Nuestros universitarios provienen de todas partes de España y del mundo. Esto es una fuente de enriquecimiento muy grande para todos, y también para ellos. Porque estudiar fuera de casa no es solo hacer nuevos amigos y vivir diferentes experiencias. Es también encontrar otros modos de hacer y de ser, adentrarse en una cultura nueva y en un entorno concreto e intentar comprenderlo. Para eso es imprescindible conocer la Historia. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con una serie de talleres en grupo?
Pinceladas históricas
El sábado 18 de septiembre fue la primera salida a la catedral. Allí, los colegiales se introdujeron en el mundo de la Pamplona medieval, gracias a la exposición Occidens y a las explicaciones de la profesora Anna K. Dulksa. Les habló sobre el impresionante conjunto catedralicio y sobre los Burgos de Pamplona, las tres poblaciones que constituían la ciudad en el medievo hasta que se unieron mediante el Privilegio de la Unión en 1423 por iniciativa de Carlos III de Navarra, cuyo sepulcro se encuentra en la catedral.
Seguro que, bajando de la catedral, al recorrer por las calles del casco viejo de Pamplona, los chicos se percataron mejor de los vestigios de esa ciudad medieval, como las iglesias propias de cada burgo: San Lorenzo, San Saturnino y San Nicolás. Tuvieron que estar atentos durante las explicaciones, porque les pedimos que hagan un trabajo de al menos una de las salidas. Este incluye la presentación de un mínimo de cuatro fotografías, con su correspondiente descripción y explicación histórica, además de una valoración personal del estudiante.
El sábado 2 de octubre visitamos la ciudadela, el recinto amurallado de Pamplona, un complejo estratégico militar muy bien conservado desde su construcción en el siglo XVI. En esta segunda sesión, los estudiantes estuvieron acompañados por el profesor y subdirector del Colegio Mayor Larraona Manuel Sagüés, que les retrató cómo era la ciudad durante la edad contemporánea. Declarada Monumento Nacional, hoy en día este conjunto de murallas –con sus baluartes, fosos, pabellones…– supone uno de los grandes espacios verdes de la ciudad y centro de ocio, deporte y cultura.
El taller terminó con la salida del 15 de enero: una visita al Museo de Navarra de la mano de Manuel Sagüés. Les remontó muchos años atrás, al inicio de la ciudad bajo el nombre de Pompaelo, llamada así en honor al general romano Cneo Pompeyo Magno. En el museo pudieron ver varios mosaicos de la época encontrados en nuestra región, como los mosaicos de Andelos, Pamplona, Liédena y Villafranca. También pudieron aprender sobre las costumbres y tradiciones gracias a los objetos de la vida cotidiana y estelas funerarias que están expuestos.
Desde otra óptica
Llevamos muchos años realizando este taller, en colaboración con el departamento de Geografía e Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, e invitando a participar a las estudiantes de la Residencia Roncesvalles. Y podemos decir que, un año más, la experiencia ha sido positiva. Ayuda a los colegiales a situarse mejor aquí, fomenta la convivencia entre ellos y suscita la sensibilización por la Historia y la reflexión. Esto hace que vuelvan a mirar las calles de Pamplona, sus edificios y monumentos desde una nueva óptica, sin pasar de largo. Porque esa es la experiencia global que queremos que se lleven los colegiales al salir de la universidad: una que les haya dejado huella y les haya implicado.