COLEGIO MAYOR LARRAONA

BLOG

La experiencia de vivir en el Colegio a través de testimonios, noticias y eventos. Son un pequeño reflejo de las amistades, los aprendizajes y los grandes momentos que pasamos aquí dentro. No te lo pierdas.

Helen Wilson: una experiencia intercultural

En septiembre, Helen Wilson, colegiala de Larraona, dejó atrás su ciudad natal, Johannesburgo (Sudáfrica) para venir a estudiar el Programa Internacional del Grado de Medicina en la Universidad de Navarra. La razón por la que decidió recorrer tantos kilómetros no fue solamente por el prestigio de la universidad, sino también porque tenía ganas de enfrentarse a la experiencia de vivir fuera de casa, en un país diferente, con un idioma y una cultura distinta. Meses después, con los exámenes terminados, Helen valora satisfecha la experiencia de este curso.

 

 

Nueva vida en Pamplona

Helen no lo duda: está muy contenta con la decisión que tomó. Adora la medicina, y aunque reconoce que su vocación aún está en desarrollo, hoy por hoy sueña con trabajar en Urgencias o en Cuidados paliativos. Le fascina el cuerpo humano, la química y la biología, tanto que se ha inscrito en un programa de Investigación Biomédica de la universidad este próximo junio.

Cuando llegó, sus conocimientos de español eran más bien limitados, sin embargo, con el tiempo ha ido aprendiendo y ahora conversa con soltura y entiende perfectamente.

En la Universidad de Navarra, dentro del Programa Internacional de Medicina, la estudiante ha encontrado justo lo que buscaba. Tiene amigos en clase, profesores que califica de «diez” y unas asignaturas que le apasionan. Se siente acompañada tanto en el ámbito académico como en el personal: «Los profesores siempre están ahí por si tienes dudas”, cuenta. Añade, con gratitud, que en el Colegio Mayor Larraona también ha encontrado una red de apoyo: «Si necesitas ayuda con algo te la van a dar. Están muy atentos para que estés a gusto”.

 

 

Cambio de país y de cultura

Aunque Helen había estado antes en España, ha sido la primera vez que ha venido para quedarse y no volver en un tiempo largo. Su primera visita a nuestro país fue con su familia a los 10 años, y la segunda a los 16, cuando se quedó varias semanas en Barcelona para aprender castellano. Ella misma lo expresa así: “Las anteriores veces que fui a España había ido en mood turista, y la vida del turista es muy diferente a la vida real. Esta vez me quedaba como una local”.

A pesar del contraste cultural entre España y Sudáfrica, encuentra muchas similitudes entre ambos países: “Aquí las personas son muy abiertas, como en mi país”. Sin embargo, hay otras costumbres que han hecho que la adaptación haya sido algo costosa.

Habituada a comer a las 12 de la mañana, aguantar hasta las 14h de la tarde le pareció todo un reto al principio. Con las cenas le ocurrió más de lo mismo. Ahí el día acaba definitivamente a las 20h de la tarde, cuando aquí las 21h es la hora a la que normalmente se empieza a cenar. El invierno en Pamplona también le costó asimilarlo: “En Pamplona hace mucho frío”, dice entre risas.

Sin embargo, aún con estas diferencias, nuestra ciudad le ha conquistado el corazón: “Me encantan las patatas bravas y los planes de caña y pintxo por el centro de Pamplona. También me encanta que todo esté cerca, que se pueda ir andando a todos lados cómodamente y tranquila”.

 

 

Cena temática: Boboties, chakalaka y mieliepap

Antes de las vacaciones de Semana Santa, Helen propuso al equipo directivo del Colegio Mayor organizar una cena temática dedicada a Sudáfrica, con platos típicos de su país, que tuvo lugar el pasado 15 de mayo. Pensó cuidadosamente qué recetas podrían preparar los cocineros de Larraona para que sus compañeros y compañeras pudieran captar la esencia de su cultura. Finalmente, se decidió por un menú sencillo pero muy representativo, compuesto por tres platos tradicionales: bobotie, chakalaka y mieliepap.

El bobotie es un pastel de carne especiado, muy característico de la cocina sudafricana. «Sudáfrica tiene una gran influencia de Malasia y la India, por eso usamos tantas especias en nuestros platos”, explica Helen. El menú se completó con chakalaka, un salteado de verduras con un toque picante, y el mieliepap, harina de maíz mezclada con agua y leche. Fue una cena tradicional sudafricana con la que Helen consiguió llevar un pedacito de su hogar hasta el comedor del Colegio Mayor.

 

Helen con su abuela haciendo koeksuster, un dulce típico de Sudáfrica.

 

Además de estas recetas, Helen destaca otros platos típicos de su país. Entre ellos está el bubble tea, una bebida que disfruta especialmente, y un postre tradicional llamado malva pudding. «Es parecido al sticky toffee pudding de Inglaterra, pero mejor”, comenta riendo. En invierno lo suelen tomar acompañado de natillas calientes, y en verano, con helado. «Es un postre delicioso que se puede disfrutar en cualquier momento del año”, añade. Otro dulce típico es el koeksuster.

 

El valor de la diversidad cultural

Helen resalta la importancia y el valor humano que tiene organizar actividades culturales en el Colegio Mayor, ya que enriquecen a quienes participan. «Yo puedo contar a mis amigos cómo es Sudáfrica y la gastronomía del país, pero para entenderlo de verdad hay que probarlo y vivirlo”, explica. Además, señala que en Larraona hay un gran grupo de estudiantes internacionales, y considera que este tipo de encuentros son una gran oportunidad para que todos conozcan distintas culturas a través de su gastronomía.

Para Helen, la diversidad cultural no es algo nuevo. «En mi país convivimos muchas culturas, muchos idiomas y formas distintas de pensar. Por eso a Sudáfrica se la conoce como The Rainbow Nation”, explica. En ese sentido, cree que cenas como estas ayudan a abrir la mente, conocer a más personas y enriquecernos más humanamente.