Colegial practica esgrima histórica

Enrique Esteban de Cáceres: científico y espadachín

En el Colegio Mayor Larraona, el deporte no es solo una actividad física: es un espacio para vivir los valores que le acompañan. Para muchos, es una parte esencial de su vida colegial. Algunos eligen fútbol o baloncesto, y otros, como Enrique Esteban de Cáceres, se decantan por opciones menos comunes, pero igual de apasionantes, como la esgrima histórica.

Con 22 años y una sonrisa tranquila, Enrique Esteban camina con confianza por los pasillos del Colegio Mayor. Le encantan los retos: ya va por el quinto año del doble grado en Química y Bioquímica de la Universidad de Navarra. Desde Tenerife, Canarias, Enrique se ha dejado guiar por su curiosidad y determinación hasta Pamplona. Disfruta mucho en los laboratorios, y, al salir y colgar su bata, se dedica a practicar esgrima histórica.

De la probeta a la espada

Enrique conoció esta disciplina a través de la página de deportes de la universidad. Se apuntó por curiosidad y se quedó por pasión. “Lo practico desde segundo, pero en cuarto tuve que dejarlo por falta de tiempo. Así que este año he vuelto con muchas ganas”, cuenta. Y se le nota: entrena todas las semanas, sin falta, utilizando los tratados del maestro Pacheco, un referente español en esta disciplina.

A diferencia de la esgrima deportiva que se practica en los Juegos Olímpicos, la esgrima histórica se basa en tratados antiguos, reales, que explican cómo se luchaba con diferentes armas siglos atrás. En esta disciplina no se trata solo de avanzar para atacar al contrincante. Aquí se desplazan en círculos con sables, espadas roperas, dagas e incluso lanzas, dependiendo del día.

 

Estudiante haciendo esgrima

 

La esgrima, para Enrique, no es solo combate. También es historia, literatura y comunidad. Reconoce que este deporte le ha ayudado a desarrollar disciplina, a desconectar de sus carreras exigentes y, sobre todo, a disfrutar pasando tiempo con gente que comparte sus intereses.

Aunque pueda parecer que la ciencia y la espada van por caminos separados, Enrique ha logrado equilibrarlos. “Una cosa es mi vida profesional, a lo que me gustaría dedicarme, y otra es mi vida personal, lo que a mí me gusta y representa mi personalidad”, dice. Aunque reconoce que el doble grado es exigente, ha aprendido a distribuir su tiempo. “Con la experiencia aprendes a medir qué tanto puedes abarcar y cuándo parar”, comenta.

Vida colegial

Una parte fundamental de ese equilibrio ha sido el Colegio Mayor, donde vive desde hace cinco años. Para Enrique, lo mejor de Larraona es la libertad responsable. “No están encima todo el tiempo, pero tenemos claro que nuestras responsabilidades están primero”, explica. Ha aprendido a convivir, a compartir, a apoyarse en los demás y a dejarse cuidar cuando hace falta. Le gusta participar en las tradiciones, especialmente en las jornadas de bienvenida y en la cena de Navidad, que vive con mucha emoción. Y, si no está en entrenamiento, pasa las tardes construyendo mundos fantásticos en su club de juegos de rol.

Colegial que practica esgrima

¿Qué viene después?

 En cuanto al a esgrima, Enrique busca seguir mejorando su técnica con la espada ropera, su arma favorita. Y a nivel de sus estudios, el año que viene espera terminar el doble grado y decidir en qué especializarse y hacia dónde orientar su futuro profesional.

A quien quiera dedicarse a la esgrima histórica, Enrique le lanza una invitación clara: “Que se anime. Es muy divertido. La comunidad ayuda muchísimo y esa primera vez que te pones el equipo y haces tu primer asalto, esa sensación no se te olvida”.

Desde el Colegio Mayor Larraona seguiremos acompañando a Enrique en los avances de su vida profesional y personal. ¡La aventura continúa!

 

 

 

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Mucho más que correr

Este curso, un grupo de estudiantes del Colegio Mayor Larraona ha puesto en marcha un Club de Running, liderado por María Montero y Mencía de Arriba Ortega, alumnas de primer curso de Medicina en la Universidad Pública de Navarra. Cada lunes a las 20:00, se reúne en la puerta del colegio un grupo de unos diez colegiales —dependiendo del día— para recorrer entre 5 y 10 kilómetros por la Ciudadela o el campus de la Universidad de Navarra. Lo que empezó como una idea entre amigas se ha consolidado como una actividad semanal imprescindible para ellas y para muchos otros participantes del club.

 

 

Los inicios del Club

“Veíamos que en el Colegio Mayor había mucha gente interesada en correr y hacer deporte, así que reunimos a esas personas y propusimos el club”, cuenta María, una de las fundadoras. ¡Y vaya si gustó la iniciativa! Formalizaron una afición común, haciendo un grupo de running abierto a cualquiera que tenga ganas de hacer ejercicio y despejarse un rato. Desde el primer momento, el Club generó mucho interés y suma cada vez más participantes. Con el tiempo, se ha consolidado como una actividad habitual que ha dado lugar a un grupo muy unido, con “muy buen rollo” —como cuenta María— y muchas ganas de compartir algo más que kilómetros.

 

“El Club lo hace la gente”

A María, que siempre ha sentido pasión por correr, le alegra que el Club vaya creciendo. Sobre todo, valora poder compartir aquello que le apasiona con otras personas y disfrutar de un rato en buena compañía. En el Club, los participantes no ponen el foco en correr, sino en la vivencia que se genera alrededor: “Correr es la excusa, la gente sobre todo se une al Club porque hay buen rollo entre nosotros y porque estás con personas compartiendo momentos”, destaca.

Al Club se unen corredores y corredoras de todo tipo, personas más rápidas o más lentas, unas más enérgicas y otras más relajadas; sin embargo, todas fomentan un ambiente motivador y hacen muy buen grupo. “He aprendido mucho con el Club, veo la piña que hemos formado y me motiva un montón”, resalta María.

 

 

 Actividades extras del Club

Este curso el equipo de runners participó en la Carrera Solidaria contra el Cáncer, organizada por la Universidad de Navarra. Unos 15 colegiales y colegialas se animaron a correr los 10 kilómetros, cada uno a su ritmo, pero siempre en equipo. “Fuimos a nuestro ritmo, salimos juntos de la meta y, al final, cuando íbamos llegando, lo celebramos todos juntos”, destaca María.

Recuerda, entre risas, algunas anécdotas divertidas asociadas a esta carrera. “La semana antes de la carrera solidaria, quedamos los del Club para hacer el recorrido. Salimos unas doce personas, peros solo la acabamos tres. No pudimos evitar reírnos, ¡teníamos la carrera la semana siguiente! Al final, cada uno a su ritmo, acabamos los 10 kilómetros”, cuenta la estudiante.

 

 

Proyección de futuro

María tiene claro que quiere mantener el Club el próximo año y así ofrecer una oportunidad a los nuevos colegiales y colegialas que lleguen al Colegio Mayor. Además, le gustaría organizar actividades más allá del running: “Como he dicho antes, correr es la excusa, lo que importa es la gente”. Incluso cuando acabe su etapa en el Colegio Mayor, le haría mucha ilusión que alguien tomase el mando y seguir formando parte del Club: “Yo seguiría yendo”.

Para quienes se animen a continuar con el Club en los próximos años, María lo tiene claro, lo más importante es disfrutar. “Lanzamos esta iniciativa con el único objetivo de que cada uno, al terminar el entrenamiento, se vaya feliz. Y lo hemos conseguido, todos dan las gracias al finalizar, aunque yo siempre pienso que es gracias a ellos: sin esas personas que se han unido, no habría Club”, dice María.

 

 

Ejercicio compartido

El deporte es una actividad fundamental en nuestro Colegio Mayor. Club de running, pádel, equipo de fútbol, equipo de voleibol, senderismo; torneos deportivos internos, universitarios e intercolegiales; gimnasio y actividades del Polideportivo Larraona… Existe una multitud de opciones para hacer deporte, disfrutando de una vida saludable, y para hacerlo en compañía. Como dice María: “Lo más importante es compartir todos juntos el tiempo, hacer deporte con las personas”.

 

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Una jornada para disfrutar

El sábado 29 de marzo tuvo lugar la Fiesta de Primavera, un día perfecto para despedir el curso antes de la llegada de la Semana Santa y los exámenes finales. Fue una jornada en la que disfrutamos de una barbacoa, DJ por la noche y campeonatos de ping pong, pádel y fútbol. Aunque sobre todo disfrutamos de la compañía de todas las personas que pudimos participar en esta celebración tan esperada.

Actividades deportivas 

Las actividades deportivas comenzaron a las 11.00 h. con ping pong masculino, al que más tarde se unió el campeonato de chicas. Natalia, estudiante de 1º de Medicina tuvo una buena experiencia con este deporte: “Yo he perdido en el primer partido, mi contrincante era muy buena. Pero me ha gustado mucho poder participar. Luego hemos estado viendo a las amigas que se iban clasificando y muy bien, lo han hecho muy bien”.

El pádel masculino empezó a las 15.00 h. y la final se debutó a las 18.30 h. entre Santiago Stefan, Gabriel Tirado, Gonzalo Ovejero y Jon Gracia. Fue un partido reñido e intenso que acabó con la victoria y la entrega de la txapela a Santiago y Gabriel.

Del campeonato de pádel femenino, el primer puesto fue para Maialen Iñarraieraegi y Marina Estévanez. Por otro lado, María y Jimena, estudiantes de 1º de Medicina, cuentan que fue muy divertido: “Participé en el torneo de pádel, poder escoger entre tantas actividades es guay. Además, yo no jugaba mucho al pádel así que ha sido una suerte poder participar”. Jimena, comenta, además, que hubo muy buen ambiente con las chicas: “Hubo muy buen rollo. Después tendremos cena de barbacoa, toca la banda y luego un rato de DJ. La verdad es que, con lo bien que fue en la fiesta de inicio de curso, tenemos las expectativas muy altas, nos apetece mucho el plan”.

 

En los partidos de fútbol del torneo hubo varios equipos: Larraona Medicina, los Nuevos, los Veteranos, dos equipos de Cohousing, dos equipos de excolegiales y un equipo de 2º de Bachiller del Colegio Larraona.

Se llevó a cabo desde las 14:30 h. hasta las 19:30 h., momento en el que se disputó la final. Quedó ganador el equipo del Colegio Claret Larraona, con 10 jugadores dirigidos por Iván Casimiro.

Víctor Hugo, estudiante de 2º de Medicina, y su equipo fueron eliminados por los estudiantes del Colegio Larraona en el primer encuentro: “Fue un buen partido y también está siendo un buen día”.

 

Los campeones de cada modalidad recibieron un premio de una txapela y varios puntos colegiales. A partir de las 20.00 h. ya habían acabado prácticamente todas las actividades deportivas, pero el día aún no había terminado.

Barbacoa, entrega de premios, “Larrabanda” y baile

A las 20:30 h. se organizó una cena de barbacoa y cervezas en el interior del Colegio Mayor, debido al anuncio del mal tiempo. Esta cena incluyó chistorra, hamburguesas, salchichas a la brasa y, como postre, pinchos de fruta. A las 21:30, el evento se trasladó al salón del bar, donde se anunció la entrega de premios de varios concursos:

En primer lugar a Miguel Ruiz Landeiro, Ager Uribe, Marina Hinojosa, Diego Amaro y Carla Fontaine se les entregó una txapela como reconocimiento por su participación en el Concurso Nacional de Debate de Colegios Mayores.

 

En segundo lugar, se entregaron los premios del Concurso de Fotografía, cuyos ganadores fueron los siguientes: Francisco Pla, quien recibió un premio de 150€, 15 puntos colegiales y una txapela; el segundo puesto fue para Belén Peñuelas, quien obtuvo un premio de 75€ y 10 puntos colegiales; y el tercero para Carla Cilimingras, que ganó un premio de 25€ y 5 puntos colegiales.

Por último, se anunciaron los premios del Concurso de Microrrelatos. Los tres ganadores fueron: Belén Peñuelas, con su obra «Manchar el lienzo»; Javier Areal, con «El banco eterno»; y María Montero, por «Color Morado”, respectivamente.

Más tarde, se llevó a cabo un sorteo de una experiencia en Cohousing entre todos los colegiales y colegialas que asistieron. A partir de las 22:00, las dos agrupaciones musicales del Colegio Mayor –las «Larrabandas», como las llama su coordinador, Javier Albiac­– tuvieron mucho éxito. Tocaron de 21:30 h. a 23:00 h., con 45 minutos de actuación para cada grupo. La primera de ellas interpretó música más española: Leiva, Hombres G, Oasis, Fito y Fitipaldis, Jarabe de Palo, entre otros. La segunda banda, por su parte, ofreció música más internacional, con temas como «Mamma Mia» y «I Will Survive» de Gloria Gaynor.

 

 Una despedida del curso por todo lo alto 

A partir de las 23:00, la fiesta continuó con la música de DJ Josu Millán, quien además de encargarse de la música, también se ocupó del sonido y las luces, apoyando a ambas bandas. Cada colegial tenía una invitación para traer a quien quisiese a la fiesta así que el comedor estaba llenó de gente, tanto del Colegio Mayor como invitados. Ha sido un gran día en el que todos los colegiales y colegialas hemos podido estar juntos y convivir de otra manera, a través de las actividades deportivas y sociales. Una jornada que recoge los frutos de varios meses de crecimiento personal y académico. Ahora toca concentrarse en lo que queda del curso y aprovechar bien este último tirón para rematar el esfuerzo realizado hasta ahora. ¡Vamos allá!

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Caminando hacia Javier

El pasado 15 de marzo tuvo lugar la tradicional Javierada, la peregrinación anual al Castillo de Javier en honor a San Francisco Javier, patrono de Navarra. Desde el Colegio Mayor, un grupo de 35 colegiales y colegialas se unió a los más de 15.000 peregrinos que recorrieron el camino. Para la mayoría era su primera vez, convirtiéndose en una experiencia interesante y divertida. Como es costumbre, no faltó algún imprevisto que hizo de la caminata toda una aventura.

El autobús partió a las 10 de la mañana, dejando a nuestro grupo de estudiantes listo para recorrer los 23 kilómetros que los separaban del Castillo. Hablamos con Alejandro García González, vallisoletano estudiante de primero de Química en la Universidad de Navarra. Ha sido la primera vez que hace la Javierada, pero seguro que no la última. “La verdad es que no iba con ninguna expectativa, no sabía qué me iba a encontrar. Me apetecía el plan de hacer una peregrinación con mis amigos del colegio mayor”, cuenta.

 

Foto de un grupo de colegiales y colegialas durante la caminata.

 

Lo que Alejandro no se esperaba es que iba a caminar junto a 15 mil peregrinos que también iban rumbo a Javier: “Me sorprendió la cantidad de gente que la hace. En el camino nos encontramos a mucha gente, pero no me esperaba llegar a Javier y ver que casi no cabíamos, no imaginaba que tuviese tanta convocatoria”.

Para la vuelta cogieron el mismo bus que les había dejado a la ida y se volvieron al Colegio Mayor, a descansar y comentar con los demás el gran día que habían pasado. Le preguntamos a Alejandro si se vería capaz de hacer la Javierada entera, desde el Colegio Mayor (55km) y esto es lo que nos responde: “Por ahora la verdad es que no la haría entera, 23 kilómetros son más que suficientes, lo justo y necesario”. ¡Ya veremos el año que viene!

 

 

Una peregrinación con altibajos

Como hemos dicho, la caminata colegial tuvo sus momentos de bajón y sus momentos de euforia. Empezaron “cantando y con música, muy motivados, pero conforme avanzábamos, íbamos notando los kilómetros y el ambiente decaía”. Dos colegialas tuvieron que recurrir al coche escoba del colegio mayor, una debido a un percance en el pie y la otra, por un bajón de azúcar, sin embargo, pudieron llegar a Javier y esperar a sus compañeros allí, que llegaron al Castillo sobre las 15.30, lo que les dio un margen para descansar las piernas antes de la misa oficiada por el arzobispo de Pamplona, Mons. Florencio Roselló, que comenzaba a las 17.00 de la tarde.

Un plan para conectar

Además del reto físico, la Javierada resultó ser una experiencia de convivencia y crecimiento personal: “La verdad es que ha sido un plan que nos ha unido mucho a todos los que fuimos, al fin y al cabo, son horas y horas los mismos andando, así que te da para muchas conversaciones guays. También pienso que ayuda a crecer espiritualmente, a estar más cerca de Jesús”, comparte Alejandro.

 

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El sueño de Julen Fernández: ser periodista deportivo

Cuando era pequeño, Julen leía y escuchaba la radio con su padre al mediodía y antes de dormir. Algo de ello le fascinaba, y desde ahí, siempre ha querido hacer periodismo deportivo. Julen Fernández, colegial de segundo de Periodismo en la Facultad de Comunicación, está cumpliendo uno de sus sueños. Desde inicios de este curso ha estado yendo de periodista acreditado a los partidos de la Real Sociedad, el equipo de San Sebastián. Compartimos su historia.

 

 

De becario a redactor jefe

Desde el verano pasado, Julen está teniendo la oportunidad de trabajar en el periódico VIP Deportivo. Empezó como becario y tras mucho trabajo en verano, en septiembre le hicieron redactor jefe. A partir de entonces, inició otra experiencia como acreditado en partidos de fútbol femenino. Un día, el director quiso premiarlo por su buen trabajo con la oportunidad de cubrir un partido de la Europe League.

Nuevamente, recibió buenas noticias. Un martes le llegó la notificación de que los encargados de la comunicación en la Real Sociedad querían llamarlo para ser acreditado de todos los partidos de la Europe League. El mismo jueves de esa semana, Julen ya estaba camino a Donosti para hacer la cobertura del primero de muchos partidos.

Julen asegura que los días que debe cubrir un partido son emocionantes. El estudiante llega dos horas antes de que empiece el partido para mirar los equipos, las alineaciones y poder hacer apuntes que lo ayuden más adelante. Luego, sube a las cabinas de prensa para ver las repeticiones. Según avanza el partido, Julen escribe la crónica, la termina y la publica en la sección de la Real Sociedad en la página de VIP Deportivo.

 

 

Pero el trabajo no acaba ahí. Apenas termina su labor en la cabina, debe ir a la sala de prensa para hacer las preguntas. Cuando le dan paso, él se encarga de interrogar al entrenador de la Real sobre el partido para luego pasar a zona mixta, donde llegan los jugadores, para seguir con las entrevistas. Suelen sacar al mejor jugador del partido.

 

El fruto de sus esfuerzos

“Poco a poco vamos cogiendo confianza. No hay más gente de mi edad, soy como el niño”, nos cuenta Julen. El colegial ha logrado a base de esforzarse, conseguir grandes oportunidades en el trabajo de sus sueños estando tan solo a mitad del grado. “Ahora, soy el corresponsal de la Real para todo”.

Esta es una carrera de la cual uno espera poder adquirir mucha experiencia práctica y para Julen las puertas se han ido abriendo poco a poco. En un futuro, también quiere probar el camino en la comunicación radiofónica. “Mi sueño es tener mi propio programa nocturno en la radio, en la franja de máxima audiencia y ser uno de los periodistas referentes de este país”. Sin duda, cada día Julen se acerca más a lograr aquel sueño que lleva desde que es niño y escuchaba la radio con su padre.

 

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La actividad de senderismo: una bonita experiencia

No es novedad que en Navarra contamos con hermosos paisajes, que en su diversidad, son un atractivo para cualquiera que visite nuestra Comunidad Foral. Pero a veces, para el que solo se queda en Pamplona, pueden resultar desconocidos. Este año hemos iniciado una nueva actividad para que los colegiales y colegialas puedan, a través de visitas guiadas y largas caminatas, conocer un poco más nuestro entorno y disfrutar de los bellos parajes de nuestra región.

 

Entre montañas y bosques

A finales de septiembre, tuvimos la primera salida a la Sierra de Lóquiz. Este sendero se extiende desde Álava hasta los valles de Allín y Metauten, al noroeste de Navarra. Estrenamos esta serie de excursiones yendo a un hermoso entorno con cumbres altísimas bajo el sol de un verano reciente, ¡lo disfrutamos muchísimo! Unos meses después, hicimos la siguiente excursión a la Selva de Irati. Esta es una localización muy reconocida y popular por sus senderos, colores y hayas que forman un paisaje pintoresco que es indispensable visitar. El otoño ya había llegado y las hojas yacían sobre el suelo mojadas. Fue un momento muy bonito para descubrir la Selva de Irati y su naturaleza.

 

 

Fotografiar la naturaleza

El colegial Lucas González nos cuenta su experiencia como gran aficionado de estas actividades, de la fotografía y la naturaleza. Lucas estudia primero de Farmacia y viene de Cantabria, por lo que paisajes naturales como estos le hacen recordar a casa. Siempre ha disfrutado de hacer actividades al aire libre junto a su familia. Además, desde pequeño, por las hermosas calles de Santander, Lucas sale a pasear para poder fotografiar los lugares por donde más suele estar. La fotografía tantas veces sirve como una gran herramienta para nuestra memoria. A Lucas le gusta poder captar el momento de estos lugares y cómo estuvieron aquel día en el que él estuvo ahí.

 

 

En concreto, le gusta especialmente retratar los paisajes naturales: “Me gustan las fotos de la naturaleza, pues no la puedes cambiar”, afirma el colegial. Lucas intenta mantener en lo posible la cámara sin manipular. Ningún ajuste de brillo, ningún filtro. Por ello, estas actividades donde uno puede conocer y pasar horas en estos hermosos lugares, son ideales para él. “Ante paisajes que no veo todos los días, he estado sacando muchas fotos”.

Además, Lucas destaca otro aspecto de estas rutas de senderismo, en las cuales, se puede conocer mucho más de lo que se ve. En cada ruta acompaña un guía que a lo largo del trayecto explica la historia del sitio. “Los guías han sido muy amables. Esto hace la actividad muy llevadera”. Las largas caminatas son acompañadas de una muy interesante explicación del entorno y de su pasado.

 

Camino por recorrer

Todas las fotos de esta noticia han sido hechas por nuestro colegial Lucas. En enero, tenemos la última salida del año de senderismo al Tren Vasco navarro, a la cual, Lucas ya está apuntado y espera con mucha ilusión. “Si el curso que viene hay más me voy a apuntar, aunque sea por repetirlas”.

En el sur de nuestra región, los paisajes son distintos al norte. En la enorme variedad, hay un gran mundo por conocer: valles, senderos, parajes desérticos. ¡Nos queda mucho camino por recorrer y muchas excursiones por organizar!

Equipo femenino compañerismo

VII Torneo Deportivo Intercolegial: nuestra experiencia en Madrid

 

El pasado 28 de septiembre, 36 de nuestros colegiales y colegialas participaron en el Torneo Deportivo Intercolegial, un evento que se celebra desde hace 7 años en la Universidad Complutense en Madrid. Organizado por la Asociación de Colegios Mayores, unió a más de 1.200 universitarios y universitarias de 30 colegios mayores de España. Este es el segundo año en el que Colegio Mayor Larraona participa. “Esta vez, fuimos mejor preparados”, defiende Alberto Solano, capitán del equipo masculino de fútbol sala y uno de nuestros nuevos decanos, quien se encargó de administrar el resto de equipos y preparar los partidos en los que competimos.

 

Estrechando lazos

A mitad de la jornada, los equipos representantes, dirigidos por Alberto, fueron recibidos en el Colegio Mayor Alcalá para comer y descansar. Durante el juego y en este espacio de encuentro, pudieron conocer mejor a los colegiales y colegialas de este centro hermano en Madrid, fundado también por los Misioneros Claretianos. Uno de los objetivos del evento deportivo es favorecer la relación y el sentimiento de pertenencia colegial entre los participantes.

Alberto nos cuenta que, sin duda hay competitividad, pero, ante todo, hay un sentimiento de compañerismo: “Uno genera un sentido de pertenencia hacia el colegio mayor en el que vive. Estar en contacto con gente que tiene una experiencia parecida a la propia es genial e incluso todo eso en el deporte, hace que se sienta mucho más”.  El juego entre equipos finalmente es un tiempo para celebrar e integrarse con otros estudiantes que viven en las mismas circunstancias y con los que se comparte una experiencia similar, aunque distinta.

 

Compañeros apoyándose en torneo deportivo

 

Un buen trabajo

Los partidos empezaban desde las 9 de la mañana y seguían hasta las 18 o 19 horas. Fútbol, voleibol, rugby, pádel… En total hubo 250 partidos, ¡fue una jornada intensa en el campus!  Todos los campeonatos iban en simultáneo, por lo que, muchas veces entre equipos no podían ir a animarse. “Nos juntábamos todos para la comida. También, después de todo, disfrutamos una cena en Madrid entre nosotros”, nos cuenta Alberto.

Hubo sorpresas en los resultados. En masculino de pádel, Martin Diaz Argüelles e Ignacio Herrero Torres, finalmente quedaron en tercer puesto, después de varios partidos muy bien ganados.

 

Equipo masculino de pádel del Colegio Mayor Larraona

 

Las capitanas del equipo de fútbol sala femenino, Diana Mur y Aitana Rodríguez, llevaron a su equipo a semifinales. Diana nos comparte cómo fue la experiencia. “No fuimos con las expectativas muy altas. Cada partido que íbamos jugando teníamos más ilusión y confianza, y eso en parte, fue lo que nos hizo seguir delante y llegar a las semifinales”. Ambas capitanas tenían claro desde un inicio, que lo más importante era hacer que todas se sientan parte del grupo, apoyándose dentro y fuera del campo.

 

El tiempo de juego fue inolvidable, y aunque se haya definido el resultado en tercer puesto, ¡felicitaciones por su victoria! “Lo mejor de esta experiencia no giraba en torno a los partidos, sino todo lo que hemos compartido y crecido como colegio mayor”.

 

Equipo femenino de futsal del Colegio Mayor Larraona

 

En Colegio Mayor Larraona celebramos el esfuerzo y dedicación en esta edición del Torneo Deportivo Intercolegial de todos los colegiales y colegialas participantes:

 

13 futsal masculino

Alberto Solano Altamirano

Arturo Jiménez Ortigosa

Jon García Argüello

Víctor Hugo Pina Poveda

Samuel Santamaria Rivas

Tomas Martin-Retortillo

Sergio Ojeda Villanueva

Lucas Myers Quintanilla

Jordi Sorio Creus

Iñigo Sáenz de Argandoña Lafuente

Samuel Hitchings de Santiago

Xavier Halls Cobelo

Román Royo Ruiz

 

11 futsal femenino

Diana Mur Cavero

Aitana Rodríguez Soriano

Clara Salorio Mazuelas

Paula Jiménez Arnaiz

Manuela Maldonado Caslisto

Ane Alba Calderón

Antía Vásquez Tomás

Julia García Diaz

Jimena Santos Delgado

María Montero González

Lucía Gross Fernández

 

8 basket masculino

Alexandre Mena Andrés

Bernardo Palomares Sierra

Nicolás Martínez Sanjuán

Alejando González Prior

Mario Ramos Capellán

Pablo Juarranz Navascués

Gabriel Tirado Sarasa

Ekaitz Tobajas Salazar

 

2 pádel chicos

Martín Díaz Argüelles

Ignacio Herrero Torres

 

2 pádel chicas

Cecilia Sierra Álvarez

María Revuelta Santamaría

colegiala voluntaria en el estadio de la torre eiffel en parís 2024

Un voluntariado olímpico: la experiencia de María Navarro

Nuestra colegiala María Navarro, a punto de empezar segundo de carrera, está cursando el doble grado de Relaciones Internacionales e Historia en la Universidad de Navarra. Es de Salamanca, aunque a sus 19 años ya ha visto mucho mundo: este mes, sin ir más lejos, ha estado dos semanas viviendo en París, mientras trabajaba como voluntaria en los Juegos Olímpicos. Hablamos con ella para conocer su experiencia.

 

Una larga preparación para llegar a París

Todo comenzó en 2022, cuando se abrieron las inscripciones para apuntarse al voluntariado. María se enteró a través de unos amigos de su clase, que ya se habían inscrito y decidió probar suerte: “Me pareció una muy buena oportunidad y quise apuntarme por si tenía la oportunidad de ir”. El proceso fue más largo de lo que parecía y tuvo que pasar varias etapas, comenzando por rellenar varios formularios dando sus datos, cuántos idiomas sabía, si practicaba algún deporte… María hace ballet y además de español, habla inglés, francés y japonés: “He hablado algo de japonés durante el voluntariado”, nos cuenta.

Además, tuvo que enviar una carta de presentación, explicando por qué era una buena candidata. María admite que a esta parte le dedicó mucho tiempo, y entregó una excelente carta en inglés y en francés: “Creo que por eso me eligieron”.

Al tiempo, recibió una llamada informándole de que estaba seleccionada por uno de los dos organismos que se encargaban de la organización de los juegos: el Ayuntamiento de París. Tras una entrevista, todo quedó cerrado y María comenzó a prepararse para el gran evento. El alojamiento no fue un problema, ya que podía quedarse en casa de un familiar. La mayoría de cursos formativos ofrecidos para la preparación del evento eran presenciales en París: “A los que obviamente no podía ir”, dice María entre risas. Aún así, pudo realizar algunos cursos online, en los que, además de protocolo, aprendió acerca de la historia de la ciudad, la situación de las diferentes zonas, los barrios, etc. María nos lo explica: “Algo que han hecho muy bien en los Juegos de París ha sido implicar los Juegos en la vida de la ciudad, por eso para ellos era importante que la gente que íbamos a trabajar allí conociéramos bien la ciudad y pudiésemos mostrarla a los visitantes”.

 

estadio de la torre eiffel en los juegos olímpicos de parís 2024

 

Où est la Tour Eiffel?

María fue asignada al Estadio de la Torre Eiffel en el departamento de “Servicio hacia la gente”. Su trabajo ha consistido en ayudar en las entradas y salidas de los estadios, dirigir a la gente hacia sus asientos, explicar los servicios del estadio, dar indicaciones sobre las líneas de metro o sobre los monumentos famosos, entre otras cosas: “La pregunta que más me han hecho es dónde está la Torre Eiffel”. Al estar en el estadio, María pudo ver casi todos los partidos de vóley, y como el Ayuntamiento de París daba a cada persona voluntaria una entrada con asiento para un deporte, también vio una de las competiciones de atletismo.

Además, el Ayuntamiento de París creó la “Terrasse des Jeux” o Terrazas de los Juegos: unos espacios cerrados exclusivamente para quienes residen en la ciudad y las personas voluntarias. De esta forma, los habitantes de París podían entrar de forma gratuita a ver cualquier competición en las pantallas, además de comer o participar en diferentes actividades. Así es como María vio la ceremonia de apertura: “Fui yo sola, pero conocí a unos holandeses con los que me lo pasé súper bien”.

 

grupo de voluntarios durante los juegos olímpicos posando frente al estadio

 

Amistades y recuerdos únicos

Aunque se apuntó sola, no tardó en hacer amistades: “Hice muchísimos amigos en cuanto llegué y no me he sentido sola en ningún momento”. El resto del equipo de voluntariado era de Francia, pero eso no ha supuesto ningún problema para María: “Me han incluido súper bien, la gente ha sido un 10 y me llevo muchos amigos”.

No sólo conoció a nuevas personas, si no que tuvo la oportunidad de hablar con diferentes atletas: “Me hice una foto con los dos españoles de vóley, fueron majísimos”. Algo que incentivó mucho las relaciones sociales fueron los famosos Pines Olímpicos. Cada delegación expedía los suyos propios, y uno de los principales pasatiempos durante los Juegos fue intercambiarlos para intentar conseguir todos: “Al principio nos los daban los atletas, pero luego ya todo el mundo los regalaba, los cambiaba o te paraban por la calle para darte uno.” Sin duda, un bonito souvenir que conservará de esta experiencia.

 

universitaria acompañada de dos jugadores de voley de la selección española

 

Esta no ha sido la única aventura internacional de María este año, ya que en mayo estuvo en Washington con sus compañeros y compañeras de carrera: “Visitamos todas las instituciones importantes: bancos, embajadas… Fue muy enriquecedor”.  Eso sí, sin desmerecer a Washington, nos cuenta que París ha sido una experiencia muy especial: “Es una ciudad súper bonita y especial, y aún más con todo esto. He vivido un ambiente que sólo ha existido en esta ocasión y todos a mi alrededor eran conscientes de ello y lo vivían de la misma forma”.

 

De París a Salamanca, y de Salamanca al Colegio Mayor Larraona… ¡Nos vemos en unas semanas en Pamplona!

patinadora en un salto acrobático sobre hielo

Nerea Grandoso: deportista nacional y estudiante universitaria

Nerea Grandoso es de Vitoria y acaba de terminar su primer año de Biología en la Universidad de Navarra, además definalizar una temporada de competición de patinaje artístico. ¿Quieres conocerla? Hablamos con ella para compartir su experiencia como universitaria y colegiala de Larraona.

 

Arte sobre hielo

Nerea empezó a patinar a los 3 años y desde entonces no lo ha dejado, fue amor a primera vista. Compite en la modalidad individual y a nivel nacional de forma regular: “El nivel es bastante alto, entreno 5 o 6 días a la semana”. Al venir a Pamplona Nerea cambió de club, y ahora entrena en el Palacio de Hielo del club Huarte. “He entrenado en Vitoria toda mi vida y vine a Pamplona porque tenía Biología y pista de hielo, es el mejor sitio para compaginar ambos”.

Mi reto este año ha sido compaginar los estudios con el deporte” afirma. Nerea nos cuenta que lo ha conseguido organizándose súper bien y teniendo muy claras las horas disponibles que tiene. “Llevo varios años entrenado mucho y con muchas horas de estudio, así que más o menos ya estaba acostumbrada, pero estar en Larraona me ha ayudado bastante”. Vivir en el colegio mayor y no preocuparse por cocinar o hacer largos trayectos a la universidad le ha permitido centrarse en estudiar y patinar. “Para mí eso ha sido clave para poder hacer las dos cosas, si no habría sido imposible”.

También le ha servido mucho la asesoría académica ofrecida en el colegio mayor: “Te ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y a organizarte más, y eso para mí es fundamental”.

 

patinadora de patinaje artístico sobre hielo en medio de una actuación

 

Amor por la naturaleza

Nerea está satisfecha con la carrera y así lo expresa: “Este año me ha ido súper bien, estoy encantada con la universidad. He acertado, esta es mi carrera”. Toda su vida ha sido una apasionada de los animales y, aunque de pequeña quería ser veterinaria, al ir creciendo descubrió que le interesaban todos los seres vivos: “La naturaleza en general me encanta”.

Su interés por aprender no se limita a las clases; Nerea ha pasado el mes de junio trabajando como alumna interna del Departamento de Biofísica en el laboratorio de la universidad. Junto a otras personas, colabora con el profesorado, participa en los experimentos y aprovecha la experiencia para aprender y coger práctica fuera del horario de clase. Está ilusionada por el proyecto en el que están trabajando actualmente y lo expresa con una sonrisa: “Estamos trabajando con materia activa y aprendiendo un poco de microbiología y física para aplicarla a nuestro proyecto”.

 

colegiala posando frente a la puerta del colegio mayor claret larraona

 

Un segundo hogar

Aunque su agenda ya está muy completa de por sí, Nerea saca tiempo para hacer vida en el colegio mayor; este año ha participado en el taller de bailes latinos, en algún Think and Beer y otras actividades al inicio del curso. “Me gusta que hay muchas actividades para hacer aquí, si fuese por mí me apuntaba a todas, pero no me da tiempo”, nos confiesa entre risas.

Comenta que lo que más disfruta es el ambiente colaborativo del colegio mayor: “Aquí conoces gente de otras carrerasy eso me gusta mucho, ayer tuve una conversación súper interesante con un chico que está estudiando filosofía”. También destaca la seguridad con la que disfruta de vivir fuera de casa: “Estoy muy tranquila, sé que si tengo cualquier problema en Larraona hay mucha gente a la que puedo pedir ayuda”.

 

colegiales en una sesión de think and beer en el colegio mayor

 

Nerea cierra el curso feliz y satisfecha, con la paz que proporciona el esfuerzo y el trabajo bien hecho: “No podía haber elegido mejor sitio para venir”.

estudiante universitaria con un balón de fútbol en la mano

Lucía Gross, al mando de nuestro equipo de fútbol femenino

Hace dos años, Lucía Gross Fernández cambió el sol de Málaga, su tierra natal, por las nubes y la lluvia de Pamplona para venir a estudiar Medicina en la Universidad de Navarra, “un sueño” hecho realidad. “El clima me echaba para atrás, pero el ambiente me encantó. Supe que si me cogían iba a venir aquí, y es una de las mejores decisiones que he podido tomar. Estoy feliz con todo”.

Lucía visitó nuestra ciudad hace 7 años, cuando acompañaba a uno de sus cuatro hermanos mayores a conocer el campus universitario. Hoy, la colegiala reparte sus horas entre el estudio, sus amigos, el ocio y, muy importante, el deporte. Ha sido la encargada de promover el equipo de fútbol femenino y de voleibol femenino de nuestro Colegio Mayor, como capitana de ambos.

 

estudiantes del equipo de fútbol femenino del colegio mayor

 

Un equipo de fútbol con potencial

Además de Lucía, el equipo de fútbol está formado por Paula Jiménez, Sara López, Diana Mur, Ana Nahnias, Alba Infante, Elena Olazar, Zeni Thompson, Paula Pastor y Aitana Rodríguez. El entrenador es Santiago García Falaguera.

En vez de competir en el Trofeo Rectora, las estudiantes juegan en el Intercollege, una liga de fútbol femenino en la que participan colegios mayores y residencias universitarias. “Es más flexible en cuanto a horarios y tiempos”, explica la estudiante. “Nosotras entrenamos los lunes por la noche, en el Polideportivo Larraona, y jugamos un partido a la semana, que suele ser a las 20h, para que nos dé tiempo a llegar a la cena”.

Nuestras chicas empezaron con fuerza en la liga, con una victoria por cuatro goles a cero, aunque han tenido de todo. “Algunos partidos los hemos ganado, otros hemos perdido o empatado… Estamos aprendiendo de cada uno. La mayoría somos medio-novatas, pero tenemos potencial y nos lo pasamos muy bien”.

“Lo mejor es que hay buen rollo”, insiste la capitana. “No tenemos demasiada afición, pero nosotras somos nuestra afición. Nos animamos unas a otras. Somos un equipo, una piña, ganemos o perdamos”. Cuenta, por ejemplo, que hubo un partido que disfrutaron en particular, porque empezaron perdiendo 5-1 y consiguieron remontar a 5-5. Empataron, pero se sintieron muy orgullosas. “Ahora tenemos que aprender a compenetrarnos, porque podemos ser buenas individualmente, pero a veces juntas somos un poco caos. Pero esto no es la Champions ni nada, es para pasar el rato”.

 

Tiempo para todo

Como capitana, Lucía tiene claro su papel: “Ni soy mejor, ni tengo más experiencia que las demás, ni me creo superior. Todas somos nuevas en el Colegio Mayor y estamos todas para animarnos”. Se encarga de que los entrenamientos y los partidos salgan adelante, y de motivar al equipo.

Además de deportista, Lucía es muy organizada, y saca tiempo para participar en otros ámbitos de la vida colegial: dirige también el equipo de voleibol femenino, forma parte del consejo colegial y se ha encargado de las sudaderas de la promoción de este año.

“Si te organizas te da perfectamente para tener un equilibrio entre estudiar, hacer deporte, salir, descansar… La clave es organizarse y cumplir tus horarios”, asegura.

Por ejemplo, este curso en el que tiene clases por la tarde, las mañanas las pasa estudiando en las salas de nuestro Colegio Mayor, y a media mañana acude a nuestro gimnasio para entrenar, con actividades como las clases de Tonificación. La semana que viene comenzará los entrenamientos de voleibol.

Me gustan todos los deportes, prácticamente. Sobre todo, debido a mis estudios, hago deporte por mi cuenta, con ejercicios efectivos y cortos, como Cross Fit o salir a correr”.

El fútbol siempre le ha gustado a nuestra estudiante –apunta que es madridista, y que solía jugar con sus hermanos– pero no fue hasta el año pasado cuando empezó a entrenar en un equipo femenino de otro colegio mayor, aunque fue también de manera informal. “Yo le pongo ganas y lo que salga. Elena, de nuestro equipo, sí que ha jugado en un equipo de fútbol antes, y hay alguna otra que se nota que sabe más, pero la mayoría de nosotras no tenemos mucha experiencia. Como es en equipo, nos lo pasamos muy bien y lo celebramos”.

En equipo o de manera individual, Lucía tiene claro los beneficios que le aporta hacer ejercicio: “Pongo el deporte como prioridad porque es bueno para el cuerpo y para la mente, sobre todo cuando estás estudiando”.

 

universitarios hacen deporte en Pamplona

 

Vocación de ayuda

Lucía afirma que la carrera le está yendo muy bien, con buenas calificaciones que espera mantener. “Aunque sea duro por el estudio, merece mucho la pena. Me encanta estudiar Medicina”.

Cuenta que al principio tenía dudas, porque tomó la decisión en 2º de Bachillerato, pero enseguida confirmó que había hecho una buena elección. “Me gusta ayudar, aunque suene a tópico. Pensé que, si tenía la capacidad de estudiar algo en lo que pudiese ayudar, tenía que intentarlo. Sentí que tenía que aprovechar esos dones que me había dado Dios. Y Medicina me parece lo más”.

Aún le quedan años de estudio y especialización por delante, en los que irá concretando su vocación como médica. “No tengo ni idea de la especialidad que quiero hacer, lo iré descubriendo a lo largo de la carrera. De momento, estoy realizando el diploma quirúrgico, pero estoy abierta a todo. También me llama la atención la pediatría”.

 

Buena compañía

La Facultad de Medicina está a cinco minutos de nuestro Colegio Mayor, lo que le permite ir y venir cómodamente y aprovechar el tiempo de estudio. “Elegí estar en este Colegio Mayor porque es cercano, está justo al lado del hexágono y de la vida social, en frente del Cañas de Pío XII. También quería tener cierta independencia, sin unos horarios demasiado estrictos que me limitasen mucho. Y ya tenía amigos que estaban aquí”.

Dice que ha hecho muy buenas amistades en el Colegio Mayor y fuera, que es un gran aliciente para apuntarse a un deporte en equipo y para escoger un colegio mayor. “Del Colegio Mayor me encanta que, aunque estés todo el día estudiando o yendo a clase, que es lo que nos toca, pasas todo el día como si hubieras quedado con tus amigos. Te lo pasas bien, disfrutas sí o sí de la vida del estudiante”, concluye.

Esta vida universitaria tan rica incluye socialización, estudio, ocio, descanso… y también deporte, como demuestra Lucía. Le deseamos que siga teniendo éxito en el plano académico y profesional, y también, por qué no, en el deportivo. Ojalá veamos este curso a nuestros equipos de fútbol y voleibol femeninos en la final. ¡Vamos, Larraona!

 

estudiante con un balón de fútbol en el pie