COLEGIO MAYOR LARRAONA

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La experiencia de vivir en el Colegio a través de testimonios, noticias y eventos. Son un pequeño reflejo de las amistades, los aprendizajes y los grandes momentos que pasamos aquí dentro. No te lo pierdas.

Jubilación del subdirector

Manu Sagüés se jubila y su legado se mide en ‘abrazos inesperados’

Después de tres décadas acompañando a generaciones de estudiantes, Manuel Sagüés, Manu, se jubila. Y lo hace con la humanidad y cercanía que lo caracterizaron todos estos años.

Su legado no se mide en números sino en abrazos inesperados por las calles de San Sebastián, Zaragoza, Tudela o Logroño, donde antiguos colegiales lo paran para saludarlo, emocionados de reencontrarse con quien fue una figura clave en esa etapa tan importante de la vida. “Lo mejor, sin duda, han sido los colegiales y sus familias”, asegura. Se expresa agradecido, también, por lo que ha recibido de sus compañeros de trabajo con los que ha caminado durante esta vida en Larraona.

 

Su llegada a Larraona 

Su vocación inicial era clara: enseñar. Tras licenciarse en Geografía e Historia por la Universidad de Navarra salió a recorrer los colegios de Pamplona con su currículum en mano, buscando una oportunidad como docente. Dio clases en Jesuitas, su colegio de toda la vida, pero fue en una entrevista con Patxi Muguerza, entonces director del Colegio Mayor, la que le cambió el rumbo. Fue allí cuando le hablaron, no solo de clases sino de habitaciones, comedor, disciplina y actividades.

Aceptó el cargo pensando que sería algo temporal. Nunca imaginó que esa decisión marcaría su vida. Lo que encontró en Larraona no fue solo un trabajo: encontró un hogar.

Con el paso del tiempo, más de 3,500 estudiantes han recorrido los pasillos del Colegio Mayor, y Manu se lleva consigo un pedazo de la historia de muchos de ellos. Los recuerda como si hubieran sucedido ayer. Porque si algo ha tenido claro todos estos años es que Larraona ha sido mucho más que un colegio mayor. Ha sido una escuela de vida. “Es un trabajo valioso por el cariño que recibes de los colegiales y, ahora, también colegialas”, cuenta con esa naturalidad que lo ha hecho querido por todos.

De todas las tradiciones que le apasionan, destaca especialmente ese pasillo de bienvenida que los veteranos forman cada año para los nuevos colegiales tras la eucaristía de apertura de curso. Le emociona, sobre todo, ver a los veteranos “aceptando a los que empiezan como miembros del nuevo hogar que es Larraona”, dice. Es una bienvenida a esta familia.

Despedida al subdirector

Proyectos de futuro 

Ahora, a las puertas de la jubilación, Manu no piensa quedarse quieto. Lejos de imaginarse paseando sin rumbo, ya está trazando nuevas rutas. Esta vez, al volante de una furgoneta con la que va a recorrer Navarra como guía cultural. Tiene libros que escribir, anécdotas que contar y tiempo para dedicarse a aquello que le mueve: aprender y compartir lo aprendido. Lo dice con humildad y emoción: no sabe si sabrá estar o sabrá hacer. Pero, Manu ha dejado claro que siempre ha estado para todos y, sobre todo, que ha sabido querer.

Manu Sagues se jubila

Hoy, nos despedimos de él, pero sabemos que su huella queda plasmada en los pasillos, en las historias y en los corazones de quienes lo conocieron. Como él mismo dice: “Ha sido un ofrecerme con generosidad y naturalidad”.

Gracias, Manu. Por tu entrega, tu presencia y por convertir Larraona en un verdadero hogar. ¡Mucha suerte en lo que viene!

Puedes leer más sobre sus anécdotas y el legado de Manu en su entrevista del nuevo número de la revista Calle 45.