invitados al acto de becas 2024

Acto de Imposición de Becas: una velada para recordar

El sábado 20 de abril celebramos el acto institucional más importante del curso en nuestro Colegio Mayor: la Imposición de Becas y Entrega de Placas de Fin de Grado. Fue una emotiva velada, animada musicalmente por los colegiales Mario Ramos y Javier Albiac.

 

estudiante universitario toca el violín

 

El acto comenzó con el discurso de apertura del Dr. Carlos Naya Villaverde, invitado especial y presidente del Acto Académico.

A este le siguió la presentación de Eduardo Díez Pérez y Alejandro Boned Torres, nuestros colegiales Decanos, que hicieron un repaso de las actividades organizadas en el Colegio Mayor durante este curso. Terminaron el discurso con un consejo del anterior decano: “Hay una palabra que nos dejó Javier Calvo: aprovechad.”

 

estudiante presenta el acto de becas en el colegio mayor

 

Uno de los invitados de honor del evento fue Francisco “Chapu” Apaolaza Fernández, antiguo colegial y eterno miembro de la Tuna Larrona. Apaolaza es periodista, autor de varios libros y ha sido galardonado con el ‘Premio de Defensa’ 2006 por sus coberturas periodísticas, ‘Premio Internacional de Periodismo Manuel Alcántara’ y Premio ‘Unicaja de Artículos’. A día de hoy podemos escucharle en ‘La Brújula’ donde tiene su propia sección, y leerle en Diario de Navarra, La Razón o The Objective. Además, ha cubierto grandes sucesos internacionales como la ayuda humanitaria en Ucrania (en la que participó) o los atentados de París de 2015 o los de Bruselas en 2016.

Chapu recibió una de las Becas de Honor, e impartió una lección magistral a nuestros colegiales, titulada Razones para la alegría. “Me consta que a veces los jóvenes vivís instalados en la tristeza y la desesperación”, comenzó diciendo. Sin embargo, animó a los estudiantes a no tener miedo, a sentir esperanza, consuelo y solidaridad. “Siempre habrá gente mala, pero es muy poca, es la sombra de una luz magnífica que es la humanidad”. Culminó su discurso instándonos a vivir en el amor, a disfrutar de lo que tenemos, a ser generosos, valientes y a sacar el máximo de la vida, que no sabemos cuándo puede terminar: “La vida no será como piensas, pero guarda sorpresas que ni tú ni yo podemos imaginar. Como me dijo mi padre en estas escaleras: te recomiendo que la aproveches”.

 

Invitado especial da un discurso en el salón de actos

 

Tras este inspirador discurso, los colegiales que cumplen su tercer año en Larraona recibieron su beca. Subieron al estrado los colegiales Javier Albiac Palomar, Faustino Buschittari Bellani, Alejandro de Udaeta Comella, Ignacio Díez Rodas, Miguel Ezquerra Alcalde, Mario López Ruiz, Samuel Pascual Garrigos y Diego Sánchez-Moreno Flecha.

 

estudiantes con beca del Colegio Mayor Larraona

 

Seguidamente, se entregaron las Placas de Fin de Grado a los colegiales que terminan su licenciatura este año 2024. Fueron distinguidos los colegiales Eduardo Díez Pérez, Alejandro Boned Torres, Manuel Esteban de la Torre, Adrián Tomás Torres Palés y José Francisco Sánchez-Moreno Flecha.

 

estudiantes con placa del Colegio Mayor Larraona

 

A continuación, se hizo entrega de las cuatro Becas de Honor de este curso. El presidente del Acto Académico, Carlos Naya Villaverde, doctor en Arquitectura y director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra recibió la primera Beca, por sus muchos méritos y generosidad.

La segunda se entregó a Josu Jiménez Etxabe CMF,  antiguo alumno del Colegio Claret Askartza, misionero claretiano y antiguo Capellán del Colegio Mayor Larraona, por su gran labor y la huella que ha dejado en nuestro Colegio Mayor.

La tercera Beca de Honor fue concedida a la profesora Anna Dulska, doctora en Historia, investigadora en el Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra y docente, que colabora en nuestro Taller de historia de Pamplona desde 2016, por su contribución y cariño hacia nuestro Colegio Mayor.

La última Beca fue para Francisco “Chapu” Apaolaza Fernández, por “continuar siendo uno de los mejores embajadores de Larraona que pueda haber”.

 

Invitados con la beca de Honor del Colegio Mayor Larraona

 

Juan Gallego García, director del Colegio Mayor Larraona, agradeció a todos los presentes, especialmente al Colegio Mayor Jaime del Amo, de Madrid. También hizo alusión cariñosamente a nuestras colegialas, presentes por primera vez en este acto: “habéis subido el nivel de Larraona”.

Antes de pasar a la cena compartida en el comedor, a la que los asistentes estaban invitados, el profesor Carlos Naya realizó el discurso de clausura del acto, hablando con cariño de la vida en el colegio mayor: “De vuestros compañeros aprenderéis cosas insospechadas”, aseguró. Animó a los colegiales a aprovechar sus años universitarios al máximo “De lo que hagáis estos años dependen cosas grandes”.

 

estudiantes brindan en el comedor del Colegio Mayor Larraona

 

Cerramos el acto entonando el Gaudeamos Igitur:

 

Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes.

Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra.

Viva la Universidad, vivan los profesores.

Vivan todos y cada uno de sus miembros, resplandezcan siempre.

estudiantes jugando al fútbol en una cancha al aire libre

Una tardía bienvenida a la Primavera: jornada de torneos y fiesta

El pasado sábado 13 de abril celebramos en el Colegio Mayor Larraona nuestra ya habitual Fiesta de Primavera. Deporte, música, concursos y celebración en un día para recordar.

 

Encuentro deportivo: Copa de Primavera

Comenzamos la mañana con el polideportivo y las canchas del patio llenos de actividad. En los partidos del torneo de la Copa de Primavera, nuestros colegiales se enfrentaron a los equipos de otros colegios mayores invitados y también de un equipo de 2º Bachiller del Colegio Larraona, en las modalidades de pádel, fútbol sala y baloncesto 3×3. El ambiente de encuentro deportivo y compañerismo colegial, acompañado del buen tiempo y la música, amenizaron la mañana.

 

grupo de colegiales en el interior de un polideportivo

 

Los primeros puestos estuvieron muy disputados, pero los resultados finales fueron los siguientes: En la categoría de fútbol sala masculino los ganadores fueron nuestros colegiales, seguidos de cerca por nuestros compañeros del colegio menor Larraona, que fueron dignos finalistas. En fútbol sala femenino el primer puesto se lo llevó el equipo del Colegio Mayor Goimendi, aunque nuestras colegialas del Colegio Mayor Larraona quedaron en segundo puesto.

 

estudiantes posando en una cancha

 

En pádel masculino la pareja ganadora estuvo compuesta por nuestros colegiales Gonzalo Ovejero y Martín Díaz, y en pádel femenino el primer puesto fue para Ana y Beatriz, del Colegio Mayor Goimendi, aunque Jara y Cecilia nos representaron con un honorable segundo puesto. En la modalidad de baloncesto 3×3 el equipo “Larraona 2” bajo el mando de Edu Díez, se hizo con la copa.

 

cuatro chicas posando en una pista de pádel

 

Cultura y talento colegial

Estos no fueron los únicos ganadores del día, ya que se anunció la entrega de premios de varios concursos: David Vivas se llevó el primer puesto del concurso de fotografía con “Pádel”, con un premio de 150 euros y 15 puntos colegiales. El segundo y tercer puesto fueron para Ibón Morales y María Casado, respectivamente. Estos también fueron recompensados con un premio económico y puntos colegiales.

 

pista de pádel claret larraona

 

“Jirón de corazón” de Noa Marcos, fue el microrrelato ganador del concurso de literatura, acompañado por “El apellido de tu padre” de Alberto Solano en segundo puesto y “Sic transit gloria mundo” de Eneko de Diego en tercer lugar. Los tres ganadores recibieron un premio en metálico y puntos de colegial.

También conocimos a los ganadores del campeonato interregional de fútbol sala; la victoria fue para el equipo Internacional/islas, formado por Alberto Solano, Álvaro González, Antonio Déniz, Bautista Riomayor, Clara Salorio, Elena Olazar, Felipe Pardo, Hugo Amela, León Von Ondarza, Lucas Myers, Luis Estévez, Nora Lalou, Santiago Estefan, Santiago Parra, Sofía Dragu y Zeni Thompson.

 

colegial y subdirector posando sonrientes en el polideportivo

 

Además, se celebró un sorteo en el que los colegiales pudieron ganar un Tortillón para 4 en el bar Hawai o una Experiencia Automovilística con Cohousing. Después de un día lleno de emociones y premios, era necesario recuperar fuerzas, así que la tarde culminó con una cena y una fiesta con música en directo, en la que nuestros colegiales lo dieron todo.

 

estudiantes dando un concierto en directo

 

Agradecemos de corazón a todos por participar en esta jornada de espíritu colegial y por hacer posible al ambiente familiar que respiramos aquí, en el Colegio Mayor Larraona.

grupo de universitarios que participan en una cata de morcilla

Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla

Este pasado jueves 11 de marzo, los colegiales disfrutaron de una cata de morcilla. Charlas, risas, morcilla, vino, y sobre todo, buena compañía, en una tarde de encuentro y cultura gastronómica.

Esta es la cuarta cata organizada este curso, siguiendo a las de aceite, vino y pacharán, aunque esta ha sido la más inusual hasta la fecha. El éxito fue rotundo, ya que más de 50 colegiales se apuntaron a esta actividad.

 

Subdirector y dos estudiantes del Colegio Mayor Larraona

 

Fue propuesta por el colegial Gonzalo Ovejero, natural de Burgos, quien, además de sugerir la idea, se ocupó de traer la morcilla de su tierra para probar la experiencia auténtica. La organización también corrió a cargo del subdirector Manuel Sagüés. Conjuntamente, lideraron una pequeña tertulia informativa sobre la morcilla y su origen antes de comenzar la cata.

Explicaron los ingredientes y las distintas variedades de morcilla que hay; prácticamente una por región, ya que la morcilla “es todo un mundo”. También compartieron algunas expresiones populares que tienen como protagonista este alimento, como “Anda y que te den morcilla” o “Comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadilla”.

 

El subdirector del Colegio Mayor explica el origen de la morcilla

 

La morcilla es un embutido muy tradicional elaborado a base de sangre y grasa de cerdo, especias y, en ocasiones, otros ingredientes como arroz, cebolla, miga de pan, piñones, patata o calabaza. Está presente en diferentes cocinas regionales españolas, pero sin desmerecer a las demás, la más famosa sin duda es la morcilla de Burgos. Ésta se come frita, sobre una rebanada de pan, y puede ir acompañada de pimientos o huevo frito.

 

unas manos cortan morcilla en un plato

 

Los colegiales probaron tres tipos de morcilla diferente: dulce, picante y una morcilla navarra. Esto fue acompañado por unos vanguardistas “nachos de morcilla” que causaron sensación, y vino Crianza Pago de Cirsus con Denominación de Origen Navarra.

El mayor éxito lo tuvo la morcilla dulce (original de Cardeña, tiene el premio a la mejor morcilla de Burgos), aunque fue seguida de cerca por la morcilla picante.

 

un grupo de estudiantes alza una copa de vino para brindar

 

El encuentro finalizó con un brindis, en el que los colegiales alzaron sus copas; por los novatos y por los veteranos, por una buena temporada de exámenes y por Burgos. Manuel cerró este emotivo brindis con una ronda de aplausos “Y que el espíritu de Larraona se impregne en vuestros corazones”.

Daniel Sánchez Moreno

“Mi bisabuelo era de Pamplona, pero vine sin conocer a nadie” – La experiencia de Diego Sánchez

Diego Sánchez Moreno estudia tercero de ADE con Dirección de Estrategias. Hace tres años que su familia se mudó a Madrid y él tuvo que dejar Lima para venirse a estudiar a España. Así fue como terminó en la Universidad de Navarra y lleva desde entonces con nosotros. Te invitamos a leer su experiencia.

 

 

De Lima a Pamplona

Debido a la mudanza de su familia, Diego y su hermano tuvieron que solicitar un traslado de expediente para continuar con sus estudios aquí, en España. A través de la recomendación de una conocida de la familia, dieron con la Universidad de Navarra y con nosotros. La flexibilidad de horarios y la posibilidad de crear buenas relaciones con el resto de compañeros fue lo que le hizo decidirse por venir al Colegio Mayor Larraona.

Aunque su bisabuelo era pamplonés, Diego vino aquí sin conocer a nadie. Gracias a su estancia en el Colegio Mayor, formó su primer grupo de amistades, indispensable para su integración. “Terminas asociándote con gente que no es de tu misma carrera. En Lima yo solo me reunía con gente de mi misma facultad, no iba más allá”. Nos cuenta que lo que más destaca de la experiencia como colegial son las actividades de los primeros días que le hicieron conectar con sus compañeros. “Jugando al básquet conocí a un chico que hasta ahora sigue siendo mi amigo, y es de Hong Kong, en mi vida me imaginé eso”.

Pista de baloncesto vista a través de una valla

Una adaptación satisfactoria

Diego nos confiesa que echa de menos a su familia paterna, que sigue viviendo en Perú, pero acepta que es parte del proceso. “ se extraña a la gente, pero es parte de la experiencia del estudiante”. Además, suele aprovechar los fines de semana o los festivos para volver a Madrid y ver a su familia.

No todo ha sido fácil, adaptarse a un nuevo país y una nueva forma de vida no es para cualquiera. Nos cuenta que nunca había vivido la experiencia de compartir mesa con tantas personas. “Eso sí que es un shock, me sentía un bicho raro bajando a comer con doscientas personas”. Aunque al final a todo se acaba acostumbrando uno: “Poco a poco vas conociendo a las personas, ves que todos estáis en la misma situación.”

A Diego le ha debido de picar el gusanillo con eso de viajar, porque tiene la intención de seguir aprovechando al máximo todas las oportunidades que tenga de formarse, trabajar y vivir nuevas experiencias: “No sé si terminaré en Londres, trabajando en Madrid… aún no lo sé”.

 

Grupo de colegiales haciéndose una foto en un espejo

 

El colegio mayor, un hogar

“El deporte no es lo mío, pero en las actividades más tranquilas como cartas y juegos de mesa sí que participo”. Aunque a pádel y a fútbol juega de forma ocasional, por pasar el rato con sus amigos, Diego participa en otras actividades, como el grupo de voluntarios. También ha participado ayudando en el Acto de Becas, y en actividades externas.

Nos cuenta que este tipo de actividades vienen bien para obtener puntos de colegial: “Elegir las habitaciones se gana con méritos, bien por notas o bien por puntos. Puedes ganar puntos participando en los torneos, las actividades, los voluntariados…”

Pero con las actividades se gana algo aún más valioso que los puntos. Diego nos cuenta que lo más importante de estos años son las conexiones, el grupo de gente que se lleva para toda la vida. “Sonará estúpido, pero se crea como una segunda familia, eso es lo mejor del colegio mayor.”

Estudiantes sentados escuchando a un ponente

Think&Beer con Joaquín Sevilla – ¿Nos prepara la universidad para el mundo laboral?

¿Nos prepara la Universidad para el mundo laboral? ¿Cómo aprovechar la experiencia universitaria al máximo? ¿Merece la pena hacer un máster o un doctorado? Estas y otras cuestiones surgieron en el coloquio del pasado 20 de marzo impartido por el físico Joaquín Sevilla Moróder.

Joaquín Sevilla junto al escudo de Larraona

Joaquín es licenciado en Ciencias Físicas, Doctor en Física Aplicada y profesor de la Universidad Pública de Navarra. Lo invitamos a liderar el último Think&Beer, con el objeto de explicar si la universidad nos prepara para la vida profesional.

La respuesta a nuestra pregunta no tardó en salir; no es la única manera de acceder al mundo laboral, pero te prepara en otros aspectos. “Lo que prepara para la vida es la formación, los conocimientos y aprendizajes que se adquieren en estos años de cambio, no el título universitario en sí”. Según el doctor Sevilla la universidad no te prepara para el mundo laboral, te prepara para pensar.

 

Nuestros colegiales se mostraron muy interesados en el tema, y se llegaron a varias conclusiones interesantes:

Sí, la universidad debería ser accesible para todos, pero eso no quiere decir que sea necesariamente el siguiente paso a seguir después de Bachiller. Depende mucho de la vocación. Se crea mucho estigma con los grados de formación profesional, aunque son igual de dignos y necesarios. No hay que sentirse empujado a estudiar una carrera universitaria como única salida profesional, ya que es una formación intelectual específica, que no te asegura un puesto de trabajo hoy en día.

“Eso suena un poco deprimente”, los colegiales se quejaron entre risas. Aún así, todos estuvieron de acuerdo en que la universidad aporta un conocimiento vital y un desarrollo personal muy importante para el crecimiento.

Y el máster y el doctorado… ¿Sí o no? Según Joaquín, el doctorado siempre es muy útil, aunque no es para todo el mundo. El máster sigue un criterio un poco diferente; “Con el máster ya es otro tema. Si es muy especializado tiene sentido hacerlo, pero si es de carácter muy general un año más de formación respecto a los cuatro que se hacen en la carrera no marca una gran diferencia”.

Colegiales sentados en mesa redonda escuchando un coloquio

“¿Con la aparición de internet, hacia dónde va la universidad como institución ahora?” Fue una de las preguntas clave de la sesión, a la que nadie supo encontrar respuesta. Como sabiamente dijo Joaquín, es difícil hacer predicciones del futuro, pero lo que es seguro es que los modelos de transmisión del conocimiento están cambiando. “Antes una enciclopedia completa valía una fortuna y ahora no sirve ni para calzar una mesa”. Con todo el conocimiento al alcance de un clic, las universidades se enfrentan a un nuevo reto.

“¿Y Chat GPT?” Esta pregunta generó revuelo entre los colegiales, de los cuales la mayoría admitió haberlo usado alguna vez. El propio Joaquín comentó que “puede ser una muy buena herramienta” si se usa para aprender. “La IA está aquí para quedarse y hay que familiarizarse con ella al menos”.

Grupo de estudiantes con profesor en sala de Colegio Mayor Larraona

Cerramos la sesión con un consejo, porque “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. ¿Cómo aprovechar la vida universitaria de verdad? La respuesta fue contundente; hay que despejar la cabeza de vez en cuando, pero no perder el tiempo. La clave es aprovechar el entorno social, encontrando un círculo de gente diversa y que te motive y poder disfrutar de cualquier tipo de actividad cultural.

Ambas cosas son posibles aquí, en el Colegio Mayor Larraona, así que ¡vamos por buen camino!

Estudiantes universitarios procedentes de distintas partes de España en el comedor del Colegio Mayor

Diversidad regional, riqueza compartida

En el Colegio Mayor Larraona, tenemos la suerte de contar con colegiales de diversas procedencias geográficas, lo que enriquece, sin duda, la convivencia y la vida colegial. No solo hay estudiantes extranjeros (o con experiencia internacional), también tenemos universitarios de todas partes de España. De esta realidad, surgen interesantes actividades.

 

equipo de fútbol de estudiantes delante de una portería

 

 

Equipos por regiones

 

Además del torneo interpasillos, es tradición que se dispute un torneo interregional de fútbol sala.

Es una liguilla de todos contra todos”, explica Eduardo Díez, decano de colegiales y miembro de la comisión de Deporte del Consejo Colegial. “Como somos cuatro equipos, se tienen que celebrar seis partidos. Desde finales de febrero hemos estado jugando dos por semana: los martes y miércoles antes de la cena, de 19:30 a 20:30h”.

Los equipos que se han formado son: Aragón y Extremadura; Mediterráneo; Islas con Internacional; y Navarra y País Vasco. A falta de que se dispute un partido que ha quedado pendiente (Aragón-Extremadura vs Mediterráneo), el equipo que va ganando es Islas con Internacional.

Son muy buenos”, reconoce el barcelonés Ignacio Herrero (1º ADE + Derecho Bilingüe). “Jugamos contra ellos un partido y lo perdimos. Quedamos 8-6, pero lo pasé bien”.

“Está guay competir con los de tu región, es otra manera de dinamizar la vida colegial”, describe Eduardo.

Él es maño y acumula ya mucha experiencia como colegial: este año es su quinto y último curso de la carrera de Farmacia. “Es un torneo que solemos hacer después de Navidad. Se dan puntos colegiales por participar y en la fiesta de primavera probablemente se reparta algún premio. Este año será el último para mí y me da mucha pena”.

 

grupo de estudiantes de Canarias en el comedor

 

Cenas temáticas

 

Las comidas y cenas, y las sobremesas que se improvisan en el comedor, son una ocasión estupenda para compartir con los demás y conocer mejor a las personas. “Cada uno es de una parte de España y, al final, cuando estás en el comedor, surgen conversaciones del tipo: ¿Ahí cómo lo hacéis…?”, cuenta el decano.

Además, a lo largo del año organizamos diferentes cenas temáticas de los lugares de origen de los colegiales, para que se sientan un poco más en su hogar en Pamplona y para que el resto podamos descubrir su cultura.  Las últimas cenas que se han celebrado han sido la de Canarias (29 de febrero) y la de Cataluña (21 de marzo).

“Cenamos carne fiesta, mojo canario y papas arrugadas”, explica Enrique Esteban De Cáceres. Estudia 4º de Química y Bioquímica y es de La Laguna, en el norte de Tenerife. “Me gustó mucho. Me recordó a Canarias, al sabor de casa. Tengo ganas de volver ahora en Semana Santa”, confiesa.

La carne estaba muy buena, a la gente le gustó un montón”, señala Eduardo. “Creo que están pensando en incorporarla de vez en cuando en el menú”.

“Es una carne que lleva una mezcla típica de especias. Y el mojo canario y las papas arrugadas no pueden faltar en la comida de un canario”, afirma Enrique.

 

Sopa de galets y albóndigas

 

Me gusta poder conocer a gente de todas partes”, cuenta Ignacio. El colegial catalán disfrutó de la cena de su región: “Tomamos sopa de galets y albóndigas. La sopa llevaba también un trozo carne, una pilota. Estaba muy bueno”, asegura.

En los próximos eventos del mes (torneos, fiesta de primavera, acto de becas…) podremos seguir compartiendo y conociendo más sobre los colegiales y sus lugares de origen.

primeros auxilios larrona

Los colegiales Salva Roig y Alex Mena nos forman en Primeros Auxilios

La vida universitaria, en el Colegio Mayor Larraona, tiene una proyección que cotidianamente nos sorprende. Nos trae aires nuevos. Las palabras y la experiencia de Salvador Roig y Alexandre Mena –estudiantes de segundo de medicina y colegiales de Larraona– nos han removido con esa inquietud por aportar, contribuir y ayudar desde el mundo de los Primeros Auxilios. Una actitud que resulta reconfortante. Son una referencia de esa juventud que empuja fuerte, con valores y vocación de servicio, y a la que urge dar voz. Nos acercamos a ellos.

 

A Salva y Alex los reclutaron el año pasado. ¿Quién los fichó? La organización  EqÜES –Equipo de Urgencias y Emergencias Sanitarias (somoseques.org)–, presente en Pamplona y Barcelona, nutrida de profesionales y voluntarios, que se preparan internamente para impartir formaciones en colegios e institutos. Lo hacen de manera voluntaria. Se fundó en 2016, a día de hoy cuenta con más de 300 estudiantes voluntarios y ya han formado a más de 10.000 personas, no solo en primeros auxilios, sino también en prevención de la drogodependencia.

 

Los dos colegiales de Larraona, ya metidos en faena en esta actividad desde el curso pasado, pensaron que febrero podía ser un buen momento para impartir esta formación en su propio Colegio Mayor, ya que “siempre es bueno saber cómo actuar ante ciertas situaciones de peligro”. Como es tradición en Larraona, propusieron la actividad y se encargaron de llevarla a la acción.

 

Simulación de RCP

 

Alex. El año pasado tenía inquietud por hacer algo diferente y me apunté a esta charla. Como espectador me gustó mucho. Me sorprendió cómo con tan poca explicación puedes entender tanto y ayudar tanto. Así que me apunté y ahora soy parte activa de Eqües. Y de ahí, lo siguiente fue la idea de dar la charla también en Larraona.

 

Salva. En esta charla de Larraona y en todas las formaciones que impartimos, procuramos que sean charlas dinámicas. Que los propios espectadores se expresen y digan qué harían o qué no harían ante una intoxicación etílica, o ante un infarto… Se trata, en muchos casos, de desmentir ideas erróneas, y con esta dinámica de participación los conceptos se asimilan mejor.

 

Alex y Salva cuentan, en el transcurso de la conversación que existen mitos equivocados, muy curiosos, que conviene desmentir, “La pasta de dientes no sirve para desinfectar, tampoco sierve echar agua o dar golpes a una persona inconsciente, ni poner hielo a una quemadura, y desde luego dar café con sal o ibuprofeno para una resaca no resuelve nada. Estas cosas ¡no funcionan! Y deben saberlo.”

 

Salva y Alex simulan la maniobra de Heimlich

 

Dinámica de las sesiones

 

La charla que impartieron en Larraona, y las que imparten en colegios e institutos, tienen una dinámica similar, con una parte teórica, en la que se cuestiona a los asistentes para que participen, y una segunda parte práctica con maniquíes específicos para la puesta en práctica de los conceptos aprendidos.

Alex. Los muñecos para practicar hacen que las sesiones sean animadas y muy útiles. Los últimos 20 minutos los hacemos en grupos, para poder ensayar con ellos sobre todo la RCP pulmonar. Un coma etílico es una situación delicada, pero es que una RCP determina si la vida se salva o se pierde o, en caso de supervivencia, si se realiza correctamente puede evitar secuelas graves. Esta maniobra es muy mecánica y si la practicas varias veces ya lo tienes interiorizado y lo puedes hacer bien.

 

Salva. Estas prácticas las hacemos en grupos pequeños porque así tienen confianza para decir cosas que no exteriorizarían en un grupo mayor. Intentamos que todos puedan hacer una ronda y vamos priorizando conceptos para que lo esencial quede claro y lo hayan practicado.

 

Alex y Salva simulan la postura de seguridad lateral

 

Ficha técnica de la sesión impartida  en el Colegio Mayor Larraona: martes 20 de febrero, 19.30 h.

15 min – heridas, hemorragias, quemaduras

5 min – fracturas, luxaciones

10 min – alcohol, intoxicación y coma: maniobra frente mentón, posición lateral de seguridad

10 min – OVACE (Obstrucción de vía aérea por cuerpo extraño) atragantamiento: 5 golpes interescapulares, 5 maniobra de Hemlich

10 min – epilepsia, ictus e infarto

30 min – parte práctica (RCP, maniobra frente-mentón, posición lateral de seguridad, desfibrilador)

 

Un poco de historia personal

¿Y quiénes son estos colegiales que nos han aportado tanto con esta charla de Primeros Auxilios? Aquí van unos pequeños apuntes autobiográficos.

 

Alex.

Soy de Valencia. Desde muy pequeño sabía que quería ser médico, no sé por qué, mis padres no son médicos, pero me gustaba, me gustaba ayudar a la gente. Y en mi colegio escuché que ésta era una buena universidad. Nos informamos, me gustaba mucho y me preparé para la prueba de acceso. Y buscando alojamiento el que más me gustó fue Larraona. Me cogieron. Y estoy supercontento. Valoro sobre todo el hecho de que hay mucho contacto entre tú y la institución, no es como hablarle a una máquina: si quieres hablar con la subdirectora o con el director los tienes ahí, a todo el equipo directivo, nos conocemos todos, puedes hablar sobre cualquier cosa, es un clima muy abierto, hay mucha comunicación.

 

Salva

Soy de Murcia, pero vengo de Barcelona, a donde en un momento dado me fui a vivir con mis padres. Desde que tengo uso de razón quería hacer medicina, por temas personales que pasaron en casa, estuve muy cerca del ámbito médico, fue una experiencia dura, y la medicina me encantó, así que siempre perseguí ese sueño.

Conocí la facultad y la universidad por su reputación, dudaba entre Barcelona y Navarra, pero me decidí por el currículum integrado de aquí, que se centra más en tener los conocimientos y aplicarlos cuanto antes, me convencieron también las pasantías médicas de tercer curso, y las salidas y conexiones profesionales que facilita esta universidad, no solo en España sino en todo el mundo. Larraona lo escogí, me encantó, no solo por la localización, sino también por la experiencia de otros, por la cercanía del equipo directivo, y porque intentan que haya mucha piña, mucha comunidad entre todos y hace que la estancia la disfrutes mucho más.

foto de un estudiante costarricense en el colegio mayor

La experiencia del colegial Alberto Solano

Alberto Alonso Solano Altamirano es costarricense. El año pasado dejó Cartago, su ciudad natal, para venir a estudiar el grado de Política, Filosofía y Economía en la Universidad de Navarra, gracias a una beca Alumni. Desde entonces está en el Colegio Mayor Larraona y así quiere que siga siendo: “Planeo quedarme toda la carrera aquí. Quiero ser decano”, afirma. Te invitamos a descubrir el testimonio de este colegial.

 

estudiantes en la jornada de puertas abiertas de la Universidad de Navarra

 

Una gran oportunidad de aprendizaje

El primer viaje que hizo Alberto fuera de Costa Rica fue para venir a la universidad. “Está siendo una experiencia bastante agradable. Pamplona es pequeña, no es tan caótica como Madrid, y en el colegio mayor me ayudaron a que me adaptara bastante rápido. A mi papá siempre le gustó la cultura española, crecí viendo ‘Aquí no hay quien viva’. Pero llegar aquí y empezar a mamar directamente de la cultura española es diferente. Aunque no es un cambio tan grande respecto a otros países, aprendo mucho”, asegura.

El aprendizaje es constante, en todos los sentidos: “Tengo una beca Alumni y trabajo para pagarme el resto de los estudios. Todos los días son una oportunidad para aprender algo, solo hay que saber administrar el tiempo. Trato de sacar espacio para cuidar de mí como persona, y por supuesto, para cuidar las notas. Aquí trato de ayudar en todas las actividades y me gusta ayudar a enseñar el colegio mayor cuando recibimos visitas. Participo activamente en el taller de cocina y en el taller de baile. Es muy divertido, me gusta mucho bailar”, confiesa.

 

estudiante con delantal y con ingredientes en el club de cocina

 

Alberto no pierde el tiempo: también le gusta practicar fútbol en el colegio mayor y en la universidad, y se interesa por los temas de actualidad y la cultura de nuestro país. Este curso ha participado en actividades como la organización del Think&Beer con Juan Manuel Fernández en torno al tema de la amnistía o el taller sobre Historia de Pamplona. Antes de venir aquí hizo dos años de estudios sociales en Costa Rica.

“Siempre he sido una persona muy inquieta. El problema en mi vida es el porqué de las cosas, necesito saber todo”, reconoce. “El grado que estudio me ayuda a descubrir muchos porqués. Al ser tan interdisciplinar, conozco mucho, aprendo mucho y me gusta. Eso es algo que me motiva a seguir luchando cada día”.

Explica que, dentro de la parte económica del grado, desea centrarse en administración deportiva. “En lo que me quiero especializar es una rama muy específica de la economía, pero la filosofía y la política también me dan muchas herramientas. Además, es un grado muy internacional: tengo compañeros de Estados Unidos, Alemania, Hungría, América Latina… Eso enriquece mucho, lo mismo que pasa en el Colegio Mayor, que es bastante internacional y se comparte mucho con la gente”.

 

estudiantes comen comida de Costa Rica

 

Amor por su tierra y su familia

A Alberto le encanta dar a conocer su cultura aquí en Larraona. El año pasado realizamos una cena temática en su honor y en el del colegial Sergio Contreras. Es “tico” de la cabeza a los pies: “Mi apodo en Pamplona es ‘mae’, que es como tío o amigo en mi país. Utilizo mucho ‘mae’, no he cambiado mi manera de hablar ni las palabras. Amo mucho mi país, creo que la gente aprende mucho de la cultura de Costa Rica por mí”.

Aun así, cuenta que no echa de menos su país hasta que va. “Cuando se aproxima el viaje empiezo a extrañar todo. Tengo tres hermanas mayores y cuatro sobrinos, que son como mis hermanos menores. Como mi mamá cuida de ellos mientras mis hermanas trabajan, me ven como un hermano mayor. El de 11 años me dice que quiere ser como yo. Tengo la responsabilidad de dar un buen ejemplo. Vengo de un hogar humilde, pero nunca me ha faltado el pan en la mesa, ni el amor de mi familia, que es lo que más me motiva. Ellos siempre han hecho todo y más por salir adelante y yo quiero hacer todo y más por devolvérselo. Darles un buen ejemplo a mis sobrinos puede ser una buena retribución”.

Alberto disfruta participando y liderando iniciativas, por eso cree que podría llegar a ser un buen decano de los colegiales: “Siempre se me ha dado muy bien dirigir. Supongo que es algo innato en mí. Quiero agarrar ese rol y hacer algo bueno con ello. Me gusta, se me da natural y puede ser una buena manera de devolver algo de todo lo que me ha dado el Colegio Mayor”, explica.

 

estudiante con la camiseta del club de fútbol Cartaginés

 

Pasión por el fútbol

Su gran pasión es el fútbol y, en concreto, el Club Sport Cartaginés. “Desde que llegué a España no me he perdido ningún partido, y eso que a veces juegan a las 3 o 4 de la mañana, hora española. Hoy juegan a las 2 am, por eso llevo la camisa, para apoyar los colores. Me acostaré un rato y luego lo veré, con mi café de Costa Rica”, apunta. Después, llamará a su padre para comentar los resultados.

“Una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida ha sido ver con mi papá cuando el Cartaginés ganó el campeonato nacional, tras 81 años sin hacerlo. Mi abuelo eso no lo vio. Recuerdo que cuando terminó el partido fuimos al centro a celebrarlo. La ciudad estaba abarrotada de gente, me marcó mucho”.

Alberto explica que el fútbol le une mucho a su padre. “Todos los domingos íbamos a misa a las 8 de la mañana y luego al estadio. Seguir viendo los partidos y comentarlos con mi papá es algo que me mantiene muy cerca suya”.

La gente tal vez no entiende lo que significa el fútbol. Creo que de todo lo que he aprendido en la vida, la gente que he conocido buena y mala, la he conocido en el fútbol. Si hay una cosa que me ha mantenido cuerdo en la vida es el fútbol. En el momento más oscuro de mi vida, practicar fútbol y ver fútbol, tener una disciplina, me salvó hasta cierto punto”, asegura.

“Hasta el que va hablando basura del fútbol normalmente, cuando juega la selección algo cambia y ese día es el más patriota de todos. El fútbol tiene la capacidad de unir a un país, a un territorio. Es algo que no distingue de cultura, sexo, raza, edad… En mí, es un medio de felicidad, un vínculo con mi papá y con algunos de mis amigos”.

 

 

 

ponentes del acto de apertura de las jornadas de los Colegios Mayores en Bilbao

Un encuentro muy enriquecedor – XLV Jornadas de Colegios Mayores

Del 15 al 17 de febrero se celebró en Bilbao la XLV edición de las Jornadas de Colegios Mayores organizadas por el Consejo de Colegios Mayores Universitarios.  Nuestro director Juan Gallego, la subdirectora Magaly Marrodán y los colegiales decanos Eduardo Díez y Alejandro Boned viajaron hasta allá para participar en este interesante encuentro que congregó a más 250 miembros de Colegios Mayores de toda España y de Italia.  Durante estos días, reflexionaron sobre el papel de los Colegios Mayores ante los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).

director y dos estudiantes en Bilbao

 

 

La aportación en educación, trabajo e igualdad

En concreto, las jornadas estuvieron centradas en 3 de los 18 ODS: el objetivo 4, Educación de Calidad, presentado por Xabier Murelaga Bereicua y Mikel Aranburu Barandiaran;  el objetivo 8, Trabajo decente y crecimiento económico, a cargo de María Rodríguez Díez; y el objetivo 10, Reducción de las desigualdades, presentado por Estíbaliz Sáez de Cámara. Se impartieron conferencias y se organizaron mesas de trabajo en distintos espacios de la Universidad de Deusto, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad de Mondragón, coorganizadoras y anfitrionas del evento.

“Primero un director de un Colegio Mayor exponía el tema y después nos reuníamos en distintos grupos para trabajar en torno a tres preguntas relacionadas con el tema”, explica Alejandro Boned. “Debatíamos entre nosotros y se redactaban las conclusiones de ese debate, para que la organización pueda estudiarlas”.

Los grupos para las sesiones de trabajo estaban compuestos por directivos y colegiales de diferentes centros. “Una de las cosas más interesantes fue la diversidad de colegios mayores. Vinieron desde uno de Valencia en el que eran una veintena de colegiales, hasta uno de Madrid en el que eran 360. Las formas de organizarse y de hacer las cosas son muy diferentes. Juntarse te permite salir un poco de la burbuja en la que vivimos cada uno, para poder ver otras visiones y otras formas de trabajar, de organizar las actividades, de fomentar la participación, etc. y pensar cómo podemos mejorar”.

 

asistentes a las jornadas de colegios mayores

 

Una experiencia cultural y social

Los momentos para la reflexión, el diálogo y el intercambio de ideas se alternaron con otros de aprendizaje cultural y socialización, como la visita al Museo Guggenheim Bilbao o la cena de gala de clausura de las jornadas.

El ambiente fue muy bueno. Entre comidas y cenas teníamos espacios para conocernos entre los colegiales. Normalmente éramos decanos o estudiantes que ya llevamos varios años dentro del mundo colegial y que podemos compartir un mismo ambiente: de camaradería, compañerismo, buen rollo…”, cuenta Alejandro. Señala que tuvieron la oportunidad de estrechar relaciones con otros colegios mayores claretianos, como el Colegio Mayor Jaime del Amo en Madrid.

Ahora el equipo directivo y los decanos van a llevar esta experiencia al Consejo Colegial, planteando ideas que han surgido a partir de este encuentro. Una de ellas es la creación de un torneo intercolegial de baloncesto y de pádel. “Queremos mantener la relación que hemos establecido con otros colegios mayores y fortalecerla a nivel institucional. Además, esto permitirá que otros colegiales de Larraona tengan la oportunidad de conocer a estudiantes de otros colegios mayores, como hemos podido hacer nosotros”, detalla Alejandro.

 

directores y estudiantes del colegio mayor en campus de Bilbao

 

Desde el Colegio Mayor Larraona mandamos un saludo a todas aquellas personas con las que hemos coincidido estos días y resaltamos nuestro agradecimiento al Consejo de Colegio Mayores de España por la organización de estas jornadas tan fructíferas. ¡Nos vemos en la siguiente edición!

colegial encargado de voluntariado

Voluntariado en la Misericordia: la experiencia de Juan Moragues

Las labores de voluntariado que realizamos las hacemos a través de la ONG claretiana Proclade Yanapay, pero también contamos con iniciativas de nuestros colegiales. A principios de curso, participamos con algunos estudiantes en la Carrera Contra el Cáncer de Mama de la Asociación Saray, y en navidades, organizaron una recogida de alimentos a favor de las Hermanitas de los Pobres de Pamplona. Ahora, la actividad principal de este curso es el acompañamiento a residentes de la Casa de la Misericordia en Pamplona. Lo descubrimos a través de Juan Mihail Moragues, el encargado de la comisión de voluntariado dentro del consejo colegial.

voluntarios de la carrera contra el cáncer

 

Aprovechando la vida universitaria

 Juan es el menor de cuatro hermanos y viene de Jávea, un pueblo en Alicante. Actualmente está en 2º del grado de Economía con especialización en International Economics and Finance de la Universidad de Navarra. Es el delegado de su carrera y alumno colaborador de la universidad y forma parte, además, de la dirección del club Economics and Society.

Dice que está muy contento con los estudios y con su vida aquí, en todos los niveles. “Pensaba que Pamplona iba a ser una ciudad más aburrida, pero pese a ser tranquila, hay muy buen ambiente y buena fiesta”. Aún así, hay algo que no tiene y es la costa de Alicante. “Hay fines de semana que voy a Sanse solo para ver el mar. Lo echo bastante de menos”.

El colegial vino a Navarra el año pasado sin conocer a nadie. “Había gente del Colegio Mayor que ya se conocía entre sí, pero la verdad es que, a pesar de ir solo, me sentí muy acogido. En menos de una semana hice un buen grupo de amigos; uno de ellos viene conmigo al voluntariado”, comenta.

Asegura que el Colegio Mayor Larraona es “una de las mejores experiencias” que ha tenido en la vida: “Siempre lo recomiendo. Estar en el Colegio Mayor me aporta algo diferente, unas amistades que sé que voy a mantener siempre. Además, académicamente, mis amigos me apoyan mucho. Como varios estudiamos la misma carrera, si tengo un examen sé que el día de antes vamos a estar en la sala de estudios ayudándonos en cualquier cosa”.

 

vista aérea de la ciudadela de Pamplona

 

La experiencia del voluntariado

Todos los viernes a las 17:00h, Juan y un pequeño grupo de colegiales dedica una o dos horas a estar con los residentes de la Casa de la Misericordia. “Vamos a pasear con los abuelos. Les ayudamos con la silla de ruedas, les damos conversación… El objetivo es que les dé un poco el aire”, cuenta Juan.

Normalmente están entre 5 y 10 personas, aunque han llegado a estar casi 20. Aunque lo ideal es que el colegial que se apunte mantenga un cierto compromiso, toda colaboración es bienvenida.

“Nos recibe la encargada y nos asigna a los residentes. Hay algunos a los que hay que prestar más cuidado porque tienen demencia o se ponen nerviosos. Debemos tener paciencia y cuidado. A lo largo del trimestre hemos ido cogiendo experiencia y sabemos afrontar distintas situaciones”, describe.

Dependiendo del día, pasean por dentro del recinto o por fuera, en la ciudadela. Los días que llueve se dedican a jugar al parchís, a juegos de mesa o hacer otras actividades; “lo que surja”, como señala el estudiante. El fin no es tener una ocupación en concreto, sino pasar tiempo con cada residente: centrarse en las personas.

“De semana a semana muchos se olvidan de nosotros y tenemos que volver a recordarles quiénes somos. Nos volvemos a presentar y hablamos de lo mismo, pero sabemos que a ellos les hace felices, que pasan un rato diferente. Para eso estamos”, apunta.

“Al final, incluso los que no se acuerdan, durante esa hora o dos te cogen cariño. Se nota en sus ojos, en la mirada, esa ternura por que alguien haya ido a visitarles. La alegría que ponen es maravillosa”.

Juan confiesa que quería hacer este tipo de voluntariado desde hace bastante tiempo. El colegial tiene la doble nacionalidad española-moldava, ya que su madre es de allá. “Mis abuelos viven en Moldavia. Antes los veía una vez al año, pero hace cuatro años que no nos vemos por la guerra de Ucrania”, comenta. “Ya que no puedo estar con mis abuelos, quiero apoyar a otros, especialmente a aquellos que están sin sus familias”.

En la residencia acompañan sobre todo a los ancianos que se encuentran solos o no reciben visitas. Al igual que ellos se alegran por la compañía de los jóvenes, nuestros estudiantes agradecen la experiencia y el testimonio que les brindan las personas mayores. “Nos cuentan sus historias de hace 60 años y podemos ver perfectamente cómo ha cambiado la sociedad. Pero también nos hablan del día a día. A mí me han dado consejos que he podido aplicar en mi vida cotidiana”, reconoce.

“Es como un intercambio. Nosotros a ellos les aportamos compañía y salir de su zona de confort, que tengan otra cosa que hacer. También les gusta estar con gente joven; nos preguntan qué hacemos, si tenemos redes sociales… Una tarde estuve enseñándole a un anciano Instagram y hablamos de cómo puedes conectarte con alguien que está en la otra parte del mundo”.

Juan lo tiene claro: recomienda a todos los colegiales que participen de esta experiencia. “Además de hacer una labor social, te fortaleces a ti mismo como persona. Aprendes mucho de ir a hablar con ellos, escuchar sus experiencias, oír lo mucho que han sufrido… Cuando sales de ahí te vas reconfortado”.

 

dos ancianos pasean de la mano

 

¿Te gustaría participar? Contacta con Juan Moragues o con el equipo directivo para ser voluntario/a.