libro con apuntes de joven universitario

Seguimiento académico: varias líneas de acción para ayudar a estudiar

En el Colegio Mayor Larraona vivimos comprometidos con el conjunto de la juventud que estudia en la universidad para ofrecerles una educación integral, ayudándoles en sus dimensiones transcendente, individual y social. Esto incluye educar potenciando sus habilidades y su rendimiento académico, para que puedan sacar el máximo partido a sus estudios universitarios. Por eso, desde nuestros inicios, apostamos por realizar un seguimiento académico y favorecer un clima de estudio que ayude a los colegiales de distintas maneras. En este curso académico 2022-2023, el plan de seguimiento se concreta de la siguiente manera. 

 

colegiales estudiando juntos en el colegio mayor

 

Curso “Aprender a estudiar en la Universidad” 

El año pasado, en colaboración con el departamento de Psicología y Educación de la Universidad de Navarra, pusimos en marcha una experiencia piloto del curso sobre técnicas de estudio, llamado “Magia para el estudio”. Estaba abierto a todos los colegiales que quisieran participar. Vista la utilidad para los estudiantes, este año se ha implantado oficialmente, siendo obligatorio (al menos las primeras sesiones) para todos los colegiales de primer año, aunque también hay alumnos de segundo curso que se han apuntado. Nuestro director, Juan Gallego García, explica el porqué.  

“El fundamento está en que el cambio a la universidad es un cambio muy brusco, por la tipología de estudios (son estudios superiores, más complejos) y porque el aprendizaje es cada vez más autónomo. Esto requiere que las personas se organicen”, refiere. “Una cosa es el papel y otra lo que están haciendo”, coincide Katya Palafox, profesora del departamento de pedagogía de la Universidad de Navarra y coordinadora de este taller.  

Aunque el cambio de ciudad y de vida lo abordamos con el acompañamiento que realizamos a los colegiales, es una circunstancia que puede tener consecuencias en el estudio, como indica Juan. “Si no acometen un cambio en la forma de estudiar y organizarse, los estudiantes se despistan, y eso les puede dejar fuera de juego ya desde el primer semestre”.  

Estas sesiones son complementarias con la labor realizada por los asesores de la universidad, aunque en este caso, están más enfocadas en cómo se debe estudiar. “Es un valor añadido de nuestro proyecto educativo. Queremos apoyar a los colegiales desde el principio, con pautas y herramientas que los ayuden a estudiar”, comenta el director. 

El programa incluye seis sesiones temáticas que versan sobre los fundamentos del estudio (diferencia entre estudio y aprendizaje, objetivos de aprendizaje, hábitos de estudio, motivación…) de tal manera que desde el primer semestre los estudiantes pueden tener unas nociones básicas sobre cómo estudiar. También están programados cuatro talleres grupales muy prácticos (plan personal de estudios y estilos de aprendizaje; gestión, organización del tiempo y recursos; memoria, esfuerzo y aprendizaje; y resolución de distintos tipos de exámenes).  

Desde el principio, en paralelo a estas sesiones, se organizan tutorías personales en las que los estudiantes pueden diseñar su plan de estudios personalizado. El número de tutorías recomendado es cuatro, pero pueden solicitarse a demanda, adaptándose a las necesidades que puedan tener.  

“Las tutorías permiten realizar un seguimiento personalizado a cada alumno”, explica Juan. “Incluso permiten detectar problemas del aprendizaje. La profesora Katya Palafox se ocupa de la parte pedagógica y la profesora Celeste Reyes puede abordar la parte más psicológica”. 

En el curso también interviene una estudiante de 4º de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, en lo referente a las tutorías. “Es un proyecto formativo, que también permite que la gente joven crezca con esta experiencia”, concluye. 

 

colegiales veteranos reunidos con colegiales nuevos

 

Mentores veteranos  

La vida colegial es muy rica. Este proyecto se complementa con la labor de mentoría que realizan los colegiales veteranos. A principios de curso, se organizaron, como cada año, las reuniones por facultades para que ellos pudieran dar su testimonio a los colegiales de primer curso, y explicarles cómo es la carrera y cómo hay que estudiar. A partir de ahí, surgen grupos informales de ayuda, que los acompañarán durante todo el curso. 

“Cuando entré en Larraona, además de hacer mi grupo de amigos, entablé mucha relación con mis veteranos de Farmacia y con estudiantes de Medicina”, confirma el antiguo colegial Alberto de Juana. “Los veteranos me acogieron desde el primer momento, como a un cachorro. Ahora me sigo llevando con ellos. Son amistades muy arraigadas que, con suerte, espero conservar toda la vida”. 

 

sala para estudiar del colegio mayor

 

Ambiente de estudio 

Por otra parte, el clima de estudio se favorece con los espacios del colegio mayor y con la normativa. En primer lugar, además de una pequeña biblioteca, tenemos diferentes galerías de estudio a disposición de los estudiantes. Se trata de espacios abiertos, sitios donde poder trabajar en equipo, también con alumnos de fuera del colegio mayor. En vez de juntarse en la cafetería o en la biblioteca de la universidad, los colegiales pueden reunirse en estas salas, donde disponen de los medios necesarios (wifi, calefacción, etc.).  

Algunos colegiales prefieren estudiar en sus habitaciones. Todas ellas están dotadas con un escritorio y luz natural para estudiar. Si bien hay momentos de esparcimiento, velamos por que en las habitaciones y en los pasillos el ambiente sea de estudio. Esto se refuerza en periodo de exámenes, en el que reducimos el número de actividades y controlamos el descanso.  

“El estar en un colegio mayor me hizo empaparme de ese ambiente de estudio. Personalmente, me ayudó muchísimo” asegura el antiguo colegial Álvaro Curiel. 

 

lápiz y dibujo de tarea universitaria

 

Seguimiento de la dirección 

 Además del acompañamiento personal, nuestro equipo directivo está ahí para garantizar y ayudar a que los jóvenes estudien y rindan académicamente. Aparte del seguimiento informal que van realizando, al final de primer semestre y al final de curso les piden a los colegiales las notas de la universidad, que son un reflejo de cómo están aprovechando el curso. 

Finalmente, la dirección, junto al Consejo Colegial, anima a organizar charlas para los estudiantes, que contribuyen a su formación universitaria. Algunos profesores invitados hablan de temas divulgativos, y otras intervenciones ayudan a los colegiales a profundizar en temas que están estudiando en la carrera.   

En resumen, son varias las líneas desde las que trabajamos por que los jóvenes puedan aprender a dar lo mejor de sí mismos a nivel académico, creciendo como estudiantes. 

Estetoscopio

De futuro médico a futuro médico

El miércoles 23 de septiembre tuvo lugar la tradicional reunión de nuestros estudiantes de Medicina de la Universidad de Navarra, un momento de encuentro y de ayuda entre veteranos y colegiales de primero.

Estudiantes de Medicina reunidos en el Salón de Actos

Pablo Nieto, de 3º de Medicina, comenta que es una ayuda para que los colegiales de primero se sitúen en el comienzo de curso. “Además, este tipo de reuniones sirven para poner cara a los veteranos”, cuenta. Viene de Santander y asegura que para él fue un cambio grande la forma de estudiar en la Universidad, así que entre todos los veteranos recomendaron distintas técnicas de estudio, como por ejemplo, Pomodoro.

Este método ayuda a programarse el tiempo de estudio siguiendo la fisiología de nuestro cerebro, que es capaz de aguantar veinte minutos concentrado al cien por cien de su capacidad en un trabajo en concreto. “Consiste en pasar veinticinco minutos estudiando y descansar solo cinco minutos para que el cerebro descanse y se vuelva a oxigenar. Así cuatro veces seguidas, siguiendo este esquema llamado pomodoro. Después de los cuatro pomodoros se descansa durante veinte minutos”, explica Pablo. Él utiliza esta técnica para rendir mejor en los estudios, pero anima a que cada colegial pruebe y encuentre la que se adapte mejor a él. “También se puede estudiar con flash cards, que son tarjetas con imágenes en las que, por ejemplo, en un lado aparece un músculo y en el reverso las funciones que realiza”.

Pablo Nieto con la bata de médico frente a la Clínica Universitaria de Navarra

Este año, en el curso de 1º las materias se están impartiendo y se han estructurado de manera distinta, en un cambio realizado en colaboración con el profesorado de Harvard Medical School y según los estándares internacionales de la World Federation for Medical Education. Por ejemplo, para dividir la carga de estudios, se ha organizado el curso en bimestres, en los que los estudiantes se enfocan en dos o tres asignaturas de las que se examinan a continuación, en vez de tener solo dos periodos de exámenes al año (diciembre y junio) que concentran todas las asignaturas. Debido a este cambio, los veteranos no se centraron tanto en las asignaturas en concreto, sino en cómo coger apuntes y cómo suele ser la forma de explicar y evaluar de cada profesor.

“Nos vino bastante bien”, asegura Javier Segovia, uno de los colegiales nuevos. Viene desde Zamora y para él son muchos cambios, “es todo nuevo y al principio se hace difícil: los profesores dan clases de manera muy distinta, van muy rápido…”. Además, él realiza Medicina Internacional, por lo que se añade la complicación de estudiar en inglés. Hay veteranos que también han elegido esta misma opción de carrera, así como  algunos estudiantes de la Universidad Pública de Navarra. “Cuando nos encontramos los estudiantes de ambas universidades comentamos lo que están dando. Ahora han empezado con Historia de la Medicina. Lo sé porque coincidimos y porque algunos son amigos”, explica Javier.

Javier Segovia sentado en las escaleras de entrada del Colegio Mayor Larraona

En los veteranos, él encuentra la figura de la experiencia, que lo animan a seguir: “Si ellos han sacado la carrera, nosotros también. Se nota que tienen la voluntad de que nos vaya bien. Nos han insistido en que aprovechemos su ayuda y les exprimamos al máximo. Si estuviera en un piso, esto no me pasaría”, constata.

Javier se encuentra con sus veteranos en los pasillos, en la biblioteca, en el comedor… “Se nota el efecto covid, pero aún así los colegiales sacamos ratos para estar juntos. Comemos juntos, vemos la tele o alguna película, hablamos en los pasillos, etc. Eso está bien. Me he sentido muy acompañado. Los veteranos nos preguntan qué tal vamos y además de responder mis preguntas, me pasan apuntes. Siempre que he tenido dudas han estado ahí, y además de muy buena gana”, reconoce. Los veteranos hace poco estaban en su lugar, así que se sienten más vinculados, cree él. Asiste al grupo de vida cristiana, en la que la mayoría son mayores. “En ningún momento me he sentido que los mayores van a su bola o me miran mal. A veces ceno o como con ellos, y aunque hay una jerarquía de respeto y educación, me siento súper incluido. Son amigos”, confiesa.

Pablo, por su parte, asegura que tiene muy buenos recuerdos de cuando era colegial de primer año. “Sigo manteniendo el contacto con quienes fueron mis veteranos y ya no están en el Colegio Mayor. Antes de empezar el curso, cada vez que tengo que elegir una asignatura optativa les consulto. En Larraona la relación es muy buena. Sabes que a la mínima ocasión te van a pasar apuntes, te van a ayudar… Es ayudar al pequeño de la familia. Lo que a mí me hicieron mis veteranos lo hago yo ahora con los colegiales de primero”.

Él decidió estudiar Medicina por tres motivos, el principal: poder ayudar a las personas. “Y qué mejor forma de ayudarlas que cuando están mal, que es cuando van a consulta”, comenta. También porque es muy “de ciencias” y le gusta la biología, la física, la química… De entre estas disciplinas, la que más conlleva un trato con la gente es la de Medicina. Y por último, por las salidas profesionales y la seguridad económica que ofrece.

Javier, coincide en que ser médico “es poder influir de manera positiva en la vida de otras personas. Se centra en lo que tú eres capaz de aportar a la sociedad, y eso haces que recibas más que nada”. Además, le atraía la variedad de salidas profesionales: “Siendo médico puedes trabajar desde en un centro de salud en una zona rural con pocas consultas al día hasta en un hospital en una gran ciudad como especialista o como director, o incluso colaborando en un periódico”, subraya. Y no solo en España, sino en otras partes del mundo, al estudiar Medicina Internacional.

Fachada del Colegio Mayor Larraona

En el extranjero, en España, doctorados, médicos de todas las especialidades… Desde hace 50 años en Larraona hemos tenido la oportunidad de ver crecer y formarse a multitud de generaciones de médicos, por eso ya en 2016 afirmábamos en nuestra revista CALLE 45 ser “la casa de los mil médicos”. Entre nuestras paredes han convivido más de un millar de estudiantes de Medicina caracterizados por su vocación de ayuda, tanto hacia sus pacientes como hacia sus compañeros, reflejo del espíritu de nuestro Colegio Mayor.