expertos sobre juventud

Resumen de las Jornadas Pospandemia y Juventud

Está claro que la pandemia ha tenido un efecto en los jóvenes, y que la juventud actual presenta unos desafíos (y unas oportunidades) diferentes a las de otras generaciones. Para esclarecer cuáles son estos retos y plantear propuestas que ayuden a nuestros jóvenes a avanzar hacia un futuro mejor, del 6 al 9 de noviembre se celebraron en nuestro Colegio Mayor las jornadas “Pospandemia y juventud”, impulsadas por el profesor Eduardo Ortiz, en colaboración con el alumnado del Taller de Sociedad y Política y la Asociación de Familias del Colegio Claret Larraona.

Las jornadas, planteadas desde una perspectiva multidisciplinar, contaron con la participación de jóvenes y adultos expertos en diferentes materias. En esta noticia recogemos algunas pinceladas de lo vivido en las jornadas.

 

directora del Hospital Universitario de Navarra

 

“Ir al psicólogo está más normalizado que antes”

“Todo el mundo quiere aparentar, parecer que es una persona ideal”, “Ir al psicólogo está más normalizado que antes”, “Mucha gente lo está pasando mal”… Son comentarios de algunos de nuestros colegiales que fueron entrevistados en el marco de las jornadas y que reflejan la preocupación por la salud mental en los jóvenes.

 

 

Este tema prioritario fue el que abrió las jornadas, inauguradas el lunes 6 por Cristina Ibarrola, alcaldesa de Pamplona.

Estrella Petrina, directora gerente del Hospital Universitario de Navarra, moderó la primera mesa redonda, en la que participaron Marta Beranuy, doctora en Psicología por la UPNA y experta en adicciones, Josean Echauri, doctor en Psicología y director del Instituto de psicología jurídica y forense (PSIMAE). Alfonso Echavarri, psicólogo y director técnico del teléfono de la esperanza en Navarra y Rebeca Hidalgo, psiquiatra del centro Infantojuvenil.

Hablaron sobre la excesiva competitividad, los trastornos de conducta alimentaria, el ritmo de vida y la inmediatez, la autoexigencia y las redes sociales… “Lo que se dice en las redes afecta a las personas de verdad”, afirmaba Alejandro Boned, uno de los dos colegiales decanos del curso. “Alfonso Echavarri remarcó algo que comparto: no hacer patologías de problemas cotidianos de la vida”, comenta.

El experto alertó sobre el incremento en la prescripción de ansiolíticos hipnóticos y sedantes, explicando que a veces se hacen temas clínicos de temas humanos. También defendió que la mayoría de la juventud hace buenas cosas, pero que “la parte positiva no mete tanto ruido como la negativa”.

 

mesa redonda en el salón de actos del colegio mayor

 

Abuso de pantallas, pornografía y consumo de drogas

El martes 7 la periodista de RNE Marta Alzugaray moderó una mesa redonda sobre la violencia entre los jóvenes con la participación de Eduardo Sainz de Murieta, jefe del área de Investigación Criminal de la Policía Foral, Mercedes Pérez de Prado, miembro del equipo técnico de la Fiscalía de menores, David Soberana, educador social y psicoterapeuta familiar y Francisco Cidriain, miembro de la Brigada de la Policía Judicial y del grupo de Investigación de la Policía Municipal de Pamplona.

Los expertos señalaron que Navarra es un entorno “muy seguro” con una buena convivencia entre los jóvenes, aunque los delitos en el entorno virtual aumentan: cada semana les llegan denuncias por control, grabaciones, acoso y otros temas relacionados. Para atajar este problema reflexionaron sobre las causas y los fenómenos que derivan en estas conductas, como la exposición a las redes sociales y la validación exterior, el individualismo y el aislamiento, el consumo de pornografía o el consumo de drogas.

“Claramente, los adultos estamos llegando tarde en dos temas: las pantallas y la pornografía, y ambos están relacionados”, concluía el profesor Ortiz. “Los jóvenes acceden a las pantallas con absoluta libertad. Nos apuntaban los expertos que hay que saber gobernarlas, manejarlas. Los chavales no tienen la capacidad para gestionar todos esos estímulos y, sin querer, les estamos abandonando a ello”.

 

adultos y jóvenes en un debate

 

Jóvenes que ya están cambiando el mundo

El miércoles 8 fue el turno de las familias y de los propios jóvenes. En la mesa moderada por Begoña Pérez Eransus, Vicerrectora de Proyección Universitaria y profesora de Trabajo Social de la UPNA, intervinieron Alejandro Boned, colegial decano, Leyre Molinero y Xabier Fernández, alumnos del Taller de Sociedad y Política del Colegio Larraona y los padres Javier Errea, director comunicativo de Errea y Patricia Elía, directora de Recursos Humanos de CINFA. Por último, varios alumnos del colegio Salesianos y de Claret Larraona presentaron experiencias del impacto de proyectos que están realizando.

A Boned le llamó la atención la diferencia entre la visión de los adultos y la de los jóvenes: “Creo que los jóvenes somos pesimistas con la situación actual, pero optimistas para cambiar las cosas. A veces se tiene el cliché de que tenemos menos respeto, de que estamos menos formados o de que no queremos actuar, pero yo creo que no es así. Tenemos ganas de hacer cosas”.

 

asistentes a las jornadas sobre juventud

 

Crear espacios de escucha

El jueves 9 las jornadas terminaron con la mesa redonda moderada por Iñigo Tobes, jefe de informativos del RNE en Navarra, en la que participaron Javier San Miguel, psicólogo y director técnico de la Fundación Xilema, Elena Aisa, directora de la Asociación Besarkada, Alfonso Arana, presidente de Proyecto Hombre Navarra y Juan Yeregui, periodista de RNE. Clausuró el acto Begoña Alfaro, vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias de Navarra.

Los participantes coincidieron en la necesidad de llevar a cabo una escucha activa hacia los jóvenes y de generar espacios de reflexión con ellos, para trasmitirles confianza y esperanza. “Los jóvenes necesitan sentirse mirados para que se sientan valiosos”, subrayaba San Miguel.

Sin duda, este ciclo ha sido una buena oportunidad para comprender la realidad que están viviendo nuestros jóvenes y para plantear qué acompañamiento necesitan por parte de las familias, educadores, instituciones y de la sociedad.

Desde el Colegio Mayor Larraona agradecemos a todos los organizadores, asistentes y participantes de las Jornadas su contribución a esta iniciativa tan interesante de nuestros compañeros del Colegio Claret Larraona.

“Me parece muy bien que el Colegio Mayor haya sido el sitio para tratar estos debates que de normal no se plantean. Creo que ha sido provechoso”, concluye el decano de los colegiales.

 

colegial decano

estantería de libros

Felices y exquisitas lecturas

El 23 de abril fue la festividad internacional de la lectura. Más allá de la tradición de regalar libros, creemos que esta ocasión puede servirnos para reflexionar sobre el hábito de leer y hablar con dos amantes de los libros de nuestro colegio, nuestro subdirector, Manuel Següés, y nuestro vicedecano, Borja Rodríguez.  

Algunos datos: ¿los jóvenes leen o no?  

Desde el centro queremos fomentar la lectura como una apertura interior de fronteras y un hábito de gran salud y satisfacción. Somos conscientes de que los hábitos en este sentido han cambiado, pero ¿es cierto que leen menos los jóvenes? Según el estudio de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España | 2021, elaborado la Federación de Gremios de Editores de España, los jóvenes de 14 a 24 años son los que más leen en su tiempo libre (entre un 70% y un 80% de la población lectora, que es el 95,4% de la población española). El 67% de este total de lectores lee libros (un 21% por estudios o trabajo), y es casi el mismo porcentaje de lectores de blogs, redes sociales, webs y prensa digital. ¿Esto qué quiere decir? Que los jóvenes leen habitualmente, aunque en otros formatos. Pero sí, leen menos novelas y ensayos, al igual que el conjunto de la población española: la media de libros leídos al año es de 10.    

estudiante con libros en el colegio mayor

Fomentar la lectura en nuestro colegio 

Ahora bien, ¿cómo se reflejan esta realidad entre nuestros colegiales? ¿Podemos fomentar que se habitúen a leer más libros? Esto mismo se preguntó nuestro subdirector, Manuel Sagüés, que ha vivido el cambio digital en la vida de los colegiales en los últimos años: “Antes del 2000 las fichas parar prestar libros de nuestra biblioteca era abismal. Claro, era el principal ocio, además de la vida social y el deporte. Y el caso es que tenemos una biblioteca muy grande, con casi 10.000 libros disponibles para ellos”. Manuel tuvo una idea: colocar una exposición de recomendaciones en el pasillo principal del colegio para llamar su atención. Desde este año, se están adquiriendo novedades y se fomenta el préstamo y el intercambio de libros. “Además, los colegiales pueden pedirnos los libros que quieran, y si no están en la biblioteca, se compran”. Lo que está claro es que los tiempos cambian y seguramente no se recuperen las cifras de hace veinte años, ya que además va creciendo el consumo de libro digital y de audiolibros. Sin embargo, iniciativas como estas son una ocasión “para despertar el interés entre los chicos” y, “aunque todavía es tímido el movimiento que hemos generado, esperamos que vaya creciendo, porque es algo nuevo de este año”.  

Manuel Sagüés, subdirector del CM Larraona
Nuestro subdirector, Manuel Sagüés, tuvo una idea para aumentar los lectores en el colegio


La experiencia de uno de nuestros colegiales
 

Borja Rodríguez, estudiante de 3º de ADE y vicedecano del colegio, celebra la iniciativa del colegio de querer fomentar la lectura. “Leer te trae cultura y llena tu tiempo, siempre aprendes”. Nos comenta que, al disponer de libros junto a los ascensores, “es un incentivo para los casi 200 colegiales que diariamente pasamos por ahí”. Aprovechamos para preguntarle por sus hábitos y su experiencia como lector: “Yo soy un apasionado de la actualidad. Leo mucho la prensa y páginas especializadas, y los libros que suelo leer son también de ese estilo”. Recientemente ha leído “La gran manipulación: cómo el coronavirus convirtió a España en el paraíso del coronavirus”, de Jano García, y nos lo recomienda: “explica muy bien la manipulación a la que hemos sido sometidos mediante el alarmismo de los medios de comunicación y el movimiento político de las redes sociales. Muy interesante para comprender cómo hemos vivido estos años”. En otro orden de género, nos habla también de un delicioso libro que le recomendó una amiga: “Vive de forma que te duela marcharte”, de Pablo Arribas. “Realmente me aportó una manera diferente de ver las cosas. Se podría decir que es un libro de autoayuda y eso puede generar rechazo, pero a mí me encantó. El autor habla desde su experiencia de vida y plantea que vivimos en una sociedad que evita el dolor y la incomodidad, y que eso no es opuesto al amor y la alegría”. 

Borja Rodríguez, vicedecano del CM Larraona
Nuestro vicedecano, Borja Rodríguez, comparte con nosotros sus gustos por la lectura


Con estas dos recomendaciones bajo el brazo, y con la ilusión de que muchos más de nuestros colegiales se animen a experimentar el placer de la lectura, en el colegio seguiremos fomentando que circulen los libros por los pasillos. Teniendo presentes, sin embargo, las palabras del filósofo
Alfonso López Quintás -autor de “La formación por el arte y la literatura” y de “El arte de leer creativamente”-: “Cervantes decía que el ver mucho y el leer mucho aviva los ingenios de los hombres. Ese ingenio avivado da lugar a una mirada profunda, y ésta depende más de la calidad de la lectura que de la cantidad”.  

 

Dibujo con el rostro de una mujer, dos relojes y un reloj de arena

Filosofía, mucho más que una asignatura

Mathías Romero (Lima), Iván Navarro (Tudela) y Pablo Infante (Palencia) saben que la Filosofía es mucho más que una asignatura que cursaron en el colegio o que forma parte del grado que estudian ahora (Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Navarra). Es una disciplina que está poco considerada en nuestra sociedad y que, sin embargo, sigue siendo fundamental. Por eso estos tres colegiales, junto a la UNESCO y otros organismos y asociaciones de todo el mundo, nos invitan a reflexionar, con motivo del Día Mundial de la Filosofía.

Tres estudiantes con mascarillas sentados en una mesa redonda

Buscando preguntas y respuestas

Desde 2005 celebramos este día el tercer jueves de noviembre. Uno de sus objetivos es sensibilizar a la opinión pública sobre su importancia.

“La filosofía me encanta. Para mí es saber sobre la vida y no creo que haya nada más grande. Creo que es algo muy necesario y que se está perdiendo en esta época. Tendemos a valorar aquello que da una retribución económica y que es más técnico, como la ingeniería”, comenta Pablo. Iván coincide con él: “Está infravalorada. Hoy en día se piensa en ciencias exactas más que en la filosofía”.

Estudiante con mascarilla sentado
Iván Navarro

 

Además, con la celebración de este día se busca promover la investigación y los estudios filosóficos sobre los grandes problemas contemporáneos para responder a los desafíos que plantean.

“Algunos de los retos a los que nos vamos a enfrentar son la modificación genética, la eugenesia, la Inteligencia Artificial (IA)… La tecnología continúa desarrollándose y tenemos que ser capaces de estar a la altura de manera ética”, comenta Pablo.

Estudiante con mascarilla sentado
Pablo Infante

 

“La filosofía trata de responder a preguntas ambiguas o complejas que solo desde la ciencia o la religión no se pueden responder; como, por ejemplo, si el ser humano es bueno o malo por naturaleza”, explica Mathías. “Creo que esta última pregunta la podríamos ver resuelta en los próximos tiempos, en relación con la IA y lo que hagamos con ella”.

 

Philosophy, Politics and Economics

Los tres colegiales estudian un nuevo grado que implantó la Universidad de Navarra en el curso 2018-2019, pero que ya se impartía en otros países como Inglaterra.

Pablo, de 1º curso, explica que es una carrera “bastante generalista”: “Buscar dar una visión integral de la Filosofía, la Política y la Economía y crear líderes con conciencia social y ética”. De momento, la idea de Pablo es poder trabajar en Bruselas, en alguno de los organismos de la Unión Europea.

A Iván, también de 1º, le interesa principalmente la política, y buscaba un grado más completo: “Me interesa el mundo de la política. Evalué estudiar solo ese grado, pero se me quedaba corto en contenidos, así que opté por este que incluye Filosofía y Economía, que también influyen en la política.”

De momento están estudiando una asignatura que sirve de introducción a la Filosofía y al pensamiento crítico y en el segundo semestre aprenderán sobre lógica, filosofía de la economía y los grandes autores de la Historia de la Filosofía.

“Recuerdo mucho cuando estudié a los grandes autores”, reconoce Matías, de 2º curso. “Últimamente me ha gustado mucho Platón. Me parece que su teoría sobre la realidad y el mundo de las ideas expresa muy bien ciertas cosas que suceden hoy en día. Por ejemplo, cómo por una parte están nuestras intenciones o ideas, y por otra, que puede ser muy distinta, la realidad que se ejecuta”.

Estudiante con mascarilla sentado
Mathías Romero

 

El estudiante reflexiona sobre estas y otras cuestiones de actualidad: “La pandemia es una oportunidad para que el político actual empiece a ver el mundo de manera más filosófica. Desde un punto de vista puramente pragmático no se puede llegar a un entendimiento completo de la situación”, concluye Matías.

A lo largo de los cuatro años de carrera, los colegiales profundizarán en el estudio de la política, la economía, y –por supuesto– la filosofía, para comprender e intervenir en la realidad actual. Para dar respuesta a los retos a los que nuestra sociedad se enfrenta y plantear las preguntas apropiadas que la hagan prosperar.

 

Entrevista Juan Manuel Fernández

Think&Talk con Juan Manuel Fernández

La situación provocada por la pandemia ha hecho que terminemos el curso de una manera muy diferente a otros años, no solo por la vuelta de la mayoría de los colegiales a sus casas ante la imprevisibilidad de la situación que estábamos viviendo, sino también por toda la actividad cultural del Colegio que ha sido suspendida.

Aunque esta vez el formato no sea Think&Beer –más bien Think&Talk over the phone, como las circunstancias lo han requerido– a finales de mayo quisimos hablar con nuestro antiguo colegial Juan Manuel Fernández, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Navarra y vocal del Consejo General del Poder Judicial. Inquietudes, sentimiento de pertenencia, amistades, ejemplaridad… Reflexiones en torno a la situación actual, la época universitaria y la vida en un Colegio Mayor a punto de cumplir los cincuenta años.

Juan Manuel Fernández Colegio Mayor LarraonaJuan Manuel Fernández en el Acto Académico de Imposición de Becas y Placas de Fin de Carrera de 2017, en el salón del actos del Colegio Mayor Larraona.

Juan Manuel, un consejo para nuestros colegiales: ¿cuál crees que es la clave de una carrera universitaria bien aprovechada?

Obviamente lo fundamental es la adquisición de los conocimientos científicos de la disciplina, pero la vida universitaria no se agota ahí. Creo que es fundamental saber coordinar y complementar la formación académica con formación o actividades extraacadémicas. También, ser curioso, inquieto intelectualmente, buscar siempre el porqué de las cosas. Esa inquietud se produce fundamentalmente en esos años de formación. Así viví yo aquellos años de universidad. Llegué al Colegio Mayor Larraona hace cuarenta y cinco años. Las circunstancias eran distintas, igual que lo era la sociedad del año 1975, no había Internet ni redes sociales. Esto hacía que esa comunicación, el contraste con otras formas de entender la vida, la descubrieras más intensamente en la universidad. No obstante, las circunstancias cambian, pero la esencia se sigue manteniendo. La inquietud por el saber puede ser similar en un universitario de hoy y en uno de hace cincuenta años.

Centrándonos en la situación actual provocada por la pandemia, ¿cuál crees que debe ser la actitud de un universitario?

Hay que saber adaptarse a las circunstancias que nos vienen encima. Esto exige un esfuerzo a todos, universitarios y docentes. No sabemos el tiempo que nos va a tocar vivir esto. Es fundamental mantener esa inquietud, considerarlo como un tiempo que invita a la reflexión. Por supuesto, no es bueno vivir cosas malas, como una epidemia o una enfermedad. Pero cuando toca vivirlo se pueden aprovechar aquellas experiencias para que arrojen algo positivo, y que no sea en vano todo ese sufrimiento. Creo que es lo principal que podemos hacer tanto los docentes como los alumnos: que no sea un tiempo perdido.

Y desde tu experiencia personal, ¿qué cosas podemos sacar en positivo?

Estábamos muy acostumbrados a vivir en una sociedad en la que teníamos cierta sensación de ser invulnerables, de pensar que teníamos garantizados ciertos aspectos, como el derecho a no ponernos enfermos. La invulnerabilidad es una cierta forma de soberbia. Así que, en primer lugar, esto nos ha colocado ante la realidad de que somos frágiles. También, cuando uno vive esta situación reflexiona acerca de las cosas que son más importantes en la vida, que merecen más la pena. Quizás antes, con el ritmo de vida que llevábamos no se reparaba en ellas. Durante el tiempo de aislamiento, de reclusión, puede que hayamos meditado, que hayamos percibido más la espiritualidad de la vida. Y para aquellos que por fortuna han pasado el confinamiento en familia, la convivencia familiar prolongada seguro que ha sido muy enriquecedora.

“Ser curioso, inquieto intelectualmente, buscar siempre el porqué de las cosas… Esa inquietud se produce fundamentalmente en los años de universidad.”

Volvamos a tus años de colegial, ¿qué crees que contribuye a que exista ese sentimiento de pertenencia que hay entre antiguos colegiales de Larraona?

Cuando uno vive intensamente algo grupal se genera una especie de telaraña invisible, un hilo conductor donde uno es capaz de reconocerse con alguien que estuvo hace cuarenta y cinco años, que une incluso a tres generaciones. Esa estancia genera un sentimiento de pertenencia. Además, Larraona siempre ha fomentado los aspectos complementarios de la formación. Fue para muchos –o para la mayoría­– no sólo una residencia, un lugar donde dormir y comer, sino algo más allá. A lo largo de cincuenta años ha sido siempre un lugar de convivencia, de debate acalorado incluso con personas de ideas y procedencias muy distintas. Eso se ha venido manteniendo a lo largo del tiempo y resulta muy enriquecedor, ya que a veces solo nos relacionamos con quien es como nosotros.

Afortunadamente, son muchas las amistades que conservo. Yo estuve en el Colegio desde octubre de 1975 hasta junio de 1979. Sigo manteniendo el contacto con muchas personas que viven en distintas ciudades, lo que es enriquecedor. Es un querer comunicarse, estar al tanto, que tiene una base muy sólida cimentada en aquellos años. Una experiencia que seguro que otros muchos colegiales compartirán.

“No es bueno vivir cosas malas, como una epidemia o una enfermedad. Pero cuando toca vivirlo se pueden aprovechar aquellas experiencias para que arrojen algo positivo, que no sea en vano todo ese sufrimiento.”

¿Cómo describirías la esencia del Colegio Mayor Larraona?

De una manera sintética describiría su espíritu como el lugar para la creación de espacios de debate, de campos de comunicación muy afectiva, desde la discrepancia, desde la base del respeto y donde se respira un nexo común por el que nos reconocemos como colegiales de ese centro. Todo esto constituye un gran vínculo. Larraona es un Colegio Mayor que estimula la curiosidad intelectual.

Y aunque la esencia es lo fundamental, por otra parte, cada época tiene sus circunstancias, que son importantes y conforman nuestro mundo. Yo llegué al Colegio Mayor a principios de octubre de 1975. Mes y medio después moría Franco. Nos tocó vivir un cambio social, político y toda la transición democrática. También se aprobó la Constitución. Cambiaron muchísimas cosas y el Colegio Mayor era como un hervidero.

También recordarás tus éxitos deportivos.

¡Un magnífico equipo de fútbol! A quienes nos gusta el deporte también debemos aprovechar la etapa universitaria. El deporte es una magnífica escuela de aprendizaje, de relaciones sociales y de valores personales. Yo jugaba con amigos, quizá fue ésa la clave del éxito. Ganamos el Trofeo Rector durante tres años seguidos.

Pasemos del éxito a liderazgo. ¿Para ti, cómo se llega a ser un líder?

Yo distinguiría el liderazgo de la ejemplaridad, aunque a veces pueden coincidir. Todas las personas debemos tender hacia la ejemplaridad como valor ético. Tenemos la obligación de hacer las cosas bien. Cuando uno tiene una responsabilidad pública, un poder, como por ejemplo un juez, esa obligación de hacer las cosas bien y de ser ejemplar es aún más acusada.

Desde el inicio, desde que la persona tiene uso de razón, debe tratar de hacer las cosas bien; pero el liderazgo no es un camino con un final en el que la vida ya pueda calificarse como ejemplar. Uno tiene que estar en tensión y atención permanente a todo lo que le rodea. No caer nunca en la autocomplacencia o autosatisfacción. Tenemos la obligación de exigirnos siempre un poco más. La vida universitaria puede ser un buen momento para tomar conciencia de esa necesidad, de que el camino de la vida te va a exigir eso. La universidad debe colocarnos ya en esa senda.

“Larraona fue para muchos –o para la mayoría­– no sólo una residencia, un lugar donde dormir y comer, sino algo más allá. Son muchas las amistades que conservo.”

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Estudiantes confinados en colegio mayor

El confinamiento en el Colegio: una vivencia especial

Distintos motivos han llevado a 10 colegiales a vivir el confinamiento entre las paredes de nuestro Colegio. Han sido semanas de estrecha convivencia, de estudio, pero también de disfrute y de redescubrimiento. Aunque algunos se han ido marchando a lo largo de los días, la mayoría de este grupo se ha quedado hasta el final del curso académico. Colegiales que ya suman más de dos meses de compañía mutua y de nuevas amistades, como la de Adolfo y Fernando, quienes se conocieron a raíz de este aislamiento.

A pesar de haber tenido la oportunidad de volver a Bolivia, su país natal, Adolfo Moreno no ha querido dejar el lugar que considera su casa en Pamplona. “Hubo un vuelo de repatriaciones el 5 de mayo, pero mi compatriota Freddy y yo decidimos no cogerlo”, comenta. Al principio, su decisión estuvo guiada por la voluntad de proteger a su padre, persona de riesgo, y la preocupación por realizar un vuelo de más de 12 horas, en el que se podía contagiar y “llevar el virus a un país que no tiene las condiciones para atender a los pacientes”. Además, este último mes ha tenido exámenes finales de su segundo año de Comunicación Audiovisual, por lo que no ha creído conveniente coger el vuelo. “En Larraona estoy muy a gusto y centrado en mis prioridades. Creo que acertamos al quedarnos”.

El madrileño Fernando Thomas de Carranza se quedó por varias razones. La primera porque también tiene un familiar que es persona de riesgo, y la segunda, porque él mismo empezó a tener algunos síntomas. También quiso quedarse porque necesitaba sacarse el carnet de conducir y sabía que en Madrid no iba a poder; y, por último, “porque aquí estoy como un rey”. Si quisiese podría haber vuelto ya a su ciudad de origen, pero ha preferido permanecer en Pamplona, al menos hasta acabar los exámenes de primer año de la carrera Filosofía y Letras.

 

 

“Estamos muy bien”, coincide Adolfo. Tienen una terraza “inmensa”, un gimnasio, una mesa de ping pong que les distrae… Hace poco pudieron salir unos cuantos al conocido bar “Cañas” a tomarse una cerveza. “Todo esto ha hecho que la cuarentena sea mucho más leve. Los días pasan muy rápido aquí”, continúa. Cumplir con las medidas de higiene pertinentes (lavado de manos, gel desinfectante en la entrada, etc.) no les ha impedido disfrutar de la compañía que se brindan unos a otros e incluso de una buena comida. Nacho, el jefe de cocina, les ha estado preparando platos típicos de sus países para que se sientan aún más en el hogar: comida peruana, venezolana… “Me siento un privilegiado”, confiesa.

“Al principio fue un poco raro, nadie sabía qué iba a pasar, pero después de la primera semana todo ha ido sobre ruedas, tenemos una dinámica bastante establecida”, comenta Fernando. “En el Colegio Mayor están preparando el curso que viene con protocolos que les han enviado desde la Universidad”. Los colegiales han sido trasladados al primer piso para ir cerrando el resto de plantas con habitaciones, “ahora estamos más juntos”, dice Adolfo.

Lejos de estar restringidas, ha sido un tiempo de aprovechar al máximo las instalaciones. “Antes de la pandemia nunca bajaba a la sala de música. Por mi carrera, también voy a la mediateca a ver películas, ya sea como tarea o por gusto”, explica Adolfo. Eso sí, su rincón favorito sigue siendo su cuarto, con sus fotos, su cámara, su trípode, su lámpara… “Larraona es mi única casa en España, vivo aquí prácticamente 8 meses del año”.

Por su parte, Fernando ha aprovechado para leer y escribir. “Al final te obligas a hacer cosas”. La terraza se ha convertido en su lugar preferido: un espacio al aire libre. Ahí es donde realiza su lectura, toma un café, se despeja… También es ahí, confiesa Adolfo, donde se han reunido alguna vez para organizar una pequeña fiesta entre ellos.

 

 

Porque no solo han redescubierto las partes del Colegio, sino también a las personas que habitan en él. “El personal ha estado muy atento siempre, están todo el rato preguntando cómo estamos. Y no solo eso, también siento que están charlando y abriéndose a nosotros”, afirma Adolfo. “El compromiso de Larraona es espectacular. Están súper preocupados y súper atentos”, dice Fernando. Hubo una semana en la que parecía que él tenía el virus y estuvo aislado en su cuarto. Todos los días subdirección le subía la comida le subía la comida y le preguntaba si estaba bien. “Estamos como reyes”, repite Fernando.

En cuanto a los colegiales, ambos afirman que tras esta experiencia se conocen más. “Gracias al confinamiento he conocido a Fernando y a Matías (estudiante de Perú). Antes nos conocíamos de vista, nos saludábamos, pero no nos preguntábamos qué tal está la familia o cómo te fue el examen”, dice Adolfo. “Yo solamente conocía bien a uno de los que se han quedado, pero he acabado conociendo a todo el mundo y me llevo muy bien con todos ellos. Hemos hecho piña entre nosotros”, conviene Fernando.

 

 

En resumen, esta experiencia ha permitido a un pequeño grupo de colegiales convivir de una manera más intensa, siempre dentro de esa vida en el Colegio que tanto aprecian. Fernando concluye: “A mí me ha ido super bien este año. Te dan la libertad que necesitas con 18 años, y ya sé que es lo que dice el slogan, pero es verdad: libertad de manera responsable. Libertad dentro de un orden. Eso me ha permitido centrarme en mis estudios, hacer todo a mi manera… Pero también hacer piña, entrar de verdad en el espíritu universitario. Si hubiera ido a piso habría conocido a 3 o 4 personas y no a los 200 chavales que están en la residencia”.