Aunque el curso académico ya ha terminado, algunos aprovechan estos días para seguir dedicándose a lo que les apasiona. Este es el caso de varios estudiantes de Medicina, como los colegiales Martí Viñolas y Alexandre Mena, que han tenido la oportunidad de adelantar sus prácticas clínicas del curso que viene a este verano.
Alexandre Mena nos cuenta más sobre su experiencia y cómo vive estos días previos a sus vacaciones.
Alexandre y su pasión
Tres años se han pasado volando para Alexandre Mena, colegial en Larraona desde el 2022. En ese tiempo, su paso por el Colegio Mayor y la Universidad ha estado lleno de cambios, aprendizajes y crecimiento personal. Desde niño soñaba con estudiar Medicina, aunque no siempre tuvo claro si lo iba a poder hacer realidad. “Cuando entré en la carrera tenía mucho miedo porque decían que Medicina es una carrera super difícil, hecha para genios”, cuenta. “No sabía si iba a ser capaz de hacerlo hasta que llegó el primer examen, me salió genial y vi que en verdad sí valía para esto. Estaba hecho para estudiarlo”.
Hoy, Alexandre no solo avanza con buenas notas, sino que ya está adelantando sus prácticas clínicas: una muestra del compromiso y la pasión con la que vive su vocación. Pero no es nuevo en esto: lleva diez meses como practicante clínico.
Recuerda su primer día con nostalgia: “El primer día en el quirófano es inolvidable. Estás asustadísimo. Te lees todas las instrucciones de qué es lo que hay que hacer, dónde te tienes que poner, cómo hacerlo”, explica. “Y, sin darte cuenta, llegas a tu cuarto mes de prácticas y te manejas mucho más tranquilo”.
Le gusta especialmente el trato humano en las consultas médicas, pero no le importa aventurarse en prácticas quirúrgicas. Este verano está haciendo prácticas de cirugía vascular, que, según él, pueden ser de las operaciones que más miedo pueden dar.
Aunque reconoce que le enseñan bien sobre el trato personal hacia el paciente, asegura que no es lo mismo aprenderlo en teoría que vivirlo en persona. “Lo que le ocurre al paciente te llega a afectar”, comenta. “Tienes que volver al Colegio Mayor sabiendo que muchos lo están pasando mal, o regresas contento porque algún paciente se puso alegre. Esto tienes que saber manejarlo y se aprende con la experiencia”.
Médico, deportista y amigo
Para poder compaginar la exigencia académica con una vida social activa, el Colegio Mayor ha sido clave. Alexandre no solo estudia, también lidera el equipo de baloncesto de Larraona, lo que le permite desconectar, hacer amistades y seguir cultivando otras pasiones.
Valora especialmente la oportunidad que Larraona le ha brindado para conocer a gente de otras carreras. “En nuestro grupo de amigos hay un chico de Derecho y ADE, otro de Arquitectura, y otro de Bioquímica. Es un poco la mezcla de muchos mundos. Y lo agradecemos porque en Medicina, por horarios, a veces estamos muy aislados”.
El camino por recorrer
Alexandre se plantea seguir estudiando fuerte para ir definiendo el camino que debe tomar dentro de su disciplina. Es muy curioso, le gusta de todo, pero por ahora, se decanta por la Neurología, área que conoce bien por participar en distintas investigaciones y proyectos.
Y, aunque le queda camino por recorrer, Alexandre sabe que no lo hace solo. El Colegio Mayor seguirá siendo ese lugar que le acompaña tanto en los desafíos del estudio como en todo lo que ocurre más allá de los libros: la amistad, el deporte y todas las vivencias que conforman la etapa universitaria.