grupo de amigos colegiales en una portería vestidos para jugar a fútbol

“Esto sí que son amigos para toda la vida”

Una de las experiencias más bonitas que viven nuestros colegiales en su etapa universitaria es la de la amistad. Pablo Chivite, Roberto Paraja e Íñigo Álvarez solo llevan con nosotros medio año, pero ya han formado un buen grupo de amigos, junto a una decena de colegiales que describen como muy diferentes y especiales para ellos.

 

un grupo de amigos universitarios del Colegio Mayor Larraona

 

Llegados desde Austria, Madrid o China

Íñigo (ADE + Finance) es mexicano, pero ha estado viviendo los dos últimos años en Shanghái, China, con su familia. Aunque su adaptación fue fácil por la similitud del idioma y la cultura hispana, lo ayudó estar en un colegio mayor. “Para conocer a gente está muy bien. A pesar de estar lejos de la familia, convives con los amigos, la mayor parte del día la haces con ellos”.

Aquí encontró a Roberto (ADE + Innovation and Entrepreneurship) que también comparte su situación. Es madrileño, pero lleva 12 años viviendo en Austria, donde se encuentran sus padres y hermanos. “Mis padres estudiaron aquí. Elegí el colegio mayor por la libertad que nos daban, y por ahora estoy encantado, estoy muy bien con mi grupo de amigos”.

Dentro del grupo está Pablo (ADE + Data Analytics), que también viene de Madrid. “Al principio me costó un poco, pasaba bastante tiempo en mi habitación, pero luego no tardé mucho en hacerme, empecé a hacer más vida en Larraona como la que hacía en Madrid, y me hice amigos en clase y aquí”.

“La mayoría del grupo estudiamos ADE”, aclara Roberto, “pero también hay amigos de otras carreras (ISSA, Farmacia…). Nos conocimos todos en Larraona, lo de la carrera fue una casualidad”.

 

Del colegio a la universidad

El paso del colegio a la universidad no siempre es fácil, hay que adaptarse a un nuevo ritmo de estudio y a la manera de trabajar de la facultad.

“Los estudios me han costado un poco, es un salto”, reconoce Pablo. “Te tienes que poner las pilas. Se me hizo un poco complicado asimilar eso, pero es coger el hábito”.

“A mí lo que más me ha costado ha sido la asignatura de matemáticas”, cuenta Roberto. “No dejan usar calculadora, que es algo a lo que estaba acostumbrado. Tendré que adaptarme a la manera de hacer de la universidad”.

“La exigencia de momento está más o menos a la par de lo que hacía allá en Preparatoria (Bachiller), pero el sistema es diferente y hay que adaptarse”, dice Íñigo. “Antes de Shanghái estuve en Alemania. Haber vivido en distintos lugares hace que cambiar sea más fácil. Aprendes nuevas formas de estudiar y de socializar”.

Roberto coincide con él: “Conocer otra cultura, un ambiente distinto, hace que tengas la mente mucho más abierta. Eso es muy bueno para la capacidad de adaptación, y también haber aprendido otro idioma. Saber alemán me va a servir mucho”.

 

dos estudiantes se conocen y charlan

 

Ambiente universitario

Cuando llegan aquí, los estudiantes se adaptan al entorno universitario y, también, a la ciudad.

“Es importante salir de casa. Estudiar fuera hace que la experiencia universitaria sea muy completa”, explica Pablo.  “Pamplona me gusta porque es una ciudad pequeña”.

“No es ni grande ni chica, como ciudad universitaria está genial”, opina Íñigo. “Cuando sales, el ambiente está muy bien”.

“No es una gran ciudad, quizá después de los estudios me gustaría estar en algún sitio como Viena o en Madrid, pero durante la carrera pienso que es una de las mejores ciudades para vivir, te lo pasas genial”, asegura Roberto. “Al salir conoces a la mayoría de gente, porque somos todos jóvenes y hay muy buen ambiente universitario. También viene bien cuando toca centrarse en los estudios. En Madrid siempre hay algo que hacer, alguien dispuesto a salir. Aquí, cuando llegan los exámenes todo el mundo se encierra, y eso te obliga a ponerte a estudiar; es bastante bueno”.

 

Amigos deportistas

Además de su pasión por el mundo de la empresa, los tres comparten su afición por los deportes. Todos los amigos están participando en el equipo de fútbol del Trofeo Rector de la Universidad de Navarra.

“Me gusta mucho el fútbol, hubo una temporada en la que jugaba todos los días”, explica Íñigo.

“Yo me apunté el semestre pasado al equipo de baloncesto de la Universidad de Navarra”, dice Roberto. “También suelo jugar en las canchas de pádel de la universidad, y a partir de ahora, en las que van a poner aquí. Lo agradezco mucho, así no tendremos que caminar hasta la universidad”.

Pablo cuenta que cambió el pádel por el boxeo, que practica en el Polideportivo Larraona, pero tiene le gustaría retomarlo cuando estén construidas las nuevas pistas de pádel: “Me parece una buena oportunidad, son muy convenientes”.

 

grupo de estudiantes va a realizar deporte en el exterior del Colegio Mayor Larraona

 

Como en una familia

Cuando llegó al colegio mayor, los primeros días, Pablo nos contó que sus expectativas para estos años eran “por supuesto, aprender mucho”, pero también: “hacer amigos y disfrutar de la experiencia y de la compañía”.

En lo que llevan de curso, los estudiantes ya han empezado a vivir todo esto.

“Al hablar con Juan, el director del colegio mayor, en la entrevista, vi que era una persona muy abierta y muy empática, y eso reflejó lo que es el colegio mayor. Los primeros días los colegiales fueron muy abiertos, ha habido una buena conexión”, señala Íñigo. “Cuando estás en la escuela y terminan las clases, te vas a casa con la familia. Aquí, para bien o para mal –y ha sido para bien– en clase estás con tus amigos y fuera también, y así se arma muchísima confianza”.

“No te vas solo al piso a comer, vas y vuelves a clase con todos los de Larraona”, añade Roberto. “En el colegio es diferente, tus amigos son los de tu clase, pero aquí puedes elegir. Y aunque somos todos muy distintos, somos también muy parecidos en nuestros valores. Por eso somos tan buenos amigos. No me podría haber imaginado un grupo mejor, somos muchos y es muy divertido. Cada uno es muy especial, no hay nadie que si faltara nos daría igual, cada uno es importante. Agradezco haber venido aquí y haber conocido a esta gente. Esto sí que son amigos para toda la vida”.

“Tengo un grupazo de amigos, es gente muy simpática y son todos muy únicos, con vidas muy interesantes. Vienen de todos los lados (España, México, Portugal…) y son todos súper majos”, conviene Pablo.

“Cada uno somos totalmente distintos, pero cuando nos juntamos todos en las comidas o las cenas es como si estuviéramos en una comida o cena familiar. Eso lo agradezco mucho”, concluye Íñigo.

 

grupo de amigos comiendo en el Colegio Mayor Larraona

 

 

Bienvenida estudiantes universidad

Welcome! Llegan los estudiantes internacionales

Por motivos de seguridad, este año la llegada de los colegiales fue escalonada. En grupos pequeños, pudimos conocer y conversar con nuestros estudiantes. Los primeros en llegar fueron los universitarios de primer año y los que habían hecho un largo viaje hasta Pamplona: nuestros estudiantes internacionales.

Alrededor del veinte por ciento de nuestros colegiales son extranjeros y el resto viene de todas partes de España. Es una diversidad cultural totalmente enriquecedora. Hablamos con cuatro de ellos que vienen de distintos países de América. Anécdotas del viaje, ilusiones, vocación, planes…

 

Tres veces panameño e internacional

Estudiante internacional de Panamá

El primer colegial en cruzar las puertas de entrada fue Matthias Hilaire. Con muchas ganas, aunque también algo nervioso, ha venido para esforzarse al máximo y demostrar todo lo que puede lograr en el grado que ha escogido: ADE Bilingüe con Emprendimiento e Innovación. Matthias es el menor de cuatro hermanos panameños (de la ciudad, provincia y país que llevan el mismo nombre: Panamá), pero muy internacionales. El primero de ellos estudió en Philadelphia, la segunda, Periodismo en la Universidad de Navarra y la tercera, Moda en Milán. Su madre estudió un máster en Navarra y guarda muy buen recuerdo de esta tierra; tanto, que le habría encantado poder acompañar a su hijo en la llegada a Pamplona, si no fuera por la situación sanitaria que reclama prudencia a la hora de viajar.

En su largo camino hasta aquí han sucedido muchas anécdotas, “¡Casi no vengo!”, comenta. Cuando ya estaba haciendo el checking online se dio cuenta de que no aparecía su billete. Días atrás había solicitado un cambio de fecha para sus dos vuelos, Panamá-Madrid y Madrid-Pamplona, pero sólo se había hecho efectivo en el primero. “Tuve que esperar media hora, pero al fin me comunicaron que me hacían el cambio”.

Estos días se va a dedicar a deshacer la maleta, arreglar el cuarto, comprar las cosas que necesita, visitar Pamplona… Y también, hacer amigos. Encontró una cuenta en Instagram: @unavclass2024, en la que los estudiantes de primer grado están colgando fotos para darse a conocer. ¡Matthias no dudó en publicar su foto también!

 

Vocación de ayuda y compromiso

Estudiante internacional de Canadá

Quien también llega con muchas ganas de hacer amigos es el estudiante Alex Vacaroaia. Viene desde el otro lado del charco, de Mississauga, una ciudad cerca de Toronto, Canadá. Ha venido a estudiar el grado de Medicina Internacional en la Universidad de Navarra y es la primera vez que viene a Pamplona.  Antes de llegar, se unió a un grupo de Facebook que pone en contacto a estudiantes internacionales de la Universidad. Como vio que no era la plataforma más adecuada para conversar (el grupo cuenta con medio millar de miembros), decidió crear su propio grupo en WhatsApp para empezar a conocer a otros alumnos de primer año, sean de la facultad que sean.

Sobre su vocación de médico, afirma: “Quiero ayudar a la gente”. Fruto de algunas experiencias en el sistema sanitario de Canadá, descubrió que “muchos doctores se olvidan de que los pacientes son personas, los ven sólo por su enfermedad”. De momento no sabe si se quedará en España cuando termine sus estudios, pero tiene claro que los aprovechará al máximo, también para perfeccionar el idioma.

Cuando tenía diez años estuvo viviendo en Costa Rica durante un año entero. Ahí aprendió español, y ahora, con la ayuda de algunas clases y a través de música y películas, está mejorando. Aunque con acento, habla perfectamente y sabe que conversando con más personas avanzará rápido, sobre todo viviendo en un Colegio Mayor. Tiene menos experiencia en la parte académica de nuestro idioma, pero de momento no tiene por qué preocuparse, ya que sus clases serán en inglés. ¿Sus planes para estos días? Conocer la ciudad, comprar lo que necesita…

 

A la aventura

Estudiante internacional de Costa Rica

El estudiante Sebastián Wallace es más de dejarse llevar, aún no tiene ningún plan organizado para estos días. Tiene en común con Alex que él también ha vivido y es de Costa Rica; de Tamarindo, concretamente. Está encantado con el frío con que Pamplona los ha recibido: “Me gusta porque allá estamos acostumbrados al calor”.

Sebastián ha venido sin conocer a nadie de su carrera o de su país, aunque sabe que pronto hará muchas amistades. Como muchos de los colegiales primerizos, siente una mezcla de nervios y ganas ante el nuevo curso que empieza. En su caso, a tan solo unos pasos del Colegio Mayor, en la Facultad de Ciencias, estudiará el grado de Bioquímica.

 

Preparado para vivir la experiencia

Estudiante internacional de Ecuador

Tomas Muñoz es también un futuro bioquímico. De Guayaquil, Ecuador, fue el primero en deshacer las maletas y bajar al hall de entrada. ¡Está entusiasmado con el comienzo de curso! Esta primera semana tiene pensado hacer algún recado, como empadronarse en la ciudad. Tiene ya tres amigos ecuatorianos que estudian los grados de Arquitectura y Diseño, pero ninguno en su facultad. Está emocionado por conocer a más personas y “vivir la experiencia de ser universitario”.

Es consciente de que este año será diferente por la situación sanitaria provocada por el coronavirus, pero tratará de aprovechar al máximo cada momento y cada oportunidad. Tiene ganas de empezar sus estudios, ¡lleva de vacaciones desde febrero! Han sido unos meses que se le han hecho largos por el confinamiento. En el mes de febrero pudo ir a la playa, pero en marzo, como en España, comenzó la cuarentena. Ahora se trata de ser prudente y cumplir con las normas. Como el resto de sus compañeros, lleva mascarilla, pero sonríe con la mirada.