El pasado 10 de mayo, 80 jóvenes de la Universidad de Navarra y la Universidad Pública de Navarra recibieron el sacramento de la Confirmación en la Catedral de Pamplona, Santa María la Real. La Confirmación, que habitualmente es administrada por el obispo o un sacerdote autorizado, en este caso, el Deán Don Carlos Ayerra Sola, es el sacramento mediante el cual los cristianos reciben de forma plena el don del Espíritu Santo. Entre todos esos jóvenes universitarios, se encontraban once colegiales y colegialas del Colegio Mayor Larraona que tomaron la decisión de recibir este sacramento. Para ello, este curso recibieron la preparación impartida por el padre Gustavo Pez, c.m.f., y el padre Roberto Cillero, c.m.f. En la ceremonia les acompañó el padre Enrique Martínez, c.m.f. El Deán agradeció la presencia de Don Enrique y la labor pastoral que hay en el Colegio Mayor Larraona con los jóvenes universitarios. La ceremonia comenzó a las 17.30h y finalizó sobre las 19.00h. Los colegiales y colegialas que decidieron recibir el sacramento fueron Aitana Rodríguez, Martín Carreras, Josefina Recabarran, Mario Hinojosa, Martí Viñolas, Paula Jiménez, Sara Campos, Ane Alba, Rosa Casado, Inés Duque y Jimena Santos.
Una jornada para celebrar
La Catedral de Santa María la Mayor se llenó en su totalidad para acoger a los familiares y personas allegadas de los confirmandos y confirmandas. En representación del equipo directivo del Colegio Mayor Larraona estuvieron presentes la subdirectora Magaly Marrodán y el subdirector Manuel Sagüés. Fue una eucaristía solemne y cercana celebrada por Don Carlos Ayerra Sola. En palabras del propio Manuel: “Nos sentimos muy agradecidos desde Larraona con el grupo por la renovación de su fe católica a través de la confirmación. En la larga historia del Colegio Mayor, ha sido el grupo más numeroso, prueba de la labor pastoral de los claretianos”. Aunque fue un día de lluvias intensas acompañadas de truenos y rayos, nada empañó la alegría compartida por las personas confirmadas, sus padrinos y madrinas y todos los seres queridos que acudieron a acompañarlos.
El padre Roberto: jóvenes inquietos
El claretiano Roberto Cillero, quien acompañó al grupo durante los últimos meses de formación, destaca la esperanza que le transmiten estos jóvenes que deciden libremente acercarse más a Jesús y conectarse con la vida cristiana: “Es esperanzador ver cómo gente joven de 20, 21 o 22 años tiene ese deseo de conocer más a Jesús, de reconectar un poco con Él y de descubrir cosas nuevas. Ese interés y ese deseo que han tenido ha sido un motivo para seguir trabajando y esforzándome por hacerlo lo mejor posible, y para que disfrutasen del proceso”.
Señala que su objetivo al impartir la catequesis no era tanto transmitir conocimientos, sino suscitar y despertar la fe en ellos. Les recordó que “después de la Confirmación es cuando verdaderamente empieza todo”, y los animó a cuidar su fe y alimentarla día a día.
Razones para no tener miedo
Entre los confirmados se encuentran Martín Carreras, estudiante de primer curso de Economía y natural de Quito, y Rosa Casado, sevillana y estudiante de primer curso de Enfermería. Ambos cursan sus estudios en la Universidad de Navarra y han querido compartir su experiencia durante de estos últimos meses, desde la formación recibida en la catequesis hasta las razones personales que los llevaron a dar este paso.
Martín y Rosa coinciden en que ha sido una decisión muy acertada. Se sienten con más serenidad, más felices, y ambos destacan que el proceso les ha ayudado a madurar en su fe y a vivirla con mayor plenitud. Ambos animan a quienes estén considerando recibir este sacramento a retomar el camino de la fe o incluso a dar el primer paso, e insisten en no tener miedo. “Si alguien tiene dudas, que pregunte sin miedo ni vergüenza”, comenta Martín. Rosa destaca que esa decisión es algo muy personal: “Es algo entre tú y Dios. Los cambios dan miedo, lo que pueda pensar la gente da miedo, pero Dios es amor y siempre te espera con los brazos abiertos. Y la Iglesia también”.
El padre Roberto anima a lo mismo: a no tener miedo a preguntar y a preguntarse, y comparte su testimonio personal: “Cuando entré en el seminario claretiano y empecé a formarme para ser sacerdote, también fui con mucho miedo e incertidumbre. Pero pensé que, si esto era de Dios, iba a salir adelante; y que si no lo era, saldría y, sencillamente, no pasaba nada. Dios me quiere, y eso es lo importante, la razón más profunda para no tener miedo”.
Un paso de fe: el testimonio de Rosa
Rosa no solo hizo la confirmación este pasado 10 de mayo, sino que el 22 de marzo hizo también la Comunión en el Colegio Mayor Larraona. Cuenta que desde pequeña es cristiana e iba a misa con su abuela de vez en cuando, pero conforme crecía se fue distanciando, hasta no tener ningún contacto con la religión. Antes de empezar la Universidad, conoció a su novio y a un grupo de amigos que son practicantes, y a partir de ese momento, poco a poco volvió a acercarse a la religión. Cuando vio que tenía la oportunidad de recibir formación en el Colegio Mayor no dudó en hablar con el personal administrativo del Colegio Mayor y con el capellán de ese momento: Don Gustavo Pez. Rosa comenzó las catequesis junto con un grupo de jóvenes que también estaban interesados en recibir también el sacramento.
Un día en su tierra natal, Sevilla, se dio cuenta de que esa paz que le transmitían sus amigos era lo que ella estaba buscando: “Me di cuenta que eso era lo que había estado buscando desde hace mucho tiempo. Gracias a esas personas yo me abrí y encontré lo que hoy en día es un pilar muy importante en mi vida. Las cosas que antes eran un tormento para mí, ahora son esperanza. He encontrado un consuelo muy grande: Dios”.
Rosa comparte cómo ha sido el proceso de catequesis y el acompañamiento de los padres claretianos con ella y con el grupo: “Hemos formado un grupo muy bonito. Yo me he sentido muy cómoda”, cuenta. “Al principio, cuando empecé con don Gustavo, todo esto era bastante nuevo y extraño para mí. Pero él, súper comprensivo y simpático, me acogió desde el primer momento”. También destaca la llegada del padre Roberto: “Con don Roberto igual, me lo paso muy bien con él, es muy gracioso y también muy bueno. Creo que los dos nos han ayudado mucho a despertar el interés por aprender más sobre la fe y la vida de Cristo. Es un tema muy amplio y creo que todos estamos aprendiendo muchísimo”.
El Colegio Mayor: un pilar para Martín
Martín destaca la importancia que ha tenido para él vivir este proceso dentro del Colegio Mayor: “Durante la catequesis he hecho muy buenos amigos. Si no hubiese tenido esta oportunidad en Larraona, no sé si habría recibido el sacramento en otro momento”, explica. “Conocí al padre Gustavo y me facilitó el proceso. Fue muy llevadero y sencillo. Me regaló una Biblia y me la leí entera. Cuando tenía alguna duda, le preguntaba y siempre tenía tiempo para mí”.
El acompañamiento de los padres claretianos ha sido clave para muchos colegiales y colegialas que han decidido dar este paso. Así lo afirma el padre Roberto: “Estamos, por supuesto, a disposición de ellos y de lo que necesiten: si quieren confesarse, simplemente hablar de lo que sea o pedir algún consejo”.
Jóvenes cristianos en el mundo de hoy
Rosa reflexiona sobre lo que significa creer en un contexto tan marcado por lo inmediato y lo material: “Hoy en día todo tiene que tener una explicación científica, algo que podamos ver con nuestros propios ojos para creerlo. Vivimos en una sociedad muy impaciente”, comenta. “Pero la fe implica una dimensión diferente, es algo especial que ayuda a tener esperanza”. Por otro lado, el padre Roberto reflexiona sobre el contexto actual, marcado por el consumo, la compra-venta de productos, el disfrute y las experiencias efímeras que prometen una felicidad que, una vez alcanzada, tiende a desvanecerse. Considera que vivimos en una sociedad líquida, donde todo parece relativo, provisional y condicionado por el gusto o el momento. Frente a esa inestabilidad, subraya la firmeza de la fe: “Dios es sólido, Dios permanece y siempre está presente”.
Las confirmaciones del 10 de mayo fueron más que una ceremonia: un camino de amistad, de formación y de reafirmar la fe. ¡Enhorabuena a todos aquellos que la recibisteis! En esta etapa final del curso, con los exámenes a punto de acabar y el sol del verano asomándose, recordemos las palabras del padre Roberto: “Actuemos con autenticidad y verdad, y estemos muy tranquilos porque Dios siempre está con nosotros de nuestra mano”.