Lavado de manos protocolo covid en Colegio Mayor

Protocolo de seguridad frente al COVID 19

Atendiendo a las normas y recomendaciones de las autoridades sanitarias y académicas, hemos elaborado un protocolo para nuestro Colegio Mayor. El objetivo es garantizar la seguridad y velar por la salud de nuestros colegiales y trabajadores, mediante medidas de prevención y de actuación en relación al COVID 19. Te explicamos los puntos más importantes de nuestro protocolo, que ya ha sido enviado a todos nuestros colegiales.

Medidas generales

Se realizarán actividades formativas para la educación sanitaria de los Colegiales y trabajadores sobre las vías de transmisión del virus y las medidas que se han adoptado en el centro para protegerlos. Asimismo, se ha colocado señalización en la entrada al centro indicando la necesidad de mantener las medidas básicas de seguridad: utilización de mascarilla en zonas comunes, lavado frecuente de manos y mantener la distancia de seguridad. Existen carteles informativos sobre higiene de manos y uso correcto de la mascarilla.

Espacios comunes

Todas las salas comunes tienen un cartel con el aforo máximo y deberá ser respetado en todo momento (atendiendo a la indicación de mantener la distancia de seguridad). Se realizará higiene de manos con alcogel tanto a la entrada como a la salida. En las salas de estudio se guardará la distancia mínima entre estudiantes y el aforo de los ascensores estará limitado.

Comedor

Será necesario lavarse bien las manos a la entrada y a la salida del comedor.  En el interior, se han colocado carteles con buenas prácticas e indicadores de distancia de seguridad. En cada mesa estarán delimitados los sitios que pueden ser ocupados, por lo que habrá un número de comensales máximo. Los menús serán servidos por los profesionales, se evitará que cada comensal se sirva la comida y, por supuesto, no se deberá compartir comidas, ni bebidas ni elementos comunes (jarras, saleros, etc.).

Servicios generales

Existe, además, un protocolo de carácter interno que afecta a los servicios generales del Colegio Mayor: cocina y recepción de materias primas, lavandería, limpieza de habitaciones y zonas comunes, servicio de mantenimiento y jardinería.

Actuaciones ante contacto positivo entre residentes del centro

Con carácter general, deberá realizarse la prueba diagnóstica de confirmación a los casos posibles para corroborar la posible infección por SARS-CoV-2. La decisión de que el afectado se mantenga o no en el Colegio Mayor se realizará de acuerdo a las autoridades sanitarias. En caso de mantenerse en el Colegio Mayor, tenemos delimitada una zona de habitaciones de aislamiento a las que el afectado deberá trasladarse si se produjera este escenario. Se entregará la comida en la habitación y se procederá a la limpieza y desinfección de las superficies y espacios en contacto con el residente contagiado. El aislamiento se mantendrá hasta que se obtenga un resultado negativo en una muestra respiratoria si hay disponibilidad de pruebas diagnósticas. Si no, se mantendrá al menos 14 días desde el inicio de síntomas siempre que haya habido una resolución del cuadro clínico.

Este protocolo es susceptible de modificaciones, según el transcurso de la pandemia y responderá en todo momento a las normas y recomendaciones vigentes de las autoridades sanitarias.

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Estudiantes confinados en colegio mayor

El confinamiento en el Colegio: una vivencia especial

Distintos motivos han llevado a 10 colegiales a vivir el confinamiento entre las paredes de nuestro Colegio. Han sido semanas de estrecha convivencia, de estudio, pero también de disfrute y de redescubrimiento. Aunque algunos se han ido marchando a lo largo de los días, la mayoría de este grupo se ha quedado hasta el final del curso académico. Colegiales que ya suman más de dos meses de compañía mutua y de nuevas amistades, como la de Adolfo y Fernando, quienes se conocieron a raíz de este aislamiento.

A pesar de haber tenido la oportunidad de volver a Bolivia, su país natal, Adolfo Moreno no ha querido dejar el lugar que considera su casa en Pamplona. “Hubo un vuelo de repatriaciones el 5 de mayo, pero mi compatriota Freddy y yo decidimos no cogerlo”, comenta. Al principio, su decisión estuvo guiada por la voluntad de proteger a su padre, persona de riesgo, y la preocupación por realizar un vuelo de más de 12 horas, en el que se podía contagiar y “llevar el virus a un país que no tiene las condiciones para atender a los pacientes”. Además, este último mes ha tenido exámenes finales de su segundo año de Comunicación Audiovisual, por lo que no ha creído conveniente coger el vuelo. “En Larraona estoy muy a gusto y centrado en mis prioridades. Creo que acertamos al quedarnos”.

El madrileño Fernando Thomas de Carranza se quedó por varias razones. La primera porque también tiene un familiar que es persona de riesgo, y la segunda, porque él mismo empezó a tener algunos síntomas. También quiso quedarse porque necesitaba sacarse el carnet de conducir y sabía que en Madrid no iba a poder; y, por último, “porque aquí estoy como un rey”. Si quisiese podría haber vuelto ya a su ciudad de origen, pero ha preferido permanecer en Pamplona, al menos hasta acabar los exámenes de primer año de la carrera Filosofía y Letras.

 

 

“Estamos muy bien”, coincide Adolfo. Tienen una terraza “inmensa”, un gimnasio, una mesa de ping pong que les distrae… Hace poco pudieron salir unos cuantos al conocido bar “Cañas” a tomarse una cerveza. “Todo esto ha hecho que la cuarentena sea mucho más leve. Los días pasan muy rápido aquí”, continúa. Cumplir con las medidas de higiene pertinentes (lavado de manos, gel desinfectante en la entrada, etc.) no les ha impedido disfrutar de la compañía que se brindan unos a otros e incluso de una buena comida. Nacho, el jefe de cocina, les ha estado preparando platos típicos de sus países para que se sientan aún más en el hogar: comida peruana, venezolana… “Me siento un privilegiado”, confiesa.

“Al principio fue un poco raro, nadie sabía qué iba a pasar, pero después de la primera semana todo ha ido sobre ruedas, tenemos una dinámica bastante establecida”, comenta Fernando. “En el Colegio Mayor están preparando el curso que viene con protocolos que les han enviado desde la Universidad”. Los colegiales han sido trasladados al primer piso para ir cerrando el resto de plantas con habitaciones, “ahora estamos más juntos”, dice Adolfo.

Lejos de estar restringidas, ha sido un tiempo de aprovechar al máximo las instalaciones. “Antes de la pandemia nunca bajaba a la sala de música. Por mi carrera, también voy a la mediateca a ver películas, ya sea como tarea o por gusto”, explica Adolfo. Eso sí, su rincón favorito sigue siendo su cuarto, con sus fotos, su cámara, su trípode, su lámpara… “Larraona es mi única casa en España, vivo aquí prácticamente 8 meses del año”.

Por su parte, Fernando ha aprovechado para leer y escribir. “Al final te obligas a hacer cosas”. La terraza se ha convertido en su lugar preferido: un espacio al aire libre. Ahí es donde realiza su lectura, toma un café, se despeja… También es ahí, confiesa Adolfo, donde se han reunido alguna vez para organizar una pequeña fiesta entre ellos.

 

 

Porque no solo han redescubierto las partes del Colegio, sino también a las personas que habitan en él. “El personal ha estado muy atento siempre, están todo el rato preguntando cómo estamos. Y no solo eso, también siento que están charlando y abriéndose a nosotros”, afirma Adolfo. “El compromiso de Larraona es espectacular. Están súper preocupados y súper atentos”, dice Fernando. Hubo una semana en la que parecía que él tenía el virus y estuvo aislado en su cuarto. Todos los días subdirección le subía la comida le subía la comida y le preguntaba si estaba bien. “Estamos como reyes”, repite Fernando.

En cuanto a los colegiales, ambos afirman que tras esta experiencia se conocen más. “Gracias al confinamiento he conocido a Fernando y a Matías (estudiante de Perú). Antes nos conocíamos de vista, nos saludábamos, pero no nos preguntábamos qué tal está la familia o cómo te fue el examen”, dice Adolfo. “Yo solamente conocía bien a uno de los que se han quedado, pero he acabado conociendo a todo el mundo y me llevo muy bien con todos ellos. Hemos hecho piña entre nosotros”, conviene Fernando.

 

 

En resumen, esta experiencia ha permitido a un pequeño grupo de colegiales convivir de una manera más intensa, siempre dentro de esa vida en el Colegio que tanto aprecian. Fernando concluye: “A mí me ha ido super bien este año. Te dan la libertad que necesitas con 18 años, y ya sé que es lo que dice el slogan, pero es verdad: libertad de manera responsable. Libertad dentro de un orden. Eso me ha permitido centrarme en mis estudios, hacer todo a mi manera… Pero también hacer piña, entrar de verdad en el espíritu universitario. Si hubiera ido a piso habría conocido a 3 o 4 personas y no a los 200 chavales que están en la residencia”.