entero, y en el Colegio Mayor Larraona todos los años le dedicamos un evento especial. La velada empezó a las ocho de la noche con una eucaristía, con palabras sobre sus enseñanzas y su obra. Nos acompañaron en el altar tres miembros de la comunidad claretiana: el Superior de la provincia de Sanctus Paulus Juan Martín Akaiturrieta Ezkurdia, el director Pastoral de Colegio Mayor Larraona Aitor Kamiruaga y Gustavo Pez, miembro de la Comunidad Claretiana de Colegio Mayor Larraona. Acompañaba la música en vivo, con la voz de Sara Campos y Pablo García en la guitarra.

 

 

Tras las lecturas del evangelio, especialmente escogidas, nuestro Capellán Aitor Kamiruaga nos habló del lema principal: “La caridad de Cristo” que va ligado a las cuatro palabras tras las cuales podemos hoy entender lo que fue la vida de San Antonio María Claret: conocer, amar, servir y alabar. “Que te conozca y que te haga conocer. Ese es el servicio del misionero”, nos comentó el padre Aitor.

Se leyeron las peticiones, y juntos, compartimos una oración especial en honor de San Antonio María Claret. Pedimos por la comunidad de claretianos y todos sus misioneros que ponen al servicio las palabras del fundador.

 

 

 

Al finalizar la eucaristía, pasamos al comedor para compartir una gran cena, en la que disfrutamos de algunos entrantes, carne asada y un postre especial. Fue una hermosa forma de compartir en honor a nuestro fundador. Es siempre inspirador recordar su vida y el carisma de la comunidad de la que formamos parte.

 

una profesora imparte un taller de estudio a colegiales universitarios en el Colegio Mayor Larraona

Se aproxima la época de exámenes…Y llegamos preparados

Una vez empieza la vida universitaria hay mucho que aprender y reaprender en esta nueva etapa. En el Colegio Mayor Larraona buscamos un acompañamiento efectivo para los colegiales y colegialas en su día a día, tanto en su desarrollo personal como también académico. Por ello, este año damos continuidad a nuestros talleres de estudio, con sesiones destinadas a ofrecer seguimiento académico, asesoramiento personalizado y facilitar el paso del colegio a la universidad.

 

estudiantes universitarios en frente de diapositiva del taller de estudio

 

El curso forma parte de un proyecto APS del prácticum de la Facultad de Educación y psicología de Lucía Sáez, pedagoga y maestra de Educación Infantil, quien se encarga de organizar y realizar los talleres a lo largo del cuatrimestre. El 2 de octubre tuvimos nuestra segunda sesión teórica de este año académico, y Lucía nos contó cómo se ha refinado el contenido y la organización este curso.

 

“Este año, he decidido partir el taller en tres horarios para trabajar con grupos más pequeños y poder hacer una sesión más personalizada”.

 

No es lo mismo un estudiante de medicina que uno de letras, por lo cual esta vez se han dividido los horarios según las carreras más cercanas entre sí. Creemos que lo mejor es optar por grupos más pequeños que compartan intereses y se puedan abrir entre ellos. Así, se logra impartir una base de conocimientos más sólida y enfocada a el tipo de necesidades de cada plan de estudios.

 

profesora Lucía Sáez en el Colegio Mayor Larraona

 

Como cada año, en las primeras sesiones dedicamos un espacio importante a plantear cuestiones desde la base: “qué son los exámenes parciales”, “qué es estudiar y para qué”, para luego pasar a preguntarnos “cómo afrontar los exámenes de la mejor manera” o “cómo hacer un plan de estudio detallado”. Esta sesión la iniciamos con una actividad sobre la importancia de prestar atención y leer bien los enunciados de un examen. Proyectamos una lista de instrucciones larga, cuya primera instrucción era leer la lista entera antes de empezar, y última instrucción era no hacer nada de la lista. Pocos de nuestros colegiales y colegialas leyeron hasta el final y tuvimos que esperar que el resto terminará de contar hasta diez, decir frases sin sentido y gritar sus nombres. Entendimos cómo la falta de práctica de algo tan sencillo puede luego definir el rendimiento en un examen.

 

 

Luego, pasamos a explicar algo muy importante para nosotros que parte de la siguiente frase: “Soñar está muy bien, pero tener un plan detallado hacia tu objetivo es mucho mejor” Queremos enseñarles a ponerse en acción (‘Take action’). Es primordial aprender a convertir los fallos en mejoras, y para ello, poder distinguir en lo que puedo actuar y en lo que no, para focalizar el esfuerzo. Y para que lo entiendan mejor les hemos mostrado la distinción entre la zona de preocupación y la zona de influencia. Los estudiantes suelen pasar más tiempo de lo esperado en la zona de preocupación, de manera inconsciente, y queremos ayudarles a visualizar e identificar esto. La zona de preocupación incluye todas aquellas cosas que no se pueden controlar: el tipo de examen, la corrección de los profesores, lo que hacen los demás en clase.

La clave es poder asimilar estas variables con tranquilidad y reconducir la acción a buscar otra solución viable. Así, uno entra la zona de influencia, donde se toman en consideración todas las cosas en las que uno puede tomar medidas y actuar, y que suelen pasar por desapercibidas. Por ejemplo, descansar y comer bien, mantener mis compromisos, ser agradecido y ser muy sincero con uno mismo. Esto suele marcar la diferencia y es ahí donde buscamos centrar la atención.

Nuestros alumnos y alumnas buscan reaprender el formato de estudio en esta nueva etapa y en estos talleres podrán asentar una base sólida para que esto no sea una preocupación y puedan avanzar con mayor confianza. Así, nos estamos preparando juntos para abordar lo que se presenta este semestre.

 

 

 

 

 

Los nuevos decanos del colegio mayor

Nuestros nuevos decanos, Alberto y Eneko: “Queremos que todo el mundo se sienta bienvenido”.

Empezamos el mes con las elecciones para el decanato de colegiales. El 30 de septiembre hubo un debate entre los miembros de las candidaturas presentadas y el 1 de octubre, se preparó la mesa redonda con representantes de la mesa directiva, Enrique Esteban de Cáceres y Manuel Sagüés. Colocaron la urna donde los colegiales y colegialas fueron invitados a participar en la votación y depositar las papeletas con su voto.

 

 

Este año, se hizo la votación entre dos candidaturas dobles:

Pareja #1: Eneko de Diego López de Araya y Alberto Alonso Solano Altamirano

Pareja #2: Clara Salorio Mazuelas y Paula Jiménez Arnaiz

 

Cada pareja presentó un apasionante discurso el día anterior, presentando sus propuestas de candidatura, y aunque tuvieron fantásticas ideas, solo pudo haber una pareja ganadora. Con 124 votos de los 177 totales, los resultados proclamaron la candidatura de Eneko de Diego y Alberto Solano la seleccionada para presidir el Consejo Colegial de este curso.

A partir de ahí, se ha constituido oficialmente el Consejo Colegial al mando de los nuevos decanos. Este es un órgano representativo de todos los estudiantes de Colegio Mayor Larraona, formado por un grupo de 20 alumnos y alumnas seleccionados por el equipo directivo y liderado, este año, por Eneko de Diego y Alberto Solano.

 

 

Conozcamos a nuestros nuevos decanos

Alberto Solano, estudiante costarricense de tercer año en Política, Filosofía y Economía (PEE), da inicio a su segundo año en el Consejo Colegial. “Estoy muy emocionado de estar por segundo año en el Consejo, pero desde luego que ahora la responsabilidad es mayor como decano. Estoy muy agradecido por la confianza de los compañeros. Creo que los demás valoran nuestro trabajo”. Junto con Eneko de Diego, estudiante de tercer año de Medicina, que nos comparte qué es para él el Consejo Colegial: “Está para servir a los demás, encauzando la convivencia y asegurando que las propuestas e ideas de todos sean escuchadas”. Ambos nos cuentan su plan de candidatura y las propuestas que movieron al resto a votar por ellos.

Con la vocación de servir y escuchar a los demás compañeros, elaboraron propuestas para la mejora del comedor en el desayuno y las máquinas dispensadoras. Además, han recuperado una propuesta de la candidatura de las chicas sobre incorporar espejos de cuerpo entero en el colegio mayor. “Ahora, tenemos esa petición en marcha. Hemos escuchado lo que necesitan”, afirma Alberto.

 

 

Participación y colaboración

“Queremos seguir la línea de nuestros amigos y antiguos delegados, con quienes compartí mucho y lograron que se forme un consejo más cercano a la gente. La mayoría de nuestros compañeros no sabe sobre el Consejo Colegial ni para qué sirve. Queremos que los demás sepan, se involucren y se sientan bienvenidos”, cuenta Alberto. Eneko agrega, “Os animo a conocerlo y comunicaros con los múltiples colegiales que lo componen. Además, os invito a ser parte el próximo curso para aportar vuestro grano de arena”.

El colegial decano explica que la idea de que haya numerosos integrantes del Consejo es para favorecer la diversidad de ideas, propuestas y capacidad de organización y atención al resto de estudiantes. “Atendemos a reuniones en las cuales cada persona puede proponer cosas según las inquietudes que encuentran. Cada miembro del consejo cubre su propia línea de trabajo de cerca con el equipo directivo. Por ejemplo, yo me encargo directamente de deportes”.

 

Cada voz en el Consejo Colegial es clave en la labor de ayuda desde las distintas inquietudes que surgen.  Este año, quienes integran el Consejo son:

Eneko de Diego López de Araya, decano

Alberto Solano Altamarino, decano

Paula Jiménez Arnaiz, vicedecana

Clara Salorio Mazuelas, vicedecana

Iñigo Frías García, comisión académica

Mariana Plana Blanco, comisión académica

Theo Urquiza Gal, comisión de convivencia

Amelia Wefer Moledo, comisión pastoral

Martí Viñolas Parcet, comisión pastoral

Alexandre Mena André, deportes

Aitana Rodríguez Soriana, deportes

Alba Padilla Serrano, comisión de convivencia

Violeta Diego Cuesta, comisión de convivencia

Mario López Ruiz, comisión de convivencia

Ignacio Diez Rodas, comisión de convivencia

Celia Pérez Llacer, comisión de eventos

María Villaplana Cerdá, comisión de voluntariado

Marcos Fernández Martínez-Bujanda, cultura, ocio, t.l.

Felipe Rodríguez Figueroa

Javier Brizuela Marcos, cultura, ocio, t.l., música

Javier Albiac Palomar

 

¡Gracias por vuestra labor y a por ello!

mano de estudiante universitario cogiendo apuntes en clase

La experiencia de ‘Magia para el estudio’

Hay quien cree que los buenos resultados en los estudios aparecen por arte de magia. Pero no es así. Además de la capacidad intelectual, sacar adelante la carrera requiere esfuerzo, tesón y aprovechamiento del tiempo y de los recursos de cada uno. Para ayudar a nuestros colegiales a dar lo mejor de sí mismos en este ámbito, en marzo lanzamos un taller de la mano de la Facultad de Educación de la Universidad de Navarra. Aprendieron un par de ‘trucos’ para conocer mejor a qué se enfrentan, identificar sus hábitos de estudio y rendir mejor en las pruebas. Ahora lo aplican en los exámenes de fin de curso. 

 

charla a estudiantes universitarios

 

Herramientas para optimizar los estudios  

Este proyecto piloto surge del compromiso del Colegio Mayor Larraona por que los colegiales crezcan en responsabilidad y calidad educativa, mediante herramientas para optimizar sus estudios. “A nosotros como facultad nos interesa mucho”, comenta Katya Palafox, profesora del departamento de pedagogía de la Universidad de Navarra y coordinadora de este taller, en el que colaboraron tres estudiantes de la Facultad de Educación y Psicología. “El objetivo es mejorar el nivel de estudio y aprendizaje de los alumnos”.  

profesora de la universidad de navarra

Profesora Katya Palafox (Universidad de Navarra)

 

Explica que algunos de ellos vienen de fuera y les cuesta adaptarse a la forma de estudios de España y de la Universidad, y que en la mayoría de los casos lo que falla es la organización: por dónde hay que empezar a estudiar. “Perciben que están organizados, pero a la hora de trabajarlo, ven que una cosa es el papel y otra lo que están haciendo”. 

En las 5 sesiones teóricas (“Descubre tu propio estilo de aprendizaje”, “Encuentra tu motivación”, “Aprovecha el tiempo”, “Aprende a resolver distintos exámenes”, “Hazte el dueño de tus decisiones”) vieron aspectos como la organización del calendario y de la agenda, la diferencia entre estudio y repaso, la importancia de los tiempos y herramientas de mnemotecnia, la presencia de distractores… 

Estas clases se completaron con tutorías individuales voluntarias, “muy importantes, porque las necesidades de cada uno son distintas”. También el grado influye en los requerimientos para estudiar y en el tipo de exámenes; así que en estas sesiones prácticas pudieron trabajar estos aspectos de manera adaptada. Después de los exámenes finales, se volverá a contactar con ellos desde la Facultad de Educación, para realizar un seguimiento. ”Queremos que quede abierto este canal de comunicación para que puedan contar con nosotros en lo que necesiten, también los que no hicieron estas tutorías individuales”, comenta la profesora Palafox. 

 

estante con libro de universidad y cuadernos

 

Estudiar no está reñido con socializar 

Al inicio del ciclo de sesiones hicieron un screening general de los participantes, para conocer cómo estaban estudiando y cuál era su capacidad de atención. También se les preguntó por sus motivaciones, su organización y su capacidad de toma de decisiones (autocontrol), además de distintos hábitos relacionados con su bienestar físico y mental. “Medimos el grado de preocupación y ansiedad fisiológica, si están cansados, cómo duermen, si se ponen nerviosos… y cómo es su vida social. Se tiene la imagen de que los jóvenes siempre están de fiesta, pero no siempre es así: están preocupados y le dedican tiempo al estudio, lo que pasa es que no siempre ese tiempo es de calidad, y se queman. Una vida social sana contribuye a la motivación en el estudio”. 

Al estar en un nivel universitario, no identificaron ningún problema grave en los colegiales. Pero sí que detectaron problemas de planificación, motivación y priorización, saber “apuntar a la diana”, como explica la profesora. Y para ello, nada mejor que quien ha pasado por sus mismas situaciones, y conoce las claves psicológicas y pedagógicas que les pueden ayudar. 

 

galería de estudio

 

Experiencia de aprendizaje y servicio 

Dos alumnas de último de año de los grados de Psicología educativa y de Pedagogía colaboraron en el proyecto, ayudando a seleccionar la temática del taller y a planificar los contenidos. “Les vino muy bien para desarrollar sus habilidades; la experiencia ha sido muy buena”. Sus tutoras de la facultad estuvieron presentes con ellas en todas las sesiones, y en los talleres individuales participó una alumna del Máster en intervención educativa. “Pudieron implementar lo aprendido con libertad, y verlo plasmado les dio seguridad. Han manifestado que el proyecto ha sido muy favorable”, recalca la coordinadora. Habían hecho otros talleres voluntarios en la universidad, pero les pareció interesante y motivador poder acercarse a los estudiantes del Colegio Mayor y participar en este taller de aprendizaje-servicio de manera global. 

En la evaluación que hicieron nuestros colegiales del taller, expresaron que les ha servido mucho para aprender a planificarse, conocer el funcionamiento de las asignaturas y saber cómo afrontar distintos tipos de exámenes. 

La idea es que el proyecto continúe a partir de septiembre y que puedan dar un seguimiento a los colegiales a largo de todo el año, como complemento al acompañamiento personal que realiza el equipo directivo del Colegio Mayor. 

“Es un equipo maravilloso que ha confiado en nosotros”, señala la profesora. “Nos hemos sentido como en casa, y los chicos han sido súper educados, daba gusto estar con ellos”. 

Desde el Colegio Mayor Larraona, equipo directivo y colegiales podemos afirmar que ha sido una experiencia igual de positiva para nosotros. Agradecemos la dedicación y el interés de todas las personas participantes y, en especial, de la Facultad de Educación de la Universidad de Navarra, y esperamos con ganas la continuación de este proyecto.  

 

 

Colegiales en el Salón de Actos asisten a una charla con el Doctor Pérez-Mediavilla

Think&Beer sobre la investigación traslacional: el campus biomédico de la Universidad de Navarra

Miércoles siete de octubre a las siete en punto de la tarde. El Dr. Alberto Pérez-Mediavilla estaba listo para empezar la presentación y saludaba a algunos alumnos de Medicina con el codo conforme llegaban. No estaban en clase, sino en el Salón de Actos del Colegio Mayor, preparados para asistir al primer Think&Beer de este curso. Por motivos de prevención y seguridad, no se pudieron repartir cervezas para los estudiantes, pero no por eso dejó de ser Think&Beer, un encuentro organizado por colegiales y para colegiales sobre temas de interés.

Alberto Pérez-Mediavilla en el Colegio Mayor Larraona

En este caso fue Juan Molins, estudiante de 1º de Medicina, quién invitó a su profesor al Colegio Mayor. El Dr. Pérez-Mediavilla imparte clases en los grados de Medicina, Bioquímica y doble grado de Química + Bioquímica en la Universidad de Navarra y es investigador en el Laboratorio de Neurofarmacología Celular y Molecular del CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada). Es decir, trabaja en dos de las tres áreas que conforman el campus biomédico de la Universidad de Navarra, que son: las Facultades, los centros de investigación (CIMA y CIFA) y la Clínica Universitaria. El encuentro constó de dos partes: primero el invitado explicó cómo se formó el campus biomédico y por qué nació el CIMA y, a continuación, habló sobre las investigaciones que está llevando a cabo su departamento en relación con las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Presentación del Dr. Pérez-Mediavilla

 

La importancia de la investigación traslacional

El Dr. Pérez-Mediavilla comenzó aclarando que en el ámbito de las enfermedades siempre se ha tratado de ser traslacional. Es decir, siempre se han intentado “trasladar” los descubrimientos realizados en la investigación a aplicaciones clínicas que tuvieran un beneficio en la salud del paciente. Aunque en la Medicina tradicional ya había investigaciones básicas, era una disciplina basada en el médico, que era el que curaba. A esta labor se incorporaron las enfermeras y también los nutricionistas. En cambio, ahora, en la Medicina moderna cobra más relevancia la investigación, y ciencias como la Biología, la Química o la Farmacia se han asentado como bases fundamentales para esta disciplina.

“Los fundadores de la Universidad tenían muy claro que no se podía hacer una buena Facultad si no estaba sustentada por una buena investigación”, explicó el ponente. Por eso, a la Facultad de Medicina, fundada en 1954, se le fueron sumando el resto de las facultades de Ciencias, la Clínica Universitaria (1962), el Centro de Investigación en Farmacología Aplicada (CIFA, 1987) y el CIMA (2004), con el objetivo de crear sinergias entre ellos, una tarea facilitada por la proximidad de su ubicación.

Estudiantes atentos a una presentación

 

Enfermedades neurodegenerativas: la investigación continúa

El profesor continuó explicando las enfermedades neurodegenerativas que estudia, y en concreto habló sobre el Alzheimer. “Cada 3 segundos aproximadamente, una persona en el mundo es diagnosticada demencia. Y un 70% de ellos será Alzheimer. 1, 2, 3… 1, 2, 3… Tenemos que hacer algo al respecto”, contaba.

Empezó por mostrar dos imágenes que comparaban el cerebro de una persona sin Alzheimer y el de una persona con. “No podemos curar si no entendemos el problema y lo tenemos que entender desde el punto de vista molecular. Tenemos que saber qué está degenerando en el cerebro para poder frenar o enlentecer el Alzheimer, detectando sobre qué punto de la cascada neurodegenerativa podemos actuar”, comentó. Explicó que la degeneración en el cerebro no es global, si no progresiva, los signos de atrofia empiezan en una zona concreta del cerebro: en la corteza entorrinal y en el hipocampo, ambas relacionadas con la memoria y la orientación. “Por eso los primeros síntomas son fallos de memoria repetitivos, fallos de orientación…”, detallaba.

Cerebro corte frontal Alzheimer

Expuso distintos estudios que ayudaron a avanzar en el conocimiento de la enfermedad, con descubrimientos como que los cambios estructurales, metabólicos y bioquímicos en el paciente pueden empezar incluso veinte años antes de aparecer los síntomas de demencia. “Cuando mis hijos eran pequeños y les preguntaban a qué se dedicaba su padre, ellos respondían: ‘A curar el Alzheimer en ratones’. ¡Y no les faltaba razón! Curar el Alzheimer en ratones es fácil, pero luego los estudios clínicos fallan muchas veces. Es muy importante seleccionar bien los pacientes en los ensayos. Ahora vemos que tenemos que estudiar a aquellos que están en fases casi preclínicas, que tienen riesgo de Alzheimer, para poder frenarlo”.

De momento no se conoce la causa exacta de la enfermedad, pero se sabe que hay distintos factores de riesgo. Uno es claramente la edad, aunque no es el único y no es determinante. También hay factores genéticos y de estilo de vida, como el estrés, la nutrición, la actividad física, el consumo de tabaco o la actividad intelectual. En este sentido, aunque una persona pueda tener predisposición a desarrollar la enfermedad, explicó que es muy fundamental llevar una vida saludable para, al menos, no agravar más o precipitar la aparición de esta. ¿Las claves? Una dieta rica en pescado, frutas y verduras; la actividad intelectual y la actividad física. “¡Es muy importante el ejercicio físico! Y no es solo andar: hay que hacer ejercicios que conlleven un gasto importante, como ejercicios de fuerza, CORE y todo esto”, insistió el profesor.

Por último, reveló que ahora están centrados en estudiar la relación que tiene la insulina con el Alzheimer, a raíz de un estudio que mostró que los pacientes con diabetes tipo II tienen mayor propensión a desarrollar la enfermedad.

Estudiantes y profesor mirando una presentación

Aunque el Dr. Pérez-Mediavilla les instó a interrumpir la charla si tenían cualquier duda, los estudiantes reservaron las preguntas para el final. Fue un encuentro muy interesante para ambas partes. “Hoy es un día feliz para mí. Excepto en clase, es una de las pocas veces que hablo a una audiencia juvenil sobre el Alzheimer”, comentó el invitado.

Estetoscopio

De futuro médico a futuro médico

El miércoles 23 de septiembre tuvo lugar la tradicional reunión de nuestros estudiantes de Medicina de la Universidad de Navarra, un momento de encuentro y de ayuda entre veteranos y colegiales de primero.

Estudiantes de Medicina reunidos en el Salón de Actos

Pablo Nieto, de 3º de Medicina, comenta que es una ayuda para que los colegiales de primero se sitúen en el comienzo de curso. “Además, este tipo de reuniones sirven para poner cara a los veteranos”, cuenta. Viene de Santander y asegura que para él fue un cambio grande la forma de estudiar en la Universidad, así que entre todos los veteranos recomendaron distintas técnicas de estudio, como por ejemplo, Pomodoro.

Este método ayuda a programarse el tiempo de estudio siguiendo la fisiología de nuestro cerebro, que es capaz de aguantar veinte minutos concentrado al cien por cien de su capacidad en un trabajo en concreto. “Consiste en pasar veinticinco minutos estudiando y descansar solo cinco minutos para que el cerebro descanse y se vuelva a oxigenar. Así cuatro veces seguidas, siguiendo este esquema llamado pomodoro. Después de los cuatro pomodoros se descansa durante veinte minutos”, explica Pablo. Él utiliza esta técnica para rendir mejor en los estudios, pero anima a que cada colegial pruebe y encuentre la que se adapte mejor a él. “También se puede estudiar con flash cards, que son tarjetas con imágenes en las que, por ejemplo, en un lado aparece un músculo y en el reverso las funciones que realiza”.

Pablo Nieto con la bata de médico frente a la Clínica Universitaria de Navarra

Este año, en el curso de 1º las materias se están impartiendo y se han estructurado de manera distinta, en un cambio realizado en colaboración con el profesorado de Harvard Medical School y según los estándares internacionales de la World Federation for Medical Education. Por ejemplo, para dividir la carga de estudios, se ha organizado el curso en bimestres, en los que los estudiantes se enfocan en dos o tres asignaturas de las que se examinan a continuación, en vez de tener solo dos periodos de exámenes al año (diciembre y junio) que concentran todas las asignaturas. Debido a este cambio, los veteranos no se centraron tanto en las asignaturas en concreto, sino en cómo coger apuntes y cómo suele ser la forma de explicar y evaluar de cada profesor.

“Nos vino bastante bien”, asegura Javier Segovia, uno de los colegiales nuevos. Viene desde Zamora y para él son muchos cambios, “es todo nuevo y al principio se hace difícil: los profesores dan clases de manera muy distinta, van muy rápido…”. Además, él realiza Medicina Internacional, por lo que se añade la complicación de estudiar en inglés. Hay veteranos que también han elegido esta misma opción de carrera, así como  algunos estudiantes de la Universidad Pública de Navarra. “Cuando nos encontramos los estudiantes de ambas universidades comentamos lo que están dando. Ahora han empezado con Historia de la Medicina. Lo sé porque coincidimos y porque algunos son amigos”, explica Javier.

Javier Segovia sentado en las escaleras de entrada del Colegio Mayor Larraona

En los veteranos, él encuentra la figura de la experiencia, que lo animan a seguir: “Si ellos han sacado la carrera, nosotros también. Se nota que tienen la voluntad de que nos vaya bien. Nos han insistido en que aprovechemos su ayuda y les exprimamos al máximo. Si estuviera en un piso, esto no me pasaría”, constata.

Javier se encuentra con sus veteranos en los pasillos, en la biblioteca, en el comedor… “Se nota el efecto covid, pero aún así los colegiales sacamos ratos para estar juntos. Comemos juntos, vemos la tele o alguna película, hablamos en los pasillos, etc. Eso está bien. Me he sentido muy acompañado. Los veteranos nos preguntan qué tal vamos y además de responder mis preguntas, me pasan apuntes. Siempre que he tenido dudas han estado ahí, y además de muy buena gana”, reconoce. Los veteranos hace poco estaban en su lugar, así que se sienten más vinculados, cree él. Asiste al grupo de vida cristiana, en la que la mayoría son mayores. “En ningún momento me he sentido que los mayores van a su bola o me miran mal. A veces ceno o como con ellos, y aunque hay una jerarquía de respeto y educación, me siento súper incluido. Son amigos”, confiesa.

Pablo, por su parte, asegura que tiene muy buenos recuerdos de cuando era colegial de primer año. “Sigo manteniendo el contacto con quienes fueron mis veteranos y ya no están en el Colegio Mayor. Antes de empezar el curso, cada vez que tengo que elegir una asignatura optativa les consulto. En Larraona la relación es muy buena. Sabes que a la mínima ocasión te van a pasar apuntes, te van a ayudar… Es ayudar al pequeño de la familia. Lo que a mí me hicieron mis veteranos lo hago yo ahora con los colegiales de primero”.

Él decidió estudiar Medicina por tres motivos, el principal: poder ayudar a las personas. “Y qué mejor forma de ayudarlas que cuando están mal, que es cuando van a consulta”, comenta. También porque es muy “de ciencias” y le gusta la biología, la física, la química… De entre estas disciplinas, la que más conlleva un trato con la gente es la de Medicina. Y por último, por las salidas profesionales y la seguridad económica que ofrece.

Javier, coincide en que ser médico “es poder influir de manera positiva en la vida de otras personas. Se centra en lo que tú eres capaz de aportar a la sociedad, y eso haces que recibas más que nada”. Además, le atraía la variedad de salidas profesionales: “Siendo médico puedes trabajar desde en un centro de salud en una zona rural con pocas consultas al día hasta en un hospital en una gran ciudad como especialista o como director, o incluso colaborando en un periódico”, subraya. Y no solo en España, sino en otras partes del mundo, al estudiar Medicina Internacional.

Fachada del Colegio Mayor Larraona

En el extranjero, en España, doctorados, médicos de todas las especialidades… Desde hace 50 años en Larraona hemos tenido la oportunidad de ver crecer y formarse a multitud de generaciones de médicos, por eso ya en 2016 afirmábamos en nuestra revista CALLE 45 ser “la casa de los mil médicos”. Entre nuestras paredes han convivido más de un millar de estudiantes de Medicina caracterizados por su vocación de ayuda, tanto hacia sus pacientes como hacia sus compañeros, reflejo del espíritu de nuestro Colegio Mayor.