COLEGIO MAYOR LARRAONA

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La experiencia de vivir en el Colegio a través de testimonios, noticias y eventos. Son un pequeño reflejo de las amistades, los aprendizajes y los grandes momentos que pasamos aquí dentro. No te lo pierdas.

El baile de bienvenida: un nuevo curso, la misma familia

Cada año en Larraona se celebra el baile de bienvenida. Este evento marca el inicio de un nuevo curso y simboliza el espíritu de comunidad que caracteriza a nuestro Colegio Mayor. Este año no fue la excepción. Desde temprano, los colegiales y colegialas –veteranos y nuevos– se prepararon para una jornada cargada de emociones, reencuentros y nuevos comienzos.

Colegiales en misa

La celebración comenzó con una eucaristía que reunió a todos en un ambiente de recogimiento y gratitud. El capellán Aitor Kamiruaga, cmf, compartió unas palabras que resonaron en cada asistente. Comenzó recordando la importancia de la comunidad y la empatía: «El yo no existe sin el otro. El otro es tu amigo, tu compañero, tu marido, tu esposa», explicó. Luego, invitó a todos a reflexionar sobre su papel en la vida de los demás: «Dios nos llama a ser sal, a darle sabor a la vida: a acompañar, a ayudar, a estar con los demás y a ser luz, hecha para iluminar». Finalmente, cerró con una reflexión sobre la incertidumbre y la necesidad de apoyarnos mutuamente: «A veces vamos por la vida con incertidumbre, y ser luz es ayudar a los demás a iluminarles la vida”, expuso. “Ser familia supone que cada uno de nosotros piense en las mejores cualidades para ser esta familia de Larraona, siendo sal y acompañando, siendo luz e iluminando”, concluyó.

Estas palabras marcaron el tono de la jornada. Invitaron a los presentes a reflexionar sobre la importancia de la convivencia, el apoyo mutuo y la construcción de una comunidad sólida. Al concluir la ceremonia, la emoción se hizo palpable cuando los veteranos se acomodaron para recibir a los nuevos integrantes. Con orgullo, formaron un pasillo para que los recién llegados descendieran las escaleras mientras eran recibidos con aplausos y palabras de aliento.

Pasillo de veteranos

En ese momento, el ambiente se llenó de recuerdos y emociones. Entre los veteranos se escuchaban susurros cargados de nostalgia. Algunos rememoraban el día en que ellos mismos caminaron por ese pasillo, con la misma mezcla de nervios y alegría. Y entre los nuevos, se veían sonrisas tímidas y hombros tensos, una señal clara de la emoción y las ganas de comenzar esta nueva etapa. Es el primer paso en un camino que promete aprendizajes, desafíos y amistades duraderas.

Cena del baile de bienvenida

Tras la ceremonia de bienvenida, llegó el momento de compartir una cena que, más que una comida, representó un espacio de encuentro. Las mesas se llenaron de platos cuidadosamente preparados, y entre bocados, la conversación fluyó con naturalidad. Risas y anécdotas resonaban, mientras veteranos, nuevos colegiales y miembros del equipo directivo compartían historias y expectativas para el año que comienza. Ese ambiente cercano fortaleció los lazos entre todos, creando un sentimiento de pertenencia que solo se logra en comunidad.

Colegiales juntos

Amigos colegiales

Pero una celebración no estaría completa sin un baile que le dé el toque festivo a la noche. Cuando las luces se atenuaron y la música comenzó a sonar, los colegiales se lanzaron a la pista con energía y entusiasmo. El baile se convirtió en un momento de conexión genuina, donde las risas se unieron al ritmo de la música y las tensiones del inicio de curso se disiparon. Los veteranos aprovecharon para reencontrarse, mientras los nuevos se atrevieron a presentarse y entablar sus primeras amistades.

Diversión en el colegio mayor Larraona

La noche avanzó entre canciones, pasos improvisados y la alegría de compartir. Poco a poco, el ambiente se transformó en una mezcla de diversión y camaradería. Más allá de la fiesta, el baile fue un puente para que todos se conocieran mejor y se sintieran parte de algo más grande.